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Nunca hubo alguna vez: Carmen Naranjo

Nunca hubo alguna vez por Carmen Naranjo (1984) es un montaje de cuentos variados contado más que nada por la voz de una niña en primera persona. Esta perspectiva ejemplifica la idea budista de “Beginner’s Mind” que juega con la idea de ver las cosas por primera vez o desde una perspectiva ajena. La manera que describe la vida y la muerte en “El juego que no se juega una sola vez” es de una manera muy infantil y se ve que no concuerda con la manera en que los adultos del cuento lo ven.

Uno de sus temas recurrentes es el tiempo. Está fascinada con ello, de hecho cuatro de sus cuentos lo incluyen en su título—El juego que se juega una sola vez, Nunca hubo alguna vez, Fue aquel día y El reloj que quizás jugo con el tiempo.

Entonces me metí dentro del reloj para conocer cómo jugaba con el tiempo. La música del reloj es en realidad al principio como la variación de lo siempre igual, que sólo aparenta eso porque cada tic tac es diferente, a veces se oye y de repente suena tan fuerte que te concentra y parece que te perfora, no podes hacer otra cosa que seguir oyendo y se mete en el corazón y en la respiración, al contagiarte su ritmo te va ahogando y hasta sentís el comienzo de la asfixia mientras en la cabeza te repercute con un brinco de venas. Se te ocurre mirar la hora para ver cuanto duró la invasión y apenas si ha pasado un minuto, un mínimo y miserable minuto. (Naranjo 48)

El tiempo llega a ser parte de su subconsciencia y no llega a entenderlo pero tampoco puede olvidarlo. A veces tiene una disposición agresiva y otras veces parece o por lo menos finge no creer en ello como hace en el cuento Nunca hubo alguna vez.

A los payasos todos los quieren me parece ser el cuento más crítico del género y el rol de la mujer. Quiere ser payaso pero su papa le dice que las mujeres ya son payasos por pintarse con maquillaje. Al final del cuento decide conformar y hacer y decir lo que cree que los demás esperan de ella.

En breve, me gusta este libro muchísimo, es refrescante leer algo que tiene una especie de trayectoria bastante comprensible. Es experimental y incluye ilustraciones y diagramas, sin embargo no deja de dialogar con el mundo real.

Nunca hubo alguna vez (1984) – ¿un anti-cuento de hadas?

El titulo de esta colección de cuentos por Carmen Naranjo me llamó la atención durante la lectura. A mí, parece ser polémico. Y creo que es importante que la frase se repita otra vez en las primeras palabras de la obra en la página 11. Es un rechazo a propósito de la tradición del cuento de hada.

Veo dos mundos distintos en esta obra: uno que es la realidad de la edad adulta, y otro que es el mundo fantástico, imaginativo, y juguetón de la infancia. Así, el título suena como un rechazo de este último mundo (y a su vez la valoración de la realidad de la edad adulta) por ser un rechazo de la tradición de cuentos de hadas (los que simbolizan la infancia). En la realidad de la edad adulta, “nunca hubo alguna vez”. Lo polémico, o la tensión, surge porque estos cuentos son aparentemente para niños, y también cuentos que tienen narradores infantiles pero a la vez la obra es una rechazo de esta tradición infantil. Tras esta tensión, creo que Naranjo se está dirigiendo al tránsito inevitable de la infancia a la edad adulta. Esta obra parece mostrar la maduración desde la juventud/niñez a la realidad de la edad adulta. En la escritura, las voces de estos dos mundos parecen estar luchando/resistiendo el uno al otro. Naranjo escribe que “Nunca hubo alguna vez,” su narradora niña le responde: “sos un puro mentiroso, siempre hay alguna vez.” (p. 11) Además esta tensión existe porque los cuentos tienen personajes jóvenes y usan un lenguaje infantil a veces, pero por otro lado estos mismos personajes son capaces de reflexionar como adultos. También, los dibujos prestan al libro un aspecto infantil, pero como el título nos recuerda, no es un libro de cuentos de hadas.

