Peru Election 2006

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Rospigliosi and Gorriti: Humala Threatens Peruvian Democracy

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Gustavo Gorriti and Fernando Rospigliosi, both prominent commentators and veterans of the struggle for democracy under the authoritarian regime of Alberto Fujimori, call attention in their respective editorials today to the dangers inherent in the candidacy of Ollanta Humala. Rospigliosi focuses on the connections between Humala and his entourage and the mafia controlled by Vladimiro Montesinos in the armed forces, while Gorriti calls Humala an enemy of democracy who could turn out to be worse than Fujimori.


Nuevas elecciones, viejos espectros
Gustavo Gorriti
La Republica
Domingo 12 de Marzo del 2006, p. 40.

Estamos a menos de un mes de las elecciones que van a definir, quizá a través de una dramática disyuntiva, el futuro del país, y algunas cosas se empiezan a aclarar y mientras otras se oscurecen.
Por lo pronto, está claro que la campaña no ha servido para mejorar el conocimiento de la gente sobre los candidatos, sino para darles ritmo a los prejuicios y ánimo a la irracionalidad.
Este ha sido el mes de la campaña del perreo. No sería terrible si hubiera más campaña que perreo, pero me temo que terminamos con más perreo que campaña.
No es que valore en poco la sincronización pélvica, pero el hecho es que, mientras se sacuden lípidos abdómenes ante masas entusiastas y se aplauden por otro lado rotundas estupideces pronunciadas por gente cuya mirada sugiere una añosa muerte neuronal, la razón naufraga.
Nunca hemos tenido tantos candidatos y pocas veces tan pocas alternativas.
Una veintena de candidatos para decidir entre tres. Eso sería natural si esos tres fueran lo más serio, lo más viable, lo mejor de la vitrina. Pero no es así. De los tres que ahora encabezan las preferencias, lo mejor que se puede decir de uno es que sería un mal menor; y lo único que se puede decir del otro es que ofrece la fantástica aunque efímera excitación de un salto al abismo.
Y lo triste es que entre el enjambre de pitufos, entre la gente que quiso ser notada y elegida y no lo consiguió, hay personas de mucha calidad, que ofrecían trayectorias consecuentes y honradas y, en algunos casos, programas interesantes.
A menos que se produzca un milagro, incluso en términos peruanos, ni Moreno ni Borea ni Diez Canseco ni Villarán ni Amprimo ni Lay, entre otros, se acercarán siquiera a la posibilidad de ser elegidos. Es una lástima. Discrepo de la orientación de muchos de ellos, pero respeto a todos. Algunos, como Susana Villarán, tenían un potencial equipo de gobierno de primera calidad. Unos hubieran planteado alternativas de izquierda o de centro izquierda similares a las de Lula o Tabaré Vázquez. Otra, como la de Bachelet. Otros eran la voz de los pequeños empresarios, del sentido común, o de una valiente trayectoria, como ha sido el caso de Borea.
Si la elección hubiera sido entre, digamos, Diez Canseco, Villarán, Paniagua, Lourdes Flores y hasta Alan García, hubiera habido toda la razón para concluir que tenemos una democracia madura, que alterna entre estrategias y doctrinas de gobierno, en medio de la tolerancia y el respeto a la ley y la libertad. Pero ese no es el caso. A menos que Paniagua se metamorfosee en el Bruce Lee de las candidaturas, tendremos una elección entre Lourdes Flores, Alan García y Ollanta Humala. No tenemos ahora una democracia madura sino una democracia en peligro.
