Me llamo Bruno Nassi, soy de Lima, Perú. Nací en 1988, una época convulsa en la que parecía que mi país estaba destinado a disolverse, ahora sí, en un torbellino caótico (por usar una frase de MVLL). No fue así… o no del todo. Hice mi pregrado en Literatura Hispánica en Perú y luego vine a UBC a seguir la Maestría en Hispanic Studies (este es mi último semestre). El Boom es uno de mis intereses de estudio, pero también lo que vino después de él (y esto último incluye a quienes quisieran borrarlo de la historia literaria). De allí que mi tesis de maestría se centre en Alberto Fuguet, quien considera que, en América Latina, realmente vivimos en McOndo antes que en Macondo.
Quisiera, además, en esta pequeña introducción, compartir un par de reflexiones sobre el Boom que pertenecen a dos autores que formaron parte de él y a quienes leeremos en clase: Mario Vargas Llosa y José Donoso. La cita del primero se encuentra recogida en el canónico artículo “El boom en perspectiva” de Ángel Rama. Mientras que las apreciaciones del segundo son parte de su libro Historia personal del boom (1972), que fue reeditado en 1982 con motivo de su décimo aniversario y, ciertamente, por el Nobel de García Márquez. En esa edición se incluye, además, un apéndice escrito por María Pilar Donoso, esposa del escritor, titulado “El boom doméstico”, en el cual cuenta anécdotas -o “infidencias”- personales de los protagonistas del considerado por algunos “dudoso” boom.
—Aquí las citas:
Vargas Llosa:
Lo que se llama boom y que, nadie sabe exactamente que es, yo particularmente no lo sé, es un conjunto de escritores, tampoco se sabe exactamente quiénes, pues cada uno tiene su propia lista, que adquirieron de manera más o menos simultánea en el tiempo, cierta difusión, cierto reconocimiento por parte del público y de la crítica. Esto puede llamarse, tal vez, un accidente histórico. Ahora bien, no se trató en ningún momento, de un movimiento literario vinculado por un ideario estético, político o moral (1).
Donoso:
¿Qué es, entonces, el boom? ¿Qué hay de verdad y superchería en él? Sin duda es difícil definir con siquiera un rigor módico este fenómeno literario que recién termina –si es verdad que ha terminado–, y cuya existencia como unidad se debe no al arbitrio de aquellos escritores que lo integrarían, a su unidad de miras estéticas y políticas, y a sus inalterables lealtades de tipo amistoso, sino que es más bien invención de aquellos que la ponen en duda (2).
Y, más adelante, en el mismo texto, nos brinda una línea temporal de la duración del Boom basada en su propia experiencia:
Para mí la anécdota del Boom como tal comienza en aquella aparatosa fiesta en casa de Carlos Fuentes en 1965, presidida por la figura hierática de Rita Macedo cubierta de brillos y pieles: fue el momento de la primera efusión, cuando todo parecía estar cuajando desde la política de acercamiento de los intelectuales cubanos coalicionando a todo nuestro ambiente con su promesa de libertad, hasta la fundación de Mundo Nuevo con su sede agresivamente ubicada en París.
Y para mí, el boom termina como unidad, si es que la tuvo alguna vez más allá de la imaginación y si en realidad ha terminado, la Noche Vieja de 1970, en una fiesta en casa de Luis Goytisolo… (115).
Realmente, no es fácil definir -de hecho, cualquier definición sería insuficiente- lo que fue el Boom (término prestado del argot militar y acuñado por sus detractores, por cierto). Pero creo que con lo que discutamos en clase nos haremos una buena idea. Los textos nos irán revelando esa fascinante etapa de nuestra historia literaria.
Ja! Me robé la imagen para el blog colectivo… 🙂