Al fin y al cabo es esta realidad adulta que domina. El décimo y último cuento, “Olo”, marca la transición irreversible del mundo (“paraíso”) de la infancia. Olo es un tipo de paraíso en que todos los Olanos (¿niños?) existen en armonía, hasta un extranjero, “El visitante” (¿Adulto?), llega y intenta cambiar todo: “El hombre empezó a ensenar métodos más rápidos y fáciles, pero tan mecánicos y monótonos que no iban al ritmo de las canciones ni permitían el cuidado necesario para no alterar la naturaleza ni hacer daño a los animales” (69). El resultado es que este paraíso desaparece, y lamenta la narradora, “Me pregunta Usted donde queda Olo. Pero Usted cree que si lo supiera, estaría aquí” (75). Así, el lector ha llegado a un punto en la lectura en que la infancia se ha desaparecido.

Otra pista que esta realidad adulta se ha vencido está en la dedicatoria. La autora refiere a su propia infancia en la dedicatoria, al igual que sus hermanos, “compañeros de infancia”. A través de esta dedicatoria nostálgica entendemos que el propio Naranjo es la prueba que no se puede quedarse en el mundo infantil para siempre.

Nunca hubo una vez de Carmen Naranjo

Los cuentos de Carmen Naranjo eran muy interesante a leer y a veces de entender. Basado en la imaginación y el surrealismo, Naranjo evoca mensajes detrás de los cuentos. Para mí, un cuento que yo gusté en particular era Cuando Inventé las mariposas. El narrador es un chico que no tiene nombre, y creo que no dar un nombre sirve para que el personaje puede cualquiera persona (como en Balun Canán con la niña), incluso los lectores. Difícil de entender al principio, yo entendí el mensaje al fin. En el mundo del chico, él crea una chica, Clotilde, para llenar el espacio en su vida de un amor. Sin amor real de su familia, el chico esta despistado y nervioso en la vida. A un edad de expresar amor, pero con miedo de comunicar con las mujeres, el chico crea su propio mujer. El chico parece vivir en un mundo aislado y oscuro, entonces esa creación en su imaginación, es como un escape de eso mundo.

La creación y Dios juega un papel en ese cuento también. El chico contempla la creación y las capacidades de los seres humanos. El narrador quiere crear las cosas fundamentales como las estrellas, las tierras y las mariposas pero está limitado por sus capacidades humanos y de crear cosas secundarias como los edificios y joyas. Además, el chico no quiere que su imaginación de Clotilde esta descubierto y pide a Dios para asegurar que ella no está descubierto por los otros. Cuando el chico vi el nombre de Clotilde escrito en la asistencia, él tiene eso como respuesta a sus oraciones. Con las invención de las mariposas con Clotilde, eso restaura su fe en el mundo y el bien de los seres humanos, que él también puede crear las cosas fundamentales.

Creo que la realidad que Naranjo crea sirve para un escape del mundo oscuro. El mensaje de algunos de sus cuentos es para mostrar que con el fe, podemos escapar del oscuro del mundo. También, eso sirve para un escape de aislación que los lectores pueden sentir en sus vidas. Para mezclar la realidad y la fantasía, los lectores se toman en una nueva dimensión de la realidad. Algo que era difícil a entender es cuando el lector era en el mundo real o el mundo de fantasía. Creo que Naranjo ha usado elementos al principio de sus cuentos para referencias al mundo real y a través su cuento, les trae nuevamente dentro de la historia para recordar al lector que es un sueño.


La nave de los locos I

Cristina Peri Rossi, La nave de los locos

The cover of Cristina Peri Rossi’s La nave de los locos features an image by the German/American artist Jan Balet. It’s a rather austere composition, of a small and apparently over-loaded rowing boat carrying three women, one middle-aged man, and a child, plus a younger man who has hold of the oars. Fortunately, perhaps, for all concerned, the surface of the water itself is smooth as glass, and two of the women are standing up in the tiny boat. But as a result, the arrangement strangely lacks almost all movement: the figures awkwardly stare out at the viewer as though from a formal portrait. Moreover, the composition is also practically devoid of colour: water and sky merge in a murky haze of grey, and all the adult figures are head-to-toe in black (the women, with long-sleeved and high-necked dresses plus extravagant featured hats), as though they were in mourning. The child, meanwhile, is dressed in white, but this only serves to accentuate her enormous dark eyes, which seem to be less organs of sight than black holes sunk deep into her face. As a whole, the picture’s ambience is macabre and disturbing. This is no happy family outing, but perhaps a snapshot of the Victorian bourgeoisie slowly crossing the Styx to some prim and proper Hades.

