Peru Election 2006

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The Presidential Debate

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The presidential debate between Alan Garcia and Ollanta Humala is today. It will be carried live on the Internet by CPN radio at www.cpnradio.com.pe and by TNP at www.tnp.com.pe. The debate starts on Sunday night, May 21, at 8:00 pm. “Peru Election 2006” will follow the debate and post reactions and commentary. Readers are encouraged to send in comments before, during, and after the debate.
The broad consensus among observers is that Humala has the most to gain, and, contrariwise, Garcia has the most to lose in this debate. Humala’s second round campaign has been fraught with scandal and he is trailing badly in the polls. Even worse, the statements made by Vladimiro Montesinos just two days ago have added to the pressure on Humala, and raises the stakes of the debate. Although it is hard to know how Montesinos’ intervention will play out, it would appear to place Humala even further on the defensive.
Since Garcia is the clear front-runner, the debate offers Humala a chance to do some damage. Since he has little to lose, and much to gain, he will probably go on the offensive. He will attack Garcia’s record in office in 1985-1990 and capitalize on public’s distrust of the APRA leader. Garcia will exploit his superior rhetorical skills and try to cast Humala as a representing a dangerous leap into the void. We may also see efforts by Garcia to link Humala with presidents Evo Morales and Hugo Chavez, while Humala may seek to cast Garcia as the candidate favored by international business, the right, and the US Embassy.
Commentary by other bloggers:
El debate: Las preguntas que debieron hacerse (y que aun pueden responder)
Las preguntas de peruexilio para el debate
El debate
Debate presidencial más allá del morbo


Los 5 puntos a discutir
Suplemento Debate Presidencial
Peru 21, 21 de mayo del 2006

Democracia, gobernabilidad y derechos humanos
– Convocar una asamblea constituyente para aprobar una nueva Constitución.
– Llevar a cabo una reforma judicial y del Poder Ejecutivo.
– Crear un fondo nacional para reparar a las víctimas de la violencia política y elaborar el Registro Único de Víctimas.
– Realizar las reformas institucionales recomendadas por la CVR.
– Investigar exhaustivamente y judicializar los casos de violación de los derechos humanos.
– Otorgar facultades constituyentes al Congreso para restituir la Constitución de 1979.
– Restablecer la bicameralidad en el Parlamento.
– Reformar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Modernizar el aparato estatal.
– Adoptar medidas para afianzar el respeto a los derechos humanos y asegurar la sanción a los responsables de su violación.
– El Apra no hace mención a las recomendaciones de la CVR en su plan de gobierno.
Política económica y lucha contra la pobreza
– Desarrollar los mercados internos y lograr que la recaudación tributaria alcance el 18% del PBI.
– Revisar los contratos de estabilidad tributaria y jurídica.
– Renegociar el TLC si es necesario.
– Nacionalizar las actividades estratégicas, como energía, hidrocarburos, puertos, entre otras.
– Aumentar el presupuesto de los programas sociales y priorizar el Vaso de Leche.
– Crear un Fondo de Superación de la Pobreza.
– Realizar una reforma tributaria integral.
– Fortalecer a las empresas del Estado promoviendo la asociación pública con el capital privado.
– Aprobar el TLC luego de estudiar sus costos y beneficios.
– Crear un Fondo de Desarrollo Social y orientar los recursos hacia un Fondo Único Común de Lucha contra la Pobreza.
– Impulsar proyectos productivos y perfeccionar los programas de lucha contra la pobreza.
Política social y política anticorrupción
– Reestructurar integralmente el Ministerio de Educación.
– Poner el Seguro Integral de Salud a disposición de todos.
– Instalar una Comisión Nacional Anticorrupción independiente y autónoma.
– Plantear iniciativas legales para perfeccionar la transparencia de las compras y ventas del Estado.
– Proponer a la comunidad internacional la homologación de la legislación para los casos de corrupción y para la extradición.
– Asegurar el acceso universal a la salud y a la educación.
– Implementar una cruzada contra la corrupción y promover una cultura de respeto a la ley.
– Promover la vigilancia ciudadana de la gestión pública.
– Implementar medidas para que el Poder Judicial acelere las sentencias a los acusados por corrupción.
– Promover que el contralor general de la República sea propuesto por los grupos de oposición en el Congreso.
Descentralización
– Aprobar un plan de transferencia de recursos a los gobiernos regionales en el mediano plazo.
– Adecuar el SNIP a la realidad regional y local.
– Consolidar la elaboración del presupuesto participativo y articular sistemas de participación ciudadana local y regional.
– Obligar a todos los niveles de gobierno que rindan cuentas en audiencias públicas una vez al año.
– Reorganizar el Consejo Nacional de Descentralización.
– Dar prioridad a la implementación de infraestructura física como carreteras y puertos.
– Perfeccionar la distribución del canon y de las regalías mineras.
– Fortalecer el Fondo de Compensación Regional y Municipal.
– Capacitar y asistir técnicamente a los gobiernos descentralizados en gestión administrativa y captación de tributos.
– Transferir a los gobiernos regionales los recursos del Pronaa y de Foncodes.
Seguridad Ciudadana
– Reformar la Constitución para combatir la delincuencia organizada.
– Constituir y fortalecer los comités locales de seguridad ciudadana.
– Transferir gradualmente las funciones de la PNP a las municipalidades en asuntos de orden público, tránsito, control de carreteras, entre otros.
– Realizar una reingeniería institucional de la PNP.
– Llevar a cabo reformas judiciales que no permitan la impunidad de los delincuentes.
– Fortalecer el tejido de la seguridad ciudadana para la efectiva prevención y represión del delito, estimulando la participación activa de la población.
– Reducir los beneficios penitenciarios.
– Dignificar a la PNP y modernizar su organización, procedimientos, instalaciones y equipamiento. Impulsar la formación de más policías.
– Mejorar las condiciones de vida y trabajo de los efectivos policiales.
Todo quedó listo para la polémica presidencial
El Comercio
21 de mayo del 2006

