Peru Election 2006

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Local Analysis of the Election Results

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Un país fragmentado
Por Augusto Álvarez Rodrich, Director
Perú 21, 10 de abril del 2006

Los resultados oficiales y privados que estaban disponibles al cierre de esta edición sobre la elección de ayer no permiten concluir quién acompañará a Ollanta Humala en la segunda vuelta del año 2006.
La diferencia escasa de medio punto entre Lourdes Flores y Alan García en el registro de Apoyo, y de solo 0.15 en el de Transparencia -alrededor de 24,000 votos-, impide determinar quién logrará seguir en la carrera electoral, y abre un período de incertidumbre que implica no pocos riesgos para el país.
El peligro es que la pugna voto a voto entre Unidad Nacional y el Apra, mediante impugnaciones y objeciones de diversa índole ante la ONPE, abra grietas tan profundas entre ambas agrupaciones, que haga imposible algún tipo de acuerdo posterior a la elección.
La guerra sucia de las últimas semanas de la elección puede ser nada en relación con lo que se puede desencadenar en los próximos días, debido a que está en juego no solo el pase a la segunda vuelta, sino la eventual jubilación política de quien pierda.
Esto es particularmente relevante si se tiene en cuenta que el elector no le dio un respaldo sólido a ningún candidato. Ollanta Humala obtuvo alrededor del 30 por ciento del voto válido -bastante menos de lo que esperaba-, y aseguró su pase a la segunda vuelta, pero esto no representa un caudal político suficiente para la ejecución de varias reformas que ha propuesto, como la constitucional.
Lo mismo ha sucedido con Lourdes Flores y con Alan García, cuyo respaldo equivale a la quinta parte de la población. En este sentido, el país que sale de esta elección es uno fragmentado, sin liderazgos claros, con evidentes diferencias regionales y por el tamaño de la billetera, y con un claro enfrentamiento entre la capital de la República y las provincias.
Además, es un país en el que se están constatando expresiones de intolerancia y violencia como mecanismos de interacción de las personas y de las instituciones. Como, por ejemplo, la lamentable agresión a Humala ocurrida ayer en el centro de votación al que acudió, similar a la que sus huestes provocaron durante la campaña.
Dentro de los agravios e insultos que han acompañado a buena parte del proceso electoral, un tema central que ha estado presente a lo largo del mismo es la aceptación, por parte de la mayoría de candidatos, del mal funcionamiento del régimen político, el cual se muestra incapaz de intermediar, con eficiencia, las demandas de la población hacia los centros en donde se toman las decisiones vinculadas a las mismas.
Al mismo tiempo, la campaña también ha producido un consenso relativamente amplio en el sentido de que se necesita un conjunto de reformas profundas para lograr que los beneficios del progreso económico sean compartidos por toda la población y no -como hasta ahora- por unos cuantos. Seguir esperando a que el crecimiento económico ‘chorree’, simplemente constituiría una receta para el desborde social.
El problema es que ninguna de las principales agrupaciones políticas ha demostrado, en lo que va de la campaña, contar con ideas precisas e innovadoras para enfrentar ambos desafíos -el de la reforma política y la económica- y, en todo caso, su puesta en práctica demandaría una acción mancomunada entre ellas.
Por ejemplo, para reconstituir un Estado con la capacidad de servir al ciudadano con eficiencia y oportunidad, y no a trompicones y cuando ya ha estallado la bomba, como ha sido la pauta de los últimos años.
¿Cómo afrontar estos retos con una representación política fragmentada como la que ha salido de la elección de ayer, y donde las principales agrupaciones parecen tan enfrentadas entre ellas?
En el corto plazo, pensando en la elección de la segunda vuelta, la pugna entre Unidad Nacional y el Apra, para definir cuál de ellas sigue en la competencia, les significará un serio obstáculo para cualquier tipo de acción conjunta durante lo que queda de la campaña.
Por otro lado, también se corre el riesgo de que la agrupación de Ollanta Humala -que ha ganado más de un tercio del próximo Congreso- quede aislada al quebrarse la posibilidad de un entendimiento con el resto de fuerzas políticas. A su vez, es previsible que este partido tenga, por la conformación acelerada e improvisada que tuvo, muchas inconsistencias en su interior.
Tolerancia, aceptación de las diferencias, el reconocimiento de que ninguna agrupación podrá emprender, sola, la tarea de darle al país un curso de solución de sus problemas más apremiantes, y que, por lo tanto, deberán concertar los caminos por los que deberán transitar, es lo que se necesitará para darle viabilidad a la gestión gubernamental del lustro siguiente.
Lamentablemente, un escenario como ese puede verse lejano no solo por el resultado de la elección de ayer, sino -lo que parece más importante- por la manera como se condujo el proceso de los últimos meses, en el que se pueden haber producido diferencias que luego hagan inviable un acuerdo básico como el que será indispensable alcanzar para que se trabajen alternativas dentro del marco básico del respeto por las institucionalidad jurídica elemental.
Como se ve, en todo este contexto, la elección del próximo presidente de la República no deja de ser un asunto relevante, pero, más allá de eso, lo fundamental será, al margen de quien llegue finalmente a Palacio de Gobierno, el tipo de acuerdos políticos que se puedan alcanzar entre fuerzas que pueden tener un proceso de creciente enfrentamiento.
Humala: ¿se repetirá la segunda vuelta de Vargas Llosa?
Por Juan Carlos Tafur. Columna del Director
La Primera, 10 de abril del 2006