The choice of Balet’s painting for the book’s cover brings out some of the themes contained within: the notion of forced voyages, for instance, or of melancholy resignation and shared solitudes. But in fact the image to which the text itself obsessively returns is very different: it is the medieval “Tapesty of Creation” that can be found in the Museum of the Cathedral of Girona. And though almost a millennium of history has done its work to degrade the fabric and the threads that run though it, it is clear that the tapestry was originally a riot of colour: even now the reds and greens and burnished golds stand out. For this is an account of Genesis, not death: a celebration of God’s creation and of the diversity and order that coexist in the world he brought into being. A central panel depicts the Garden of Eden with all the beasts and birds that inhabited it. Around the edges are vignettes of the months and the seasons and the activities characteristics of the various phases of the agricultural year. What is more, and in contrast to the uncanny sense of disquiet and unease that Balet’s image imparts, in the Girona tapestry (as the book puts it) “everything is so disposed such that man should feel in perfect harmony, consubstantial, integrated into the universe, surrounded by creatures both fantastic and real” (20).

Tapestry of the Creation

Descriptions of the tapestry run through the book and seem to offer some key to its structure and meaning. Book and image alike, for instance, offer less of a linear narrative (though there are moments or aspects of linearity, such as the creation story itself and the progression through the year) and more of a patchwork or mosaic of impressions and episodes. They suggest, moreover, that real fragmentation–in the tapestry’s case, the fact that much of the original is now missing–can find compensation in the mind of the active reader or viewer. As the book puts it of the medieval needlework, its “structure [is] so perfect and geometrical, so verifiable that even with almost half of it missing, it is possible to reconstruct the whole, if not on the cathedral wall then within a frame of the mind’s devising” (21). In similar vein, at a number of points Peri Rossi’s book challenges the reader to look for hidden points of order that might help give sense to what is otherwise a fragmentary and sometimes confusing narrative. For instance, the narrator invites “the reader to play a very entertaining game” of figuring out “the true name of the cities evoked” in the description of the principal character’s restless wanderings (37). Indeed, the character himself goes by the name of “X,” as though hinting towards some kind of mystery that the reader might also ultimately solve: X marks the spot of the buried treasure that would be the “perfect harmony” and “perfectly intelligible discourse” (20, 21) that the book claims the tapestry promises the committed viewer.

And yet, despite the fact that the idea (or dream) of harmony runs as a leitmotif throughout the book’s disparate parts, in practice there is very little of it to be seen. X himself, for example, is at first sight at least very far from being “integrated into the universe.” Or if he is, then this is a universe characterized more by chance encounters and random violence than by beneficent order. He tries to assert some kind of logic and familiarity to his unsettled drifting by clinging to certain habits of cultural consumption: always buying the same books in each new city he finds himself in, for example. But he is constantly led astray, not least by the women that he meet who can seem at times to be all too reminiscent of the Biblical Eve who likewise turned out to be a disruptive force within the idyll that was Eden. And yet Peri Rossi refuses to condemn Eve (even as she will catalogue the ways in which young children habitually repeat the accusations that it is she who is responsible for mankind’s downfall).

In the end, La nave de los locos is rather ambivalent about the so-called harmony that an image such as the Girona Tapestry professes. After all, as a footnote observes, such harmony depends on violence in that “it presupposes the destruction of the real elements that oppose it, and for that reason it is almost always symbolic” (20). This is where a gap opens up between symbolic representation and the real. And X, for all that he sometimes seems–from his (missing) name onwards–to be pure symbol, is ultimately for good or ill condemned to live in the universe of the real. It might be nice to live in the eternal present (or eternal past) of the tapestry’s cyclical, God-ordained symmetry, but in fact we are historical beings, and history’s revenge on such dreams of symmetry can be seen in its gradual degradation, its frayed edges, and the dimming of the colours so that they end up rather closer to Balet’s drained greys than the twelfth-century artisans would have hoped.

