Tu marido anda perdido como corcho en remolino tratando de averiguar qué diantres sucedió contigo y tú misma tampoco sabes gran cosa, porque mira, Agustina bonita, toda historia es como un gran pastel, cada quién da cuenta de la tajada que se come y el único que da cuenta de todo es el pastelero (3)
Después de terminar la lectura de Delirio, la amonestación (arriba) en las primeras páginas parece más apropiada que nunca. Esta “gran pastel” que es la novela tiene sus cuatro niveles (o más que cuatro, tal vez – cada nivel tiene su propia sub-historia. Personajes como Joaco, la madre de Agustina, Ilse etc. crean sub-niveles que el lector sólo empieza a tocar) y a mí me parece que el pastelero, Restrepo, es la única que da cuenta de todo. Yo, en cambio, me quedo con un montón de preguntas. Algunas son inspiradas por discusiones sobre las otras obras que hemos leído.
Primero, en esta “gran pastel” que es la novela, ¿Quién diríamos es el protagonista? ¿O hay un protagonista en cada una de las 4 historias? Si hay, son un grupo rarísimo de protagonistas: un abuelo afectado por la locura (se suicida); Agustina, una mujer trastornada (a veces sí a veces no); Midas, un joven corrupto quien está involucrado en el narcotráfico y otro delitos (se huye); Aguilar, un esposo supuestamente fiel aunque tiene relaciones de diferentes tipos con ni una, ni dos pero tres mujeres (su esposo Agustina, su ex esposo Elena Martha y la recepcionista Anita). Sería tentativo decir que la protagonista as Agustina porque su historia cruza y infiltra todas las narrativas en Delirio, y su personaje cambia/crece hacia el final…pero a pesar de esta recuperación de su cordura, ella no actúa. No desafía a una injusticia. No lucha por o contra algo. Realmente no hace mucho en la trama, por lo menos en lo que pasa en el presente.
Además yo tengo preguntas sobre el final de la novela. Agustina tiene confianza en el regreso de su hermanito Bichi, y es más debido a las noticias parece haber recuperado su cordura: “Arreglar, arreglar, o sea dejar todo como estaba, respondió ella un tanto enervada de que hicieron preguntas ociosas y se puso en ello con bríos renovados” (198-99) …habla Agustina a más de arreglar los muebles? A mí me parece como si está hablando de arreglar su cordura, digamos). Su seguridad serena acerca del regreso de su hermano nos recuerda de la primera parte en que explica que ella tiene la “Primera Llamada”. ¿Es esta confianza en el regreso el resultado de sus “poderes”? ¿Puede Agustina proveer algo que el lector no puede? Y, es más, en la última página: ¿Qué simboliza esta corbata roja (si simboliza algo)?
También para una supuesta “novela policíaca” no hay una resolución de los crímenes múltiples. Midas McAllister se escapa de la policía y de Araña y de Aguilar. El último también decide desistir de buscarle por el beneficio de su esposa. Además, tras toda la lectura, al final todavía no sabemos exactamente lo que pasó a Agustina. Ahora sabemos que Midas McAllister le había llevado a su gimnasio y después a su apartamento y desde allí se fue al hotel con Rorro, reservado en su nombre, pero no sabemos (o no entiendo) qué tiene que ver estos sucesos con su locura.
Diría yo que Delirio es otra historia que parece terminar en el medio, o, tal vez, cuando todo parece empezar. Me recuerdo que había escrito en mi blog lo mismo sobre Balún Canan. ¿Qué pasa a Aguilar y Agustina después? ¿Llega (y quedan) Bichi y su novio? ¿Qué pasa a Midas? ¿se vuelve “loca” Agustina una vez más?
No puedo decir que disfruté de este pastel.