Posted by: | 9th Nov, 2008

Sor Juana (Parte II)

Se puede percibir en los versos de Sor Juana la noción de que todo lo que le pertenece al mundo externo (es decir, al mundo físico) le parece superficial y casi inútil; una idea bastante sombría que, después de haber leído su carta, da a entender que prefiere dedicarse más a la lectura de libros filosóficos, y rechaza arte que le parece engañoso y detestable. Frente el arte inútil y el mundo externo superficial, Sor Juana intenta escribir obras ilustradas y didácticas. Sin embargo, sus obras sugieren la importancia de hacer bien y de vivir una vida ejemplar. La poetisa escribe en «En perseguirme, mundo, ¿qué interesas?»: «¿En qué te ofendo, cuando sólo intento / poner bellezas en mi entendimiento / y no mi entendimiento en las bellezas?» (Cruz, 304). Es decir, entiende que para poder comunicar algo memorable, importante y de manera accesible, debe ponerlo en forma de poema (como si fuese una canción) para que no sea tan árida para el lector. Este rechazo del mundo externo también lo indica en el duodécimo verso de este poema: «…teniendo por mejor, en mis verdades, / consumir vanidades de la vida / que consumir la vida en vanidades» (304). Prefiere disminuir las vanidades en su vida en vez de gastar la vida en cosas superficiales.

En el poema «Este, que ves, engaño colorido», también reconoce la falsedad que puede demostrar no sólo un poema, sino una pintura también, al referirse a un retrato suyo. Incorporando términos de lógica, Sor Juana dice: «con falsos silogismos de colores / es cauteloso engaño del sentido» (303). El retrato es como un falso silogismo, es decir, un falso argumento. La pintura intenta demostrar la belleza y el buen aspecto de Sor Juana, pero ella sabe que su vida y su ser es, realmente, todo lo contrario. Entiende que la vida es algo muy frágil y toma una postura bastante estoica: se debe tener en mente la muerte, porque sólo así uno podrá aceptarla y vivir en paz con sí mismo. Esto se puede deducir cuando Sor Juana revela la verdadera naturaleza de la vida, y no sólo de la suya: «es cadáver, es polvo, es sombra, es nada» (303). No se debe permitir que nos engañe el arte con sus falsas técnicas ni su falsa esperanza de que el mundo es bello, porque la vida, en especial la última etapa de la vida, está repleta de cosas sombrías que debemos prepararnos para aceptar, si no podemos caer en la depresión. Pero si bien uno se debe preparar para la vejez, la solución no es el extremo júbilo, porque esto nos puede desequilibrar; por eso se debe practicar el control de las pasiones, las emociones, ya sean negativas o positivas y siempre encontrar un balance, un equilibrio.

Bibliografía

Cruz, Juana de la. Obras completas. México: Fondo de Cultura Económica, 1957.

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