Un aspecto de la Visión de los vencidos: crónicas indígenas de Miguel León-Portilla que me llamó la atención fue el yuxtaposición de la civilización y la barbarie. La narrativa predominante durante el apogeo del colonialismo era que los colonizadores no solo descubrieron las Américas, pero ayudaron a “civilizar” los pueblos indígenas. La mayoría de las veces, los colonizadores retrataban a la gente indígena como salvajes violentos con una forma de vida bárbara. En vez de ser retratados como invasores, los colonos se describieron como héroes a lo largo de la tradición literaria imperial. Este ensayo aborda los conceptos de civilización y barbarie de manera diferente, que es lo que lo hace tan único. Contradice la asociación de la cultura occidental con la civilidad y expone a los colonos como codiciosos, egoístas y brualmente violentos. Lo que hace que esta cuenta sea aún más interesante es que también reconoce la violencia que llevaban a cabo los pueblos indígenas. Sin embargo, León-Portilla hace claro que este violencia por la parte de la gente indígena fue el resultado del miedo y la paranoia, provocado por los colonizadores españoles. Este reconocimiento de la dualidad de la barbarie a través de la era del imperialismo hace que la narrativa se sienta más objetiva. Este ensayo es por lo tanto muy único, ya que la objetividad es una cualidad que muchas obras del canon literario colonial carecen.
Muchas gracias por este comentario tan interesante. Es cierto que se invierte aquí la famosa dicotomía entre civilización y barbarie. No sé si el texto es objetivo o no (se puede discutir este aspecto desde múltiples puntos de vista, y queda claro que acepto tu opinión), pero concuerdo totalmente en que es único.