En esa circunstancia, es imperativo ser claro. Esta elección no será, para nada, una de la “izquierda” contra la “derecha”, ni de “progresistas” contra “conservadores”, ni siquiera de social demócratas contra social cristianos. Será otra vez una de democracia frente a dictadura, de libertad contra autoritarismo, de legalidad contra tiranía. De gobierno civil frente a gobierno militar, o peor, paramilitar.
Lourdes Flores, la candidata social cristiana, es cabalmente democrática. Alan García, al margen de lo deficiente que fue su gobierno, es también un candidato demócrata.
Ollanta Humala es un enemigo de la democracia.
Con toda seriedad y responsabilidad, conociendo además a quienes están detrás del humalismo, afirmo que si la suma de todas las estupideces resultara en el salto al abismo que sería el triunfo presidencial de Humala, terminaríamos con la democracia destrozada. Las historias del capitán Carlos en Madre Mía podrían convertirse pronto en nuestros recuerdos del futuro.
Por eso, la necia insistencia de algunos en convertir esta elección en un dilema primario entre la “izquierda” (¿dónde está que no la veo?) y “derecha” es no solo errónea sino autodestructiva. Son muchos de aquellos que metieron la pata hasta las cangallas en 1990 al ayudar a destruir a Vargas Llosa para elegir a Fujimori y que luego tuvieron diez años para lamentarse. Cometer un grave error una vez, es posible. No aprender de una experiencia de esa magnitud es francamente idiota.
Esta va a ser una elección entre quienes defienden la democracia y quienes la socavan. Entre la posibilidad real y palpable de construir un país mejor; o irnos al diablo nuevamente en medio de una zarabanda de fascistas de vocación y de ocasión, junto con oportunistas redomados y corruptos en celebración.
¿Es una elección entre factores químicamente puros? Claro que no. Lo fuera si alguno de los candidatos que he mencionado líneas arriba, fuera viable. Se acercaría a serlo si Paniagua lograra reconquistar el terreno perdido.
Lourdes Flores, es cierto, tiene algunos colaboradores controvertidos, otros discutibles y algunos francamente defectuosos. Se ha mencionado –sin un orden en especial– a Castro Stagnaro, a Cánepa, a Luna, entre otros. Entre sus ayudantes, a Kishimoto. Podría añadirse a varios directivos del PPC y de la coalición que tuvieron complicidad con el fujimorato.
También es cierto que Alan García tiene, en ese aspecto, muchos más problemas que Lourdes Flores. Si se menciona a los de Unidad Nacional que escribieron en “el diario de la mafia”, ¿no habría que mencionar también a los apristas que lo hicieron, como Alva Castro, Cornejo o Valle Riestra? En cuanto a los lobbistas: ¿Cuántos Kishimotos entran en un Garrido Lecca? Si hablamos de los que están conectados con grandes compañías, como Telefónica o Yanacocha, ¿qué le diremos a Hugo Otero?
¿Convierte eso a Alan García en un candidato impresentable? No. Solo convierte en impresentable al doble discurso. La hipocresía siempre es mala. En una circunstancia como la actual es, además, peligrosa.
Entonces, con las limitaciones y los defectos presentes tanto en la candidatura de Alan García como en la de Lourdes Flores, queda por responderse lo siguiente. ¿Anulan ellos la calidad democrática del uno y de la otra? En un caso tengo la esperanza y en el otro la certeza de que no. Ambos son candidatos capaces de trascender su entorno y conferir una dirección propia a su mandato. Con éxito o sin él, cualquiera de ellos sería un mandatario democrático.
Con Humala correríamos el serio riesgo de terminar hasta extrañando a Fujimori.
Casi todo gobierno fascista entró al poder a través de las elecciones. Ninguno salió de él mediante ellas. Espero que podamos recordarlo.

