Peru Election 2006

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Political Observers Assess the Presidential Debate

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Tuesta: “Candidatos no hablan sobre Fujimori”
La Primera, 22 de mayo del 2006

El analista Fernando Tuesta Soldevilla destacó que, durante el debate presidencial, ambos candidatos no dedicaron un solo momento de sus exposiciones a hablar sobre el caso del ex presidente Alberto Fujimori.
Consideró que esa omisión se debe a que ninguno de ellos desea perder los votos de los simpatizantes del ex mandatario, recientemente liberado provisionalmente por la justicia chilena.
Por otro lado, Tuesta señaló que el candidato Ollanta Humala, a pesar de no demostrar mucho orden en sus propuestas, acertó al emplear un lenguaje claro y directo durante su alocución en el debate presidencial.
Por esta razón, Tuesta subrayó que la opinión pública, y sobre todo los electores no percibirán que Alan García ganó la esperada confrontación.
“En un primer vistazo no aparecerá ante la opinión pública la diferencia que todo el mundo esperaba (a favor de García) y ello irá en contra de Alan García”, manifestó.
Tuesta recordó que si bien los debates presidenciales son un medio de exposición de propuestas y de contenido, en términos de “impacto” no son muy importantes para ganar votos.
“Es claro que Humala ha sido entrenado para no dirigirse a nosotros, a los analistas y a una pequeña elite. Ha usado un lenguaje sencillo, ha usado el término chamba, hablar del otro lado del cerro; se ha dirigido de manera directa a la gente y no habló de contenidos porque los debates, en términos de impacto, no creo que sean importantes”, subrayó. Humala apeló al gran público, añadió.
“Humala asumió compromisos radicales”
La Primera, 22 de mayo del 2006

Los compromisos radicales asumidos por el candidato Ollanta Humala están alineados con otras posiciones como Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia, afirmó el director del Grupo de Opinión de la Universidad de Lima, Luis Benavente.
“Humala radizalizó sus propuestas con un tinte izquierdista bastante fuerte y que ha sido característica del Partido Nacionalista que se dieron en la primera etapa de las elecciones”, comentó.
Durante su participación en el debate presidencial, Humala planteó la revisión de los contratos con las empresas trasnacionales, la recuperación de la propiedad de los recursos naturales para el Estado, así como la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Benavente manifestó que mientras Alan García, del Partido Aprista, realizaba algunas propuestas, el candidato Humala enfocó su presentación propuesta genéricas que no llegaban a ser concretas. “Pero también tuvo permanentes provocaciones a García”, dijo.
Consideró que las provocaciones de Humala tenían como propósito buscar votos entre los electores indecisos o algunos que puedan cambiar de opinión luego del debate presidencial.
Jorge Bruce: La diferencia entre ambos fue clarísima
Peru 21, 22 de mayo del 2006

Dicen que un gesto vale más que mil palabras, y el esperado debate de los candidatos a la Presidencia por el Apra, Alan García, y por UPP, Ollanta Humala, no fue la excepción. Las posturas y ademanes de ambos líderes fueron interpretados por el psicoanalista Jorge Bruce, quien sostuvo que la diferencia entre los dos aspirantes fue clarísima.
Señaló que, mientras García se esmeró en proyectar una imagen de estadista y demostró solvencia en su discurso, su contendor nacionalista se mostró “nervioso, inseguro, y con una alocución dificultosa”.
Refirió que, comparado con otros outsiders políticos, como Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, “es a Humala al que peor le ha ido”, y en esa línea, agregó, su oponente “le llevó gran ventaja”.
Bruce dijo finalmente que, aunque Alan García se mostró más solvente en su exposición, “creo que debatió más con su propia sombra”, en tanto que Humala se limitó a recurrir a la pugnacidad y a la agresividad, e incurrió en ciertas inconsistencias.
Gustavo Rodríguez: Debate fue aburrido; es un empate a cero
Peru 21, 22 de mayo del 2006

