Category Archives: Fervor de Buenos Aires
La Historia como efecto del Tiempo, entre lo cotidiano y lo indiferente : El atroz redentor Lazarus Morell de JL Borges
Se comienza estableciendo los efectos de la Historia como producto del tiempo y como una especie de producción literaria de trivialización. Además se presume el hecho de que los efectos históricos son ‘producto’ de dos instituciones La Iglesia y la Monarquía (Bartolomé de las Casas y Carlos V). Así las consecuencias de dicho devenir histórico giran en torno al arte, la política, la guerra, la economía, la lengua, la religión y Lazarus Morell. Así mismo encontramos desde el inicio una evocación a por lo menos tres espacios bien identificados: el “deep south” estadounidense, Paris y Argentina.
Más adelante notamos una paternidad histórica del Misisipi con los ríos: Paraná, el Uruguay, Amazonas y Orinoco. Es decir, esta consanguinidad nos remonta a los procesos ‘históricos’ mediante la navegación del interior de América continental. Así mismo, este devenir histórico desemboca en las costas del golfo de México, donde se concentraban junto con las costas de Oaxaca y Guerrero originalmente las poblaciones negras-esclavas de México. Es necesario detenerse en el porqué del uso de “Méjico” y no “México” que abre dos posibilidades que se complementan. La primera, es que hasta mediados del siglo XX aún se seguía utilizando en España y Argentina la antigua escritura de “Méjico”, que una vez más abre las posibilidades de un discurso colonizador europeo y coloca a Argentina como el país más ‘europeizado’ de Latinoamérica, por lo que Borges simplemente usa la forma aceptable en la Argentina. La segunda posibilidad, es que se use dicho arcaísmo como un recordatorio histórico de los procesos de luchas entre conquistador y conquistado, pues desde mediados del siglo XIX en la época de La Reforma ‘Méjico’ para a ser México como una manera de resistencia e independencia del pasado colonial y conservador.
El tema de la esclavitud y de la ironía rondan toda la narración. Sin embargo, destaca más la cotidianeidad de la Historia, como una especie de cuestionamiento a la supuesta “narración de los hechos trascendentes o gloriosos del pasado”. Así encontramos un tono de ‘indiferencia’ de la voz narrativa ante los sucesos supuestamente importantes del discurso histórico:
“Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios” (se trivializa el gran mito de la defensa de los derechos humanos de ciertas comunidades marginales en Hispanoamérica).
“Hernando de Soto, antiguo conquistador del Perú, que distrajo los meses
de prisión del Inca Atahualpa enseñándole el juego del ajedrez”
“Partido Abolicionista agitaba el Norte, una turba de locos
peligrosos que negaban la propiedad y predicaban la liberación de los negros y los
incitaban a huir” (Al referirse al contexto socio-político y socio-económico de la primera mitad del siglo XIX en torno al problema de la esclavitud en los EEUU que impulsan la Guerra Civil)
“El dos de enero de 1835, Lazarus Morell falleció de una congestión pulmonar en el hospital de Natchez, donde se había hecho internar bajo el nombre de Silas Buckley .” (El protagonista muere de una forma “poco histórica”).
Así nos encontramos ante un texto que aborda las historias que la Historia no considera, un protagonista que no alcanza la ‘categoría’ histórica, sin embargo, que aún así es narrado y preferido sobre personajes que determinan el rumbo universal. Quizás una vez más las experimentaciones y cuestionamientos borgeanos en torno a la Historia como una manifestación del tiempo…
* * *
COMENTARIOS:
Sobre Pirata!:
Hola, es muy interesante la lectura que haces de lo masculino y lo femenino en el cuento y creo que como t’u deber’iamos detenernos en una lectura de ‘g’enero’. En lo del cuchillo y la espada, siempre he pensado que la espada es una forma femenina del machete o del cuchillo, no s’e tiene algo de antigua ‘epica y de vieja monarqu’ia…

Historia universal de la infamia
Pirata!
Pirata!