El triunfo de Ollanta Humala en la primera vuelta de ayer tiene, curiosamente, un aire semejante al que tuvo el de Mario Vargas Llosa en las elecciones de 1990, cuando, a pesar de encabezar los resultados, el horizonte no se le asomaba propicio.
Quienes mejor parecen saberlo son los propios dirigentes y voceros del humalismo, que ayer no mostraban rostros de entusiasmo ni mucho menos.
Humala ha tenido –de confirmarse los datos preliminares– la votación más baja obtenida por el ganador de la primera vuelta desde 1980 hasta la fecha y no se ve por dónde podría obtener un trozo electoral que le permita crecer para asegurar el triunfo definitivo en la segunda vuelta, más aún cuando la diferencia con quien lo sigue es bastante reducida.
El partido “todos contra Ollanta” que el candidato nacionalista ha etiquetado lo ha creado, literalmente, él, con su beligerancia y descalificación global del resto. No se ve, pues, de dónde pueda cosechar algo más de lo ya logrado.
Pero a eso se le suma un hecho notorio, como es que la fecha de las elecciones lo coge en plena caída debido a denuncias no respondidas correctamente y que seguramente van a continuar y arreciar en el largo mes que falta para definir la contienda.
Así como el programa de Vargas Llosa y su radicalidad agresiva contra sus adversarios terminaron por enajenarle cualquier posibilidad de mantener su distancia respecto de Fujimori, hoy parece que –aunque desde el otro espectro ideológico– Humala ha logrado construir una trinchera a la cual difícilmente se van a sumar ni Unidad Nacional, ni el APRA, ni el fujimorismo, ni el peruposibilismo, ni los seguidores del Frente de Centro, mucho menos los seguidores del sorprendente Lay (quien ya anunció su rechazo total a respaldar un proyecto autoritario).
Fue anticipado: más fácil le iba a resultar a Humala ganar la primera vuelta que hacerlo en la segunda. Y al revés: más difícil le iba a ser a Lourdes Flores o Alan García pasar a la segunda vuelta que ganar en ésta.
Sin pecar de pitonisos, no resulta improbable, por ello, que el próximo presidente de la República sea quien acompañe a Humala en la segunda vuelta. Y si se toma en cuenta la composición del Congreso, resulta inclusive más fácil el escenario de gobernabilidad que se le presenta al binomio Flores-García, que al líder nacionalista.
Estaríamos, pues, ante un triunfo pírrico de Humala. Salvo que su contendor cometa estropicios mayúsculos o él mismo diseñe un cambio de estrategia de tal magnitud que logre cambiar su rostro y resolver las controversias, que no ha querido enfrentar en la primera vuelta, la segunda vuelta no le muestra una perspectiva sonriente sino todo lo contrario.
Todo esto sigue siendo pura especulación en un país de una volatilidad que ya parece patológica, pero una revisión de las segundas vueltas acaecidas en el Perú demuestra, al menos, que en ellas se suele decantar pasiones y ponderar más las razones.
Y en esa perspectiva también resulta más afectada que el resto la candidatura de Humala, surgida en gran medida por un estado de ánimo antes que por una convicción.
Las caras largas de los voceros del nacionalismo en su propio local partidario son, quizás, la mejor constatación de que la procesión va por dentro y lo que se huele no es precisamente el triunfo seguro e indetenible.
Pablo Bustamante dice que Lourdes Flores careció de una estrategia de contingencia
La Primera, 10 de abril del 2006

