“La Araucana” de Ercilla

Ercilla, a pesar de no estar en España muestra gran admiración y respeto por el rey Felipe II, ya que incluso le dedicó su obra la araucana, considero que Ercilla era una persona muy honesta, que pintaba las cosas como las veía, y tenía una gran pasión por lo que estaba escribiendo en ese momento, a tal punto de escribir en cuero de ser necesario, por eso se dice que cuando llega la inspiración no importa tiempo ni lugar, siempre hay que escribir. La araucana es un canto largo, pienso que abarca muchos aspectos éticos, amorosos, y que intenta que España se vea bien, así como también, considero que los detalles poco importantes para el autor eran simplemente un relleno en su obra, como el paisaje, tal vez el tipo de escritura, para él lo importante era contar la historia, inspirarse de otros e inspirar a otros, especialmente al rey Felipe II. En su canto nos muestra la belleza, el amor, y la importancia de tener un rey, según entendí en sus cantos nos habla de alguien diferente, es como si les dedicara esas partes a personas específicas que tienen un valor importante en su historia, él trata de mostrarnos ese valor que para él vale la pena.

Civilización y barbarie

Un aspecto de la Visión de los vencidos: crónicas indígenas de Miguel León-Portilla que me llamó la atención fue el yuxtaposición de la civilización y la barbarie. La narrativa predominante durante el apogeo del colonialismo era que los colonizadores no solo descubrieron las Américas, pero ayudaron a “civilizar” los pueblos indígenas. La mayoría de las veces, los colonizadores retrataban a la gente indígena como salvajes violentos con una forma de vida bárbara. En vez de ser retratados como invasores, los colonos se describieron como héroes a lo largo de la tradición literaria imperial. Este ensayo aborda los conceptos de civilización y barbarie de manera diferente, que es lo que lo hace tan único. Contradice la asociación de la cultura occidental con la civilidad y expone a los colonos como codiciosos, egoístas y brualmente violentos. Lo que hace que esta cuenta sea aún más interesante es que también reconoce la violencia que llevaban a cabo los pueblos indígenas. Sin embargo, León-Portilla hace claro que este violencia por la parte de la gente indígena fue el resultado del miedo y la paranoia, provocado por los colonizadores españoles. Este reconocimiento de la dualidad de la barbarie a través de la era del imperialismo hace que la narrativa se sienta más objetiva. Este ensayo es por lo tanto muy único, ya que la objetividad es una cualidad que muchas obras del canon literario colonial carecen.

Bartomolé: ¿colonizador disfrazado de defensor?

Antes de tratar de responder la pregunta, quiero mencionar que fue bastante doloroso leer el extracto de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias que teníamos asignado esta semana. No sugiero que no haga parte de las lecturas mandatorias del curso porque es importante conocer del texto y sus contenidos, pero de pronto sí que haya un trigger warning para futuros estudiantes en la clase. Es más que obvio por qué fue doloroso leer el extracto: la atrocidades que los españoles cometieron contra los indígenas es una muestra de lo peor que puede ser capaz el ser humano. La deshumanización es infinita y vil. Mientras leía el texto, sin embargo, cuestioné el retrato de defensor que se tiene de Bartolomé de las Casas, por las razones que voy a explicar aquí.

Bartolomé de las Casas nunca abandonó su propósito de evangelizar a los indígenas. Leyendo su relación, fácilmente podemos pensar que todo lo que de las Casas expone es en beneficio total para los indígenas. Y no digo que sus ideas no hayan invitado a muchos otros a humanizar a los indígenas – después de la deshumanización a la que habían sido sometidos – o que no haya, de alguna manera, mitigado la violencia física. Lo que quiero es invitar a que consideremos las consecuencias de la meta de de las Casas: tornar católicos a los indígenas.