Desde las 6:30 de la tarde de ayer se llevó a cabo el simulacro para el debate que hoy enfrentará a los candidatos presidenciales del Apra, Alan García, y Unión por el Perú (UPP), Ollanta Humala.
A esa hora hizo su ingreso al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú el vocero de UPP, Eduardo Gariboto. Minutos después lo hizo el asesor de la campaña y coordinador técnico del partido de la olla, Martín Belaunde.
También se vio llegar al moderador del debate, Augusto Álvarez Rodrich, director del diario “Perú.21”. Poco después llegó al recinto el coordinador técnico del Apra, Hugo Otero.
Junto con representantes de la Alianza Estratégica de Universidades Públicas –encargada de organizar el encuentro–, representantes y moderador ingresaron al museo sin compañía de la prensa.
Trascendió que en el simulacro se había probado el sistema de locución, el protocolo que seguirán los candidatos, el mobiliario que usarán, los equipos de iluminación y de transmisión para la televisión.
También se verificó el funcionamiento de un semáforo acondicionado por el Colegio de Ingenieros de Lima que alertará a los candidatos cuando su tiempo esté por acabarse.
A su turno, el rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Manuel Burga, quien también preside la alianza de universidades, detalló que serán treinta los invitados que podrán ingresar al museo: diez por cada partido y otros diez invitados por los organizadores.
Se conoció que por el Apra estarían como invitados Mercedes Cabanillas, Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, Luis Gonzales Posada, Hernán Garrido Lecca y Hugo Otero.
Por UPP, se acreditaría a la esposa del candidato presidencial, Nadine Heredia, así como a los candidatos a las vicepresidencias Gonzalo García y Carlos Torres Caro.
Además, asistirían José Vega Antonio y Martín Belaunde .
Cada aspirante presidencial contará con dos salones a su disposición, contiguos al auditorio del debate.
Anoche Alan García y Ollanta Humala permanecieron en sus residencias. Incluso el candidato de UPP suspendió un mitin en la plaza de armas de Pisco. Para cuidar su garganta, creemos.
PARA TENER EN CUENTA
– Pasadas las diez de la noche, el Apra dio a conocer, en un comunicado, que se tendría previsto incluir cinco tandas comerciales de dos minutos durante el debate, las que se lanzarían al agotarse la exposición de cada uno de los temas acordados.
– Según el Apra, con esta medida se le está dando al debate “un carácter publicitario”, lo que “ofende al Perú y a su interés democrático”.
– Alan García le pidió al canal del Estado que transmita la polémica sin interrupciones.
Debate no influirá en indecisos
Suplemento Debate Presidencial
Peru 21, 21 de mayo del 2006

1) ¿Qué quedará prioritamente en la mente de los electores después del debate: las propuestas o los pullazos y anécdotas?
2) ¿Cuáles son los puntos que debe destacar Ollanta Humala contra García?
3) ¿Cuáles son los puntos que debe destacar Alan García contra Humala?
Luis Benavente, U. de Lima
1) Depende del tipo de ciudadano. Evidentemente, hay ciudadanos con mayor interés en la política y en la cultura política. Ellos les darán mayor atención a los contenidos. Pero también están los ciudadanos de menor nivel educativo y de menor cultura política que le darán mayor importancia a la forma, al espectáculo. El debate podría tener un pequeño impacto en los indecisos porque ya se ha visto una progresiva definición de posiciones de los ciudadanos.
2) Es probable que cada uno de los candidatos toque los puntos débiles del otro, pero eso podría ser riesgoso. Ambos tienen que tener en cuenta que, si quieren atacar, el otro va a contraatacar, pero Ollanta Humala podría destacar algunos puntos negativos de lo que fue el gobierno aprista (1985-90). Además, juega a favor de él que en el debate despierta menos expectativas que Alan García. El hecho de tener menos expectativas te permite que las alcances más fácilmente. Por esa razón, Vargas Llosa no le ganó a Fujimori ni el mismo García a Alejandro Toledo. El ‘superfavorito’ en oratoria suele no ganar a aquel que genera menos expectativas.
3) Alan García tiene como fortaleza un partido político muy bien organizado, y tiene muchos recursos políticos de oratoria y de liderazgo que, finalmente, van a jugar a su favor. También lo van a ayudar en el debate su experiencia política, la cintura política, hablando entre comillas, y el carisma.
Fernado Tuesta Soldevilla PUCP
1) En la mente de los electores va a quedar lo que queda en la televisión: las imágenes y aquello que llamará la atención en la retina y en la cabeza. Las propuestas y los planteamientos difícilmente van a quedar porque en este tipo de debates se fija poco tiempo para exponerlos. No creo que el debate vaya a influir en los indecisos. Quienes van a ver el debate son, mayormente, gente que está más interesada en la política. Los debates se han constituido en un rito dentro de las campañas, pero no implican, necesariamente, una modificación de la intención del voto, salvo que, en términos de imágenes, un candidato derrote al otro. Hay que ver también cómo se dicen las cosas.
2) En líneas generales, Ollanta Humala va a tratar aquellos aspectos relativos al gobierno aprista y tiene que hacerlo, porque es el punto débil de García.
3) El punto débil de Ollanta Humala que va a destacar García estará centrado en su inexperiencia, en que no suele aceptar a quienes opinan diferente y en que es un aventurero de la política. No hay mucho por descubrir en este punto, pero los debates son una exigencia de la opinión pública y de los medios. García tendría mayores posibilidades de ganar el debate si fuese abierto, libre y con tiempos más extensos por su experiencia en contra del otro, cuya práctica ha sido la de obedecer y mandar.
Alfredo Torres, Apoyo
1) Creo que más quedan las imágenes que las propias palabras. Tal vez, alguna frase por encima de los contenidos. En la retina queda siempre alguna imagen o figura teatral de alguno de los candidatos y alguna frase original o alguna denuncia espectacular que pueda hacerse. Hay que tener en cuenta que los debates influye en poco. Sin embargo, en este caso, como hay un sector amplio que piensa votar en blanco, ese sector podría ser más interesante para los candidatos. Entonces, los dos candidatos deben convencer de que el otro es más malo, de manera que se elija entre el mal menor.
2) Ollanta Humala debe demostrar que tiene conocimientos suficientes de economía y de leyes. Seguro que va a mencionar los resultados del gobierno de García porque ese es uno de los problemas del candidato aprista.
3) Alan García podría aprovechar las debilidades de Ollanta Humala en economía y leyes, es decir, lo puede atacar como una persona improvisada, pero también tiene que convencer de que ya aprendió de los errores, ya maduró y ahora tiene mejores planteamientos para el futuro. El debate va a ir por ahí: García hablando del futuro y destacando las debilidades de Humala como candidato nuevo e improvisado, mientras que Humala presentará a García como el candidato del ‘establishment’ y recordará lo que fue el gobierno aprista.
Esta noche Ollanta y Alan se ven las caras
Peru 21, 21 de mayo del 2006