‘No tuvo capacidad de respuesta’
Para el analista político y económico, Pablo Bustamante, la candidata presidencial Lourdes Flores Nano perdió la oportunidad de asegurar su pase a la segunda vuelta por no tener una estrategia de contingencia ante los ataques que recibió, no sólo de Alan García y Ollanta Humala sino, también, de los denominados candidatos chicos.
“Lourdes recibió ataques muy duros de Ollanta Humala y Alan García, que veían en ella el enemigo a derrotar para asegurarse un lugar en la segunda vuelta, pero su candidatura se vio mellada también por Valentín Paniagua.
Martha Chávez y Susana Villarán, quienes se dedicaron en las dos últimas semanas a sacarle puntos. No demostró tener un plan de contingencia”, sostuvo.
Bustamante insiste en que el principal error de Flores Nano y su equipo de campaña fue no saber afrontar con sagacidad ese cargamontón “del cual no supo defenderse”.
“Ese ataque por arriba, por abajo y los costados surtió efecto y bajó su aceptación. Lourdes tuvo una campaña propositiva pero muy débil en su capacidad de comunicación y, aunque fortaleció hacia el final su capacidad de mensaje, cometió la inmensa falla de ser la única comunicadora. Ella necesitó un equipo, le faltó reaccionar rápido”, subrayó.
Rechazo hacia Humala
En cuanto al triunfo de Ollanta Humala con cerca del 30% de la votación, según Transparencia, Belaunde sostuvo que ese porcentaje no era el que esperaban en UPP, y que en su concepto la lección que deja su triunfo es que su propuesta antidemocrática fue rechazada.
“Si descontamos los votos nulos y viciados, no tiene más del 27%. Eso quiere decir que su propuesta, que pretendía romper con la democracia y la economía de mercado, base del trabajo de los peruanos, alcanzó un apoyo relativamente pequeño.
Se trata de una propuesta extremista, propone una receta agresiva y de ruptura que el país ha rechazado”, enfatizó.
Ante ese panorama, pidió, a quien resulte finalmente su contendor en segunda vuelta, juntarse con los representarse de otros partidos democráticos y apostar por un compromiso nacional por la democracia.
Pactar Aalianzas
Belaunde sostuvo que ante la eventualidad de que sea Flores Nano quien acompañe a Humala Tasso a la fase definitoria, lo más probable es que el Apra firme una alianza con UN y no con UPP. En ese sentido, le aconsejó a Lourdes abrirle los brazos a García Pérez. “Jorge del Castillo podría ser un excelente jefe de Gabinete de Lourdes. Una alianza entre el Apra y UN sería una suerte de gobierno bisagra para que el país continúe creciendo”, sentenció.
Editorial: Triunfó la democracia; ahora a construir consensos
El Comercio, 10 de abril del 2006

