La primera oración del epílogo me llamó la atención: “Tocan a la puerta” (307). No sé si tiene sentido pero para mí, esto sugiere que hay más de una tocando a la puerta; pero no otra persona, sino otra identidad. También noté que el lenguaje en toda la novela era un poco confuso y complejo por el tema de la tecnología, los códigos, etc., pero aquí en el primer párrafo, el lenguaje es súper directo: corto, simple, y natural. Después de toda una novela llena de lenguaje centrado en la tecnología, las computadoras (cosas que se basan en sistemas y que en realidad son muy complejos), este primer párrafo nos presenta una escena simple del encuentro de los dos personas, pero las múltiples identidades.
En la misma página (307), el narrador nos dice que está sorprendido porque no conoce a nadie con ese nombre. Es casi como si estuviera acostumbrado a “conocer a las personas” por su nombre, como si su etiqueta fuera su identidad. Ya después de que se abre la puerta, y se conocen en persona, uno dice: “- Así que usted es …”, y el otro responde: “Así que tú eres …” (307). Es interesante que no se dicen los nombres.
Luego los dos se abrazan, y el narrador nos cuenta que Kandinsky “le extraña ese contacto físico”; que es algo nuevo, que lo que es normal para los humanos a lo largo de toda nuestra historia de repente se volvió extraño. La forma de vivir a través de los diálogos en las salas de chat o en el Playground se había vuelto tan normal que ahora en persona no sabía qué decir ni cómo reaccionar. El narrador luego utiliza el nombre de Báez cuando nos dice que Kandinsky “esperaba que Báez hable”: este acto de esperar que la otra persona hable no existe en el mundo en línea porque existe la falta de presión; algo que sí existe en los encuentros cara a cara.
También creo que es interesante el proceso de pensamiento y el nivel de detalle que se incluye al hablar de las padres: “Kandinsky abrazará a sus papás y les dirá que …” (312). Todo este párrafo está tan bien pensado, es como si la mente “hacker” estuviera presente en la vida fuera de línea. Parece que hay un sentido de tension entre la vida en línea y la vida desconectada. Por ejemplo, el narrador dice: “Estará todo ese tiempo alejado de las computadoras, dejará que sus dedos descansan” (313). Esto me pareció súper interesante, pero ni siquiera sé muy bien por qué. Tal vez para mí destaca el alto nivel de esfuerzo y dedicación que requiere tener más de una identidad; tanto que hay que “descansar”, como en la vida real. Es una oración que une los dos mundos, donde nos damos cuenta de que detrás de cada identidad en línea hay una persona detrás de una pantalla escribiendo.
Me gusta esta observación de que al final se reúnen “dos personas, pero […] múltiples identidades.” Me hace pensar que uno de los temas de la novela es la idea de que siempre somos múltiples, aunque quizás hoy en día más que nunca. Gracias a la tecnología, esa multiplicidad se puede expresar: siempre somos otros.
Cynthia,
Tu post es muy interesante. Me gusta tu observación entre el language de la “tecnología” y el language “natural”. Esas dos indentidades pueden ser su identidad en línea versus su identidad en realidad? Y también las dobles identidades que tienen los personajes—o multiples en el caso de Albert.