Rabasa, José. Without History. Subaltern Studies, the Zapatista Insurgency, and the Specter of History, U of Pittsburgh P, 2010.
Without History, el título, reúne dos términos hasta cierto punto antagónicos y que denotan al mismo tiempo, según Rabasa, una “anfibology” (13). Por un lado, se sugiere un registro contrainsurgente, el archivo, la continuidad, y por el otro, se da cabida al excedente, al grito ininteligible (Agamben dixit) y a ese cúmulo de fuerzas ruidosas que quedan, al cabo, fuera de la historia. Pero la preposición “without” también alberga un sentido que complementa las ideas de exclusión y de experiencia subalterna sugeridas anteriormente, me refiero al sentido de falta o carencia que se genera frente al impulso privilegiado de capturar el conocimiento y ordenar el pasado. Este matiz no está exento de las reflexiones de Rabasa, pues su interpretación de la Historia proviene del punto estratégico que le otorga a ese “without”, estratégico pero también primordial, pues ese espacio que aparentemente surge al margen del Estado se proyecta desde lo inmemorial en el presente. La conexión entre historia y estado produce subalternidad, señala Rabasa, pero también produce la posibilidad de elegir permanecer fuera de la historia. La palabra “without” trae consigo, entonces, la simultaneidad y coexistencia de temporalidades indígenas con la modernidad.
Al igual que el libro de García Linera, este libro reúne artículos de Rabasa que fueron publicados durante diez años y que mantienen un eje de aproximación común basado en los estudios subalternos. Pero es diferente pues los artículos no están ordenados cronológicamente, sino responden a una perspectiva que entremezcla una reflexión entre lo antiguo, colonial y moderno. En estos artículos Rabasa examina las intervenciones políticas indígenas que sin llegar a constituirse en nuevos centros de poder y hegemonía, logran configurar espacios autónomos que más bien desestabilizan y afrontan la hegemonía del estado. El reconocimiento de la lucha zapatista contra el estado mexicano es un ejemplo que Rabasa utiliza para dar cuenta de la pregunta acerca de cuál es el verdadero sentido o cómo debemos entender (tomando en cuenta las particularidades) el concepto de insurgencia subalterna. La pregunta, en todo caso, esta volcada a cómo los movimientos insurgentes interpretan o construyen su posición de resistencia frente al Estado y sus proyectos de dominación. Al respecto, un análisis notable se refiere al del Códice de Mendoza, a partir del cual Rabasa da cuenta de la complejidad de los mecanismos de insurgencia que se dan en la yuxtaposición de lo pictográfico con lo escrito, proceso que a su vez entrevera glosa y traducción desde diferentes ángulos y lenguajes, es decir, procesos de interpretación que revelan tensiones lingüísticas notables. De aquí que para Rabasa la yuxtaposición entre los pasados pre-colombinos y los presentes indígenas sea una manera más eficaz de entender una nueva forma de continuidad en los flujos de una historia que ya no comienza a ser la misma. El Códice, a pesar de las glosas españolas y la intervención de los intérpretes indígenas, fue un registro que da cuenta que la historia puede albergar otras formas de pensar y de vivir. Para Rabasa lo moderno y lo no-moderno (no necesariamente anti-moderno o pre-moderno) son dos temporalidades distintas que coexisten en un mismo espacio. Lo no-moderno precisamente pensado desde esa zona del “without” que no se reduce a la modernidad ni queda subsumida en la Historia. De ahí que para Rabasa resulte atractiva la idea de Spivak cuando propone que los subalternos pueden interactuar con el Estado sin aprender los lenguajes del Estado o requerir la mediación de los intelectuales. Para Rabasa esta idea es pertinente solo cuando los subalternos están preparados para interpelar al Estado. Entonces, si bien el pasado puede quedar trivializado al pretender historiarlo, la historia puede ser interpelada desde lo contemporáneo, es decir, en ese sesgo de contemporaneidad que se abre entre las