Silvina Ocampo: La furia

by austin miller

Decir que la obra de Silvina Ocampo es “extraño” ni siquiera comienza a describirla. Un análisis freudiano  sería más que entretenido y seguramente llevaría a muchos lados. Su perspectiva contiene muchos personajes que parecen creerse “El otro” como la liebre entre perros en “La liebre dorada. ” Además su inclusión de los animales y la naturaleza parece ser un rasgo constante en su obra como su mención del patio, el campo, los perros, los pájaros etc. Incluso en una obra tiene una protagonista que paga para embalsamar a su perro El hecho de hacerlo la hace parecer loca ante de su marido y conocidos.

Creo que su inclusión del otro y la locura son comentarios sobre la mujer además de reflejar el resentimiento que habrá sentido en comparación con la fama de su hermana más famosa–Victoria. Esto se ve cuando habla de su niñez, “…volveré a recordar mi infancia, que si no fue alegre, fue menos sombría que mi pubertad” (44). En este cuento el papel del hombre (Labuelo) es uno de cerrar y negar. Por ejemplo, él cierra las puertas y guarda la llave, le niega la oportunidad de estudiar francés y no la deja tomar café.

La inclusión del grotesco aumenta la presencia de la locura, “Soñó que estaba en la peletería cosiendo pieles; las pieles se movían, gruñían” (40) o más tarde, “No había nada que comer; entonces sacaba del bolsillo un trozo de pan tan viejo que no podía morderlo con los dientes; lo remojaba en agua, pero continuaba igual; finalmente, cuando lo mordía sus dientes quedaban dentro…”(41).

 

Otro comentario sobre el estado de la mujer está en la pagina 69 cuando el marido de la protagonista dice “Que sea o que no sea verdad no importa, lo que importa es que lo digan.” Esta lógica el hecho de ser un objeto de la mirada se la vuelve loca. Por lo tanto, hay una ironía muy fuerte–que la lógica de la sociedad (que para algunos parece lógica) hace volver que los marginalizados se vuelven loco.