Hacer esto requiere, primero que todo, completamente catalogar las creencias de los indígenas como inferiores. Creencias que han acompañado y guiado a los indígenas por milenios, y que le dan sentido a sus vidas. ¿Habrá Bartolomé considerado qué querían los indígenas? ¿Si algunos hubiera preferido no convertirse, lo hubiera respetado Bartolomé? Ni siquiera se puede decir que “no sabemos”; la evidencia histórica y contemporánea nos asegura que no, que Bartolomé no hubiera respetado la soberanía indígena sobre sus sistemas de creencias. ¿Por qué creo esto, se preguntarán? Como alguien religioso, Bartolomé tuvo que haber tenido la convicción profunda de que sus creencias eran la verdad. O sea, que su religión era la última palabra a la hora de explicar la realidad. Y con esa convicción y su puesto en la iglesia, Bartolomé naturalmente sentía la necesidad, como la sienten muchas personas religiosas, de hacer todo lo posible por que otras personas también crean en lo mismo. Este impulso es natural, pero lo que importa es su ejecución: con esto me refiero a que es normal que alguien piense así, pero lo que resulta en algo “malo” o “bueno” es lo que la persona haga con ese impulso. Con tal de que la persona respete lo que las otras personas decidan hacer frente a la propuesta de un nuevo sistema de creencias, todo está bien. ¿Hubiera un fraile en el siglo XVI, consciente del poder militar del gobierno al que pertenece, que ve a los indígenas como indefensos, inocentes, necesarios de guianza, respetado un “no” como respuesta? No. Si ese fuera el caso, hubiera impulsado una conversación con los indígenas para preguntarles si eso era lo que deseaban. Bartolomé quería colonizar las creencias de los indígenas. Colonizar un sistema de creencias es colonizar la mente. Colonizar la mente es colonizar cómo vemos el mundo y cómo interactuamos con él. Bartolomé de las Casas, como los soldados españoles a los que acompañaba, también era colonizador, solo que en la dimensión mental.

¿Qué conexión puede existir entre lo que de las Casas promovía y las escuelas residenciales en Canadá?

La Guerra “Justa”

En el PowerPoint de esta semana. Me llama la atención la definición de la guerra justa. Es un término que nunca había pensado. En mi opinión, todos los actos violentos son problemáticos. Nunca deberíamos llegar a matar gente para solucionar problemas. Tampoco estoy totalmente de acuerdo con Francisco de Vitoria. Por ejemplo, no creo que una guerra de castigo contra un enemigo culpable seria justa. Porque en final, la violencia solamente va a causar más dolor y daño, en vez de poner un fin de todo y llagar a un acuerdo pacífico.

Lo que me parece más problemático es que los presidentes de los Estados Unidos usan este término para justificar sus guerras en otros países. La guerra en Iraq, por ejemplo, sí fue una guerra contra un tirano. ¿Pero los Estados Unidos se metió en la política de Iraq solo para liberar la población de un mal gobierno, para mejorar la vida de la gente? No, el objetivo de esa guerra de parte de los Estados Unidos fue obviamente aliarse con los rebeldes para luego tomar control del petróleo de Iraq. Y murieron mucha gente inocente y la vida de los iraquis siguen siendo afectadas negativamente por esa guerra. En mi punto de vista, ninguna guerra es justa. Menos la defensa propia, pero para defenderse, tiene que haber una invasión, que no debería ocurrir en el principio.

Sobre segunda carta de relación

Fernán Cortés era realmente un hombre leal, y vivía por y para su rey, a tal forma que, según entendí, traicionó a su amigo Velázquez y me imagino que por esta razón de haberse ido así sin más de Cuba es que este lo manda a no sé si matar, pero si manda hombres a por él. A parte de esto, me parece que Cortés era una persona amable, humilde y de buen corazón, él narró las historias que tuvo que vivir en la nueva España y en su búsqueda, y la forma en que ayudó a todos esos aldeanos, esas mujeres y esos niños que eran asesinados en sus pueblos, cómo enfrentó a Mutezuma para derrocarlo, fue muy ingenioso ir en paz al inicio. También el hecho de que ayudaba a todos a su paso me parecía muy digno para ser alguien de esos tiempos, me demuestra que no todos eran malos, y que el rey tampoco tenía malas intenciones, fue inspirador cómo él les mostró el verdadero Dios, la verdadera religión a esos creyentes de dioses falsos, a esas personas que asesinaban animales solo por sacrificios a dioses que ellos mismos inventaron, por suerte a él se le tenía un cierto respeto, no sé si por la cantidad de hombres que lo acompañaban o si era como lo describen que inspiraba confianza, pero al final siempre lograba salirse con la suya, aunque esto signifique ayudarlos a no mentirse a sí mismos, de esta manera tan sutil consiguió que muchas personas siguieran al rey y lo respetaran, prometiendo lealtad al rey de España. Ha sido una carta magnifica, que me ha transportado a esa época, me siento feliz de saber que existió alguien como Fernán Cortés.

