Peru Election 2006

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Internationalization of the Peruvian Election

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¿Dónde está Washington?
Por Mirko Lauer
La Republica, 10 de mayo del 2006

Un amigo estadounidense, y además peruanista, expresa una cierta perplejidad sobre la manera cómo se ha internacionalizado nuestra elección del 2006. Los países de la región son percibidos, para bien o para mal, como cuerpos con capacidad de gravitar sobre los resultados locales, pero los EEUU casi no son mencionados.
En efecto, la cosa comenzó con la idea de que el triunfo de una mujer en Chile podía darle un empujón decisivo a la candidatura de Lourdes Flores. Luego vino la sensación de que el apoyo público de Hugo Chávez, y ahora último Evo Morales, eran importantes activos en la campaña de Ollanta Humala. Ahora pocos piensan así.
Sin embargo EEUU figura en el proceso a través del TLC, uno de los temas electorales claves. Ni Humala, con sus amigos de verbo antiimperialista, se manifiesta en contra de este tratado de libre comercio, sino que busca firmarlo en mejores condiciones que el sí o sí toledista. Alan García es menos reticente, pero también quisiera ver algunos cambios.
No son los únicos. El Congreso estadounidense está lleno de personas que todavía quisieran ajustarle unas cuantas clavijas más a la economía peruana, de preferencia con un Congreso peruano con más horizonte que el de estos días. Pero este tema, clave para el futuro del país, no llega hasta los cambios de palabras electorales.
Como que la presencia extranjera en lo electoral que se rechaza es aquella capaz de expresarse directamente en las urnas, y en esto Washington ha sido muchísimo más comedido frente a las elecciones peruanas que los dos caudillos populistas de la zona andina. Más comedido, incluso, que el propio Presidente del Perú.
Pero si los EEUU no llegan a ser un tema electoral interesante en el Perú, los críticos del eje La Paz-La Habana-Caracas sí tienen muy presente la buena relación de Toledo con George Bush, y se la quieren atribuir a García. Pero nada de esta futurología dura más de unos pocos segundos o centímetros en los medios peruanos.
Es interesante advertir que ninguno de los dos candidatos ha hecho hasta ahora la clásica gira por los EEUU, y ya es poco probable que la haga. Da la sensación de que Washington no ha alentado ninguna de las dos visitas, y que para los candidatos un abrazo de Bush se parecería demasiado a los que en estos días le quiere dar Toledo a quien se le acerque.
Todo esto puede cambiar si Washington descubre que el próximo ganador le sería de utilidad como parte de un contrapeso a la creciente presencia de Chávez en el espacio latinoamericano. Por lo pronto la UE ha enviado un mensaje en el sentido de que está dispuesta a firmar un TLC con la CAN aun si esta queda reducida a tres países.
Analistas califican de ‘error’ cita de Ollanta con Evo
La Republica, 10 de mayo del 2006

• Según Manuel Saavedra, visita a Evo Morales reafirma la idea de que Humala necesita ‘padrinazgo’.
Lo que para Ollanta Humala ha sido un feliz encuentro, el sostenido con Evo Morales en la ciudad boliviana de Copacabana, para analistas locales no ha resultado ser otra cosa más que un error.
“Además de los días que desperdicia, el tema de fondo es que perjudica su candidatura pues se interpreta como la reafirmación del padrinaje Humala-Morales-Chávez. Ahora no podrá desvincularse de estos factores externos, por lo que le será bastante perjudicial”, advirtió Manuel Saavedra, director de la encuestadora CPI, cuyo estudio reciente otorga 22 puntos de ventaja a García sobre Humala.
Amistades peligrosas
Según Saavedra, lo que hace el candidato de UPP va en contra del nacionalismo que pregona, pues los personajes a los que se le vincula no son bien vistos por el electorado peruano, debido a las constantes injerencias que estos mantienen en asuntos nacionales.
Debe recordarse que en la cita en Copacabana, el presidente de Bolivia reiteró su deseo de que Ollanta Humala se convierta en el próximo presidente peruano, a la vez que confesó estar arrepentido de haberse reunido en Chile con Alejandro Toledo, a quien antes ya había llamado ‘traidor’.
De otro lado, el sociólogo Eduardo Toche coincidió en calificar de ‘error estratégico ‘ el viaje.
“Mientras Humala viaja al extranjero, García aprovecha al máximo el tiempo. Ollanta debería estar en el interior del país, explicando sus propuestas o conversando con sectores representativos de la población”, dijo el analista.

