November 2015

2022: La guerra del gallo

Esta es otra novela que nos habla de la Guerra, más precisamente de la guerra de las Malvinas como se le conoce en Argentina. Juan Guinot nos quiere dar a conocer que la guerra desde su planeación hasta su ejecución tiene séquelas lógicas (La Junta) donde se quiere arma visualmente y estratégicamente una victoria. Desafortunadamente, del otro lado están los que viven y sufren los vestigios de la guerra directamente: los combatientes. La guerra del gallo nos presenta a Masi, el protagonista de la novela, quien simboliza la locura de la guerra, pero contada desde el punto de vista del no-combatiente, inestable, compulsivo, demente. El protagonista es un Rambo con una misión: deshacerse de todos los ingleses que, en un futuro no muy lejano y marcado por el poder de la televisión, quiere recobrar el honor perdido por la pérdida de las Malvinas, y ganar para Argentina el territorio de Gibraltar. Su misión, absurda o no, nos lleva a pensar en el diseño de la guerra, en lo comercializado de las misiones donde se necesitan héroes como el Masi para ser sacrificados.

Von Clausewitz es traído en este contexto de la posición sobre la guerra en donde él la define como, “ la continuación de la política por otros medios”, pero yo diría que más que por otros medios, la guerra de las Malvinas es una guerra continua y se da por los mismo medios: vanidad, orgullo, estupidez. La propaganda del gobierno como medio de convencimiento ha sido fuente de inspiración para el libro, y es por eso que la necesidad de escribir este libro le debió de haber nacido a Guinot. Masi el protagonista también se deja llevar por la necesidad de combatir al enemigo y los comunicados del gobierno (La Junta Militar) lo llevan a imaginar un mundo (el globo terráqueo) donde todo se vale y donde todo es posible desde la locura. Esta necesidad de vencer, de recuperar lo perdido pase lo que pase, es tan contagioso como un partido de futbol puede llegar a ser. Y es que para los argentinos no hay cosa más sagrada que el futbol y la pasión desenfrenada que este puede llegar a tener. Talvez por ello es que la guerra de las Malvinas se le compara a el Mundial de Futbol que ese país organizo en el 1978 cuando, de una manera promocional, se quiso ocultar la situación de inestabilidad y control que Argentina tenia sometidos a sus ciudadanos. La guerra está representada en esta novela de dos modos. Una guerra justa promocionada por La Junta Militar que se lleva afuera de Argentina, en las islas Malvinas, contrastada con la idea de la guerra injusta (no-ética) de Von Clausewitz.

Los eventos familiares y personales hacen caen en cuenta de la situación psicología en la que Masi se encuentra. Él no está bien de la cabeza, está loco. Su padre, desorientado e intranquilo, le regala un globo terráqueo para que él se sienta más con los pies en la tierra. Desafortunadamente, el no aterriza y la cosa empeora. Su padre muere, lo que hace que Masi se enloquezca aún más. Masi, en medio del dolor sobre la muerte de su padre, jura que su victoria sobre los ingleses servirá también para cobrar la muerte de su padre. Una correlación incoherente, disparatada, pero que demuestra que el convencerse de algo absurdo si se repite y se auto-convence de ello, parece convertirse en verdad al final. Es así que esto lleva a que Masi, el ex no-combatiente, sea internado en un hospicio mental. Después de pasar muchos años, y ahora en el futuro, Masi no logra dejar sus sueños locos de querer cobrar venganza, de ser en sí mismo, una figura heroica bastante pistoresca, parecida a Don Quijote, con su Pancho de cuarto, casi al borde del abismo (locura absoluta). El compañero de encierro no habla salvo un par de veces y para informarle su condición de buzo táctico y que, si no fuera por los jodidos guardias civiles, hubieran podido recuperar el Peñón de Gibraltar… Es precisamente este balance de ideas ilógicas que hacen que esta novela tenga validez para mí, donde la mezcla del mundo real con el mundo ireal, hacen que la narración de la guerra tome significado.

 

Trasfondo, Patricia Ratto

Esta novela trata de la historia de un mecánico de submarino argentino que despierta en medio de una misión de combate en la cual debe proteger y atacar varias posiciones a lo largo del océano mientras trata de sobrevivir a las malas/deteriorables condiciones en que el mismo submarino se encuentra y a los constantes ataques que los ingleses les acechan. La narración esta exquisitamente contada y es presentada al lector a través del narrador, del cual no conocemos su nombre y su identidad hasta el final del libro. Desde las primeras páginas debo admitir que la lectura fue muy intrigante porque tuve la sensación de que se trataba de una historia fantasmal y seguí leyendo porque la curiosidad de confinar la identidad del protagonista era demasiada como para no saber si mis sospechas eran ciertas o no. Para mi Trasfondo, más que una historia fantasmal, que evidentemente lo es, es una historia en busca de la propia identidad en sí. No solo como individuos, sino como ciudadanos de naciones que mandan a soldados a la guerra sin están correctamente equipados, pero que de igual manera se les exige cumplan con su misión a como dé lugar.