Sobre la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortéz

Leer tanto la relación de Cortéz como el análisis que le precede fue familiar y doloroso. Familiar porque recuerdo en quinto grado, cuando tenía 10 años, leer en mi libro de historia cómo la invasión española – a la que el libro catalogaba como llegada y descubrimiento – le otorgó acceso a los indígenas de valiosas costumbres y tecnologías. Con esta versión parcial y anti-indígena de la historia, recuerdo haber pensado cómo era aún necesario hacer esfuerzos para que las comunidades indígenas que habían en el resto del país – mi natal Colombia – se integraran a nuestra sociedad y dejaran sus costumbres, que se podían apreciar como simplemente un reflejo de una época más primitiva para la humanidad. Por supuesto, nunca pensé que esta asimilación debía hacerse de manera violenta, pero no le quita lo denigrante.

¿Por qué leer el análisis de la relación de Cortéz me recordó este momento y me resultó familiar? Porque, de nuevo aquí, no se hablan de las cosas cómo son. No se dice que Cortéz torturó y mató a miles de aztecas (al menos 3 mil como él mismo confiesa en esta relación), secuestró a varios también para usarlos como traductores o esclavos y ejecutó persecución religiosa, sino que se le caracteriza como poseedor de “[una] aguda consciencia política, [un] brillante uso de intérpretes y [de] inquebrantable voluntad…”. Como en ese libro de historia que yo leí hace más de 15 años, aquí tampoco se dice la verdad, y se glorifica la violencia de la que los invasores fueron responsables – sin mencionar la violencia, claro – como otorgadora de progreso. Y la razón por la cual fue doloroso leer la lectura asignada es obvia. La grandeza del imperio Azteca, superficialmente relatada por Cortéz y confirmada por hallazgos arqueológicos y demás, fue arrasada, totalmente destruída por la invasión española. Es una pérdida irreparable. De hecho se ha confirmado que es casi imposible calcular cuánto en su totalidad destruyeron los españoles. Pero hay algo que sí es reparable: el entendimiento que tenemos de lo que sucedió y de sus consecuencias para nuestra realidad. Para lograr esta reparación, debemos considerar la versión, la perspectiva, de las voces que por siglos se han ignorado – las voces indígenas – tanto para entender el pasado como el presente y escapar de la edad oscura que nos heredó la conquista.

La “Segunda carta de relación” de Cortés

Conquistando Conquistadores

Si bien, a lo largo de la segunda carta de relación de Cortés podemos observar el proceso de colonización de la ciudad Tenochtitlán poniendo fin al Imperio Azteca, entre líneas también encontramos otros datos que señalan otras actividades de conquista, pero esta vez, perpetuados por el pueblo Azteca.

En particular, la alianza de pueblos indígenas con el ejército de Cortes para desmantelar el gran imperio mesoamericano. En la carta conocemos de Cortes sus estrategias de alianzas para aumentar el número de su ejército, que claramente se veía en desventaja ante el azteca. Así, 6000 soldados tlaxcaltecas y  habitantes de Cholula se unirían. Esto a causa ser sometidos por el pueblo de Moctezuma: “unos naturales se quieren confederar con él contra Moctezuma pues, informa Cortés, <tenían con él muy continuas guerras>.”

Y es que los actos de colonización, aun en este contexto, no se limitan a las acciones por parte de los exploradores Españoles, si no es importante resaltar que el crecimiento de grandes imperios americanos (Incas, Aztecas, etc) se basa también en el sometimiento de pueblos menores. Esto toma particular importancia al considerar la reconstrucción de pueblos conquistados, en donde no solo se debería limitar a los conquistados por naciones europeas pero también incluir a los propios pueblos desaparecidos a manos de imperios americanos.

Las armas y los ejércitos mexicas | México Desconocido

Semana 4 – Segunda Carta de Relación

Esta carta, que fue escrita por Hernán Cortés, está escrita en primera persona como una carta y también una crónica de la conquista del imperio azteca. En todo el texto, Cortés se refiere frecuentemente a sí mismo de maneras arrogantes y egoístas; se describe a sí mismo como el arquetipo del conquistador español. Siente que debe de servir a Dios y el emperador y deseo a llevar la verdad y la civilización a la tierra conquistada. Hay mucho enfoque en el “yo” y retratarse a sí mismo como un héroe. También, hay mucho enfoque en la idea del excepcionalísimo español: cómo España es mejor en todas las maneras en comparación con la nueva tierra conquistada.