La nave de los locos – parte II

La segunda parte era similar pero diferente al mismo tiempo que la primera parte. Aunque la primera cuenta parece como por todas partes, la segunda parte parece tener más o menos una narrativa. La narrativa femenina era muy subversiva en la primera parte pero ahora en la segunda parte es muy directa sin decir algo directamente. El texto era un poco difícil de la manera que cada viaje cambia y las personas hacen cosas muy interesante en el libro. Yo entiendo mas porque se llama ‘la nave de los locos’, todos parecen loco en la obra. Algunos de las escenas que eran interesante para mí son las interacciones de Morris y el joven por empecer. Para mí, yo no veo el significado de esa escena, y ahora parece solamente raro. En realidad, ese tipo de interacción y amistad no sería tolerado. Además, Equis y Graciela responde a ese interacción con simpatía y admiración. Rossi quiere mostrar la amistad de los hombres ? O el absurdo?

Pero dos otras escenas que eran interesante son el viaje de Equis como guía de los abortos con Lucia y también el final del cuento. Con la escena de guiar los abortos, encontramos Lucia con quien Equis y ella están amigos después. Ella regresa después de todo al fin del cuento en el espectáculo de travestismo. Lo que yo encontré de interesante era el comentario de Equis sobre la realidad versus lo ideal. Después de encontrar Lucia, el quiere encontrar la mujer otra vez. El tiene la idea de cómo ella era pero después de encontrarla en el club, vemos que todo no es como Equis ha pensado. También, cuando Equis busca la repuesta a su sueño, el virilidad esta la respuesta. Pero que quiere hacer Rossi con ese elemento? El cuento termine casi abierta y para esa pregunta de Equis, Rossi deja abierta la interpretación para los lectores.

El cuento fue muy interesante en el sentido de que la narrativa salta de todas partes y no podemos seguir la narrativa cronológicamente o algo. Necesitamos mirar a cada vieja como algo interdependiente del uno al otro.  Leer ese libro era muy difícil porque era de todas partes. Hay mucho información y acción pero creo que hay un tema o enseña que sigue todo el texto en el sentido de la situación femenina. Para entretejiendo muchos cuentos pequeños, ella guarda la línea directa de feminismo a través la narrativa y esa es la manera de seguir todo que está leyendo en siguiendo su pensamiento sobre la situación femenina.


La nave de los locos (Rossi) 2.0

La segunda parte me parece tener una trama más coherente (aún que más más extraña). Los viajes siguen y la autora sigue  tejiendo una narrativa con la historia de la tela y la del protagonista Equis junto con los otros personajes como Morris, Graciela y Percival. La segunda mitad me parece ser el diario un autor sexualmente reprimido más que una novela tradicional. Sin duda este libro cae debajo del género de literatura “literaria” que les gusta tanto a los críticos y elige una forma híbrida en vez de una narrativa tradicional.

De hecho, Rossi hace una  alusión a su estilo de escritura por medio del protagonista Equis. En respuesta a una serie de preguntas sobre el género de su libro, responde: “No sé muy bien si mi libro es una novela corta, un cuento largo o un ensayo narrativo. Para decirlo en otros términos: me parece que se trata de una obra. Con algunos fragmentos poéticos, para ser más precisos, dentro del carácter épico del conjunto” (127).  Y más tarde: “Me parece una triste, lamentable simplificación de la realidad” (127).

Es interesante que en las escenas de sexo la autora escribe con más seguridad que en cualquier otra. Me refiero al hecho de que por la mayoría de la trama escribe de manera fragmentada y insegura del mundo, el universo y la existencia humana. Sin embargo al hablar del sexo parece por fin, llegar a lo absoluto, entre tantas preguntas por fin–una respuesta! Después de preguntar varias veces qué es mejor homenaje el hombre puede dar a la mujer, escribe–“La respuesta es: su virilidad” (196). ¿Será que propone la asexualidad como medio de establecer algún tipo de orden? ¿Un mundo sin género?

Aparte de las muchas referencias sexuales–hay una gran obsesión en la segunda parte con el tiempo y orientación. Reclama que el tiempo es una invención humana que no tiene sentido. Morris dice: “Nunca he tenido la menor idea de cómo encontrar los puntos cardinales en una ciudad…Creo que ya no existen, o es que cambian de lugar muy a menudo…”(119). Otra vez este tono vertiginoso sirve para aumentar el nivel de fragmentación y la disolución de la trama. Por lo tanto, cuando finalmente llega a su resolución que la respuesta es “la virilidad” sirve como un crescendo veritable para la narrativa.