Hay varias recurrencias durante toda la lectura la cual enmarca la narración y la hacen mucho más interesante. Estas repeticiones hacen que la narración tome un tono de angustia, solitud, pánico, la cual reflejan el ambiente que se viven dentro de la misión y que se siente entre la tripulación. Repeticiones como el ruido (“el ruido me despierta”), el sueño, el bicho (el cual hace alusión a la novela de Fogwill – Los Pichiciegos), la niebla, el malfuncionamiento, el frio, la humedad, el agua, la profundidad, la falta de memoria, las botas, la Hiena, etc., son muchas de las palabras que continuamente se repiten. Al mismo tiempo, estas palabras dejan de ser solo eso para adquirir significados más amplios que hacen que la historia tome un carácter analítico y suspenso mucho mayor. A la vez que, hacen que el narrador se convierta en un personaje central, fascínate, y muy misterioso. El narrador es un personaje con ciertas características únicas, casi de carácter omnisciente que sabe mucho, escucha casi todo, y ve mucho sin casi ser percibido por sus compañeros, pero lo que el narrador observa casi siempre es analizado a un nivel muy superior a lo que cualquier otra persona haría y desmenuza, transforma, sobre analiza las situaciones cada vez más intensamente. El narrador siempre está en estado de observación, mirando, leyendo, registrando lo que pasa a su alrededor, con su tripulación. A la vez que también se preocupa y trata de analizar sus sentimientos, su pasado, y sus recuerdos.

En Trasfondo, los diferentes estados anímicos y psicológicos del soldado (marinero) se tratan de contextualizar a una profundidad mayor comparada con otras obras que hemos leído hasta ahora. Los soldados del submarino, al estar en zonas muy profundas, sufren bastantes trasformaciones físicas y mentales que acarean consecuencias temporales y de largo plazo, las cuales son trasplantadas con ellos hasta sus casas de regreso en argentina. Este espacio limitado del submarino, también expone las otras limitaciones a las cuales los marineros sobrellevan, tales como la falta de agua, ropa limpia, privacidad, sexo, entre otras. Con estas limitaciones las cuales sobresalen al leer el libro, se siente una mayor apreciación por la misión que los pasajeros del submarino cumplen. De otro modo, también se siente su desesperación, cuando en medio del combate, uno de los varios cohetes que lanzan no funciona. Esto hace que siempre estén en con constante pánico para no ser vistos, de querer estar fuera del radar de los ingleses que parece nunca duermen y que siempre están al acecho. El narrador analiza los efectos de la guerra, los muertos, sus partes a la deriva, su sacrificio.

También se ve la critica que Trasfondo hace a la guerra, cuando el narrador dice que “quizás todos seamos personajes de una historieta ridícula”. Esta misma imagen de la caricatura se repite varias veces durante el libro al mismo tiempo que también contrasta con el estado permanente de confusión en que se encuentra el narrador, el cual nunca logra comprender porque hace lo que hacer.Su misión fue fríamente calculada por individuos cuyas vidas nunca estuvieron en peligro inminente y desde la comodidad de sus escritorios decidieron el futuro de muchos hombres que ciegamente siguieron órdenes. Es más, muchos de estos soldados perdieron la vida por cumplir una misión tonta, sin futuro, sin sentido como lo fue la guerra de las Malvinas.

Los Pichiciegos

Los Pichiciegos de Rodolfo Enrique Fogwill, tiene como tema central la guerra de las Malvinas (1982) cuando, después de muchos años de parte de Argentina en tratar de recobrar esta isla de forma pacífica, decide irse a la guerra para acceder a este territorio que consideraba suyo. Básicamente, con esta novela Fogwill quiere contar, no desde el punto de vista del conflicto bélico directo sobre lo que acontece en las Malvinas, sino desde el punto de vista del conflicto indeseado el cual se evade a toda costa. Es más, la definición que los soldados sobre el ‘pichi’ (Pichiciegos) es bastante particular, “El pichi es un bicho que vive debajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cascara dura- una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarras, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba (35)”. Con esta definición sobre lo que es el pichi, un animal terrestre, que vive escondido debajo de la tierra y que no ve pero anda de noche, también en ella se ve la similitud con los soldados. Esta misma descripción coincide con el comportamiento que el campo de detractores o fugitivos de la guerra en los cuales se convierten los Pichiciegos. En sí, la novela quiere dar a conocer lo absurdo de la esta guerra donde las fuerzas Ingleses fueron mucho más equipadas para ganarla, inclusive antes de que empezara, pero a la que de igual manera miles de soldados argentinos acudieron a defender en nombre de la patria. Ellos, los Pichiciegos, no creen en esta guerra absurda y tonta y la evaden.