Me pregunto si este enfoque egoísta para escribir la carta es solo por la carta, porque cortes necesita la aprobación de España, o si es realmente como Cortés y sus hombres piensan de sí mismos. Mientras que hay mucha evidencia en el texto de una superioridad entre los conquistadores, también hay algunas frases conflictivas que no apoyan la idea de que Cortés sea el héroe que dice que ser. Necesitaría investigar más para descubrir que fue la respuesta de España, si el rey creía totalmente en Cortés o no.

Colón y la Tradición Epistolar

Con esta breve carta, escrita durante su viaje de regreso a través del Atlántico, cerca de las islas Canarias, Cristóbal Colón inicia el comienzo de un importante movimiento literario: la tradición epistolar latinoamericana.

Esta tradición consistía en cartas escritas por hombres europeos en el Nuevo Mundo y enviadas de vuelta a Europa a aquellos que financiaban sus expediciones, ya sean monarcas o hombres ricos e importantes. Estas cartas no estaban destinadas a ser estéticas, ni informativas; siempre fueron escritos con objetivos claros en mente. Por lo general, el objetivo era obtener más fondos para futuras expediciones, y los escritores intentarían manipular, halagar y convencer a sus benefactores a través de un argumento desarrollado y convincente.

La Carta a Luis de Santángel no es una excepción.

Desde el principio de la carta, Colón describe las islas que ha descubierto con su utilidad para la corona española en mente, aun si está entre las líneas. Las islas son “fertilísimas en demasiado grado [para cultivar]” (5); hay “hartos puertos en la costa [para atracar barcos]” (6); las montañas son “andábiles [para escalar]” (9); las tierras son “tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares” (19); y hay “grandes minas de oro y otros metales [para explotar]” (23). Claramente, el objetivo de Colón es convencer al rey y a la reina del valor de su descubrimiento.

Colón intenta halagar a los monarcas, llamándolos “ilustrísimos” (71-72), y solicitando “muy poquito ayuda que Sus Altezas me darán ahora” (68-69). Además, omite detalles importantes de su carta que pueden haber puesto en peligro su adquisición de fondos, como la correcta latitud de su descubrimiento, la munidad en su contra, y el hecho de que su buque insignia, el Santa María, había naufragado antes de que sus restos se utilizaran para construir La Navidad.

En parte debido a esta carta, Colón emprendió su segundo viaje al año siguiente, y así comenzó la colonización y esclavización de América Latina, así como el comienzo de una nueva tradición literaria.

Popol Vuh

Algunos de los aspectos de la lectura que me interesaron, fueron ambos los paralelos y las diferencias entre Popol Vuh y la Biblia. La sensación de calma y el vacío al principio de Popol Vuh (pp. 13-14) me recordó del libro de Génesis en la Biblia. Sin embargo, una diferencia interesante entre ambas historias de creación es los fracasos de los dioses en Popol Vuh en sus intentos de crear el hombre perfecto. La frustración y los intentos múltiples del Creador y del Formador casi los hacen parecer más humanos: “¿Cómo haremos para perfeccionar, para que salgan bien nuestros adoradores, nuestros invocadores?” (p. 20). Por lo contrario, en la Biblia Dios decide crear Adán y Eva y luego los crea con relativa facilidad. En comparación con el Creador y el Formador en Popol Vuh, el dios de la Biblia parece un poco más distante del mundo que crea porque carece de características humanas como el fracaso. 

También noté paralelos entre el diluvio producido por el Corazón del Cielo para castigar las criaturas defectuosas (p. 23) y la historia de Noé y el Arca en la que Dios crea una inundación para eliminar a los pecadores. Después de leer la introducción y la Primera Parte de Popol Vuh, me pregunté si estas similitudes se deben a la influencia del catolicismo que fue impuesto por los españoles o si estos elementos eran parte de la versión oral original. Es difícil de distinguir porque muchas religiones a menudo llegan a ideas similares como la de la vida después de la muerte. Entonces, si bien el tipo de lenguaje utilizado en Popol Vuh podría haber sido influenciado por la Biblia, existe la posibilidad de que algunos de los temas se originaron en la versión oral sin influencia europea.