1 de marzo, Miguel De Unamuno

Una de las cosas más interesantes para mí sobre esta historia es la perspectiva en la que está escrita. El hecho de que no sea ni Don Manuel ni Lázaro da una visión más amplia de cómo estos dos personajes importantes difieren del resto de la iglesia. El narrador también tiene una perspectiva única, ya que ella es muy cercana con estos dos personajes, pero no comparte la misma relación que ellos tienen.

Disfruté leyendo esta historia, ya que las dificultades internas que soporta Don Manuel, y optar por compartirlas con Lázaro pero nadie más, es fascinante. Me parece muy interesante que no comparta sus problemas y falta de fe en una vida futura con el resto de la iglesia porque no lo entenderían.

Mi pregunta es: ¿Don Manuel guardaba su secreto desinteresado o venía de tener miedo?

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