– García exige a TNP que no incluya comerciales y transmita debate sin interrupciones.
– Abugattás advirtió que durante la polémica se presentaría audio entre Alan y el ‘Doc’.
Esta noche estarán cara a cara. Alan García y Ollanta Humala por fin medirán públicamente sus habilidades y pondrán al descubierto sus puntos débiles durante el esperado debate presidencial, encuentro que se realizará en un ambiente enrarecido, no solo por la denuncia de Vladimiro Montesinos contra el candidato de Unión Por el Perú (UPP), sino por el audio supuestamente comprometedor que, ayer por la tarde, un dirigente humalista amenazó con presentar contra el postulante del Partido Aprista Peruano.
Por la noche, las cosas se pusieron más tensas luego de que García, a través de un comunicado público, protestara enérgicamente “por la manera en la cual se ha estructurado” el debate, lo que permitirá cortes comerciales de dos minutos luego de cada exposición temática. El líder aprista consideró que incluir publicidad comercial desvirtúa la seriedad de la contienda y demandó a Televisión Nacional del Perú, la televisora que propalará el encuentro, que lo transmita sin interrupciones.
Según miembros del entorno de García, Humala se opone a que el debate se transmita de esta manera porque “necesita los cortes comerciales para tomarse un aire y recibir los consejos de sus asesores”. Anoche se temía que esta exigencia aprista pudiera entrampar la realización del debate. Las fuentes previeron que se llegará a un acuerdo hoy, en el transcurso del día.
LA PREVIA. Ayer, en medio de este ambiente de malhumor y nervios, los protagonistas de esta noche se tomaron la jornada de preparación de manera bastante diferente. El candidato nacionalista se reunió con sus asesores para preparar su exposición. En breves declaraciones a la prensa, antes de dirigirse a su local partidario de San Borja, dijo que espera con tranquilidad la hora del debate. “Me siento tranquilo”, comentó.
Mientras tanto, García ofreció una larga entrevista a Radioprogramas, luego declaró a la prensa y, posteriormente, acudió a un encuentro con la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), en Huachipa. Todo esto, porque, según explicó, no es “el alumno que chanca (estudia) la noche anterior y se olvida a los tres días”.
El ex mandatario afirmó que él no acudirá al Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Pueblo Libre para “lucirme, ni decir: ‘miren cómo aplasto a una persona que sabe menos”.
Al contrario, indicó que irá con el ánimo sereno para explicar sus proyectos. “No quiero ni ganar, ni perder, sino exponer”, aseveró, tras señalar que lo fundamental es tener paciencia y ordenar un poco las ideas. Insistió en calificar el debate de “mordaza”, por el poco tiempo que se ha concedido para el uso de la palabra, y señaló que acude para cumplir con una obligación.
ESTUDIOSO. Cuando a García se le preguntó por su contendor, quien no realizó actividades públicas ayer para abocarse al tema de la confrontación, comentó: “Me parece bien, hay que estudiar alguna vez”. Aseguró que en el debate no utilizará ni se referirá, en lo absoluto, a la denuncia de Montesinos sobre la supuesta farsa del levantamiento de Locumba, que lideró Humala el 2000. Tampoco -refirió- responderá codazos, agravios, ni “cuchilladas”.
Por la noche, se reunió con los miembros de la dirección política de su partido -entre los que estaban Jorge del Castillo, Mauricio Mulder y Mercedes Cabanillas- para, según se supo, revisar juntos los planteamientos que expondrá esta noche. Fuentes de su entorno señalaron que está entre sus cálculos que su rival traiga a colación el saldo negativo del gobierno aprista, y que, incluso, apele a golpes efectistas para atacarlo, como mostrar fajos de intis, pero insistieron en que su líder no caerá en provocaciones.
AUDIOS Y VIDEOS. Por la tarde, después de que el ambiente fuera enturbiado por la acusación del ‘Doc´’, la “amenaza” del virtual congresista de UPP, Daniel Abugattás, movió más las aguas. El ex vocero nacionalista anunció que durante la confrontación se presentará un audio que registraría una supuesta conversación entre Montesinos y García. Es más, según una radio local, sostuvo que también habría un supuesto diálogo en el que intervendría el presidente Alejandro Toledo.
“¿Las instrucciones que le ha dado Montesinos a Alan? Sí, la vamos a sacar. Vamos a sacar las conversaciones privadas con Montesinos y Toledo”, advirtió.
De inmediato, el candidato aprista replicó que esta amenaza “es una tontería para ocultar lo dicho por Montesinos, un acto desesperado que no responderé”. A su juicio, se trata de una “pataleta desesperada” que busca tapar la versión difundida por el ex asesor de Inteligencia.
La amenaza de Abugattás se sumó a lo dicho por el candidato a la segunda vicepresidencia por UPP, Carlos Torres Caro, quien no descartó que, en la jornada, Humala le recordara a García los errores de su gobierno. “Yo creo que recordar es volver a vivir”, comentó.
En tanto, la congresista y dirigente del Apra, Mercedes Cabanillas, admitió que ambos candidatos no llegarán en un contexto adecuado al debate presidencial por las denuncias de Montesinos y de ‘guerra sucia’ que se le achaca al partido de la estrella. “No es un entorno adecuado, pero nosotros haremos el máximo esfuerzo”.
¿Demasiadas expectativas?
Fernando Rospigliosi
Peru.21
21 de mayo de 2001, p. 6.