La jornada electoral de ayer ha sido una demostración cívica de que, a pesar de todo, los peruanos valoramos la democracia. En lo formal, mayoritariamente los ciudadanos hemos acudido a votar con entusiasmo y responsabilidad, aunque haya que lamentar algunos escasos incidentes bochornosos.
Y, a la espera de los resultados oficiales de esta reñida contienda, lo único definitivo es que nadie la ganó en primera vuelta y que iremos a una nueva votación entre el candidato Humala y aquel que finalmente ocupe el segundo lugar.
DISCREPAR SIN AGREDIR NI MANIPULAR
En tan delicada coyuntura, reiteramos el llamado a la calma y la cordura para no inflar expectativas y evitar excesos de triunfalismo partidario.
Los organismos del sistema electoral, particularmente la ONPE, han cumplido una meritoria labor, pero les aguarda otra igualmente titánica para dar resultados oficiales y manejar un nuevo proceso, bajo fuertes presiones de plazos y altos estándares de eficiencia y credibilidad.
La misma invocación tiene que hacerse a la ciudadanía, que en medio del calor de la contienda no puede caer en condenables conductas agresivas, como ocurrió ayer contra Ollanta Humala, por parte de un grupo de votantes. Hay que aprender a respetar las opciones distintas sin caer en el juego sucio del violentismo, que es justamente lo que se le critica al agredido. Si discrepamos de algún candidato, pues la manera democrática de hacerlo es a través del voto en el ánfora.
Dicho esto, sin embargo, debemos reprobar igualmente la inoportuna y manipuladora reacción del candidato: contraviniendo la ley electoral, se lanzó a una conferencia de prensa que se convirtió en un ataque absurdo a sus contrincantes y en un alegato propagandístico, lo que es más criticable ya que se dio cuando aún no había concluido la jornada electoral.
URGENTE CONCERTACIÓN DEMOCRÁTICA
Ahora bien, estamos terminando una etapa del proceso electoral y empieza otra muy delicada que debemos evaluar bajo tres consideraciones:
Primero, si miramos las tendencias resultantes desde una perspectiva amplia, es saludable y esperanzador que las candidaturas de legítima y probada vocación democrática hayan superado en conjunto a aquellas de contenidos ambiguos e intolerantes. Ello revela la prioridad que aún tienen para muchos ciudadanos el respeto a la división de poderes y a valores intrínsecamente democráticos, como la libertad de prensa y las garantías para una economía de libre competencia que pueda consolidar los logros macroeconómicos.
Segundo, no podemos desdeñar, sin embargo, el tercio de votación humalista, que debe merecer un análisis desapasionado. Dentro del juego democrático es amplio el abanico de posibilidades partidarias, pero es obvio que la votación mencionada no responde tanto a una organización partidaria o doctrinaria, cuanto a una visceral reacción de un sector que no se siente representado por el Estado y que canaliza sus reclamos en una candidatura contestataria y antisistema que, más que proponer, apuesta a oponerse y a amenazar.
MEA CULPA Y AJUSTES NECESARIOS
Tercero, se torna urgente y necesario que, cualquiera que sea quien llegue a la segunda vuelta, los candidatos genuinamente democráticos –restañados los roces y desencuentros de la primera– se aglutinen en torno a una agenda de principios y a un plan de gobierno que apele a su generosidad y saque lo mejor de ellos: su vocación democrática y su compromiso con la institucionalidad y la estabilidad política, económica y social. Esto es ahora algo impostergable para asegurar la gobernabilidad y la viabilidad del Perú.
Sin embargo, precisamente por ello no se puede dejar de lado a aquel tercio de peruanos mencionado previamente. Por el contrario, esto debe tomarse como un llamado de atención a los políticos para, sin demora, hacer el mea culpa necesario y enfrentar los urgentes ajustes a la organización del Estado. De este modo podremos romper las barreras de la exclusión y la incomunicación y tender puentes de diálogo para construir un mejor país que sea genuinamente de todos y para todos.
La urgencia de una coalición democrática
Diego García Sayán, ex canciller de la República
El Comercio, 10 de abril del 2006

