Posted by: | 7th Sep, 2008

Naufragios, cap. I-XIX

Yo me siento un poco naufragada después de leer Cabeza de Vaca… Al inicio corría lento. Pero más hablaba de los indios y sus costumbres, más me interesaba. Poco después, me pregunté cuánto de esto relato sea hecho y cuánto sea embellecido o supuesto por el autor—cuando habla de los dos indios acá o allá que han matado, ¿fueron más? ¿Es posible que los actos de violencia comenzaran de más al empujón de los españoles? Después de eso, ciertas traducciones suyas de lo que los indios les trataban de relatar me parecían demasiados sofisticados por el nivel a que comunicaban los dos grupos, pero al leer más adelante y ver que Cabeza de Vaca va adelante a llevar muchos años viviendo con los indios, llega a ser más creíble que él podría expresar con una cierta autoridad lo que decían los indios.

Las historias que relata son llenas de adrenalina y también sufrimiento, pero la escritura de Cabeza de Vaca no me trasmite la emoción que imaginaría vendría con estos tipos de experiencias. Hace ver la emoción de los indios: lloran por los cristianos y por sus difuntos compañeros como llorarían por sus propios hijos (cap. XII). Él, por otro lado, no parece de mostrar ni un mínimo de afección para los indios (ni por sus compañeros, al pensarlo). En cambio, es como si él quisiera dar todos los hechos pero estar tan distante como posible de la conmoción que ellos traen. Es un cuento revivir los hechos de un trauma tan grande en la vida y otro completamente revivir la emoción. Pero para verdaderamente relatar a otros la emoción que viene con los hechos de una historia, imagino que hay que revivirla en todo su hermoso dolor. Es posible, sin embargo, que yo pierdo el punto—tal vez a Cabeza de Vaca no interesa el lado emotivo y quiere simplemente relatar los hechos de la jornada larga, difícil y única que pasó en aquellos años.

Leave a response

Your response:

Categories

Spam prevention powered by Akismet