Peru Election 2006

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Carlos Tapia sobre Ollanta Humala y la libertad de prensa

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Ollanta: ¿libertad de prensa?
La República, 29 de marzo del 2006. Por Carlos Tapia G.

Casi siempre en los debates electorales se tiende a enturbiar y distorsionar las posiciones entre los adversarios; más aún cuando el debate se produce al calor de la pasión y la defensa de encontrados intereses, como es lo que está sucediendo con ocasión del despunte de la candidatura de Ollanta Humala. Dejando de lado la estratagema de los adversarios de Ollanta que buscan identificarlo con las provocaciones y barbaridades dichas por Antauro, es cierto que lo señalado en el Plan de Gobierno Nacionalista respecto de lo sucedido con la expropiación velasquista de la prensa –y la posterior entrega de los medios a sus propietarios realizada por el segundo belaundismo– no es nítidamente crítico respecto del más grave error cometido por el gobierno del general Velasco.
Así, en la ya famosa página 49 del documento nacionalista se lee: “…el segundo belaundismo restaura buena parte del aparato oligárquico de dominación ideológico-cultural (especialmente los medios de comunicación) …”, explicado, como consecuencia de las debilidades e insuficiencias mostradas por quienes implementaron las reformas estructurales del gobierno militar. Hay que ser claros, en el párrafo citado se aprecia un doble desliz. De un lado, la oligarquía (latifundio y enclaves exportadores) y su superestructura cultural fueron tan duramente golpeados por el gobierno velasquista que jamás pudieron recuperarse; de otro lado, no se puede decir que el segundo belaundismo haya representado los intereses de los latifundistas expropiados. Pero, además, el párrafo en cuestión caracteriza arbitrariamente a los medios de comunicación como parte del “aparato de dominación ideológico-cultural”, es decir, como instituciones al servicio de las clases dominantes. De esta manera, parecería que la libertad de prensa fuese solo una coartada que no merecería ser tomada en cuenta, como sucedió precisamente entre 1974 y 1980. Por eso las aclaraciones del candidato nacionalista en contra de toda aventura intervencionista del estado en los medios de prensa fueron necesarias y oportunas.
A fines de los años 60 se vivía en un mundo bipolar: capitalismo vs. comunismo; y la revolución velasquista se definía en oposición a esta bipolaridad como fundadora de un camino propio: el “socialismo de participación plena”. Así, en el terreno de los medios, los intelectuales velasquistas cuestionaban el modelo comunista que sólo permitía la existencia de la prensa oficial. De esta manera, la expropiación de la prensa en nuestro país, se decía, no iba en el camino de estatizar el control de las informaciones para hacer monocorde la prensa, sino que, a partir de un supuesto aliento socialista de bases, poner los medios a disposición de los grandes sectores de la sociedad. Por ejemplo, El Comercio (que incluso había apoyado a los militares en la nacionalización del petróleo) correspondía a los campesinos; La Prensa a las Comunidades Industriales; Expreso al sector Educación, etc. El autor intelectual de esta propuesta fue Héctor Cornejo Chávez, por entonces líder de la Democracia Cristiana y uno de los asesores civiles más importantes del gobierno militar.
En realidad, este esquema nunca funcionó. Los directores en los medios intervenidos y puestos por el gobierno militar no lograron nunca ponerlos al servicio de los intereses de aquellos sectores a los que teóricamente deberían representar, y para 1978 los medios intervenidos eran simples voceros del gobierno de facto. Pero, a pesar de todo, durante el período 1974-1976 surgieron algunos esfuerzos por realizar un periodismo comprometido de nuevo tipo. Recordamos los aportes periodísticos e intelectuales de Walter Peñaloza, Luis Jaime Cisneros y Raúl Vargas en La Prensa; Efraín Ruiz Caro, Francisco Moncloa y Rafael Roncagliolo en Expreso; Hugo Neira y Francisco Guerra García en Correo, etc. Sin embargo, la historia demostró que sin libertad de prensa no se puede hacer verdadero periodismo ni informar libremente a los lectores.
Esa es una lección que nunca debemos olvidar.

Written by Michael Ha

March 29th, 2006 at 5:06 am

Posted in Political Parties

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