DEMOCRACIA EN JUEGO. Hay que ponderar el bajo ausentismo de ayer. Empieza ahora una nueva etapa que exige a los dos candidatos a la segunda vuelta un gran esfuerzo para llevar adelante una campaña racional y democrática
Al momento de entregar este artículo (siete de la noche del domingo), la información no es definitoria sobre quién competirá en la segunda vuelta con el candidato de UPP, Ollanta Humala. El final entre Alan García y Lourdes Flores será de fotografía.
La recién finalizada campaña para la primera vuelta permite sacar al menos cuatro conclusiones preliminares. Primero, que ha sido una campaña muy pobre de ideas, debates y propuestas. Salvo la notable excepción de Valentín Paniagua, el importante Acuerdo Nacional quedó en la refrigeradora (¿o congeladora?). Lo que ha prevalecido todos lo hemos visto: el ataque personal bajo, el culto a la ‘encuestocracia’ en torno a la cual la prensa armó titulares y muchos candidatos fueron escogiendo ofertas que sonaran rentables en función de esos sondeos. Los peruanos y peruanas nos quedamos con los crespos hechos en torno a temas claves. Por ejemplo, ¿cómo se mejorará la calidad de la educación y de la salud públicas?, o ¿cómo se reducirá la pobreza y aumentará el empleo en los próximos cinco años?
En segundo lugar, no puede soslayarse el papel de los medios de comunicación. Que –con pocas y honrosas excepciones–, han resaltado y levantado lo peor de la campaña, los ataques bajos y toda suerte de diatribas que, por lo visto, ‘vende’. También han repetido la experiencia de las elecciones de 1990. De abrumar con la promoción de un candidato, en ese entonces, a intentar demoler a otro en esta ocasión (luego de haberlo ‘levantado’ como cosa ‘curiosa’ al inicio), pero en las dos oportunidades poniendo de manifiesto la ineptitud de los medios para persuadir a la población con un mensaje que se torna monocorde.
En tercer lugar, que hoy se inicia la segunda vuelta y, con ello, se plantea exigencias políticas de naturaleza muy específica y concreta. Para tratar de conseguir que en esta ocasión los ejes de la campaña sean las propuestas de plan de gobierno y los debates sobre los mismos y no las anécdotas que han marcado la primera vuelta.
En cuarto lugar, lo urgente e indispensable que es constituir una coalición democrática. Pero vertebrando una verdadera convergencia sustantiva para un gobierno de cinco años y no acuerdos políticos de corto plazo sobre composición de gabinete o designaciones en puestos públicos. Urge tal acuerdo, basado en ejes programáticos de gobierno, para enfrentar los problemas nacionales prioritarios. Existe la base del Acuerdo Nacional al que habría que sacar de la congeladora ya. Además de ello, algo evidente: solo una coalición democrática que se geste en esta fase puede traducirse en el triunfo de cualquiera a quien le corresponda competir con Ollanta Humala y, lo que es más importante, en garantizar la gobernabilidad nacional para los próximos años.
En este proceso de vertebración y gesta democrática, la figura que encarna decencia, firmeza y desprendimiento, expresada en la candidatura de Valentín Paniagua, debería ser una pieza articuladora de enorme importancia. Se trata de ponerse a trabajar ya en esto.
Habemus segunda vuelta
José Luis Sardón, Analista Político
El Comercio, 10 de abril del 2006

En los momentos en que escribo estas líneas, las cifras de conteo rápido difundidas por la ONPE y otras fuentes permiten indicar que tendremos una segunda vuelta. La realización de esta no constituye una sorpresa. Ninguna de las encuestas que se publicó durante la campaña señaló que se tendría un ganador en primera vuelta. En ese sentido, la segunda vuelta resultaba completamente previsible.
En realidad, tanto las últimas encuestas publicadas como aquellas que circularon clandestinamente durante la semana de veda informativa coincidían en señalar una caída en la intención de voto por Ollanta Humala, quien, por cierto, nunca estuvo cerca de conseguir la Presidencia de la República en primera vuelta. La popularidad de Ollanta Humala ha tenido subidas y bajadas; no ha seguido una línea ascendente recta.
La encuesta de Apoyo publicada una semana antes de las elecciones señalaba una caída de 2% respecto de aquella difundida la semana anterior. La intención de voto por Ollanta Humala había pasado de 33% a 31%. El conteo rápido indica que en la última semana ocurrió un pequeño declive adicional, puesto que Ollanta Humala habría superado ajustadamente el 30%.
Así, debe señalarse que las encuestas han quedado validadas por los resultados. Los cuestionamientos de los que fueron objeto en los días previos a las elecciones pasaban por alto el hecho de que en el Perú se tiene por lo menos media docena de encuestadoras con trayectoria en investigación de la opinión pública. La mejor garantía de seriedad de las encuestas radica, pues, en la competencia que existe entre ellas. ¿Quién disputará la segunda vuelta con Ollanta Humala? Los resultados del conteo rápido que se tiene en el momento en que escribo estas líneas, insisto, indican que será la candidata de Unidad Nacional, Lourdes Flores. La diferencia en las votaciones obtenidas por Lourdes Flores y Alan García es ajustada, pero pareciera suficiente como para realizar tal afirmación.
Por cierto, este hecho también es consistente con lo que anunciaban las encuestas. La intención de voto por Lourdes Flores venía declinando desde el 37% alcanzado a finales de enero. Sin embargo, este declive no llegó nunca a colocarla por debajo de Alan García. Lo que al final se podía prever, por tanto, era un desenlace ajustado, pero favorable a Lourdes Flores. Eso sería, exactamente, lo que ha ocurrido.
¿Acertarán las encuestas en el resultado de la segunda vuelta, tal como han acertado respecto de la primera vuelta? Todas las encuestas publicadas una semana antes de las elecciones indicaban que, en la segunda vuelta, Lourdes Flores vencería a Ollanta Humala por un amplio margen. Igual pronóstico formulaban las que circularon durante la veda informativa.
¿Podrá ocurrir algo que cambie este desenlace? Difícilmente. La segunda vuelta está anunciada para dentro de un mes. En ese tiempo, es verdad que pueden ocurrir muchas cosas, pero acaso no tantas como para eliminar la diferencia de alrededor de 10% en la intención de voto en una segunda vuelta probablemente entre Flores y Humala, que venían registrando las encuestas.
El Perú resultaría, así, el segundo país sudamericano presidido por una mujer. A diferencia de Michelle Bachelet en Chile, sin embargo, Lourdes Flores no contaría con mayoría en el Congreso. En todo caso, resulta claro que a ella le sería más fácil encontrar aliados congresales que a Ollanta Humala.
Las cifras macroeconómicas no deciden las elecciones
Fernando Villarán, Ex ministro de Trabajo
El Comercio, 10 de abril del 2006

