Ifigenia

by austin miller

Ifigenia cuyo nombre significa “nacido fuerte” es sin duda un comentario “fuerte” sobre la sociedad de Caracas en el siglo XX. El argumento se trata de una chica que se llama María Eugenia Alonso y sus aventuras de Paris a Sudamérica después de la muerte de su padre. Contado desde el punto de vista de una joven la narrativa posee un tono muy honesto y a la vez perceptivo. Lo que escribe en sus cartas nos revela mucho de la sociedad, clase social, el dinero, normas culturales y los papeles de género.

Al llegar a Caracas María posee una nostalgia hacia Europa y una sociedad más progresiva tanto económicamente como psicológicamente. Según ella, ahí la tratan como una verídica señora y un símbolo de la moda. ¿Pero ahora, ahora qué hay? Todo ha cambiado incluso los arboles de naranja—un posible símbolo de la pérdida de identidad nacional.

Además, la abuela se queja de todo y trata de corregir a María en todo que hace. Ella representa las normas tradicionales de Caracas—y más que nada le importan las apariencias. “’No, no, no, hija mía, a mí no me convences! Creo que si no tienes suficiente buen corazón para guardar espontáneamente el luto riguroso que exige la muerte de tu padre, debes fingir que lo tienes. De otro modo harías muy mal efecto en mí y en todas las personas sensatas que lo supieran: ¡te lo aseguro!” (de la Parra 58)

En una conversación entre María y su tío Pancho discuten el papel de género. Según Pancho la mujer tiene dos Dioses—lo de la iglesia y lo de la casa. Pancho comenta que Dios pago por el mundo con su hijo, y el hombre hace lo mismo con su trabajo y el dinero que gana—por lo tanto las mujeres son sujetos a ellos. María tiene una voluntad fuerte y es claro al lector que ella está entre dos mundos de ser. Ahora está a una encrucijada de decisiones e identidad? Ha de escuchar a sus parientes y paisanos? ¿Ha de seguir las modas de Europa? ¿Son sus acciones irrespetuosas a la memoria de su padre y a la tradición de su patria?