A los candidatos en segunda vuelta les resulta difícil esquivar el debate, así no les resulte rentable. La presión, sobre todo mediática, es irresistible.
El debate de esta noche ha suscitado expectativas exageradas, tanto sobre lo que podemos esperar de los candidatos como respecto de las consecuencias que tendrá en la votación del 4 de junio. Sin embargo, es parte del espectáculo en que se han convertido las elecciones desde hace muchas décadas.
FUEGOS ARTIFICIALES. En esta ocasión se ha producido una situación paradójica. El menos capacitado para un debate de esta naturaleza, Ollanta Humala, ha sido en el último tiempo el más bullicioso solicitante del debate. La razón es simple, está perdiendo largamente en las encuestas -por 20 o más puntos- y cree que el debate le dará una oportunidad de remontar esa abrumadora diferencia.
Se juega el todo por el todo, esperando que un milagro o un golpe de suerte pueda cambiar el rumbo de la contienda electoral. Si pierde en la polémica, en realidad no habrá perdido nada, porque en una segunda vuelta da lo mismo perder por un punto que por veinte o treinta.
Durante la primera vuelta, Alan García que venía tercero, era el más interesado en el debate, y Humala lo rehuía. Ahora a García no le importa mucho, pero tampoco se corre; sabe que es poco probable que pierda puntos en él.
Los intercambios, a veces virulentos, de las últimas semanas han sido meras fintas de ambos bandos para tratar de hacer aparecer al rival como que no quiere el debate, en el entendido de que eso puede restarle algunos puntos.
LO QUE ES Y LO QUE PARECE. El mito sobre los debates presidenciales empezó en 1960, cuando se enfrentaron en las elecciones norteamericanas John Kennedy y Richard Nixon. Un joven, rozagante -en realidad hinchado por la cortisona- y sonriente Kennedy le ganó a un adusto y barbudo Nixon, y en los estrechísimos resultados de esos comicios, se atribuyó a esa victoria en el debate el triunfo final de Kennedy.
Sin embargo, no hay que subestimar el papel que jugó la inescrupulosa maquinaria política kennedista en la decisiva y poco clara victoria en Illinois, que fue la que inclinó la balanza de esa elección.
Un error clave de Nixon en esa ocasión fue su exagerada confianza en sí mismo. En los albores de la televisión, el entonces vicepresidente republicano se consideraba como el político más ducho en el manejo de ese medio.
De hecho, en 1956, lo había utilizado magistralmente para salir de un aprieto que se creía que liquidaría su carrera. Un periódico había publicado un reportaje en que se afirmaba que un grupo de hombres ricos financiaba clandestinamente los ingresos del entonces vicepresidente del respetado Ike Eisenhower. Estaban a punto de desembarcarlo de la reelección. Desde su estado, California, Nixon se presentó en la TV hablando de la familia y del perro, y ante una audiencia de 58 millones de personas -la más numerosa hasta ese momento-, refutó las acusaciones. Superó el obstáculo y se mantuvo como vicepresidente en el siguiente período.
A partir de allí Nixon elaboró su famosa frase: “Lo que importa cuando se está bajo fuego en una campaña política no es lo que los hechos son, sino lo que parecen ser”.
FALTONCITO Y MUDO. En el Perú, el debate más famoso ha sido uno municipal, que enfrentó por la alcaldía de Lima, en noviembre de 1966, a Luis Bedoya Reyes, que representaba a la oficialista alianza de Acción Popular y la Democracia Cristiana, y Jorge Grieve Madge, que defendía a la opositora coalición del Apra con la Unión Nacional Odriista.
Bedoya superó largamente a su oponente con pullas -“faltoncito y mudo”, le dijo a Grieve, refiriéndose a su deslucida actuación como concejal en una gestión anterior- y una retórica clara y agresiva. Ganó nuevamente la alcaldía.
Luego de la dictadura, cuando se restauró la democracia en 1980, los candidatos presidenciales rehuyeron los debates por razones tácticas. Como siempre, el que iba adelante no tenía interés en arriesgar su posición frente a los otros.
Desde 1990 siempre que ha habido segunda vuelta, ha habido también debate. Ocurrió en 1990, en 2001 y ahora. Se ha establecido la costumbre, existe una demanda de la población y, sobre todo, de los medios, que encuentran en el espectáculo, en los preámbulos y en el epílogo, un apetitoso motivo para elevar ventas y audiencias.
Por eso a los candidatos en segunda vuelta les resulta difícil esquivar el debate, así no les resulte rentable. La presión, sobre todo mediática, es irresistible.