Historia universal de la infamia- Borges
Entonces, todo eso me hace pensar del estilo de appropriation (no pude encontrar una expresión con la misma significación en español) en cuanto al arte. Appropriation se puede entender como el uso de elementos tomados en la creación de una nueva obra de arte. Este tipo de creación cuestiona la idea moderna del autor y de "authorship" (otra palabra que me parece mejor en inglés), en que vinculamos el autor y "authorship" con la persona física y por lo tanto su autobiografía, y entonces asociamos con esta persona la posesión de la obra escrita y las ideas que contiene. Appropriation significa que algunos lo pueden interpretar como plagio en vez de creación propia, dependiente de la cantidad "prestada".
Un gran ejemplo en el mundo de arte de appropriation es Sherrie Levine. Ella tomó fotos de fotos ya hechas por Walker Evans. Evans produjo fotografías de agricultores durante la Gran Depressión. Sherrie fotografió esas mismas fotas, entonces de una manera es una replica de las fotos originales. La colección se llama “After Walker Evans” (http://www.afterwalkerevans.com/).
Entonces, ¿appropriation es una forma de authorship o simplemente es el plagio? En el caso de Levine, siempre hay diferencias (aunque puedan ser minúsculas), a debido a la lente, la cámara, el papel fotográfico, etc. Sin embargo, el contenido es el mismo. Por eso, el debate. ¿Levine tiene authorship de su arte o es Evans que debe tener el único reconocimiento?
Por eso, podemos decir que Borges está haciendo lo mismo con sus cuentos que Sherrie Levine con sus fotos. Está tomando ideas y historias de libros ya escritos por otros y publicándoles en un libro suyo. Sin embargo, creo que hay otra interpretación. Podemos rechazar la idea de authorship completamente y decir que cada texto tiene otros textos como su precursor, entonces no los podemos vincular con una sola persona. Por ejemplo, Las 1001 Noches es un texto escrito por varias personas pero no sabemos quienes escribieron estos cuentos a causa de que no hay la firma del autor. ¿Quizás Borges está continuando con esa tradición, en la que no es importante tener reconocimiento sino que lo importante se ve en la obra misma?
Historia universal de la infamia- Borges
Entonces, todo eso me hace pensar del estilo de appropriation (no pude encontrar una expresión con la misma significación en español) en cuanto al arte. Appropriation se puede entender como el uso de elementos tomados en la creación de una nueva obra de arte. Este tipo de creación cuestiona la idea moderna del autor y de "authorship" (otra palabra que me parece mejor en inglés), en que vinculamos el autor y "authorship" con la persona física y por lo tanto su autobiografía, y entonces asociamos con esta persona la posesión de la obra escrita y las ideas que contiene. Appropriation significa que algunos lo pueden interpretar como plagio en vez de creación propia, dependiente de la cantidad "prestada".
Un gran ejemplo en el mundo de arte de appropriation es Sherrie Levine. Ella tomó fotos de fotos ya hechas por Walker Evans. Evans produjo fotografías de agricultores durante la Gran Depressión. Sherrie fotografió esas mismas fotas, entonces de una manera es una replica de las fotos originales. La colección se llama “After Walker Evans” (http://www.afterwalkerevans.com/).
Entonces, ¿appropriation es una forma de authorship o simplemente es el plagio? En el caso de Levine, siempre hay diferencias (aunque puedan ser minúsculas), a debido a la lente, la cámara, el papel fotográfico, etc. Sin embargo, el contenido es el mismo. Por eso, el debate. ¿Levine tiene authorship de su arte o es Evans que debe tener el único reconocimiento?
Por eso, podemos decir que Borges está haciendo lo mismo con sus cuentos que Sherrie Levine con sus fotos. Está tomando ideas y historias de libros ya escritos por otros y publicándoles en un libro suyo. Sin embargo, creo que hay otra interpretación. Podemos rechazar la idea de authorship completamente y decir que cada texto tiene otros textos como su precursor, entonces no los podemos vincular con una sola persona. Por ejemplo, Las 1001 Noches es un texto escrito por varias personas pero no sabemos quienes escribieron estos cuentos a causa de que no hay la firma del autor. ¿Quizás Borges está continuando con esa tradición, en la que no es importante tener reconocimiento sino que lo importante se ve en la obra misma?