Es un lugar común decir, como se ha hecho en los últimos meses, lo bien que le ha ido al Perú en sus resultados macroeconómicos; el crecimiento del PBI, las exportaciones, las reservas internacionales, la inflación, las inversiones, las utilidades de las empresas, han mostrado resultados muy positivos ya sea para estándares nacionales como internacionales.
Pero estas cifras no votan, votan los ciudadanos y ciudadanas, el 52% de los cuales vive en situación de pobreza, el 75% está desempleado o subempleado, 66% es informal, el 70% no tiene jubilación. Son las cifras que grafican la exclusión de la mayoría de peruanos de la modernidad y sus beneficios. Ellos se han pronunciado en esta primera vuelta, como lo han hecho en los últimos 17 años, votando por un candidato ajeno a la clase política tradicional: Ollanta Humala. Mayoritariamente, los excluidos se han pronunciado con claridad a favor de un candidato que viene de afuera, que significa un rechazo al actual estado de cosas, y representa para ellos la esperanza de que su situación concreta se modifique, en un sentido mejor.
El mensaje es claro, y debemos tomar nota la sociedad entera; si no hacemos cambios sociales profundos, dentro de cinco años volveremos a tener una situación igual o peor, creando más incertidumbre e inestabilidad. Cualquiera que sea el resultado de la segunda vuelta, cualquiera que sea elegida o elegido presidente debe trabajar con el objetivo de la inclusión social y económica entre ceja y ceja, dejando para un segundo plano los otros objetivos y prioridades nacionales. Creación de empleo decente, educación de calidad para todos, encadenamiento de las micro y pequeñas empresas al mercado mundial, ninguna tolerancia a la discriminación, que son los grandes integradores, deben estar en el primer lugar de su agenda. Con ello, se va a poder lograr que las cifras económicas se asocien y expresen las cifras sociales; su gran reto va a ser juntar ambas cifras, ambos mundos, ambas lógicas.
Rincón del autor: Hambre de valores
Richard Webb
El Comercio, 10 de abril del 2006

