Peru Election 2006

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José Antonio García Belaunde on Michelle Bachelet and Evo Morales

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¿Nuevos líderes, política nueva?
José Antonio García Belaunde, Embajador
El Comercio, 25 de enero del 2006

Los triunfos de Michelle Bachelet y de Evo Morales sugieren varias reflexiones. La que me interesa avanzar es que estamos ante dos líderes que –en su respectivo contexto– tienen un discurso a favor del cambio y que este tiene que ver no solo con la política interna, sino también sus políticas exteriores y, en especial, con las relaciones entre ambos países.
Empezaré diciendo que el gesto de Morales de invitar a la transmisión del mando al presidente saliente de Chile y a la presidente electa fue audaz. Hace casi treinta años que rompieron sus relaciones diplomáticas, a raíz del fracaso de las negociaciones para una salida al mar de Bolivia, luego del famoso “abrazo de Charana”, entre Bánzer y Pinochet. Treinta años reducidos a solo una representación consular y de tensión latente. La visita de Lagos, un evento en sí mismo dentro de la ceremonia y festividades del cambio de gobierno, representa una apuesta importante de la diplomacia chilena por el cambio en sus relaciones vecinales. Estuvo inteligente Morales en invitarlo y Lagos en aceptar la invitación (que debe haber consultado con su sucesora).
Pero no se trata únicamente de gestos que despiertan entusiasmo en los medios de comunicación. Bachelet ha declarado que desea tener una agenda abierta con Bolivia; no habrá temas tabú y, por tanto, la mediterraneidad boliviana estará incluida y, sin duda, será muy importante. Se abre una nueva etapa en las relaciones boliviano-chilenas con presidentes que tiene mandatos populares claros y enorme legitimidad. Para usar la expresión de Rafael Roncagliolo, en reciente artículo, son presidentes fuertes.
Prever hasta dónde puede avanzar esta relación en el futuro es tarea riesgosa. Cabe, sí, especular a partir de estos líderes. Empezar por señalar la naturaleza de Morales. Para quienes solo han guiado su juicio a partir de lo publicado en la prensa hostil que lo satanizó, desde que emergió como líder cocalero y rival de Sánchez de Losada, Morales los ha sorprendido con sus declaraciones recientes, particularmente durante su viaje por Europa. Pero quienes lo han seguido sin prejuicios, conocen de su inteligencia y su formación sindical (sabe negociar), no se sorprenden que haya dicho, por ejemplo, que si el TLC o el ALCA sirven a los intereses de Bolivia, él los firmará. Un nacionalismo pragmático pareciera que orientará su gestión. Será a éste que deberá recurrir en su negociación con Chile.
Bachelet, por su parte, no es una política bisoña. Dos carteras importantes (Salud y Defensa) ejercidas con brillantez durante el régimen de Lagos la habilitan para ser estadista. También su vocación por el cambio y su propósito de mejorar las relaciones vecinales, tanto como superar lo que en Chile mucha gente considera, que hoy están aislados de América Latina.
Pero ambos pueden tener vallas difíciles de vencer. El maximalismo en el lado boliviano y la resistencia a alterar posiciones tradicionales en el lado chileno pueden ser obstáculo serios para renovar las relaciones entre ambos. Poderes fácticos, que llaman, son realidades de la vida política y será con ellos que ambos deberán lidiar si quieren dejar atrás un pasado de desencuentros y resentimientos.
¿Y el Perú?. Creo que nada le puede interesar más que sus vecinos se entiendan y que este entendimiento sirva para recomponer y enriquecer la relación del sur peruano, occidente boliviano y norte chileno y así poder abordar los inmensos desafíos que plantea nuestra vecindad. Quizá sea este el momento de reiterar que no existe tal cosa como el candado peruano y que no sereremos impedimento para una salida al mar de Bolivia.

Written by Michael Ha

January 25th, 2006 at 7:53 am

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