La nave de los locos (segunda mitad)

Debo empezar por decir que este blog será, tal vez, tan fragmentado como esta novela de Peri Rossi. Al final de la lectura tengo la impresión de que he leído un libro tan diverso como el que escribió y describió Morris en el formulario en la oficina del Editorial Albión:

Manuel practico para extraviarse en la ciudad. Manuel de circulación. Manuel de paseos públicos. Instrucciones para evitar el cáncer. Como aprender el alemán en diez lecciones. Mi obra trata del todo. Del enorme todo y sus diversas partes. O sea: del todo minimizado. En ella se puede encontrar aspectos de la vida del caballero Lanzarote del Lago, indicaciones para eliminar las hormigas del jardín, la vida de las lepidópteros en las montañas de Epanuro, la mitología clásica y sus proyecciones en la cocina francesa, los ritos de las aztecas y seis maneras de mantener la castidad en la Roma antigua (128).

De hecho, los temas que presenta Peri Rossi no son tan distintos que los proponía Moris (¿no leimos episodios de un estudio de los lepidópteros en África, el caballero Percivales etc.?) aunque parece ser otros temas sobresalientes en esta novela.

Primero, hay un discurso del exilio a partir del primer capítulo de esta segunda mitad. Este episodio que trata al encuentra de Equis con el astronauta Gordon, un hombre que mira a la luna con añoranza porque es condenado a quedarse en la tierra, en este lugar. Nunca regresara al otro. Equis concluye, <<Todos somos exiliados de algo o de alguien […] En realidad, esa es la verdadera condición del hombre>> (106). A mí, parece como la voz de Peri Rossi entra en la narrativa aquí. Fue exiliada de Uruguay a España el 4 de octubre 1972, y después de España a Paris. Peri Rossi es xenófoba, y así sufrió debido al exilio. Pero, en sus viajes se conoció a muchos otros escritores y políticos exilados. Es posible que esta experiencia formo su cosmovisión que relata Equis en este capítulo.

Otro tema parece ser un discurso filosófico sobre el rol del lector en cuanto a la lectura. Hemos hablado de esta idea un poco la semana pasada, debido a la trama fragmentada y también debido al hilo narrativo del tapiz. El espectador, al igual que el lector, es encargado con reconstruir en su mente lo que no ve/lee. Vemos un tercer ejemplo de tema en el capitulo XVIII, cuando Percival está mirando al quiosco de la orquesta que esta derelicta, y reflexiona sobre los sillones, “no se veía con los ojos, porque ya no eran corpóreos, pero indudablemente estaban de alguna manera, porque en cuanto uno miraba al podido circular se daba cuenta de ellos. Es decir: Estaban en la mente de quien dirigía sus ojos hacia allí” (135).

Además el tema del sexo/género surge una y otra vez. En esta segunda mitad veo dos pasajes en que Peri Rossi se dirige explícitamente a este tema. La primera instancia es a través de un niño, Percival, quien ofrece un mensaje contradictorio. El explica su situación familiar así: “[Mi madre] se casó joven, pero se divorció al poco tiempo. Mi padre, en realidad, sólo quería tener una cocinera y una amante a su lado.” Sin embargo en el próximo párrafo el explica que en cuanto a literatura su madre “tiene una versión más tradicional de las cosas” (145). Curiosamente, esta cuestión de roles surge otra vez a través de las voces (escritura) de los niños en las páginas 157-161 en las cuales Peri Rossi presenta sus ideas sobre Adán y Eva. Concluyen que Adán es valiente, honrado, trabajador, inteligente, responsable y obediente. Por otro lado Eva fue descrita como bella, aunque también excesivamente curiosa, charlantana, holganza y de mal carácter. Las cuestiones que quedan en mi mente es, ¿Qué quiere decir con este discurso Peri Rossi? Y ¿por qué presenta este discurso a través de las voces de niños?

Una última tema que me intereso era la de la escritura (otra tema filosófica) que trata al mismo episodio de Morris con el que empecé esta entrada del blog. En la página 128-129 discute la escritura masculina, femenina y andrógina. Tengo la impresión de que Peri Rossi intentó escribir una obra andrógina con esta novela. Para mí, me parecería interesante discutir en clase las ideas de Morris (pero no estoy convencida que son las ideas de P.R) sobre el sexo de la literatura. Son estas cuestiones que nos hemos preguntado una y otra vez, ¿no?