En mi opinión, el rechazo político se debe menos a la lentitud del goteo y más al hambre de valores que no son parte del mundo del economista
Justamente cuando la economía camina viento en popa y se multiplican las perspectivas de nuevas inversiones, nuevos mercados y nuevos empleos, se produce una erupción de rechazo a todo lo hecho.
La protesta se anunció a inicios del 2004, cuando se desplomaron los ráting de Toledo y surgió un debate sobre su retiro anticipado. Ahora el rechazo barre con las autoridades en general, incluidos los dirigentes de izquierda que pretendían representar al pueblo, ahora tildados de ‘fósiles’, así como los antes intocables dirigentes del sindicato de maestros, el Sutep, controladaopor Patria Roja.
La explicación más frecuente de la frustración popular es la llamada falta de ‘chorreo’. Aumenta la riqueza, pero esta no llega a los pobres, se dice, defecto económico cuya existencia se repite sin cesar, aunque, en realidad, el lamentable estado de las estadísticas nacionales no permite una adecuada comprobación de la tesis, ni a favor ni en contra.
Ciertamente, varios datos parecen sustentarla, como la aparente constancia del nivel de pobreza de la población.
Según datos oficiales del INEI, habría una falta de ‘chorreo’ en la metrópolis: el ingreso promedio de los trabajadores en Lima se ha reducido en 3% desde el año 2001, el de los trabajadores en pequeñas empresas en 4%, el de los empleados domésticos en 8%, mientras que las tarifas cobradas por sastres, carpinteros, y otros reparadores también se han reducido en valores reales.
Sin embargo, gran parte de la bonanza se ubica fuera de Lima, en regiones donde crecen el turismo, la pesca, la agroindustria, la minería y el movimiento de transporte y comercial, incluyendo el boyante contrabando de las fronteras.
También se extiende la red de caminos, teléfonos, electricidad, y de Internet en todo el territorio, generando pequeñas mejoras en la vida diaria y productiva que son difíciles de constatar para incluir en las estadísticas.
En mi opinión, el rechazo político se debe menos a la lentitud del goteo económico, y más al hambre de valores que no son parte del mundo del economista y que no están incluidos en las cifras macroeconómicas.
Me refiero a la seguridad, al orden y a la autoridad, pero una autoridad legitimizada no solo por elecciones, sino porque en su aplicación sea percibida como honesta, justa y, sobre todo, presente. Me refiero también a los servicios que generan esperanza y un sentido de solidaridad, como la buena educación y la atención de salud.
El que vive al filo de la subsistencia, vive una crisis diaria y, ante una crisis, cualquiera acepta o incluso exige la presencia de una autoridad. Al contrario de lo que se cree, los valores intangibles no son un lujo de los ricos sino una necesidad de los pobres.
De allí el peligro que representa el déficit de liderazgo legítimo que deja este quinquenio.
El pintor francés Eugene Delacroix observó en epoca de Napoleón que “toda revolución anima a malas personas y criminales en potencia. Los traidores se quitan la máscara y no caben en su pellejo”.
Dos siglos antes, el filósofo inglés Sir Francis Bacon había comentado que “los tres primeros mandatos de la política son el atrevimiento, el atrevimiento y el atrevimiento. Sin embargo, el atrevimiento es hijo de la ignorancia y de la bajeza”.
Triunfo pírrico de Humala
La Columna del director, Aldo Mariategui
Correo, 10 de abril del 2006