¿QUÉ SE PUEDE ESPERAR? Difícilmente se pueden esperar grandes sorpresas esta noche.
Alan García centrará sus fuegos en dos cosas: el miedo que suscita su adversario -caída de inversiones, pérdida de empleos, autoritarismo, atropellos a la libertad de prensa, subordinación a Hugo Chávez, etc.- y sus propuestas, muchas de ellas demagógicas y populistas, pero que sabe vender como razonables y viables.
Por su lado, Humala atacará en cada tema, el pasado de su rival, su mal gobierno y tratará de identificarlo como el candidato de los ricos y de Estados Unidos. Sus propuestas son conocidas y se reducen a una muy primitiva versión de nacionalizaciones y “recuperación” de recursos naturales, a la manera de hace medio siglo.
En esta ocasión lo que decidirá la elección es el rechazo, y Humala ha logrado algo que se creía imposible, superar las resistencias que tenía García. Por eso la campaña es ahora tan oscura, porque ambos tratan de aumentar el rechazo que tiene su rival para convertirse cada uno en el mal menor. Eso, sin duda, se reflejará en el debate. Los ataques ocuparán un lugar preponderante en las intervenciones de cada uno.
En términos oratorios y de recursos polémicos, no cabe duda de que García superará a Humala. En el cuartel se aprenden cosas, pero no a discutir con argumentos ni a polemizar con ironía y fluidez.
Eso, sin embargo, no convencerá al núcleo “duro” de votantes de Humala, que ahora parece estancado en un porcentaje similar al que alcanzó en primera vuelta. Paradójicamente, Humala se parece en eso a Mario Vargas Llosa -como advirtió en estas páginas Roberto Lerner-, pues no ha conseguido conquistar casi nada de nuevos votantes en las cinco semanas que han transcurrido desde el 9 de abril.
SANO ESPARCIMIENTO. Así, si no ocurre nada extraordinario, el debate transcurrirá en medio de ataques, agresiones y propuestas populistas. Luego le tocará el turno a las huestes apristas y humalistas, que saldrán a los medios a tratar de convencer a los electores que su candidato venció al contendor.
Al final, es probable que nada cambie y que las proporciones de los candidatos se mantengan iguales. Otros serán los factores que influirán decisivamente en el resultado final.
Pero los peruanos habremos disfrutado de momentos de sano esparcimiento durante varios días, olvidándonos momentáneamente de las dificultades de la vida cotidiana y de lo que nos espera a partir del 28 de julio.
OTRA HUMALADA. El miércoles pasado, luego de reunirse con el embajador de los Estados Unidos, Ollanta Humala dijo que le había planteado al diplomático que deje de entrometerse en la campaña electoral. Específicamente, acusó a Alan García de ser el candidato de EE.UU. y a mí de ser un empleado de la oficina antinarcóticos de la embajada norteamericana, que lo critica por encargo. Precisó que le había pedido al embajador una relación de los funcionarios que trabajan en esa dependencia.
Demás está decir que jamás he trabajado en la Embajada de EE.UU. ni en ninguna otra. Lo que Humala no puede entender es que existan personas que actúan de acuerdo con sus convicciones y hacen y dicen lo que les parece. El ladrón cree que todos son de su misma condición.
En las últimas cuatro décadas, he pasado más de la mitad, 22 años, oponiéndome -en lo que podía y como podía- a las dictaduras de Velasco y Fujimori, una de izquierda y la otra de derecha. Humala no tiene por qué sorprenderse que critique al nuevo intento dictatorial que él representa ni que califique de candidato del narcotráfico a quien propone expandir sin límite los cultivos de coca en un país donde más del 90% de la coca se destina a fabricar pasta básica y cocaína.
En realidad, esa ha sido una maniobra fracasada de Humala para tratar de emparejar su dependencia y adicción a Hugo Chávez y a Evo Morales, factor que ha sido decisivo en las últimas semanas para frenar sus posibilidades de crecimiento y hacerlo caer al nivel en que se encuentra ahora.
Con el razonamiento simplón y rudimentario que lo caracteriza, trató de endilgar a García y sus adversarios una conducta similar a la suya, dado que él no puede desprenderse del padrinazgo del dictador caribeño. Es decir, ha seguido el camino de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, que como no pueden refutar las acusaciones de corrupción que pesan sobre ellos, tratan de hacer creer que todos son ladrones como ellos. En esto Humala también ha perdido.