El publicista Gustavo Rodríguez prefirió no reconocer la victoria a ninguno de los dos candidatos presidenciales que participaron en el debate de anoche, y definió esta confrontación de propuestas como “un aburrido empate cero a cero”.
Consideró que ni Alan García ni Ollanta Humala realizaron un resumen ordenado de sus propuestas al término de cada bloque, salvo la intención del candidato aprista al concluir su exposición en política económica y vender la idea de que podemos ser mejores que Chile. “Esa es una figura más o menos entendible por la gente, pero fuera de eso, (el debate) ha sido de una pobreza creativa y de comunicación terrible”, enfatizó.
Rodríguez comentó que la opinión pública tiene la sensación de que García ha aprendido intelectualmente, pero que también tiene la certeza de que no ha aprendido de sus errores.
Altavoz: Alfredo Torres, director de Apoyo: “Humala se ha cerrado en sus votantes(…) García se abrió más a los que no votaron por él”
El Comercio, 22 de mayo del 2006

– ¿Cuáles son sus impresiones del debate presidencial?
– El candidato Alan García estuvo más estructurado, con mayor control del tiempo, de su modulación de voz, con una imagen más presidencial. En cambio, creo que al llegar tarde a la reunión y al poner la bandera, Ollanta Humala estuvo como más contestatario, más rebelde y en sus intervenciones estuvo también más radical con expresiones como que el Estado se ha privatizado, el pueblo está fregado o esta democracia representa a una minoría. Estas son expresiones que calan muy bien en su electorado, en su 30%, pero difícilmente lo ayudan a ganar más votos. Creo que García sí abrió un poco más de juego hacia los sectores que no han votado por él. Se le vio más realista en sus planteamientos y más sereno. Convocó un poco más al esfuerzo de todos. Creo que eso le permite conseguir más fácilmente los votos de aquellos que no votaron por él ni por Humala en la primera vuelta.
– ¿El porcentaje de indecisos podría reducirse después del debate?
– Creo que podría ayudar a reducir el porcentaje de indecisos porque me parece que sí hubo propuestas de ambos lados. Es verdad que en el tiempo que tenían no han podido desarrollar muchas más propuestas, pero sí creo que la gente que se guía por ideas gruesas, no por detalles programáticos, sí puede haberse sentido atraída por uno o por otro. Es decir, sí podría reducir un poco el voto en blanco y el indeciso.
– ¿No le parece que Humala estuvo tratando de picar a García y que este lo fue ninguneando a lo largo del debate?
– Sí, efectivamente, además era algo que se esperaba que ocurriera. Al ser García quien venía como favorito, primero en las encuestas, Humala tenía que ser el que entrara a agredir, a picarlo, y García lo ignoró la mayor parte de las veces. Me parece que casi en exceso porque sí hubo algunas cosas que debió haber aclarado mejor. Por ejemplo, cuando Humala introduce el tema de Vladimiro Montesinos y le reclama a García un pronunciamiento, García dice que es un tema del Poder Judicial. No se compromete personalmente al respecto. Yo creo que fue un error de García.
– ¿Qué hubiera podido decir, si eso le corresponde al Poder Judicial?
– Que no lo va a indultar. Para la gente que sigue el tema de derechos humanos me parece que fue algo preocupante.
– ¿Y el incidente con la bandera?
– Eso refleja esa actitud que quiere mostrarnos Humala de que representa una posición nacionalista, pero al mismo tiempo rebelde. Quiere romper las reglas. A sus bases le puede caer bien ese gesto, pero al resto de la población le parece, probablemente, una malacrianza, una falta de respeto porque quiere imponer sus reglas a los demás.
– ¿Se ha cerrado más en sus votantes?
– Sí. Ese es un buen resumen.
– ¿Entonces el ganador es Alan García?
– Me parece que sí. En realidad, tal como se ha visto el debate, creo que sí. Quizás Humala con estas intervenciones está trabajando más para el futuro, pero para esta elección me parece que a García se le ha visto mejor y podríamos decir que es el ganador.
– Algunos han dicho que el debate ha sido entre David y Goliat.
– Creo que esa es una expresión de Carlos Torres Caro (candidato a la vicepresidencia de UPP), quizás por la altura de cada uno, pero en el estilo no ha sido así porque Humala ha estado más agresivo y García ha estado más moderado. Me parece que más ha sido una figura retórica. No le veo mucho asidero.
– ¿David no tiró bien la piedra?
– David tiró varias piedras, pero ninguna logró tumbar a Goliat.
Sostienen que alan GARCÍA expuso propuestas con orden: Opiniones encontradas sobre la polémica
El Peruano, 22 de mayo del 2006

