Posted by: | 13th Nov, 2008

El Periquillo Sarniento (Parte I)

El autor, José Juaquín Fernández de Lizard, nos brinda una narrativa satírica sobre la sociedad a través de Pedro Sarmiento, o Periquillo Sarniento, en esta novela picaresca. En este género literario, el (anti)héroe nos cuenta cómo lucha para sobrevivir en el día a día. En el caso de Periquillo, también hay un énfasis en la educación, la falta de experiencia laboral y la decadencia de los personajes con quienes interactúa.

Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia: los siete pecados capitales. Todos están representados de alguna forma u otra en este texto.

El concepto de lujuria, el deseo sexual obsesivo, se trata cuando Periquillo menciona que no le costaría «mucho trabajo la conquista de Luisa, teniendo un rival tan despreciable» (Lizardi, 444) como Chanfaina. Periquillo coqueteaba con esta mujer, que Chanfaina primero introdujo como su criada, pero luego fue evidente que había una relación amorosa entre ellos. Periquillo sugiere que hubo algún tipo de tensión sexual o tal vez cópula entre él y esta mujer; la conquista era una competencia que, a su vez, degradaba a las mujeres sin escrúpulo alguno. En otra ocasión, también empieza a coquetear e inicia unos juegos sexuales con Luisa (445), la sobrina de la ama de casa, Clara. Debido a esta relación entre Periquillo y Luisa y el enfrentamiento entre él y Clara, Chanfaina lo bota de la casa.

Periquillo comenta también sobre la gula cuando habla de todas las «madres» que tuvo: «La que no era borracha, era golosa: la que no era golosa, estaba gálica; la que no tenía este mal, tenía otro; y la que estaba sana, de repente resultaba encinta» (438). Aparte de ser mujeres con enfermedades, las sanas no se cuidaban durante la cópula y se entregaban a todo tipo de placer, incluyendo el de consumo excesivo de comida y seguramente de alcohol. Todo este exceso de cosas puede interpretarse como avaricia, pero para satisfacer la definición católica, podemos referirnos al médico Purgante, que era amigo de Nicolás, el maestro de Periquillo. El héroe de esta novela cuenta un gran ejemplo de avaricia que, inclusive, es tan relevante hoy en día como en aquella época (y esta curiosidad a uno le causa cuestionar realmente el supuesto progreso de nuestra sociedad): el doctor Purgante recomendaba a sus pacientes que siempre vayan a comprar sus medicamentos de la botica del maestro Nicolás, y este último siempre recomendaba a sus clientes que siempre hagan sus consultas con el doctor Purgante (458); este acuerdo en el que cada uno recomendaba a su respectivo paciente o cliente al otro permitía mantener una clientela estable y monopolizar estos dos tipos de negocio y, a su vez, cobrar demasiado por sus servicios.

El cuarto pecado capital, pereza, es una de las principales características de Periquillo. Es un ser perezoso, o como el autor dice, flojo. Siempre le gusta hacer las cosas espontáneamente y no le gusta aprender nada nuevo. Esto sucede cuando le dan recados, o mandados, y no se da la molestia de ver cómo se hace el trabajo. Por ejemplo, no sabe afeitar ni cortarle el pelo a los clientes del barbero, y no sabe sacar una muela, y debido a su incapacidad hace sufrir a los demás. Sólo le interesa ganar dinero de alguna forma, pero nunca se dedica al aprendizaje.

La tía Casilda se llena de ira también, cuando se enoja con Periquillo porque él y Andrés estuvieron hablando mal de ella. Tanto se molestó que le echó una «olla de agua hirviendo» (453) sobre la cabeza de Periquillo, y fue cuando él se fue de la casa del barbero.

Ya de niño le estaban enseñando a Periquillo a ser soberbio: «Si alguna criada me incomodaba, hacía mi madre que la castigaba, como para satisfacerme, y esto no era otra cosa que enseñarme a ser soberbio y vengativo» (439). Se dice que este es el más severo de todos los siete pecados capitales, porque de este derivan todos los demás. De niño, Periquillo lloraba para que se le dé lo que sea que quería, y aunque esto sea muy natural o común entre niños, fue por falta de disciplina por parte de sus padres que llegó a impactar su vida de manera negativa y, por tanto, ser tan extremadamente irresponsable. Me parece que esta actitud megalómana que es tan usual entre niños se convirtió en el principal instigador de todos los males que hacía Periquillo.

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