¡Una bomba cayó sobre el debate!
Carlos Basombrio
Peru 21, 21 de mayo del 2006

Al fin esta noche habrá debate. Los candidatos han sido llevados casi a rastras. La verdad que la expectativa por lo que allí podía ocurrir estaba bastante inflada. Es imposible que en media hora por candidato se pueda decir algo significativo sobre cinco temas tan gordos. Para la amplia mayoría, la victoria no se iba a definir por la consistencia de las propuestas, sino por esos dos o tres momentos en los que alguno trastabillara por una frase aguda del rival.
De pronto todo cambió. La libertad de Fujimori y el explosivo audio de Montesinos han alterado el escenario. Por un lado, Fujimori declara que las violaciones de los derechos humanos y la corrupción de su gobierno fueron hechos aislados. Del otro, Montesinos rompe su silencio y descalifica a Humala señalando que fue un peón suyo para encubrir su fuga y, además, parte del aparato de reelección de Fujimori. ¿Casualidad? ¿Juegan solos o lo hacen en pared?
Lo de Montesinos es un misil en la ya agujereada línea de flotación de Humala. Si solo fuera el dicho de Montesinos no habría por qué darle crédito, pero es solo la gota que rebalsa el vaso. Las sospechas de que Locumba fue una farsa no son nuevas, y numerosos testigos y partícipes de la aventura lo dijeron antes.
Pero Montesinos es un maestro de los psicosociales y bien cabe escuchar a Humala cuando dice: juzguen lo que dice Montesinos en función de a quién favorece. Si trata de desacreditarme es para que gane Alan. Si es así, García es el candidato de Montesinos. Los apristas contraatacan: es tan obvio el efecto carambola que esto tiene, que en realidad Montesinos lo que quiere es reforzar a Humala.
Que Humala tiene rabo de paja en este y tantos otros temas es cada vez más evidente (¡qué vergüenza que gente que se suponía correcta siga atada a un proyecto impresentable!). El tema es García. ¿Montesinos lo prefiere como presidente? Quienes eso sospechan recuerdan que en su momento hubo denuncias de cómo la Corte Suprema -que Montesinos abiertamente controlaba- declaró prescritos los delitos de Alan, justo a tiempo para que entrara en la carrera electoral. Está también Mantilla, probablemente la persona más cercana y leal a García, recibiendo dinero de Montesinos. Pero sobre todo está Giampietri.
El almirante Giampietri, su candidato a vicepresidente, tiene una connotada trayectoria fujimorista. Su presencia en la plancha -lo dijo públicamente el propio Almirante- es fruto de una alianza del Apra con “Chimpún Callao” de Álex Kouri; quien en su momento fue el más cercano a Montesinos de todos los fujimoristas. Giampietri, además, no ha ocultado nunca que piensa -tal como lo declaró Fujimori el viernes- que lo de los noventa fueron casos aislados y que debería funcionar la amnistía. El almirante ha ido todavía mucho más allá en sus múltiples escritos, pero ese es otro tema.
¿Qué drama que ninguno de los candidatos pueda exhibir una distancia inequívoca frente a Fujimori y Montesinos, los peores mafiosos que han engendrado estas tierras?
Dicen que no hay mal que por bien no venga. Estas oscuras sombras que se ciernen sobre ambos podrían disiparse si esta noche no dejan dudas. Podrían muy bien decir: “Me comprometo a profundizar la lucha contra la corrupción y los crímenes de derechos humanos.
No habrá en mi gobierno indultos, ni amnistías para Fujimori o Montesinos; ni para ninguna persona comprometida en esos crímenes. Tampoco para quienes insurgieron contra la democracia en abril de 1992 o en Andahuaylas en el 2005. No habrá pretexto alguno, sea de seguridad nacional, gobernabilidad o reconciliación, que pueda usarse luego para cambiar de posición”.
¿Mucho pedir? Esta noche lo sabremos. Lo que digan definirá el voto de muchos. Será, además, un indicador de lo que podemos esperar en el futuro.
Un pacto perverso
Jorge Bruce
Peru 21, 21 de mayo del 2006

¿La hora de la verdad? Nunca tanto, como se dice ahora. Más bien el reloj marca, insistentemente, la hora de Fujimori y Montesinos, esa pareja corruptora cuyas recientes performances se están robando -ojo con la palabra- el show. No importa que la primera haya sido fortuita y la segunda calculada; el hecho es que, juntos, han desplazado la perspectiva de la mirada pública. Esto, sin embargo, podría terminar siendo conveniente para ambos candidatos. Ni Alan García ni Ollanta Humala son reconocidos por su autoexigencia en términos de veracidad. A veces ni siquiera les preocupa la verosimilitud. Ambos se ofuscan cada vez que se les plantean asuntos tan inoportunos como El Frontón o Madre Mía. “Cosa juzgada”, sentencia altivo el ex presidente. “Combatí con honor”, afirma tajante el ex soldado.
A buen entendedor, pocas preguntas. Bien mirado, lo que se nos propone es un pacto perverso, cuyos ítems podrían esquematizarse así:
1. Aceptamos el veredicto democrático de las urnas y nos situamos en la segunda vuelta, dispuestos a elegir entre las dos candidaturas seleccionadas por la voluntad popular. Nos guste o no (sobre todo si nos disgusta), esa es la realidad.
2. Presenciamos el debate, partiendo de la premisa que lo sustantivo son las respectivas propuestas de gobierno.
3. Comparamos las fortalezas y debilidades de los contendores, analizamos su impacto en la gobernabilidad, tomamos una decisión de voto, sea este de centro-derecha y el más adecuado para el mercado y la democracia, o de izquierda, el representante nacionalista de los pobres y excluidos.
4. Nos decimos que la insatisfacción que nos asedia es el precio de la madurez y las renuncias a las exigencias desmedidas del Yo ideal infantil.
Este sería el texto manifiesto, evidente, realista. Hay otro latente, oscuro, real. Los ítems de este pacto de la sombra son el reverso obsceno de los anteriores:
1. Todos nos hacemos los locos y pretendemos que tenemos dos candidatos -o por lo menos uno- dignos de asumir la Presidencia de la República.
2. Nuestra atención está centrada en la posibilidad de que se les escape algo -un gesto descontrolado, un lapsus, una indiscreción- que los delate o desnude al otro, en que los programas y propuestas, sin credibilidad alguna, no son más que la fachada a traspasar.
3. Acallamos las voces de los espectros o las víctimas que claman por ser escuchadas (vale tomar ansiolíticos, somníferos o antidepresivos).
4. Desconocemos ese insidioso remordimiento, esos síntomas psicosomáticos, esa melancólica renuncia a escrúpulos y principios. Lo llamamos el mal menor o el fin justifica los medios, según el caso.
Las reapariciones de Fujimori y Montesinos resultarían funcionales a este proceso implícito.
No solo se distrae el foco de atención pública -especialidad de la ‘inteligencia’ militar fujimontesinista-, sino que se atenúa, por contraste, el impacto del rechazo hacia los candidatos. En efecto, el récord de crímenes de la dupla siniestra difumina las sospechas que penden sobre las figuras de Humala y García, ya sea en materia de corrupción o derechos humanos. De este modo, los cómplices de la década fujimorista están dejando sus huellas en ese texto imaginario. La prueba es que todos nos preguntamos cuál es el juego de unos y otros: ¿a quién favorecen o perjudican? Ese es el escenario lamentable en el que se está desplegando la política en nuestro país. No tiene caso ahondar el desánimo que a muchos nos produce esta constatación, pero peor resulta aceptar pasivamente la letra no escrita de ese pacto, en el que se nos quiere reclutar a la fuerza. Hay, por supuesto, gentes respetables que no tienen la misma lectura y lo anterior no busca invalidar sus opciones. Pero sí me parece necesario denunciar esa imposición malsana, segregada por una conjunción de personajes desastrosa, ante la cual cada quien decidirá cómo ubicarse.
Guido Lombardi: En el año ’90 había mayor polarización que en 2001
Por: Víctor Calderón
Suplemento Debate Presidencial
Peru 21, 21 de mayo del 2006