Aseguran que Ollanta Humala acertó al emplear lenguaje claro y sencillo
Analistas políticos tuvieron ayer opiniones contrarias sobre el nivel debate presidencial, así como sobre cuál de los dos candidatos ganó la polémica. Santiago Pedraglio, por ejemplo, opinó que el ganador del debate fue Alan García debido a que fue capaz de ordenar y exponer mejor sus propuestas frente a las de su oponente, Ollanta Humala. “Sin duda, si me preguntaran quién fue el ganador, diría que fue García de lejos”, manifestó.
Uno de los principales puntos a favor del líder aprista, según Pedraglio, fue la tardanza de Humala en llegar al debate.
No obstante, Fernando Tuesta, experto en temas electorales, indicó que Humala, a pesar de no demostrar mucho orden en sus propuestas, acertó al emplear un lenguaje claro y directo durante su exposición. Por esta razón, opinó que la opinión pública, y sobre todo los electores, no percibirán que Alan García ganó el debate presidencial.
“En un primer vistazo no aparecerá ante la opinión pública la diferencia que todo el mundo esperaba (a favor de García) y ello irá en contra de Alan García”, manifestó en el programa Rueda de Prensa de Canal N. Por su parte, Walter Olivari Ortega, profesor de la Universidad de Lima, sostuvo que el debate se encuadró dentro de lo que se esperaba, pues no se produjeron grandes gestos ni propuestas de parte de los postulantes.
Comentario del Editor: La oportunidad que perdió Humala
Juan Paredes Castro, editor central de opinión y política
El Comercio, 22 de mayo del 2006

Dentro de un formato más inclinado a la exposición que al debate, el encuentro de anoche entre los candidatos Alan García y Ollanta Humala fue mucho mejor aprovechado por el primero que por el segundo, que irónicamente hizo todo lo posible para que ese formato prevaleciera.
En términos estrictamente de objetivos de audiencia, García manejó un discurso dirigido a afirmar la ventaja que le lleva a Humala en las encuestas y a convencer a más de un grueso voto de indecisos todavía incrédulos de un eventual gobierno suyo que la alternativa aprista es viable y confiable.
Humala, en cambio, retornó a su prédica radical y agresiva de la primera vuelta, con lo cual volvió a reencontrarse con los sentimientos de sus votantes ya conquistados, perdiendo la oportunidad de ir en busca de quienes, no habiendo sufragado por él, podían estar dispuestos a alinearse en sus ideas.
El candidato de UPP estaba obligado a dominar el formato de debate que había contribuido él mismo a establecer; es decir, a adueñarse de cada tema en el estilo que le viniese en gana, combinando, por ejemplo, más allá de los diagnósticos de la realidad nacional sobradamente conocidos, las críticas al régimen de García con planteamientos de gobierno concretos.
A propósito, estos terminaron quedándole cortos frente a los expuestos por García con el vuelo de discurso que le caracteriza.
Fue notorio en todo momento cuán restringidos eran los minutos del debate para el candidato del Apra, que sin duda hubiera deseado que este fuera libre en su temática y muy amplio en el uso del tiempo. ¿Por qué los negociadores de las condiciones del debate por parte del Apra acabaron cediendo tanto a favor de las exigencias humalistas? Es algo que García y su entorno tendrán que explicar, empezando por reconocer que este corría el riesgo de ser llevado al juego de un Humala realmente impredecible.
En síntesis, el candidato aprista abrió el abanico de sus ideas y propuestas a un perfil de futuro gobierno suyo, que uno podría discutir pero a la vez aceptar que, efectivamente, lo tiene. Humala se encerró demasiado en su descalificación del Estado vigente, sin otra alternativa de solución que su refundación, vía reforma constitucional, aunque si llega al gobierno no estaría en sus manos manejar.
Quizá lo más rescatable en su exposición de anoche fue su coincidencia con García en el compromiso de enfrentar la grave exclusión social, sobre la cual no solo parece tener un diagnóstico descarnado, sino ideas-fuerza importantes que, aunque crucen en el fondo con la controvertida línea de un nacionalismo mal definido, tocan los nervios fundamentales de grandes temas como la educación, la pobreza crítica, la salud, el empleo y la falta y negación de oportunidades.
El debate quizá no haya movido demasiado la sensibilidad de la masa de indecisos ni la ventaja que García parece llevarle sustantivamente a Humala en la intención de voto, pero establece sin discusión un punto de partida fundamental en la recta final hacia la segunda vuelta, tanto para convencernos de la necesidad de que los líderes y partidos políticos se abran más al electorado en lugar de cerrarse y de que estos mismos entiendan que la gobernabilidad del país va a requerir de grandes consensos y concertaciones, comenzando por los que ahora mismo están en la contienda principal.
Si Humala es consciente de que tiene que remontar un margen importante de intenciones de voto para acercarse más confiadamente al 4 de junio, su primera autocrítica del reciente debate debería consistir en dejar atrás el tono agresivo e intolerante de sus exposiciones y actuaciones públicas, lo que en cierta forma significaría entender que hace rato estamos en la segunda vuelta electoral.
Tips de un debate que nunca ocurrió
Columna del director, Juan Carlos Tafur
La Primera, 22 de mayo del 2006