Fernando Rospigliosi
Humaladas
Peru.21
12 de marzo de 2006, p. 6

En su afán por ganar votos, Ollanta Humala no solo ha dado luz verde al cultivo ilegal de hoja de coca, sino también ha mancillado la memoria de policías asesinados por el narcoterrorismo.
El lunes, en una visita a Quimbiri, en el Valle del Río Apurímac Ene (VRAE), el candidato Ollanta Humala dijo e hizo varias cosas muy preocupantes, viniendo de alguien que tiene una importante opción a convertirse en presidente de la República.
MÁS COCA. Sembró una planta de coca, en gesto simbólico, denotando así su inequívoco apoyo a la expansión de los cultivos de ese producto. Y se pronunció en contra de la erradicación de los cultivos ilegales. Hizo esto en una zona donde el 99% de la producción se destina a las pozas de maceración de pasta básica de cocaína.
Tan obvio es el destino de la coca del VRAE que hasta el presidente regional del Cusco, Carlos Cuaresma, se negó a incluirlo en la ordenanza regional que pretendió legalizar el cultivo de la hoja de coca. Cuaresma reconoció explícitamente que no incluía al VRAE porque era una zona cuya producción iba al narcotráfico.
El VRAE es un valle donde la intensificación de los cultivos ha aumentado considerablemente la cantidad de kilos por hectárea sembrada. Es ahora uno de los más importantes proveedores de la cocaína que se exporta por los puertos del Perú.
Allí Humala añadió una planta más que irá a engrosar la producción de droga. Las imágenes valen más que mil palabras.
DOBLE DISCURSO. El 30 de enero de este año, el diario Clarín de Buenos Aires, el más importante de Argentina, publicó una entrevista a Ollanta Humala. Allí el candidato declaró: “Cultivamos unas 60,000 hectáreas de hoja de coca. Para el consumo nacional bastan 10,000 o 15,000, es decir, hay que erradicar el resto”.
Creyendo ingenuamente que eso no se conocería en el Perú, sostuvo ante un periodista extranjero que eliminaría el 80% de los cocales. Y aquí, ante los votantes cocaleros, afirma exactamente lo contrario.
El doble discurso típico de los políticos demagogos y oportunistas, a los que critica y pretende reemplazar.
ULTRAJE A LA POLICÍA. En esa visita a Quimbiri, Humala también declaró que no había una relación directa entre narcotráfico y terrorismo. Hizo esta aseveración en una localidad situada a pocos kilómetros de la base antidrogas de Palmapampa, donde en diciembre pasado los terroristas de Sendero Luminoso asesinaron a cinco policías.
La base de Palmapampa fue inaugurada en noviembre y empezó a operar de inmediato. Está situada estratégicamente en una zona donde las pozas de maceración de pasta básica de cocaína han proliferado como hongos en los últimos años.
Gran parte de los campesinos cocaleros, incentivados por los narcotraficantes, ya no venden la hoja de coca, sino fabrican pasta básica en esos laboratorios rústicos construidos con maderos y plástico. De esa manera sus ganancias se multiplican.
Para obstaculizar el trabajo de la nueva base antidrogas y poner a la Policía a la defensiva, los senderistas, actuando como sicarios del narcotráfico, emboscaron un vehículo policial que transportaba a efectivos y a un fiscal que hasta el día anterior habían estado trabajando en la destrucción de esas pozas.
Difícilmente se puede encontrar un ejemplo tan claro de una relación evidente y directa entre narcotráfico y terrorismo.
Y allí, agraviando la memoria de los policías asesinados, el candidato Humala, sin que nadie se lo preguntara, se ha apresurado a manifestar que no hay relación directa entre terrorismo y narcotráfico.
DESACTUALIZADO. Como tiene que demostrar a cada paso que es nacionalista, Humala sostuvo enfáticamente que en su gobierno los vuelos de interdicción se realizarían en aviones peruanos y con pilotos peruanos, y ya no con extranjeros. Nadie le había informado que los vuelos de interdicción se suspendieron hace cinco años y que ya no son indispensables.
En efecto, la interdicción aérea, que funcionó desde principios de la década de 1990, se paralizó luego de que un avión de la FAP ametrallara por error una avioneta que transportaba a misioneros estadounidenses.