Nuestra historia democrática solo registra dos debates presidenciales, en 1990 y en 2001, en los cuales el moderador fue el periodista Guido Lombardi. Su experiencia y los detalles detrás del telón que nos muestra son, por lo tanto, valiosos para esta tercera edición.
– ¿Fue difícil conciliar con Mario Vargas Llosa y con Alberto Fujimori para un respeto irrestricto a las reglas de juego?
– En realidad, no hubo mayor conversación. Me acerqué a cada uno de ellos, cuando pasaron al maquillaje, para saludarlos, desearles suerte y decirles que iba a ser muy estricto en el cumplimiento de los acuerdos, básicamente en los tiempos.
– ¿Y se vio en la necesidad de ser drástico?
– Ambos fueron capaces de ceñirse estrictamente al tiempo, y cuando lo sobrepasaban les decía: señor, su tiempo concluyó, y se callaban. Había tensión por el debate porque había una mayor polarización, pero no por la moderación.
– Tensión que subió cuando Fujimori mostró una portada de Ojo, donde se daba como ganador del debate a Vargas Llosa.
– Eso fue una cosa asombrosa para todos. Alguien le acercó esa carátula durante una de las tres pausas, que duraban cuatro minutos. Fue un momento de tensión, de sorpresa, pero la cosa continuó.
– ¿Fujimori llegó con esa portada?
– Al llegar al debate, Fujimori tenía una gran cantidad de files. Mientras lo maquillaban, lo vi con las rodillas juntas y unos 30 files sobre ellas. Al pódium se acercó sólo con uno, y estoy 100% seguro de que allí no estaba esa carátula.
– ¿Hay forma de evitar que el debate se vaya al ataque personal, o que, por ejemplo, uno de los candidatos saque un fajo de intis?
– Yo creo que no. Si el tema era Educación y un candidato hablaba de la producción de papa, yo no podía decirle: oiga, usted está fuera del tema. A lo mejor, de las papas él va a derivar que el campesino no tiene los recursos para mandar a sus hijos a la escuela.
– ¿Y en el caso de los intis?
– Podría estar hablando del programa económico, de la estabilidad monetaria, y usarlos para decir: miren la cantidad de billetes que se necesitaba para hacer un solcito de ahora.
– ¿Hubo otros inconvenientes?
– Hubo también un problema de altura. Fujimori llevó un banquito para pararse detrás de su atril, y el Fredemo protestó porque no estaba en los acuerdos. Yo les dije: miren, esa es una cosa intrascendente y no voy a permitir que lo retiren. Un representante de Fredemo destruyó el banquito, y ahí acabó todo.
– ¿El mismo problema se presentó en el debate Toledo-García?
– En ese caso, el acuerdo fue que no se hiciera ninguna toma abierta, por pedido de Toledo. Es decir, que no se viera en la pantalla, al mismo tiempo, a los participantes en el debate y al moderador, para que no se notara la diferencia de estatura.
– ¿Pero, al final, eso se hizo más que evidente?
– En el saludo final, Alan García le retuvo la mano y como que le quiso dar un abrazo, poniéndole una mano en el hombro. Toledo se la puso en el estómago, porque no podía ponérsela más arriba, como diciéndole: no te acerques mucho. Esto fue gracioso.
– ¿Los apretones de manos son obligatorios?
– La gente de Fujimori no lo quería. Por eso, cuando terminó el debate, ambos se saludaron con una leve inclinación de cabeza. Pero, cuando se apagaron las cámaras, yo logré que se dieran la mano. Con una seña los invité al centro, y ahí se saludaron.
– Volviendo al debate Toledo-García, ¿allí hubo momentos de tensión?
– Se había acordado no utilizar ningún tipo de material gráfico o audiovisual, y corría el rumor de que García iba a mostrar un video. En esa época, hablar de video era hablar del Mélody.
– ¿Tuvo problemas con la prensa?
– A los reporteros gráficos les dije que al comenzar podían tomar todas las fotos que quisieran, pero que durante el debate no podía haber un solo flash. Les advertí que si había un flash me vería forzado a desalojarlos, y lo entendieron perfectamente.
– ¿Cuál de los dos debates fue más difícil para usted?
– El del 90, sin duda. En el del 2001 ya tenía la experiencia y el país estaba menos polarizado. El ambiente era más relajado.
– ¿Cuál fue su impresión después de ese debate Vargas Llosa-Fujimori?
– Mi sensación fue que había ganado Vargas Llosa, pero el debate no cambió un ápice los resultados.
Una historia con solo dos ‘botones’
Por: Víctor Calderón
Suplemento Debate Presidencial
Peru 21, 21 de mayo del 2006

