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World Bank Survey: Peru Invests Little in Education

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Source: El Comercio, 25 de enero del 2006


Banco Mundial propone rendición de cuentas en el sector Educación
Héctor Villalobos Pávlica
El Comercio, 25 de enero del 2006

La cobertura es buena pero la calidad de la enseñanza es mala. El Perú es uno de los países que menos invierte en instrucción pública
Cuando los investigadores del Banco Mundial hicieron una encuesta en 32 escuelas públicas de Lima y de la sierra central, encontraron varias sorpresas. Utilizando un cuento del libro “Coquito”, tomaron una prueba a los alumnos, para conocer a qué velocidad leían.
Los estándares internacionales recomiendan que un niño de ocho años debe leer 60 palabras por minuto. Muy pocos lograron alcanzar esa cifra, pero esto no tiene nada de raro, era más bien un resultado predecible teniendo en cuenta otras pruebas internacionales.
Sin embargo, hubo unos pocos niños que a pesar de estudiar en una escuela pobre y rural, superaron ese promedio satisfactoriamente. Pero aquí viene lo sorprendente. Cuando se les preguntó a los padres de familia su opinión sobre la educación que reciben sus hijos, el 80% respondió que le parecía buena.
Ni los padres de los alumnos que leyeron bien estaban más satisfechos que los otros ni viceversa. En otras palabras, los padres de familia no están al tanto de la calidad de la educación de sus hijos.
Esta es una de las conclusiones que arroja el estudio “Un nuevo contrato social: Cómo mejorar la educación, la salud y los programas antipobreza”, elaborado por un equipo de profesionales divididos en seis grupos, cada unos de ellos especializado en los siguientes temas: educación, salud, asistencia social, gasto público en los sectores sociales, participación social en la provisión de los sectores sociales y el marco de incentivos para docentes y médicos.
CANTIDAD ANTES QUE CALIDAD
En el tema Educación, el estudio explica que las cifras de cobertura educativa en el Perú son bastante elevadas en comparación con el promedio de otras naciones de América Latina y el Caribe, como lo muestra la infografía de esta página.
El número de matrículas en educación inicial, primaria y secundaria supera el de muchos países de Latinoamérica. Las tasas de alumnos que culminan la primaria y secundaria son también elevadas. Puede sonar increíble, pero, en lo que se refiere a cobertura educativa, nuestro país ya alcanzó los niveles de los países desarrollados.
Pero la otra cara de la moneda está en la calidad de la educación. Los bajos niveles de aprendizaje de nuestros estudiantes han sido puestos en evidencia por diversas pruebas internacionales. Una de estas pruebas fue la del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA por sus siglas en inglés) en la que los escolares peruanos ocuparon el último lugar entre los alumnos de los 34 países que participaron en la evaluación.
Todo apunta a que en los últimos años el Estado prefirió ampliar la cobertura pero descuidó la calidad de la enseñanza. Es decir, se optó por una educación masiva, pero mala.
Por otro lado, el estudio del Banco Mundial también apunta que nuestro gasto público en Educación es uno de los más bajos de la región. En el 2004, nuestro país solo invirtió el 3,2% de su producto bruto interno en educación. Ese año, se reunieron datos comparables de 16 países de América Latina y el Caribe. El resultado: solo Ecuador y Guatemala gastan menos que el Perú en ese sector.
Si bien la inversión en educación es baja, Daniel Cotlear, jefe del Proyecto de Rendición de Cuentas para la Reforma Social en el Perú del Banco Mundial, aclara que la solución al problema no está solo en ponerle más plata al sistema.
RENDICIÓN DE CUENTAS
Las propuestas más importantes que plantea el Banco Mundial para mejorar la educación en el Perú son dos. La primera, desarrollar estándares para medir los resultados. Es decir, fijar metas que se puedan alcanzar en el corto plazo pero que estén ligadas al largo plazo. Estas metas tienen que ser alcanzables y debe ser medidas de acuerdo a estándares de aprendizaje, de procesos y de financiamiento.
Un ejemplo muy claro es el ejercicio que se menciona en el primer párrafo de esta nota. Si las normas internacionales señalan que un niño de ocho años debe leer 60 palabras por minuto, se puede utilizar esto como un estándar y obtener, cada cierto tiempo, el porcentaje de niños que han alcanzado esta capacidad.
Pero estos estándares deberán también tener en cuenta las diferencias culturales, geográficas o étnicas de las escuelas y de los alumnos.
Una vez se tenga los mecanismos de medición de resultados, el organismo financiero propone crear un marco de rendición de cuentas.
El estudio divide a los actores del proceso educativo en tres grupos: los ciudadanos o clientes (los estudiantes y padres de familia, es decir, quienes reciben el servicio), la corporación de los proveedores del servicio ( docentes, directores, escuelas, Unidades de Gestión Educativa Local) y el Estado ( Ministerio de Educación y otras instituciones públicas).
El proveedor del servicio informaría periódicamente al Estado acerca del logro de las metas fijadas. El Estado, a su vez, rendiría cuentas al ciudadano sobre los resultados obtenidos.
De esta forma, los padres de familia podrán saber si la educación que reciben sus hijos es de suficiente calidad, los docentes tendrán que capacitarse para enseñar mejor y el Estado tendrá que corregir los obstáculos que impiden concretar los objetivos. Los tres eslabones de la cadena de la educación estarían finalmente unidos.

Written by Michael Ha

January 25th, 2006 at 6:13 am

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