Del mismo modo, la relación de ceguedad del pichi, relacionada directamente en los Pichiciegos, está narrada más de una vez por la voz narrativa principal. Por ejemplo, cuando dice: “De noche hay menos viento y además no te ven. Hay que abrigarse, untarse todo: la cara, el cuello, las muñecas, las piernas y los pies” (35). De esta misma manera se les caracteriza a los soldados que escapan del conflicto como animales que viven escondidos bajo tierra, a ciegas, de noche, tratando de recoger lo que otros dejan botado (basura algunas veces) para ellos poder comer y sobrevivir. Las condiciones infrahumanas en la que estos soldados jóvenes viven en su “cueva” son deteriorables. Desafortunadamente, y a pesar de que ellos son militares, deciden vivir en estas condiciones para escapar a una guerra absurda, desigual, a la que muy seguramente no escaparían con vida. Al untarse de todo (lodo), pierden su identidad como seres humanos, y toman una identidad más camuflada, más animal, similar a la del pichi, para permanecer con vida. La descripción continua, “De noche es más difícil caminar, pero hay menos peligro; yendo de día pueden disparar de cualquier lado, de cualquier bando. Te ven, disparan” (43). Ser vistos significa estar muerto. La invisibilidad, el camuflaje, el no querer ser reconocidos en tiempos tan peligrosos como lo son los tiempos de guerra, llevan a que el soldado que no quiere estar activo en el conflicto, busque alternativas de escape que lo lleve a estar con vida.

En esta novela, y de manos de Fogwill, se ve también la compasión y talvez la tristeza de parte de los soldados ingleses por los argentinos. Dicha compasión se ve cuando los soldados Ingleses, a cambio de ‘información’ les dan provisiones las cuales garantizan su manutención para vivir a toda esta situación de guerra. Los soldados ingleses no los ven como iguales, es más se ríen de su condición en estado de abandono. Es más, la vos narrativa comenta, “Seguían pasando soldados y aviadores que los miraban, reían y se quedaban un rato observándoles las botas carcomidas de roce” (50). Es por esto mismo, su situación, su incapacidad de sobrevivir (y del estado argentino por proveerles), que ellos a cambio de información ficticia, vender a los suyos a cambio de poder comer, tener baterías, y otros utensilios para continuar a flote. Los soldados ingleses se apiadan de ellos (los Pichiciegos) y les dan, “…bolsas con chocolates y cajas de cigarrillos. Había treinta cajas de 555 cortos, cada una con diez paquetes de cartón. Azúcar tampoco ellos tenían” (51). Para mí todo esto en un acto de pesar a la vez que es un acto táctico de guerra.

De esta manera, la novela los Pichiciegos se convierte no en una historia de la guerra de las Malvinas en sí, sino de los soldados que tratan de vivir a consta de lo que sea. En este transcurso de circunstancias, ellos aprenden que inclusive estando bajo tierra, las idiosincrasias del hombre siempre están presentes, que unos están al mando y otros tienen que obedecer. Pero que de una manera u otra, el mundo subterráneo de los Pichiciegos es un mundo construido por ellos mismos, donde las repercusiones de sus actos son más conscientes de lo que puede ser si hubieran seguido las órdenes generales del comando argentino. El seguir sus propias órdenes (internas) los llevan a sobrevivir en un mundo (externo) de guerra donde los que se enfrentan a enemigos más fuertes terminan ‘congelados’, mejor dicho: muertos y abandonados.

“El Cipitío en el Salvador Sheraton”

Este libro se presenta como un “collage literario” de los eventos de guerra ocurridos en El Salvador los cuales llevaron a las Fuerzas Armadas Nacionales y a los grupos guerrilleros del FMLN a entrar en conflicto bélico a nivel nacional. Del mismo modo, también se representan los ataques a la población civil, la barbarie del conflicto armado con el asesinato de los jesuitas a manos de las fuerzas militares. Todo esto ocurre durante 11 días, del 11 al 21 de noviembre de 1989, y termina con la toma del hotel El Salvador Sheraton a manos de las fuerzas guerrilleras, demostrando así lo envuelto que estaban los Estados Unidos en este conflicto armado centroamericano. En mi opinión, este es mi libro favorito de los que hemos leído en clase con relación a la guerra civil salvadoreña. Digo esto porque para mí este libro, no solo alcanza una claridad literaria indiscutible, sino que también cuenta lo acontecido de una forma ‘embrujante’ trazando siempre conjeturas no lineales y mezclando paratextos de una forma entretenida.