1 Propiamente hablando no hubo debate. Fuera de algunas puyas, los dos candidatos llevaron discursos armados sin permitirse la confrontación. Es cierto, sin embargo, que el formato no ayuda y habría que pensar en cambiarlo para eventos similares posteriores.
2 Gravísimo error de Humala su premeditada tardanza y, peor que eso, mentir sobre las razones de ello, cuando todo el país había visto el motivo real de la misma.
3 Error de Alan García no responder puntualmente dos temas en los que su contendor puso énfasis. Es cierto que un candidato no puede permitir que la agenda se la marque el otro, pero tampoco pueden dejarse temas cruciales flotando. Su postura frente al TLC y a la posible liberación de Montesinos fueron soslayados, sin entender por qué. Para bien suyo, lo puede corregir en sus próximas apariciones públicas.
4 Según algunos analistas, el mensaje de Humala fue mucho más concreto y dicho, inclusive, con jerga popular. Sin duda, hubo diferencias de estilo, pero nos parece que ambos se cuidaron de no caer en abstracciones ideológicas. No vemos, en consecuencia, una ganancia electoral significativa por esta razón.
5 La imagen general que quedará clavada en las retinas es la mayor agresividad del candidato nacionalista (desde la tardanza, la malacrianza respecto de la bandera que la inteligencia del moderador supo sortear, hasta las permanentes puyas a su adversario), quien parece haber optado por regresar a la primera vuelta, y la mayor moderación y gestos corteses de García, cuidándose, inclusive de no responder ataques personales directos. Esto nos parece de mayor impacto respecto de los votantes no cautivos a los que ambos apuntan.
6 García empezó mal, tal vez desorientado por la fuerza y elocuencia de Humala. Al final, agarró tono y volteó el partido. Exactamente al revés, Humala comenzó sorprendiendo por su eficacia discursiva, pero se fue diluyendo poco a poco, tal vez por el olímpico soslayo de su adversario.
7 No creemos que el debate modifique las tendencias electorales. Humala estaba obligado a demoler a García –en el mejor de los casos, ha empatado– para remontar la enorme diferencia que éste le lleva. Y eso, definitivamente, no ha ocurrido.
García 2 – Humala 0
La Columna del Director, Aldo Mariategui
Correo, 22 de mayo del 2006

