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Lituma en los Andes – mis pensamientos (parte 1)

Como respuesta al comentario de Jon sobre mi entrada anterior en el blog, re: por qué busco las cosas escritas sobre las lecturas que se nos asignan, no he visto ningún comentario externo sobre Lituma en los andes hasta ahora. Una de las razones por las que busco resúmenes de libros y películas antes de leerlos o mirarlas es porque no puedo manejar sorpresas. Especialmente no me va bien con la violencia…y como resultado, me desperté gritando con un terror nocturno a las 02:15 hoy. Así que después de publicar este blog, voy a buscar unos resúmenes antes de continuar con la lectura. Hasta ahora yo, me gusta la novela, sin embargo, está afectándome de una manera negativa y psicológicamente.

Esta semana, voy a bloguear sobre mis pensamientos de cómo se retrata la masculinidad en esta novela, y de hecho cómo se ha retratado en las novelas que hemos leído hasta ahora. No sé si la masculinidad es un tema correcto y he errado la marca por completo… Tal vez este ni sea el punto ni el tema principal de la novela, pero es algo que no puedo ignorar porque no lo entiendo. No entiendo nada de la masculinidad. Claro, soy un tipo, aunque un poco afrutado, pero nunca he entendido toda esta mentalidad de weenie wielding que los hombres tienen o se supone que tienen. Me crié por este modelo: los chicos nunca lloran (me golpeó si lo hacía); los chicos no hacen ninguna cosa creativa, sólo los deportes; los chicos no cocinan ni limpian ni hacen cualquier cosa que las mujeres “supongan” hacer. Así es exactamente como mi padre todavía piensa hasta hoy en día. Y esta es la mentalidad de la que me crié brutalmente.

Específicamente, la línea que me llevó a esta retrospectiva a mi juventud fue: “[l]os hombres lloran también, cuando hace falta -continuó Lituma-. Así que no te avergüences. Las lágrimas no vuelven marica a nadie” (36). Mi padre solía decirme casi lo mismo pero a él, ningún hombre llora nunca porque ‘ningún hijo suyo era un maricón’ (se equivocó) justo antes de que me daba una paliza tremenda. ¿Qué es toda crapola sobre los hombres y no dejar salir sus emociones? Es como si se lo considerara como un signo de debilidad.

Es más, en Lituma en los Andes, se nos presenta la prostituta que es contratada para aliviar la tensión en los peones. La prostitución es la profesión más antigua del mundo. Una prostituta es enviada al campamento para ‘ayudar’ (si se quiere…) a los peones mantener el enfoque en sus tareas, sin embargo, ella es terriblemente maltratada por los hombres. Cómo Lituma se refiere al sexo con ella, o en general para el caso, de una manera tan cruda y vulgar. Claro, no es el tiempo pasado más delicado en el que la gente se involucra, pero ¿por qué los hombres deben ser tan groseros al respecto de él?

Así que mis últimos pensamientos son de la exageración en la literatura de ciertos rasgos o cualidades que alguien o algo se supone que tiene. ¿Cómo efecto eso la sociedad y qué impacto tiene eso socialmente? ¿El autor trata de hacer un punto o pone un ejemplo?

El mundo es ancho y ajeno – mis pensamientos (parte 2)

En muchas maneras, a menudo me siento como una de las vacas del último capítulo las que entraron al caserío y observaban con sus grandes ojos sorprendidos cuando yo lea o hablar de la literatura latinoamericana. Leo las palabras sin comprensión del contexto de las narrativas.

Recuerdo lo que leí en el libro de Jean Franco, An Introduction to Spanish-American Literature. Franco indica que Ciro Alegría fue miembro del partido político peruano, Alianza popular revolucionaria americana (APRA). Con curiosidad, busqué este partido para aprender más. Según el Wikipedia, el APRA es el partido más antiguo sobreviviente y más establecido en Perú. El autor del artículo de la wikipedia afirma que “APRA is as much a social phenomenon as a political movement, with a membership whose loyalty to the party has been unwavering for several generations.” El artículo sigue, describiendo la ideología de la APRA como antiimperialista, panamericanista y en apoyo firme a la solidaridad internacional y el nacionalismo económico. Esto, al menos para mí, suena muy parecido a las ideologías de Marx, Bolívar y Castro.

Admito, no sé mucha de la historia latinoamericana, más que el hecho de que los indios existieron y vivieron en su tierra durante siglos hasta que los europeos llegaron y borraron su forma de vida por completo. Más tarde, los países norteamericanos llegaron para desangrar la tierra seca de sus recursos naturales: minerales, petróleo y productos agrícolas porque puedan alcanzarse a un costo bajo con poca o ninguna consideración por las vidas extranjeras que son afectadas por la expansión imperial.

La parte que realmente resonó conmigo fue: “[e]n ese mundo ancho, cambios de lugar, vamos de un lao pa otro buscando la vida. Pero el mundo es ajeno y nada nos da nada, ni siquiera un güen salario, y el hombre muere con la frente pegada a una tierra amarga de lágrimas. Defendamos nuestra tierra, nuestro sitio en el mundo, que así defenderemos nuestra libertá y nuestra vida. La suerte de los pobres es una y pediremos a todos que nos acompañen. Así ganaremos.”