La nave de los locos 1.0

Después de leer acerca del cuadro famoso titulado “La Nave de Locos” por El Bosco, me dí cuenta que tienen mucho en común. Según Wikipedia es una farsa de una sociedad invertida. Me parece que Peri Rossi hace lo mismo con sus personajes, empujando el medio a sus límites sociales.

La novela es un pastiche de los libros de viaje y se trata de un rumbo surrealista con varios lugares y sitios más o menos ambiguos. Rossi hace referencia a esta fenómeno por mencionar Don Quixote y la manera en que la introducción evita dar muchos nombres y detalles específicos. Aún no tengo ni idea del porque atrás de esta tendencia pero espero abordarlo en clase y invito a mis compañeros de clase a contestarla si tienen una teoría propia.

En cuanto al tono y contenido–hay un corriente de fetichismo y hiper-sexualización. En la página 79 escribe: Si hubiera sido un maniático sexual–y en sus sueños lo era, como todo el mundo–Equis se habría dedicado a perseguir a mujeres que usaran sandalias. Estuvieran recubriendo parcialmente un pie–dejando deliciosos territorios de carne al descubierto–o bien solas, luciéndose en un escaparate o delicadamente apoyadas sobre la alfombra, las sandalias le provocaban una intensa sensación. Además en la página 83: “Emocionado, fue deslizándose hacia abajo, abriendo un poco las piernas de la dama que debido a la gordura, se cerraban en una sola, estrecha línea…Equis lo desabrochó enseguida, satisfecho de escuchar el tic del cierre, al abrirse, y lo hizo descender por el arco de los hombros, dejando que la múltiple, láctea y mullida carne blanca se desparramara, escapándosele de las manos en abundantes pliegues.”

En unas circunstancias me parece que Rossi agrega escenas sexuales por el hecho de hacerlo no más, algo similar a la mentalidad “arte por el arte.” Pero hay otras escenas en que parece tener un mensaje más fuerte por ejemplo hacia el principio de la novela cuando habla de la “maquina” fálica. Esta manera de habla es muy común y de todas las autores me parece la más obvia en su crítica del género. Equis dice que las mujeres no deben sentirse más miedo que los hombres y luego cuenta una historia sobre unas mujeres fuertes que vencen a los invasores. Me parece que la autora quiere pintar una imagen fuerte de la mujer y quizás después de la segunda parte tendré una imagen más completa de su crítica. Pero por ahora las únicas cosas que me quedan bien claro, son el tono y el estético.

La nave de los locos (primera mitad)

Con esta quinta novela que hemos leído en este curso, nos hallamos con la narrativa más experimental.

Una cosa llamativa con respeto al estilo experimental con que escribe Peri Rossi es la manera en que la novela presenta dos hilos narrativos: el primer es la representación el del tapiz medieval de la Creación de la Catedral de Gerona. Las representaciones de segmentos del tapiz introducen y preceden cada “viaje” (capítulo) de la obra. A mí, me parece como la descripción del tapiz pronostica/refleja algo o alguien en el segundo hilo que es la historia de Equis. Por ejemplo, El viaje, XIII: La Isla es precedida por una pasaje que describe un segmento del tapiz en que “una figura peregrina, que camina hacia alguna parte” (84). tapiz-creacion¿Puede ser esta figura peregrina la chica Graciela, “trayendo un largo estuche de guitarra, por todo equipaje” (85)? Tal vez esta relación es algo que se hará más evidente después de terminar la lectura del libro la semana que viene.

Otra técnica experimental es la estructura poco común. En vez de capítulos tradicionales hay ‘viajes’ que saltan desde un sitio a otro, y, es más, desde el pasado al presente sin una indicación clara de dónde llegue (o desembarque) el lector. En este sentido la narrativa no sólo sigue dos hilos, pero cada uno de los dos es fragmentado.