Gracias a internet, pude ver el tan esperado debate en plenas vacaciones. A la distancia, mis impresiones fueron las siguientes:
1) Aburridazo. Se repitieron ideas archiconocidas. Nada de sustancia. Pude usar mi tiempo, aquel que nadie te devuelve, en algo mas útil o placentero que en escuchar a estos dos. Y se debió permitir que el moderador pregunte.
2) Fatal la llegada tarde de Humala. Eso trae la “hora Cabana” a la memoria y denota improvisación. Es evidente que cualquier polemista de un evento tan vital tiene que llegar con mucha anticipación, echarle una mirada al escenario, controlar espacios, familiarizarse, oler. Esa excusa de que los apristas lo retuvieron, así sea verdad, es ingenua, ya que debió estar allí a las 6:45 pm, cuando menos. Mal jugado.
3) Las formas mandan en este tipo de confrontaciones, no el fondo (a la gente le importa un pito una nueva Constitución o que le hablen de las regiones). Nixon derrotó a Kennedy en 1960 por radio, pero perdió en la más importante tv. El remate final de Ollanta fue un desastre: se le salió el cachaco, precisamente lo que tenía que evitar para ampliar su base de 30%. Esa crispación y esa carita amenazadora le pueden servir muy bien para ese tercio que constituyó su votación -formado por todos aquellos a quienes les gusta los achoraditos y que les pateen el trasero-, pero no para ganar el estratégico voto limeño que apostó por Flores, Paniagua, Lay, Martha Chávez y los pitufos o para abrir brechas en el voto no aprista que apostó por Alan. La batalla de esta elección era ganar Lima y los asesores venezolanos y españoles de Humala no lo entendieron. Le brotó el pelo de gorila en el minuto final. Mal jugado.
4) Me asombró que Humala no le haya golpeado mucho más el bajo vientre a García utilizando su pasado. Es cierto que le sacó varias cositas, pero a mi entender lo que tenía que hacer era demolerlo, salir con todo a fin de evocar viejos fantasmas y por lo menos así incrementar el voto en blanco, que a las finales le favorece. Mal jugado.
5) García jugó muy bien su partido. Devolvió ganchos y cerró como un gran moderado. Sabía que tenía que actuar así, a fin de ganarse al más sereno y pensante voto limeño para sumarlo a su base norteña. No dejó que Humala lo fije con sus preguntas y reclamos y los contestó elípticamente, porque lo último que debes permitir en una polémica es que tu adversario te dicte los términos. Soltó las dosis de demagogia y las pullas necesarias junto a una imagen de cordura.
Para mí ganó 2-0, aunque la gente es tan rara, masoquista e impredecible en el Perú que de repente le da el match point a Humala. Miren nomás quiénes quedaron de veintitantos candidatos: los dos peores.
Carlos Tapia: Ollanta empató y salió ganando
Peru 21, 22 de mayo del 2006

