Los pueblos colonizadores que llegaron a la Península fueron los Fenicios, los Cartagineses y los Griegos y como toda comunidad expresaron sus ideales y su cultura a través del arte, sim embargo no todos los ejemplares artísticos se conservan hasta la fecha.
Arte Fenicio
Uno de los restos que afortunadamente se encontró en Cádiz de la escultura fenicia es un par de sarcófagos de mármol. Estos son uno de los pocos ejemplares antropoides encontrados en España y están compuestos de dos piezas de mármol, caja y tapa.
El sarcófago masculino representa a un personaje maduro, un hombre con barba vestido con una túnica que recubre todo su cuerpo a excepción de los dedos de los pies. En cuanto al femenino, se puede observar un relieve con rasgos femeninos como los senos y el peinado.
Arte Púnico
El término púnico se utiliza usa indistintamente para referirse al arte fenicio y/o cartaginés. Las aportaciones más importantes del arte Púnico en la Península son las terracotas de Ibiza, entre las que se encuentra la Dama de Ibiza de Terracota.
Las terracotas de Ibiza son figuras de hombres y mujeres de barro cocido cuyo propósito se desconoce. Existen múltiples teorías acera de que representan dioses, ídolos o incluso que tienen propósitos funerarios y religiosos. Existe una gran variedad de estilos, unas con más detalles que otras pero en todas se puede observar su carácter fenicio o cartaginés.
La Dama de Ibiza es una figura de terracota de 47 centímetros de altura, cuyo cuerpo se moldeo en arcilla, para posteriormente añadir los brazos y su peculiar decoración. Esta figura de cierta influencia griega antigua, usa una túnica ceremonial de carácter lujoso con una ornamentación de estilo vegetal, que también se puede observar en sus sandalias.
Su estilo predominante es fenicio y como tiene las manos cerradas en actitud de oración, se ha identificado a esta figura como la Diosa Tanit, patrona de Cartago. También conocida como la diosa de la fecundidad, el renacimiento, la fertilidad, la vida, la prosperidad, la cosecha, la muerte y la luna. Para los cartagineses tenía una importancia doble, ya que además de su propósito de recoger a los difuntos en la otra vida, era la encargada de custodiar la isla de Ibiza; por lo cual fue una de las deidades más importantes y que más se extendió en otras culturas del Mediterráneo de la época.