Al acabar de leer esta novela había dos temas que pensaba yo que destacaban. Dos temas entrelazados. La identidad y la decepción. Para mí, la identidad es un concepto bastante complejo que no tiene una definición sencilla. Hay muchas dimensiones que hay que tomar en cuenta cuando uno intenta definir los parámetros de la identidad. Estas dimensiones incluyen etiquetas culturales, raciales y étnicas. También, incluyen identidades ideológicas, identidades físicas e identidades sexuales. Todos estos parámetros contribuyen a la noción de la identidad y por eso, en mi opinión, resulta muy difícil de categorizar a la gente.
La identidad juega un papel muy importante en esta novela. El playground permite que sus usuarios crean sus propias identidades ficticias, en esencia creando una oportunidad de despegarse de la realidad. Este despliegue es reforzado por la ‘directiva principal’ del juego, es decir, no se puede reconocer la falsa realidad que presenta el playground. Pero esta idea de la fragilidad de la identidad se manifiesta más allá del videojuego. Se manifiesta en los personajes mismos. En específico, quiero mencionar a tres; Albert, Ramírez-Graham y a Turing mismo vemos que para ellos la identidad no es algo permanente, sino que es algo bastante flexible que cambia a lo largo de que pase el tiempo, o que el individuo se tope con nuevas experiencias, ideologías o descubra un poco mas de la realidad de su situación, como es el caso con Turing y porqué recibió ese apodo.
Albert para mi es el personaje quien más demuestra la flexibilidad de la identidad. Un alemán que fue ex -CIA y ahora trabajaba para la cámara negra en Bolivia. Está claro que demuestra una identidad bastante fluida, ya que con la identidad provienen las alianzas y la trayectoria de su carrera muestra que no tiene ningún problema cambiando de lado ideológico. Lo mismo se puede decir de Ramírez-Graham. Un americano con padres bolivianos que habla español con un acento americano muy fuerte recibió el pasaporte boliviano tras aceptar el puesto de jefe de la cámara negra. El pasaporte es una indicación legal de identidad y a Ramírez-Graham le dieron esa identidad casi artificialmente. Porque está claro que a lo largo del libro vemos que prefiere ser visto como americano.
Albert también influye la identidad de Miguel Sáenz. Es el que inventa el apodo de Turing, una referencia al famoso Alan Turing. Todos los años que Miguel trabajaba para Albert tenía claro que su apodo estaba basado en el elemento de genio criptógrafo que era Alan Turing. Pero como descubrimos casi al final del libro esto no es el caso: “Me dio la impresión de un ser tan dedicado a su labor. Tan poco afecto a las distracciones… que parecía una computadora universal de Turing… Todo lógica… Todo input… Y todo output… Ahí se me ocurrió bautizarlo como Turing”. El narrador continúa diciendo que Miguel “siempre creyó que el apodo se debía a su talento para el criptoanálisis. La razón era otra”. Esa otra razón es la capacidad de Miguel de ser como una máquina, de hacer su trabajo sin cuestionar órdenes y sin ninguna precaución a las consecuencias de sus acciones. Es en este momento cuando Miguel se da cuenta de que su identidad como Turing no era lo que pensaba. Porque ahora se da cuenta que todos los crímenes de la dictadura eran facilitados por él, que significa que es cómplice con las atrocidades de esa dictadura y ahora con la reinvención Vuelca completamente como se identifica el como una persona.
Me gustó mucho como se enfrentó al tema de la identidad en este libro, especialmente con la involucración de la tecnología que es un parámetro agregado a la que la humanidad nunca se ha tenido que enfrentar antes. Me gustaría explorar como el tema de identidad en este libro se puede comparar con lo que está ocurriendo en Bolivia ahora mismo.
Visto que las identidades no son fijas, como se puede ver a través de algunos de los personajes en su libro ¿Cree usted que la incorporación a la constitución boliviana de la wiphala ha atribuido a la fractura de la identidad boliviana?
Si es verdad que la identidad o en otras palabras la fachada de la identidad es un gran tema en este libro. Sería interesante ver si hay comparaciones con lo que está ocurriendo en Bolivia hoy en día. De la misma manera tal vez esta tema de la identidad y la tecnología pueda ser un comentario social universal. Teniendo en cuenta que estamos viviendo en el tiempo de la technologia donde mucha gente tienen sus perfiles y suben fotos para representarse de una manera que solo muestra partes específicas de su verdadera identidad. ¿Piensas que pueda ser una crítica social?
Ciao Mattia 😛
puesto que la novela vierte sobre la idea de identidad y de sus pliegues y que, por lo visto, fue un tentativo de reflexionar sobre los múltiples niveles de la realidad (de los años en los que fue escrita la obra), habría sido muy interesante escuchar la respuesta de Edmundo a tu pregunta. ¡Qué pena no le hayas hecho tu pregunta ayer!
Hola Matias,
Me interesan tus pensamientos de “El delirio de Turing, específicamente esos de la identidad.
Pensaba mucha de la importancia del papel del punto de vista por toda la novela: entre primera, segunda y tercera persona. Se pierde la identidad de Miguel por la presentación de él en la segunda persona, eliminando su identidad y la identidad como un@ lector también.
Que tengas un buen finde semana,
Craig
Lo que dices me hace pensar que tal vez la identidad sería una caja siempre dispuesta a recibir un input y un output, ¿no? Tal como Saenz, no obstante, ¿cuántos procesos de estos puede soportar esa caja?