Un Empujón en la Puja
Caretas 1924, 11 de mayo del 2006, pp. 18-21 y 78

Campaña electoral peruana es ahora de interés estratégico en la región.
Mira chico, hazme el favor, que tú no te puedes sentar acá porque esto está reservado para los médicos y para la delegación del compañero presidente Evo Morales, ¿tú me entiendes?”, dice una risueña mujer que apenas puede con la ruma de banderitas de Cuba y Bolivia que reparte a los escolares y campesinos que llegan al jardín del Hospital de Copacabana, poblado boliviano fronterizo con el Perú. “A ver, ¿ya tiene usted su bandera?”, repite una y otra vez con acento de la isla. “Si no el compañero Fidel se molesta”, bromea.
Son las diez de la mañana del lunes 8 y, a medida que la mañana avanza, todo el pueblo parece confluir en la cuadra del hospital. Con ademanes mecánicos, los policías les impiden la entrada pero les permiten curiosear. En el interior, el ambiente va tomando características de encuentro universitario de estudiantes progres, con música de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y una que otra vieja tonada de Piero. El embajador cubano en Bolivia, Rafael Dausá, se despacha a sus anchas sobre la cooperación de su país para ‘con el hermano pueblo boliviano’: “Este es el cuarto Centro Oftalmológico que se abre en Bolivia, dentro del denominado plan “Misión Milagro”. Van a ser seis hospitales con todo el instrumental médico. Son 712 médicos cubanos que prestan ayuda en los nueve departamentos de la República. Esto no le cuesta nada al gobierno boliviano, todo lo cubre La Habana. Esto es solidaridad en estado puro, no hay ningún interés detrás. Se ha empezado con el programa hace cuatro meses. Sí, con la entrada del presidente Evo Morales. Es que Fidel es un gran filántropo. Exacto”.
Cuando el embajador termina, mira su reloj y coge por el brazo al primero que se le cruza. “¿Es que el Ollanta no venía ya?”, pregunta.
Dos horas de trova cubana después, un rumor en la entrada del hospital y la voz de barítono del escuálido presentador boliviano anuncian la llegada del candidato peruano. Humala sube, comparte una sola sonrisa con su esposa Nadine Heredia y saluda. Las banderitas cubano-bolivianas, en lo más alto. Un camarógrafo argentino se queja, “que me tapás la cámara, che”. Dos minutos después, Evo Morales aparece en el estrado. El jardín se agita en un solo músculo que aplaude y vitorea. El Presidente boliviano le dedica un saludo más bien frío a Humala. El embajador cubano se sienta entre los dos. Sobre ellos, la frase “Gracias Cmdte. Fidel” en letras blancas sobre fondo rojo, como para que hasta el paciente más miope lo pueda leer.
La minigira que la semana pasada emprendió Ollanta Humala hasta territorio boliviano, y que lo llevó también a Puno y Arequipa, tuvo como única prioridad, según fuentes al interior de su movimiento, resaltar su figura como intermediario en un problema internacional como el fraccionamiento de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), y fortalecer su presencia en el sur del país. Al menos, esa era su intención. Sin embargo, la ambigüedad con la que Morales recibió sus sugerencias en este tema y las declaraciones que éste realizó sobre el proceso electoral peruano, atacando nuevamente al presidente Alejandro Toledo, lejos de representarle un espaldarazo terminaron por dejar la sensación de un empujón, pero a la mala.
El Orador y el Candidato
“Seguro van a venir a decir que el Evo está haciendo campaña por el compañero Ollanta ¿Saben por qué lo he invitado acá? Porque he leído en los medios de comunicación que lo acusan de terrorista. Pues si ustedes lo acusan de terrorista, yo les digo que acá en Bolivia gobiernan los terroristas”, dijo Morales ese día, en un discurso que bordeó las tres horas y en donde no faltaron anécdotas alusivas a su niñez, a su pasado como dirigente cocalero y a sus impresiones juveniles sobre Copacabana, a orillas del Titicaca. “Pensé que era el mar”, dijo en un momento.
Humala no lo corrigió, teniendo en cuenta que es investigado por presuntas violaciones a los derechos humanos cuando tenía a su cargo, en 1992, la base militar de Madre Mía en Tingo María. No por terrorismo.
