Sobre Los girasoles ciegos
Al reflexionar sobre su pasado, y en particular sobre su madre, el narrador del cuarto cuento de Los girasoles ciegos se da cuenta de lo siguiente:
Todo lo que ha sobrevivido ha alterado poco a poco su recuerdo porque su presencia real es incompatible con la memoria, pero lo que hemos perdido en el camino sigue congelado en el instante de su desaparición ocupando su lugar en el pasado. Por eso sé cómo era lo que ha desaparecido, lo que abandoné o me abandonó en un momento de mi vida y/nunca regresó a donde lo real se altera poco a poco, a donde su actualidad no deja lugar a su pasado (106-107, énfasis mío).
A mí me interesa mucho esta cita porque está directamente relacionada con lo que ahora mismo estoy investigando para el trabajo final de esta clase: la memoria, en particular, la cultural. La memoria cultural, un concepto que según lo que he leído hasta ahora, ha sido muy polémico desde la aportación de Halbwach sobre el concepto directamente relacionado de mémoire collective en los años 20 (Astrid Erll 1), se consiste tanto de la memoria colectiva como la individual, y la interacción entre las dos y cómo esta interacción le hace a la memoria “vulnerable to manipulation and appropriation, susceptible to being long dormant and periodically revived,” entre otras cosas (en las palabras de Pierre Nora).
Menciono todo esto no sólo porque es justo el tema de mi investigación para el trabajo final, sino también porque, como hemos visto, la memoria en general ha sido un tema predominante en los libros que leímos para este curso. Nunca me había dado cuenta antes a lo complejo de la memoria y cómo se la utiliza para escribir la “historia,” supuestamente la verdad de todo lo que ha sucedido en nuestro mundo, y por eso me resultó un tema sumamente interesante para investigar más.
Con respecto a la cita anterior, algunas cosas me llaman la atención: primero, la afirmación que la presencia real de su madre es “incompatible con la memoria.” Tiene que ver en parte con el discurso entre la realidad vivida y la memoria de esa realidad, y cómo es efectivamente imposible experimentar la realidad tal como la experimentaste en el momento, y tampoco de expresarlo “auténticamente” por la escritura.
Segundo, me impresiona (y me interesaría saber lo que el resto de ustedes piensen) el uso del verbo “congelar” para describir la pérdida que había experimentado en el pasado, y cómo se puede relacionar esto con los lieux de mémoire (los “sitios de memoria”) conceptualizados por el mencionado Nora en su aportación al campo de estudios sobre la memoria cultural.
Por último, vale la pena mencionar lo siguiente porque creo que sería un buen tema de discusión en la clase de hoy o jueves, sobre la oposición entre la historia y la memoria, una dicotomía que hemos considerado por la duración de la clase, según lo que ya sabíamos de la guerra civil y lo que aprendimos por la lectura de estos seis libros.
Memory is life…
History, on the other hand, is the reconstruction, always problematic and incomplete, of what is no longer…
Memory is a perpetually actual phenomenon, a bond tying us to the eternal present; history is a representation of the past…
Memory is absolute, while history can only conceive the relative.
Todas estas citas también saqué de “Between Memory and History: Les Lieux de Mémoire” por Pierra Nora (1989, 8-9), y creo que tal vez engendrarían una buena discusión, no sólo con respecto a Los girasoles ciegos, sino también con los demás libros.
Muy interesante la cita, Raya, gracias por compartirla. Los lugares de la memoria tiene pasajes interesantísimos sobre el tema, qué bueno que estés trabajando con ese marco teórico. Bolaño escribe en 2666 que la memoria siempre es breve y se escabulle, eso es lo que la convierte tanto más interesante, a mi entender, que la narración historiográfica del pasado.
Ah, gracias por mencionar lo del Bolaño, tendría que estar de acuerdo con esto. Obviamente entiendo la importancia de intentar tener una representación más o menos objetiva de los hechos, de los grandes eventos de la historia sin tipo de bias sobre ellos, que sería (creo) una narración historiográfica, pero a la vez claro, más interesante la memoria individual de cada uno de nosotros, quiénes hemos experimentado personalmente estos hechos. Me acabo de pensar en la diferencia entre un signo y un significado. Obviamente, es importante tener signos (por ejemplo, palabras) para dar un label a las cosas, para que hay entendimiento entre las masas qué es una cosa en diferencia con otra. Pero, claro, una cosa (como la guerra civil), aunque objetivamente significa algo definible, sobre la cual las más pueden tener un entendimiento más o menos claro y verosímil de lo que es, la manera en que cada uno experimenta esta cosa (la guerra civil) va a ser completamente distante. No sé si me equivoco en igualar o contrastar los signos con las palabras, pero me parece interesante. El signo (o la palabra) no necesariamente corresponde a un solo significado. Pues eso ya va hacia la lingüística, otro tema de mi tesina, y por eso he hecho una pequeña digresión. Pero sobre todo, sí, gracias por tu comentario, claramente me hizo pensar.
Estas citas son muy interesantes, gracias por compartir. Pero no soy de acuerdo con ellas; la memoria e historia, ambos son meras interpretaciones de una realidad, ambos son igualmente falibles a un error humano y pueden cambiar con el tiempo. Quizás no es necesario hacer tantas grandes distinciones entre los dos. En otros casos, la memoria y la historia son la misma cosa. ¿Qué opinas?