Además, el uso de notas de pie revela este carácter experimental de la narrativa. Algunos “viajes”, como el IV: Historia de Equis contienen mas texto en forma de nota de pie que texto en la trama principal. En esto caso, la nota de pie actúa como un sub-capitulo que explica un encuentro que tuvo Equis con una mujer en un bar americano. Esta nota de pie tiene un sub-trama, diálogo y su propio narrador omnisciente. A mí, me parece como a través de estas notas de pies Peri Rossi le otorga a sí misma el rol de editor, encima de ser autora. O, tal vez, debemos preguntarnos si esta editora es, de hecho, otro personaje y no debe ser relacionada con ella. Este elemento metatextual (¿es metatextual? Me pregunto esto porque es parte del texto y es escrito por Peri Rossi…) revela un juego que crea la autora para el lector, como indica bien en la página 37: “invito al lector a realizar un juego muy entretenido […] consiste en averiguar el verdadero nombre de las ciudades evocadas en el libro, en base a oportunas deducciones.”

Este juego señala otra técnica experimental. Hay un elemento de anonimato con que escribe Peri Rossi. Para empezar, el nombre del protagonista ‘Equis’ (X) señala que puede ser alguien, (¿o siempre es el otro?) mientras que sabemos los nombres de todos los personajes con quien se enfrenta. También, sabemos que el viaje lo lleva a ciudad A., B. y C., por ejemplo, por como ya mencioné, no sabemos los nombres propios de estos lugares en parte porque es un juego para el lector.

Todo esto sin mencionar que Peri Rossi también incluyó otros fragmentos extraños en este texto ya-fragmentado como “El Diario de A Bordo” (19), y el poema (¿?), “Las Leyes de la Hospitalidad” (38-39). Será interesante averiguar si la segunda mitad sigue este patrón experimental, y si este es el caso, averiguar también a dónde llevara este doble hilo narrativo.

Macabéa : the Poor Man’s María Eugenia

Acabo de leer La Hora de la estrella (1977) de Clarice Lispector y me siento como he leído otra Ifigenia. La Hora de la Estrella demuestra algunas paralelas con la de Ifigenia, notablemente esta estructura del texto dentro de otro. Otra vez tenemos este doble-autor (Lispector y el personaje del escritor Rodrgio), y un doble texto (el que es escrito por Lispector y el que es escrito por Rodrigo). Pero también, parece mostrar rasgos de la novela de Teresa de la Parra al nivel textual. Por ejemplo, las dos novelas cuentan una historia de una chica, huérfana, que vivía con sus tías, aunque Macabéa seguramente es menos afortunada. Macabea , cuyo nombre <<parece el nombre de una enfermedad, de una enfermedad de la piel>> (42), vive en un barrio pobre de Río de Janeiro, en vez de ser “pobre” pero de clase alta como Maria Eugenia. Es más, no está alabada por su belleza (porque no es bella), es enflaquecida (pero no porque es chic, sino porque tiene hambre), y no es amada por nadie (ni siquiera un hombre casado como Gabriel Olmedo). Por otro lado, las dos mujeres pasan un buen rato escribiendo, María Eugenia en su diario y Macabéa como mecanógrafa. También, las dos muestran una pasión por el cine / teatro.

Más importante, las dos historias giran alrededor de la cuestión de la vida, un tema que surgió una y otra vez en nuestras discusiones de Ifigenia, y un tema que otra vez surge en esta novela:

Tal vez la norestina ya hubiese llegado a la conclusión de que la vida incomoda bastante, el alma no cabe bien en el cuerpo, aun un alma pobre como la suya. Imaginaba la chica, llena de superstición, que si acaso llegara alguna vez a sentir un gusto muy grande de vivir, se perdería de pronto el encantamiento que la había convertido en princesa y terminaría por transformarse en un animal rastrero. […] Pero yo tengo plena conciencia de ella: a través de esa joven doy mi grito de horror a la vida. La vida que tanto amo. (32-33)

Aun más llamativo en cuanto a un paralelo entre estos dos textos es la muerte que marca el final de ambas novelas. En Ifigenia vimos una muerte literal de su abuela, pero también una muerte metafórica de una vida mejor con Gabriel. Al final de La hora de la estrella, Macabéa experimenta esta muerte literal y metafórica a la vez y instantáneamente cuando es atropellada por un Mercedes. Aunque su personaje no había soñado con una vida mejor durante la mayoría de la novela (mucho al disgusto de Rodrigo), en este momento trágico en que Macabéa sale del hogar de la adivina, acaba de recibir buenas noticias de amor y un futuro feliz, Lispector (y, por ende, Rodrigo) la sacrifica. Así, muere the poor man’s María Eugenia, aunque su última triunfa, tal vez, es que “ella estaba al fin libre de sí y de nosotros” (80).