Para mí, este pasaje trata del poder: los líderes mundiales luchan por el poder; el poder que las clases altas acumulan y retienen de las clases bajas; el que las clases bajas y el marginado desean tener. Pero al final, todos morimos. Desperdiciamos nuestra existencia al tratar de conseguir lo que otras personas tienen en lugar de disfrutar de lo que tenemos actualmente. La lucha por el poder y la riqueza parece ser una fuerza impulsora en la sociedad actual, sin embargo, ¿qué hay que demostrar para esto? Más poder y más dinero para algunos; menos poder y menos dinero para los demás?

El mundo es ancho y ajeno —mis pensamientos

—Mea maximus culpa—olvidé empujar ‘Post’ anoche…

Así que estoy cerca del punto de mitad de El mundo es ancho y ajeno, varias cosas me han llamado la atención.

Algo que Jean Franco escribió, en su libro An Introduction to Spanish American Literature ha resonado conmigo a lo largo de la lectura de El mundo es ancho y ajeno hasta ahora. Escribe que en el canon de la novela indianista que “it has been written entirely by non-Indians” y que “realism was an instrument of achieving accuracy” (242). Si el corpus de este género ha estado compuesto por no-indios, ¿cómo es el realismo un instrumento de la exactitud? Los autores, ambos Icaza y Alegria, llenan sus narrativas con su noción percibida de los indígenas y las actitudes del noindios hasta los indios. En Huasipungo, eran menos venerados que el ganado, lo que francamente hizo gatear mi piel. Y en El mundo, mientras lo he disfrutado hasta ahora, todavía hay un autor noindígena que nos proporciona un punto de vista indígena.

Como alguien que ha sido marginado toda su vida por ser gay, y habiendo vivido en las calles de Toronto como un joven gay, he experimentado marginación. Todos los que han sido marginados tienen una historia única que contar. Lo que siempre me ha molestado es cuando las heterosexuales cuentan historias de las experiencias gay, por ejemplo, lo seguro que es para las personas LGBT en Vancouver (¿cómo lo sabrían?), o cuando las personas hablan de las situaciones difíciles y las necesidades de los sin techo, cuando no tienen ninguna idea de cómo es. Claro, están bien intencionados en su apoyo a la comunidad LGBT o de las personas sin hogar, pero a menudo hay falta de autenticidad. A menos que se haya experimentado la falta de vivienda o se haya experimentado homofobia, ¿cómo se sabría lo que es experimentarla? Después de leer la selección anterior y esta también, he cuestionado la autenticidad de la representación indigenista y su tratamiento dentro de la sociedad.

Estaba preocupado después de leer Huasipungo que me horrorizaría con otra novela andina que me haría perder la poca fe que me queda en la humanidad, pero por desgracia, hasta ahora estoy gratamente sorprendido. Lo que es diferente: en “El mundo” hay una presencia de la mente y el punto de vista de los indígenas como personas clave en la trama, el escenario y el desarrollo del personaje. Nos metemos en los pensamientos del Rosendo, especialmente en la primera parte, donde está reflexionando sobre su vida y experiencias hasta ahora. Y aunque esta novela está escrita por un autor no indígena, todo aparece un poco más sondable; sin embargo, todavía me pregunto lo auténticamente real que es.

Huasipungo—mis pensamientos

‘Wow’ es quizás la única palabra que me viene a la mente ahora que he terminado de leer “Huasipungo”. Me quedo en completo shock acerca de lo que acabo de leer; más bien como lo que sentí después de leer “Lord of the Flies”. Me horroriza por las escenas de violación, el trato de los indios y la falta completa de emoción en todo. ¿Era/ es esto normal?

Una cosa que me llama la atención de esta novela es la presentación muy masculina de la narrativa: la descripción gráfica pero corta de la violación; la falta de emoción hacia la humanidad. Casi siento que la narrativa imbuye de “masculinidad tóxica”, un eufemismo que hace tiempo que he despreciado por su propio matiz sexista. Por desgracia, esta novela para mí me grita “masculinidad tóxica”.

Me pregunto ¿por quién escribió el autor esto y por qué lo escribió en primer lugar? ¿Trata de presentar la vida de las indígenas a manos de los europeos? Si es así, es como si presentara las indígenas sin ninguna pizca de personalidad. Siento que nunca llegué a saber quiénes eran los personajes indios, más allá de objetos sexuales o esclavos. ¿Es el público previsto hombre o mujer? Estoy conmocionado como un tipo leyendo esta historia. Pero aún así, parece un poco más brusco de lo que normalmente estoy acostumbrado. No puedo imaginar que el público objetivo sea mujer. ¿Era el público objetivo europeo o blanco, con la intención de mostrarnos cómo de mierda los europeos/ gringos tratamos a las indígenas o a las mujeres? ¿Qué clase social es el lector previsto: el indio/clase baja que si son algo parecidos a los descritos en el libro, vería esto como normal? ¿O sería los lectores de una sociedad educada y de cuello blanco que leería esto y no pensaría nada en la violencia indescriptible entre las portadas de Huasipungo?

Me hallo desgarrado…por un lado, me gusta que este libro haya vuelto al estómago; que me ha abierto los ojos a cómo las indígenas y las mujeres eran/ todavía son tratados. Por otro lado, estoy absolutamente repugnante de que algo parecido a este haya ocurrido. De hecho, un par de veces tuve que dejar de leer porque las descripciones de violencia y violación eran demasiado para mí. Sólo lo he experimentado una vez con una novela: The Road de Cormack McCarthy. El libro de Icasa ha hecho un impacto profundo en mí. ¿Se necesita gustar lo que lee para verse afectado por ello?