En realidad, el resultado del debate entre Ollanta Humala y Alan García nos ha hecho ver puntos de vista distintos en relación con la visión del desarrollo del país, particularmente en los temas relativos a cómo abordar la exclusión social, cómo redistribuir el poder en el país y otros.
Me parece, en lo personal, que, en el caso de la propuesta de Alan García, el sustento básico es buscar gerenciar mejor la actual situación sociopolítica, gerenciar mejor el actual modelo neoliberal. En el caso de Ollanta Humala hay, en cambio, un cuestionamiento, llamémosle más de fondo, sobre las causas que explican la situación de injusticia, de pobreza que existe en el país y, por lo tanto, tiene una propuesta de un cambio más profundo, una gran transformación. Esto, en primer lugar.
En segundo lugar, yo creo que todos esperábamos, y lo digo con total franqueza, que iba a ser un partido de fútbol entre Perú y Brasil en el estadio Maracaná y que Alan García iba a ganar algo así como 3 a 0. Sin embargo, lo que hemos visto es un 2 a 2 en el Maracaná. Ciertamente, eso permite que Ollanta Humala salga con una mejor imagen, como producto del debate. En realidad, a Ollanta Humala le bastaba empatar para salir ganando, y eso es lo que, a mi entender, ha sucedido.
Yo creo además, y por otra parte, que los pullazos que ha habido son más o menos naturales en debates como este. Yo recuerdo el debate de Alan García con Alejandro Toledo, sobre todo cuando Alan García le dijo que él no consumía clorhidrato de cocaína, o algo así. Fue de más feo calibre lo sucedido. Acá los pullazos que ha habido son algunos buenos y con sentido del humor, como eso de la ‘selva emprendedora’, para llevar allí, según Humala, a todos los funcionarios corruptos. Eso me parece una buena imagen sarcástica de lo que ha estado en el debate.
La propuesta de Héctor Vargas Haya creo que ha sido algo novedoso, para ya fijar nombres. Ahora, en el caso de las propuestas desarrolladas para todos los sectores, creo que Alan García ha sido más puntual. Él ha podido desarrollar más puntualmente programas y alternativas más concretas. Ollanta Humala se ha referido más a los temas de corte estructural, quizá porque, como todo el mundo sabe, el próximo domingo será la polémica programática de los equipos de plan de gobierno, y es allí donde se verán los aspectos cuantitativos y el cómo se van a hacer realidad las propuestas que ahora se han planteado.
En resumen, yo creo que este debate ha sido bueno, que no se ha sobrepasado los pullazos naturales que se han dado. Creo que se ha presenciado dos puntos de vista distintos en relación con la explicación y cómo superar los graves problemas que tiene el país, a nivel económico, a nivel de la exclusión social, a nivel de la extrema pobreza. En el caso de Alan García, me parece que, más bien, busca explicar la superación de estos problemas con una mejor gerencia del modelo económico, del Estado. En el caso de Ollanta Humala, una transformación un poco más profunda y radical, de allí que plantee los cambios constitucionales.
La sorpresa del día, desde mi particular punto de vista, es que los dos han estado de acuerdo con que esta Constitución del 93 debe ser derogada, debe ser eliminada, debe ser puesta de lado, y la Constitución del 79 debe ser puesta en el terreno de los cambios constitucionales que el Perú requiere, particularmente el capítulo económico, en el que la Constitución del 79 le reconoce al Estado peruano mucho más soberanías y prerrogativas sobre la propiedad de los recursos naturales. En consecuencia, yo creo que ha sido un muy buen debate que, creo, servirá para que la población opte libremente por su candidato.
Mauricio Mulder: Alan nos mostró talla de estadista
Peru 21, 22 de mayo del 2006