Pirro fue un rey griego del Epiro que decidió atacar a Roma (280 a. C). Para ello, desembarcó en la propia Italia y venció en Heraclea y Aisculum, pero tuvo tantas bajas -murieron 2/3 de sus hombres- que exclamó “una victoria más como ésta y pierdo la guerra” y decidió retirarse. De allí nace la expresión “triunfo pírrico” para referirse a una supuesta victoria que en el fondo no es más que una derrota escondida.
Y se podría decir que esto es lo que ocurrido con el fascista Humala. Solamente un 30% ha optado por esta primitiva propuesta militarista con tufillo montesinista-velasquista-chavista, manejada por millonarios oportunistas. Atrás quedaron todos esos sicosociales sobre supuestos sondeos secretos de las FFAA, la embajada de EEUU, la OEA, Gallup, etc… que supuestamente arrojaban que el fascista ganaba en primera vuelta o que sobrepasaba largamente el 40%. Curiosamente, el resultado de Humala es muy parecido a ese débil primer lugar obtenido por Mario Vargas Llosa en 1990. Definitivamente hay victorias y hay victorias, y este 30% anémico le augura una derrota al fascista en la segunda vuelta, se enfrente contra quien se enfrente, porque un 70% del Perú no quiere una dictadura manejada por Chávez, Montesinos y Siomi. Y eso es bueno para el país.
La segunda obvia impresión es que van a pasar varias lunas hasta que sepamos quién ocupará el segundo lugar. Unos no dudan de que el aparato aprista se impondrá en mesas, mientras que otros apuestan a que el voto expatriado decidirá a favor de UN. Veremos. Lo que queda claro es que sea Flores o sea García, al que permanezca se le debe apoyar con todo para vencer al fascismo. Aquí ya es una cuestión de civilización contra barbarie. Lourdes no es el vampiro capitalista que han querido pintar y García -con todos sus defectos- es un trillón de veces mejor que Humala. Así que simpatizantes apristas y liberales -les guste o no, apretándose la nariz o no-, a votar masivamente por quien quede segundo, porque el voto en blanco es para el fascismo. Y a unirse ambos en el Congreso para sacar al país adelante. El Perú necesita una Concertación APRA-UN, de socialdemócratas y socialcristianos, a la chilena, a la alemana.
Y el gran ingenuo ha sido Paniagua, ese falso valor político cuya ciega, egoísta y absurda tozudez ha complicado el segundo lugar y le ha hecho neciamente el juego al fascista, porque mucho mejor hubiera sido que haya un segundo -sea quien sea- ya definido o que tanto Flores como García se hubieran ubicado más cerca aún de Humala al repartirse entre ellos sus votos. Terminó haciendo el ridículo y trabajando para Humala, Andrade y Vitocho. Por lo menos Popy en el 2001 no ayudó indirectamente a un fascista y terminó hasta cogobernando con PP. ¡Aplausos Valentín!
Empresarios continúan en compás de espera
Perú 21, 10 de abril del 2006

Para SIN, persiste temor por recetas de Ollanta Humala, pues ya han dado pésimo resultado.
Para el sector empresarial es indispensable que el país sea testigo, antes de la segunda vuelta, de un gran debate entre los dos candidatos que oficialmente ocupen el primer y el segundo lugar en las elecciones de ayer. Consideraron que ello permitiría abrir los ojos de los electores.
El presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), José Miguel Morales, manifestó que un debate confrontaría posiciones y el pueblo sabría qué le espera al país en los próximos cinco años. Asimismo, indicó que los resultados de ayer dejan un mensaje claro: que un 30% de los peruanos está reclamando mayor atención. “Los empresarios, el Estado, las universidades y los políticos tenemos que ser más solidarios con ese sector, desde hoy”, afirmó.
Advirtió que los empresarios e inversionistas mantendrán la cautela y estarán en compás de espera hasta la segunda vuelta, aunque descartó que haya mayor volatilidad en el sistema financiero en las próximas semanas.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), George Schofield, coincidió con Morales y señaló que los dos candidatos que pasen a la segunda vuelta tienen que asistir a un gran debate en el que no solo expongan sus propuestas económicas sino también las de índole social. “Tendrán que decir cómo corregir la dispersión de los ingresos, cómo integrar al desarrollo a los grupos excluidos y cómo reducir la pobreza”, enfatizó.
Agregó que esta exposición de planes ayudará a desnudar debilidades. “Estoy seguro de que se verán marcadas diferencias”, aseguró. Sin embargo, confesó que al sector privado aun le preocupa un eventual triunfo de Ollanta Humala, cuyas recetas ya han sido probadas con un pésimo resultado.
NO MÁS ENFRENTAMIENTOS. El presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Luis Vega Monteferri, dijo que los dos candidatos favorecidos por los resultados deben enfocar su campaña en propuestas y no en enfrentamientos.
A su turno, el investigador de la Universidad del Pacífico Eduardo Morón pidió a los dos candidatos que pasen a la segunda vuelta que hagan una exposición detallada de sus propuestas económicas, con el objetivo de permitir que los electores emitan un voto más consciente.
Sostuvo que, en la primera vuelta, donde han participado más de 20 candidatos, ha sido difícil hacer una exposición de los planes de gobierno para que la población pueda tener conocimiento de todos ellos.

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Elecciones 2006: la mañana siguiente
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Source: Perú 21, 10 de abril del 2006
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Source: Correo, 10 de abril del 2006
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Source: La Primera, 10 de abril del 2006
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Source: Expreso, 10 de abril del 2006
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Source: El Peruano, 10 de abril del 2006

Written by Michael Ha

April 10th, 2006 at 9:11 am

Posted in Electoral System

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