El debate realizado en 1967, por la alcaldía de Lima, entre Luis Bedoya Reyes, candidato de la alianza Acción Popular- Democracia Cristiana, y el aprista Jorge Grieve es el antecedente más lejano en la historia de los debates en el Perú.
En nuestra historia, los debates presidenciales no han sido precisamente una práctica democrática, aunque hay quienes los consideran como un derecho de los electores que los candidatos no deben ni pueden rehuir. A esto se debe que desde 1960 a la fecha solo se han registrado dos confrontaciones de este tipo.
La primera se produjo el domingo 3 de junio de 1990, y tuvo como protagonistas al escritor Mario Vargas Llosa y a un casi desconocido Alberto Fujimori, y la segunda, el 17 de mayo de 2001, entre Alejandro Toledo y Alan García.
Los dos referentes que existen nos muestran que los debates sirven para que los mensajes lleguen con más claridad a los indecisos, pero que no influyen en quienes ya tienen decidido su voto. Vargas Llosa, según los analistas, le ganó a Fujimori, y Alan García, a Toledo, pero ninguno de los dos llegó al poder.
Conociendo sus limitaciones oratorias, Fujimori y Toledo apelaron, sin embargo, a frases duras y a veces al golpe directo para equilibrar la balanza.
Luego de fingir una intoxicación con bacalao, o pedirle, sin éxito, a Alan García que provocara un apagón en el Centro Cívico, Fujimori salió con el pié en alto. “Se me acusa de ser aliado del gobierno (aprista), pero que diga el doctor Vargas Llosa cuántos funcionarios están en su agrupación política”, encaró.
El escritor sonrió y devolvió el golpe: “Yo no escondo a mis aliados como el señor Fujimori”. La sorpresa llegó cuando, en pleno debate, Fujimori mostró una portada del diario Ojo, donde se daba como ganador a Vargas Llosa.
El debate continuó, pero en la retina de los televidentes quedó la imagen de un chinito con honradez, tecnología y trabajo al que los poderosos querían aplastar. El tiempo demostró que no hubo nada de eso sino corrupción a gran escala.
DUELO DEL 2001. En el debate Alan García-Toledo, el candidato aprista le recordó que había sido funcionario del gobierno y de organismos multinacionales, y esto le dio pie al líder de la chakana para decirle: “No hablemos del pasado porque hay ropa tendida. En su gobierno se han producido violaciones a los derechos humanos y robos sobre los cuales todavía no ha dado cuenta a la justicia”.
La respuesta de García fue también demoledora: “A mí nadie me ha registrado como consumidor de cocaína. Yo tengo las pruebas. Un consumidor de cocaína no puede aspirar a ser presidente de la República”.
Esta noche tendremos una nueva versión de estos debates presidenciales. En una esquina, Ollanta Humala. En la otra, Alan García.
MÁS HISTORIA. Si bien los debates presidenciales concentran más la atención, en el plano municipal, y fundamentalmente en la pugna por el sillón edil de Lima, se encuentra más referentes. Uno de los más famosos es el que protagonizaron, en 1967, Luis Bedoya Reyes, por la alianza AP-DC, y el aprista Jorge Grieve.
Algunos recuerdan que, en pleno debate, Bedoya sacó una hoja impresa con el récord de asistencia de Grieve a las sesiones del Concejo Provincial, donde era regidor, y luego de leerla le dijo en tono jocoso: “Faltoncito había sido, ¿no?”.
O cuando le preguntó: “¿Sabe usted cuántas toneladas de alimentos entran en un silo de mil metros cuadrados?”. Grieve se quedó callado y Bedoya volvió a la carga. “Yo no soy ingeniero, yo soy abogado, pero lo voy a ilustrar”.
En 1983, en un debate con Alfredo Barnechea, Alfonso Grados Bertorini y Richard Amiel, Alfonso Barrantes pidió un vaso de leche y conquistó con ello al auditorio y a los televidentes.
Otros debates municipales, como el de 1995, entre Alberto Andrade y Jaime Yoshiyama, y el de 2002, entre Andrade y Luis Castañeda, tuvieron anécdotas que también pasaron a la historia.
En el primero, a Yoshiyama se le ocurrió preguntar: “¿Ustedes creen que el ingeniero Fujimori está detrás de mi candidatura?”. Un estruendoso y prolongado “Síiiii”, seguido por carcajadas, lo hizo enrojecer.
En el segundo, Andrade se sacó una bota en pleno debate para demostrar que estaba con tierra y que no era candidato de los ricos.

Written by Michael Ha

May 21st, 2006 at 6:15 pm

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