El país ha podido ver la diferencia entre un estadista y un oportunista. La diferencia entre quien tiene planteamientos coherentes para cada uno de los temas y quien simplemente se limitó a tratar de zaherir, de injuriar y de lanzar pullas sin ningún tipo de sustento, y además demostrando muy poca coherencia y consistencia en sus planteamientos. Dijo, por ejemplo, que los presidentes regionales son elegidos por sus asambleas, cuando todo el mundo sabe que son elegidos directamente por el voto popular.
De otro lado, imputó que Alan García mentía en el tema de la Policía, cuando eso está en su programa de gobierno y Alan García le demostró que ellos iban a transferir la Policía a las municipalidades. Dijo que iba a introducir la reincidencia para agravar el tema de delitos en la lucha contra la inseguridad ciudadana, y resulta que la reincidencia ya la aprobó el actual Congreso. Creo que el señor Humala está muy mal informado y que tiene un escaso nivel de conocimiento de la realidad nacional. Sus asesores, que pertenecen a la planilla dorada del Ministerio de Economía y del Banco Central de Reserva parece que no le han hecho un buen trabajo. En cambio, la propuesta de Alan García ha sido específica, con soluciones inmediatas para cada uno de los temas, con reforma tributaria, con reforma del Estado, con Banco Agrario, con Sierra Exportadora, con carretera Interoceánica, con megapuerto en el Callao. Un cúmulo de mecanismos de desarrollo que son los que han diferenciado su condición de estadista.
De otro lado, el señor Ollanta Humala ha dicho una ‘cantinflada’. Ha señalado que va a restituir la Constitución del 79, pero, al mismo tiempo, que va a convocar una Asamblea Constituyente. ¿En qué quedamos? Si restituyes la Constitución del 79 ya no puedes convocarla, porque esta Constituyente va a hacer una nueva Constitución que va a tirar al tacho la del 79. Ahí nomás demuestra una profunda ignorancia política y, sobre todo, jurídica. Nosotros hemos dicho, mucho antes que él, que vamos a luchar para restituir esa Constitución del 79, y ese va a ser nuestro objetivo a partir del 28 de julio.
En el tema de la reforma del Estado, Humala no ha dicho nada. Al final simplemente mencionó una propuesta que ya el Apra ha hecho hace más de dos años, que es la eliminación de las prefecturas y subprefecturas. En materia de seguridad ciudadana, ha dicho que va a descuartizar la Policía, y nosotros creemos que la Policía tiene que ser fortalecida. Creemos que tiene que haber 20 mil policías más, creemos que tiene que haber leyes más drásticas e, inclusive, se ha planteado pena de muerte para los violadores. El señor Ollanta Humala no ha dicho nada de eso. Ha querido llevar el debate por el terreno de lanzar acusaciones e imputaciones, pero Alan García ha demostrado que no caemos en este juego y que hemos dado curso a lo que el país estaba necesitando, que era un debate programático, un debate de propuestas que representen alternativas de cambio.
El cambio responsable de Alan García es: la reforma del Estado, la reforma de la economía. Vamos a desechar el programa neoliberal del señor Toledo y del señor Fujimori, y vamos a poner la economía al servicio de los más pobres, pero, al mismo tiempo, vamos a generar condiciones de confianza para que se pueda generar empleo. En torno al respeto a las ocho horas y al pago de horas extras, el país sabe que Humala es la primera vez en su vida que habla de esos temas y que es una propuesta de Alan García. Es evidente que los está copiando y que, si uno le pregunta cómo los piensa implementar, él no sabrá responder.
En conclusión, lo que ha habido es una diferencia entre el estadista y el oportunista. Entre el partido político con ideología, con pensamiento y con doctrina y la persona que está improvisando a último hora todas las cosas y, encima, con la hora Cabana, porque llegó con 15 minutos de retraso.
Yehude Simon: Un debate que aumentará la confusión
La Republica, 22 de mayo del 2006

• El presidente de la región Lambayeque cree que exposición de candidatos fue insatisfactoria.
El presidente de la región Lambayeque, Yehude Simon, señaló que el porcentaje de indecisos habría aumentado en un 20% tras el debate entre candidatos. “Si antes había 20% de indecisos, ahora hay 40%”, indicó.
Simon aseguró que ni Ollanta Humala ni Alan García lograron satisfacer el interés de la ciudadanía y que por lo tanto, tras el debate de ayer aumentaría la confusión entre el electorado.
Para Simon, lo de anoche fue un debate de adjetivos, tal como se suponía, claro está, con estilos diferentes. Sin embargo, agregó que García no se mostró arrollador ni fiero como otras veces, ni Humala se mostró débil como se esperaba.
Para el congresista electo por Lambayeque, de las filas de UPP, Gustavo Espinoza, el candidato aprista no absolvió las dudas del pueblo en temas como lucha contra la corrupción, el comando Rodrigo Franco, o el TLC con Estados Unidos. Espinoza defendió también el planteamiento de Humala sobre la reducción del precio de los combustibles. Sin embargo, para el congresista aprista reelecto por Lambayeque, Javier Velásquez Quesquén, la demora de Humala en llegar al lugar del debate fue una muestra de que no se encontraba a la altura de las circunstancias. Además indicó que las propuestas que daba eran inconsistentes. Calificó de demagógicos los ofrecimientos de reducción de precios de los combustibles y la operación de aeropuertos internacionales en cada región y advirtió que con su oposición al TLC impide al Perú acceder a un mercado de 280 millones de consumidores.

Written by Michael Ha

May 22nd, 2006 at 8:45 am

Posted in Political Parties

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