Una característica común de los dioses a través de diversas religiones es que son todopoderosos, omniscientes y en perfectos. Sea Dios en el catolicismo o Zeus en la mitología griega. Por otro lado el Popol Vuh nos presenta a Tepeu y Gucumatz, el creador y el formador. Quienes en su travesía creando los animales y el hombre fallaran algunas veces antes de lograr lo esperado. Es una visión distinta de dioses, que pareciera contradictorio al momento de visualizar una entidad que es capaz de crear el universo, pero siento que hay un objetivo debajo de estos fallos y es el de dar un mensaje.
En particular con la creación de los animales y los hombres, a pesar de ser los dioses quienes fallaron, los que terminan pagando un castigo son los mismos nuevos seres a causa de las falencias con las que llegaron al mundo. Primero los animales quienes “fueron condenados a ser comidos y matados” (p.19). Luego los hombres de barro y madera quienes a causa de sus defectos, como no adorar a sus dioses o no tener memoria de ellos, recibieron la muerte (p.23).
En esa forma, se podría decir que el motivo de tal descripción de la mala fortuna de estos seres carentes fue para atemorizar a los creyentes, dándoles el mensaje de que si no se comunican con sus dioses (como los animales), no reaccionan (como los hombres de barro) o recuerdan a sus dioses (como los hombres de madera), serán inmediatamente castigados.
Referencias:
Popol Vuh: Las antiguas historias del Quiche de Guatemala. (1999). Panamericana Editorial.