“Historia de los dos que soñaron”
Este micro-relato nace como tantos otros en
Borges: de robar, falsear o tergiversar lo que otros han escrito ya. Cita a alguien mas y asi empieza el relato..
El sueño
es uno de los predilectos temas para Borges, recordemos que en el sueño y en la
Muerte se ve la Otredad, se ve a sí mismo…aquí en este relato lo interesante es
que el sueño lo utiliza el narrador-Borges como un instrumento premonitorio,
para ver el futuro, y no tanto para escapar de la realidad o para encontrarse
con la Muerte…sabemos que el sueño para Borges puede ser símbolo de la
Eternidad, del lugar Sin Tiempo…entonces la vigilia sería como un castigo para
todos nosotros…recordemos a Funes el Memorioso..
También es interesante ver que el
Borges-Narrador le da cierta importancia a la fe, es decir, a la decisión de
seguir lo que los sueños nos dicen…allí se conoce al hombre sabio, pues el capitán,
ignorante de la verdad que acarrean los sueños, nunca creyó en los suyos
propios y el otro fue el que disfrutó el tesoro, que, irónicamente, estaba bajo
sus narices todo el tiempo…
Tal vez se puede tejer aquí un puente con la
Biblia, pues Pablo tenia riquezas (debatible) y le fue revelada La Verdad…y resulta que la
Verdad/Tesoro está en nosotros mismos…en fin, es una posible lectura..

Inquisitions
Pues,
Inquisiciones es como su nombre lo dice, un preguntar o explorar por la
historia de la literatura de ambos lados del charco. Es una exploración pero es
también un intento de
Decirle al
mundo que ya Borges está al mando. Es un
Borges muy joven el que escribe pero ya es un Borges que se siente él mismo un
escritor consumado y que puede y debe cambiar el curso de la literatura.
Esta obra
es un reseñario, un texto (porque se le puede ver como un todo orgánico)
en el que lo único que es constante es el afán juguetón, lúdico, del narrador o
voz poética. Vemos reseñas que se convierten en poesía,
poemas que se
convierten en reseñas y ensayos metafísicos que no tienen mucho de ensayos ni
de metafísicos. Escribir la
palabra ‘Kant’ no hace a nada metafísico.
Es claro
que hay un intento de sacudir, de producir un temblor en varias ideas, hábitos
de lectura o reglas canónicas por parte del narrador. El autor busca igualarse
a Joyce, pero diciendo que Joyce no es canónico. Es como tratar de crear tu
propia escuela de pensamiento o descubrir nuevas caminos, direcciones. Es el
tiempo de los ‘ismos’ en Europa, y del Modernismo en Hispanoamérica. Borges no
es ajeno a eso y se ve su afán de experimentar por doquier.
Entonces,
estamos frente a un proceso de meta escritura y metalectura en el que Borges
trata de hacer literatura al reseñar literatura. Esto será parte de su estilo
por muchos años. No nos dice mucho sobre los autores reseñados pero tampoco es
desechable la información que proporciona. Estamos tan acostumbrados a ver un
ensayo con cierta lógica que no nos ponemos a pensar que puede haber ensayos de
mil formas y colores. Él está proponiendo (really?) una nueva forma de escribir
o más bien, redactar.
Mi favorito
es el de Berkeley. Es el más ensayistoide de los ensayos. Es donde explica más.
Se entiende, porque esta idea de la percepción de Berkeley le dio muy buenos
resultados, se convirtió en una fuente literaria inacabable en muchos de sus
cuentos, sin importar en qué tierras míticas sucediesen o cuales temas exóticos
se desarrollasen.
Es un
Borges joven, pero no un escritor joven.