comunas indígenas (y proletarias) y el capitalismo (de estado). El método trazado por Rabasa resulta entonces sugerente: trazar los espectros del pasado en las historias de vida inmanente del presente (13). El tema de la inmanencia, podemos inferir, Rabasa lo retoma de las reflexiones de Negri sobre la multitud, es decir, frente a cómo se hace posible en el espacio público (allí donde Sigüenza y Góngora escucha ruido de indios desde su gabinete con libros (cf. Rabasa Ch2)) una configuración entre la comunidad y la diferencia. A su vez, Rabasa incorpora este concepto de multitud, de la misma manera siguiendo a Negri, a partir del concepto de “poder constituyente” sugerido por Spinoza. La relectura del Tratado político de Spinoza, desde la interpretación de Negri, le permitirá la postulación de un “telos de lo común” como nueva racionalidad para la constitución del mundo. En el artículo donde discute las bases epistemológicas de los estudios de la subalternidad, Rabasa reflexiona sobre esta idea de la materialización de poderes de la singularidad o al menos trata de visualizarla en los casos de insurgencia mexicana, como la revolución zapatista. Agregaría, finalmente, que esta noción de “poder constituyente” tiene que ver con la expansión de una potencia que se alimenta de la lucha y fundamentalmente de la interconexión entre la singularidad y la multitud, mas que de la confluencia de un ideario cerrado que constituya a los sujetos, tal como se da desde el “poder constituido” del Estado. En Spinoza lo político parece plantearse como algo abierto y de fuerzas diversas que cohesionan por la lucha, es decir, de un poder constituyente más que constituido. El problema, que no estoy seguro si Rabasa resuelve, radica cuando el pensamiento constituyente comienza a ser sometido a la hegemonía del pensamiento racionalista, que es cuando, por ejemplo, los movimientos insurgentes se sindicalizan, se institucionalizan o finalmente se transforman en una nueva forma estatal.
Rodolfo,
te dejo un comentario y algunas preguntas (espero yo dejar mi entrada de Rabasa lista esta noche, para recibir tus notas, si es que lo consideras pertinente)
Me parece muy buena la síntesis que haces del texto. Por otra parte, ¿no te parece que Rabasa no se detiene mucho en la explicación de cómo se forman las multitudes? Si bien, es obvia la lectura de Negro y Hardt, meramente, veo yo, una simple cita que no se explica y no se aplica de forma muy clara. Es decir, un poco lo que mencionas al final de tu entrada, no queda muy claro así, si esa capacidad de la multitud de ser “an entity that adopts anyone who is speaking-thinking” irremediablemente no genera nuevas hegemonías, o discursos simétricos a los del estado. Por otra parte, a mi modo de ver, Rabasa no se detiene en instancias sociales que hayan sido aglutinadas por el estado mexicano, si bien, los códices y crónicas son tema aparte, ni los movimientos de la APPO, el EZLN, o el de las ABEJAS, que se mencionan en el libro, han sido asimilados por el estado. Antes bien, Rabasa pareciera ver en estos movimientos una suerte ya no de revolución en el porvenir, sino de revolución en constante proceso, siempre rearticulable y anfibia, como su propio concepto de without history.
“El problema, que no estoy seguro si Rabasa resuelve, radica cuando el pensamiento constituyente comienza a ser sometido a la hegemonía del pensamiento racionalista, que es cuando, por ejemplo, los movimientos insurgentes se sindicalizan, se institucionalizan o finalmente se transforman en una nueva forma estatal.”
Hemos visto variaciones de este problema en varios textos… y lo podemos extender a una cantidad más. Sólo subrayaría yo la ambivalencia del proceso (o evento) aquí descrito. “Ser sometido a la hegemonía” (palabra que no uso, pero igual) puede ser–o ser visto (y aquí hay una diferencia importante)–igualmente incidir en la estructura del poder o (quizás) cambiar la historia. Igual como, por ejemplo para Rancière, ser “capturado” por la policía es a la vez transformar y extender los límites del intelegible.