Humala ignoraba también que los aviones interceptores siempre fueron los de la Fuerza Aérea Peruana, piloteados siempre por aviadores peruanos.
Lo norteamericano eran los aviones radares y los radares instalados en tierra, necesarios para detectar las naves aéreas sospechosas. El sistema es costosísimo, porque tiene que funcionar las 24 horas del día. Los aviones radar norteamericanos operaban desde bases muy lejanas, situadas en el Caribe y Centroamérica. Tenían que volar hasta acá, estar horas en el aire y luego retornar a sus distantes bases para ser reemplazados de inmediato por otros.
Implicaba también mantener en operación varias bases aéreas en la selva, con aviones y pilotos de la FAP activos y listos a despegar en minutos. Todo eso era costeado por EE.UU.
El Perú no podría, aunque quisiera, mantener un sistema de esa naturaleza. No tiene un solo avión radar. Y si lo tuviera no podría mantenerlo operando las 24 horas. Ni siquiera puede costear las bases para sus propios aviones, que ya fueron desactivadas.
Por último, la interdicción aérea ya no es imprescindible. Era útil hace años, cuando la pasta básica de cocaína salía en las avionetas del narcotráfico rumbo a Colombia. Ahora la mayor parte de la cocaína sale por los puertos de la costa. No se justifica el enorme costo de la interdicción aérea que implicaría la reducción de la ayuda en otras áreas, como el desarrollo alternativo.
En suma, Ollanta Humala es lo que parece, un ignorante que se llena la boca con la palabra “nacionalismo”, pero carece de las más elementales nociones sobre casi todo lo que ocurre en el país.
CORROMPIENDO LAS FF.AA. Otra afirmación relevante esta semana ha sido la de la esposa del candidato, en el sentido del que de llegar al poder, ellos harían una limpieza de las fuerzas armadas. El pretexto es que algunos de los firmantes del ‘acta de sujeción’ que Vladimiro Montesinos hizo suscribir en 1999 a los militares, todavía siguen en actividad.
Un reportaje de Edmundo Cruz, publicado el viernes en el diario La República, muestra a uno de los firmantes de esa acta, el coronel (r) Antonio Loyola, acompañando a Ollanta y Nadine Humala en su campaña electoral. (“Humalista firmó acta de sujeción”).
Loyola fue en 1999 secretario de la esposa del general José Villanueva Ruesta, el corrupto compañero de promoción de Vladimiro Montesinos, que fue comandante general del Ejército y ministro. Según el reportaje, Loyola acompaña a los Humala en “todas sus giras”.
Cruz menciona otros dos firmantes del acta íntimos de Humala: los generales Abraham Cano -otro compañero de Montesinos-, actualmente detenido, y Leonel Cabrera. Estos dos militares fueron los únicos que calificaron a Humala como sobresaliente en 1992 y 1999.
Para dar una idea de la relación de Cabrera con Montesinos, Cruz detalla que ese oficial era comandante en diciembre de 1996 y general en junio de 1997, un récord mundial.
Está claro entonces que:
Humala está rodeado por varios oficiales que no solo firmaron el acta de sujeción, sino que tuvieron evidentes vínculos con Vladimiro Montesinos. Algunos de los principales padrinos de la carrera militar de Humala son notorios montesinistas.
Si esto es así, es evidente que su repudio a los firmantes del acta de sujeción es un mero pretexto para justificar el verdadero propósito, una purga en las Fuerzas Armadas.
Esto es coherente con otras señales advertidas en Humala y con la más reciente experiencia peruana y latinoamericana. Su propósito es manipular, desprofesionalizar y corromper las Fuerzas Armadas para usarlas como sostén de un gobierno autoritario. Eso hizo Montesinos y eso ha hecho el otro padrino de Humala, Hugo Chávez en Venezuela.
Ahora hay un grupete de oportunistas -antes pasaban por progresistas y democráticos- que, subidos al carro de Humala, fingen no darse cuenta de lo que ocurre. Igual que aquellos que treparon al carro de Alberto Fujimori y que simulaban no saber quién era Montesinos, qué hacía y cómo operaba. No hay que olvidarlos.

Written by Michael Ha

March 12th, 2006 at 4:57 pm

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