criollismo

So Borges seemed to want to expunge these early essays from his literary career. And yet he named his most famous book of essays, published over a quarter of a century later, in 1952, Otras inquisiciones: "Other Inquisitions," a title that alludes to the existence of the earlier book, however much he had tried to repress its memory. As James Irby notes, the later collection's
curiously ancillary title is therefore ambiguous and ironic. "Other" can mean "more of the same": more efforts doomed to eventual error, perhaps, but certainly more quests or inquiries into things, according to the etymology. But "other" is also "different," perhaps even "opposite." ("Introduction" to Other Inquisitions)Why would Borges want to turn his back on these initial forays into prose? They are, perhaps, too florid and baroque for the mature author's taste. The language employed is formal, complex, and often almost archaic. But I don't think it's merely a matter of style--which could in any case be amended, as with the early poems. I suspect it's more a matter, as Rose Corral argues, of Borges wanting to distance himself from his early "criollismo," that nationalist strain within his work that sought "to recover and at the same time transform the great Argentine tradition of oral literature, that is, the gauchesque" ("Acerca del 'Primer Borges'" 158). In the 1930s and 1940s, Borges will transform himself into the great cosmopolitan intellectual, best-known for his "games with erudition, his mix of authentic and apocryphal citations, his astonishing mosaic of allusions, his universalism as an imaginative strategy, his literary fabrications" (158). Such a transformation required the suppression of his initial Inquisitions.
Yet Borges never completely abandons the criollista strain in his work (we will see the continued obsession with violence and primitivism in a story such as "El Sur," for instance), and equally it is not as though the other, cosmopolitan and erudite, Borges is missing from this early collection. Far from it. So if there are two Borges ("Borges and I"), it's not so much a matter of a split between "early" and "late," but more a tension that is present throughout his career. We can trace a constant play between on the one hand what we might call the "materialist" Borges whose avatar is the tight-lipped gaucho and, on the other, the rather more familiar "deconstructionist" Borges whose figure would be the labyrinth of linguistic signifiers in constant flux.
Of course, this divide is immediately complicated (and to some extent undone) by the fact that the gaucho is very much a literary creation, a mythic apparition, and that Borges is always fascinated by the possibility of giving solidly material form to his verbal jeux d'ésprit.
Meanwhile, another (and perhaps not unrelated) characteristically Borgesian tension becomes visible within Inquisiciones: the presence of a strikingly singular tone or "voice," which articulates a series of arguments that withdraw any claim to that voice.
To put this another way: it's quite remarkable how fearless Borges is in these literary "inquisitions." He covers a huge swathe of cultural territory, from the Spanish Golden Age poet Francisco de Quevedo or the relatively obscure seventeenth-century English author Sir John Browne, to paragons of European modernism such as James Joyce, Miguel de Unamuno, or Ramón Gómez de la Serna, as well as Argentine and Uruguayan writers Hilario Ascasubi or Fernán Silva Valdés. In each case, the young Borges is unwavering in the self-confidence of his own critical judgments and achievements: "Quevedo is, above all, intensity" (48); "I am the first Hispanic adventurer to have reached Joyce's book" (22); "Silva Valdés [. . .] is the first young poet to bring together Hispanic culture as a whole" (69).
And yet if, in these somewhat swashbuckling (some might say pompous...) raids on the literary canon, Borges is happy to talk about "Hispanic culture as a whole" ("la conjunta hispanicidad"), elsewhere, and no less stylishly or unremittingly, he undercuts the notion that we can speak even of "the self as a whole" ("el yo del conjunto," 93). Borges categorizes, judges, dissects, and dispatches: he puts other writers in their place. But the "I" that makes these judgments is always somehow out of reach. It's no longer, it seems, even a matter of "Borges and I": Borges may remain, a literary figure associated with a series of definitive judgements; but the "I" fades away or, better, fails ever to coalesce in the first place.
The clearest instance of this tension is perhaps found in "La nadería de la personalidad" ("The Nothingness of Personality"). Here, like a refrain, Borges repeatedly claims that "There is no such coherent I" (93, 94, 96, 98, 103) and that "The I does not exist" (102). And yet these adamant declarations can only be made by an "I" that insists on the coherence of the case that it is making. The first three sentences, for instance, all begin with verbs in the first person singular: "I want [. . .]. I think [. . .] I want [. . .]" (92). The self is nothing, but this essay--and indeed the entire collection of essays--only finds coherence precisely in the presumption of an articulate self defined in terms of stylistic brillo and argumentative panache.
And does this second tension map onto the first? Is it not the essence of the Argentine criollo to perform his individuality with brillo and panache, even as he argues that such individuality is necessarily a fiction?