Pero Evo fue más allá y volvió a la carga contra Toledo. Si hace algunas semanas, lo tildó de “traidor” al suscribir el Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., ahora sostuvo que se “arrepentía” de haberse reunido con él, en la toma de mando de la chilena Michelle Bachelet en marzo de este año.
“¿Cómo pues? Quiero decirles que nos sentimos abandonados por ese hermano mayor que debería enseñarnos cómo defender a los hermanos indígenas. Hemos revisado el TLC que ha firmado el compañero Toledo y no le hace ningún bien a los indígenas del Perú, menos a los de la región andina”, sostuvo. Cosa curiosa, Morales criticó al Perú por el TLC, pero no dijo ni pío sobre el mismo tratado comercial que tiene Chile con EE.UU. Esta vez, Humala se limitó a esconder la banderita cubana con la que algunos fotógrafos intentaban retratarlo. Antes, durante su discurso que el presentador boliviano casi omite de no ser por el aviso del embajador cubano, se autocalificó de “rebelde”, de símbolo del cambio, e hizo pública su solicitud de que Bolivia replanteará su posición con respecto a la CAN.
En la acelerada conferencia de prensa que dieron en conjunto en el hotel “Rosario” esa tarde, y que el publicista Martín Belaunde levantó ni bien los periodistas peruanos hicieron ademán de preguntar, Morales no respondió de manera clara al respecto. Humala no tuvo más remedio que tirarle la pelota a Allan Wagner, secretario de la CAN, para “que encuentre una solución rápida al impasse”. Minutos antes, en privado, el embajador cubano le había transmitido un mensaje directo de Fidel Castro, que lo felicitaba por su triunfo en la primera vuelta.
Nuevas Caras, Nueva Vuelta
Con la segunda vuelta en curso, las fichas en el tablero de Humala han rotado y algunas han quedado definitivamente fuera de juego. La salida de Alejandro Pucci, el asesor argentino que delimitó la performance de Humala en la primera vuelta, es el caso más resaltante (CARETAS 1922).
Según fuentes del movimiento, Pucci habría sido retirado del entorno acusado de ser informante de la embajada norteamericana. En efecto, Pucci se habría reunido con funcionarios norteamericanos, pero con pleno conocimiento del candidato. La versión no ha sido desmentida ni por el ex asesor ni por los allegados a Humala.
Con él fuera de juego, otros nombres copan el entorno humalista. En el frente político se mantienen Salomón Lerner Ghitis, Gonzalo García Núñez, Félix Jiménez y Carlos Tapia. Son los consejeros políticos con los que Humala se reúne. Quién cubre el espacio dejado por Pucci es Martín Belaunde. Economista de la Universidad del Pacífico, Belaunde fue introducido en el partido por Daniel Abugattas. Su inclusión contó con la aprobación de Nadine Heredia, con quien tiene una amistad de larga data. Fue Belaunde quien además trajo al periodista español Ramón Pérez Almodóvar, asesor en temas de prensa del humalismo. La estrategia publicitaria de cara a la segunda vuelta corre por cuenta de ambos y busca ser “conciliadora”, aunque son conscientes de que el bolsón de Lima les es esquivo. Como si quisiera aligerar el equipaje, y en clara muestra de la correlación de confianzas, Humala está viajando en las giras al interior acompañado sólo de su esposa y de Belaunde, aparte de su equipo de seguridad.
Al cierre de edición, Humala arremetía contra la embajada norteamericana, la acusaba de “intromisión en el proceso electoral peruano” y calificaba al embajador James Curtis Struble de “padrino de Alan García”. El motivo: la revocatoria de su visa para ingresar a los Estados Unidos. En un comunicado, la sede diplomática informaba que había dado facilidades a Humala para que tramitara una nueva visa ante la suspensión de la anterior, producida en enero de 2005, debido a su supuesta participación en la toma de la comisaría de Andahuaylas. A diferencia de las oportunidades en que Hugo Chávez opinó y atacó a actores políticos nacionales, esta vez Humala alzó la voz. (C.H.)

Written by Michael Ha

May 11th, 2006 at 6:51 am

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