Sobre San Camilo 1936

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¿Cómo es que esta novela ganó el Premio Nobel? Obviamente uno se puede leer el libro, reconocer la manera frenética y rápida que narra la historia, darse cuenta de que este tipo de flujo o rastreo de pensamiento es una técnica literaria la cual aunque a veces (o todo el tiempo) frustra al lector, pero además sirve un papel clave y te hace preguntar cosas cómo ¿por qué utilizó el autor esta técnica?, ¿hubo un propósito para el uso de esta técnica?, cuestiones como éstas que apenas mencionamos en la clase anterior y a las cuales justo empezábamos a responder, pero como cada curso de literatura que uno se toma, no se puede responder a todas las preguntas que se genera porque hay bastantes, hay demasiadas, y así es la literatura porque ¿qué es la literatura sino la expresión escrita de nuestra experiencia de la vida, esta existencia cortita que realizamos de día en día sin verdaderamente comprender que puede que se nos quite en un instante, sin advertencia.

Jon nos ha preguntado ¿qué es lo que hace una novela?, y obviamente, una serie de respuestas nos vinieron a la mente colectiva nuestra, yo por ejemplo pensaba en mi propia tesina, la cual estoy escribiendo simultáneamente con este curso, y la influencia que el libro puede ejercer sobre la vida, y cómo Cervantes (el autor de la obra en que mi tesina se enfoca, el Quijote) fue uno de los mejores en asentar este problema y entender la extensión de ello, porque de veras ¿hay alguien que puede negarse de esta influencia?, ¿no es que a veces la literatura y el mundo representado por dentro se hace más creíble o aún más real que la propia realidad?, porque claro, como hemos tocado un par de veces, hay una gran distinción entre la “historia” y la experiencia cotidiana de las masas, y lo que Cela justamente hace es desafiar esta dicotomía, efectivamente implicando con su narrativa frenética y difícil de seguir y a veces aún entender que lo cotidiano, para los que experimentaron la “guerra civil” mientras se estaba llevando a cabo, tenía más peso, les influyó más, que los grandes eventos que empezaron a ocurrir sobre la península. La guerra no existe hasta que lo construyamos para mejor entender los eventos del pasado, la guerra misma, como la hemos construido, es una compilación de memorias de eventos sucedidos y los acontecimientos designados “los más importantes, del importe mayor” del sin fin de acontecimientos que ocurrieron durante este periodo. San Camilo 1936, argumentaría yo, es una de las versiones múltiples que tenemos de la hoy llamada Guerra Civil española, y aunque sólo se refiere a ella una serie de veces (insertadas justo dentro de este llamado rastreo de pensamiento confuso pero a la vez revelador y sumamente perspicaz), lo que este libro hace (para responder de nuevo la antes mencionada pregunta de nuestro instructor) es  hacernos pensar en y de ahí discutir el mismo evento o serie de eventos que hoy se estudia en cursos de historia, sí, lo que hace es generar un discurso amplio sobre el sujeto y nos hace cuestionar todo lo que supimos antes del conflicto, del evento “histórico,” porque, como he señalado ya pero repetiré de nuevo, el libro mismo desafía la concepción tradicional de la historia, tanto de qué se trata, como qué se puede considerar como una historia, y con todas estas consideraciones en cuenta, ¿cómo podemos decir que lo escrito por Cela no es la historia verdadera?

¿Cómo es que esta novela ganó el Premio Nobel? Por generar estas conversaciones, por preguntas preguntas como éstas, para poner en cuestión y efectivamente desafiar todo lo que se había pensado de la “Guerra Civil” (ahora entre comillas debido a todo lo que se ha dicho hasta ahora), pero a pesar de todo eso, lograr comunicar varios mensajes sobre y vistazos de temas extremamente profundos como ¿qué significó ser un español en aquel entonces, estuvieron los españoles verdaderamente orgullosos de serlo en las medidas del conflicto?, ¿qué fue el papel de la religión, la iglesia, y Dios en aquel entonces, y era este mismo papel uno contradictorio y ambivalente de vez en cuando?, ¿quién o qué últimamente tuvo la culpa de la guerra en sí? Quizás nunca se podrá responder a estas preguntas, pero lo ingenuo del libro para mí (entre un sin fin de otras cosas, sí, Jon, tenías razón, lo disfruté demasiado al fin y al cabo) es el hecho de que logra preguntarlas y estimular conversación sobre ellas.