Pasando ya a un plano analítico, al leer el libro se puede apreciar como la extensión y la gravedad de la guerra civil salvadoreña la cual, como ya había mencionado antes, duro aproximadamente diez años. Las ofensivas militares y guerrilleras de este conflicto demuestran que cada bando alcanzó un nivel alto de poder y que este poder se extendió a todo el país pero sobresaliendo su alto nivel de concentración en la zonas metropolitanas. Los acontecimientos narrados en “El Cipitío” son artísticamente acoplados, reuniendo así a forma de testimonio-documento-crónica lo acontecido. Es más, el nivel de pánico que se vivían en el la capital del país (San Salvador) en ese entonces, se capta a flor de piel. Es más, se ven en las descripciones de los bombardeos y en las explosiones citadinas constantemente narradas en el libro. La figura mística del ‘Cipitío’ se hace evidente durante el relato de la historia y su misión es la de proteger a los miembros del FMLN en forma de espíritu; a la vez que, también sirve para espantar a las fuerzas destructivas militares salvadoreñas. Similarmente, también aparece como personaje importante “la Ciguanaba” como símbolo femenino guerrero luchador de la causa guerrillera.

Las limitaciones de carácter civil a las cuales está sujeta la población civil en las ciudades están bien documentadas durante el transcurso del libro. Por ejemplo, los toques de queda después de las 6pm, la restricción que sufre la los medios comunicativos (radio, prensa y televisión) para contar lo que pasa, y la exterminación de figuras educativas-cristianas como los jesuitas, son al final y al cabo, extremos abusivos de poder por parte de el Presidente de entonces, Alberto Cristiani. Toda esta ofensiva se lleva a cabo en el nombre de la “democra-CIA” y respaldado por los Estados Unidos. De otro modo, también es visible la influencia y la presencia guerrillera en la historia central del relato. Estos grupos insurgentes tratan de mitigar los ataques indiscriminados de los militares, los cuales siempre terminan con la muerte de los más desfavorecidos: pobres, campesinos, e indígenas. Personalmente, lo más triste que se relata en “el Cipitío” es sin duda alguna, la ocupación de la Universidad de El Salvador por parte de las Fuerzas Militares lideradas por las ‘Altas Damas’ de Arena las cuales quieren muertos (“piden las cabezas”) de los sacerdotes jesuitas. Vale la pena notar, que los jesuitas son descritos como hombres de Dios, de bien, y de enseñanza los cuales luchan por el bienestar de la población en general. No obstante, hay una conexión que hace el padre José María Tojeira donde se afirma que, “Los mismos que mataron a Monseñor Romero han asesinado a los jesuitas”, lo cual me parece muy preciso considerando que muy seguramente los jesuitas fueron vistos como comunistas enemigos del gobierno los cuales debían ser exterminados.

Finalmente, también se podría resaltar la labor tan importante que hace este libro en narrar, en varios días, el nivel macabro e irreal del conflicto armado, que al final de cuentas se refleja en los cadáveres, los dados de baja de cada bando, y los millones de emigrantes que se exiliaron alrededor del mundo, los cuales michos de ellos nunca regresaron a El Salvador. Lo que más da pesar en todo esto, es la sensación de pérdida que se adquiere; es decir, hay perdida en lo material (universidades, hospitales, infraestructura), en lo simbólico (la libertad), y sobre todo en las pérdidas de vidas humanas. Muy seguramente por el escalamiento de este conflicto, el terror de la proximidad geográfica con los Estados Unidos, y la presión de varios organismos internaciones como la OEA, es que finalmente se logró un acuerdo de paz el cual condujo a la resolución pacífica al conflicto. Ya para concluir, “El Cipitío” es una figura mística que acompaña a los guerrilleros por el territorio nacional, librándolos del mal, velando por ellos en todo momento. Consecuentemente, los matices casi fantásticos llegan a darse a través de la forma incorpórea del Cipitío, el cual trasciende el tiempo y se relaciona con los dioses indígena de origen Maya y Azteca, toma formas de animal y míticas para ayudar en el presente a los guerrilleros que luchan en el presente.