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Trasfondo

 Trasfondo, escrito por Patricia Ratto, es una novela corta sobre "la historia de treinta y cinco hombres que estuvieron en un submarino treinta y nueve días de patrulla por el Atlántico Sur" (http://desdelaciudadsincines.blogspot.ca/2013/11/trasfondo-por-patricia-ratto.html) . El lenguaje del libro es facil de entender y se cuenta a través de la primera persona narrador, uno de los hombres.

Me parece interesante que la autora expresa los sonidos de los ruidos, por ejemplo, ¨rrra, rrra, rrra el ruido¨ (p.10) para que los lectores pueden vitalizar la situación. Sin embargo, tengo que decir que la narración me confundió a veces porque no estaba segura si es de la voz de la protagonista o de otras personas. En mi opinión, la historia está llena de oscuridad. Por un lado, la oscuridad se revela en la historia a algunas veces. Por ejemplo, alguien ¨señala que no hay luna esta noche, que todo está negro afuera, completamente negro [...] El mar también debe estar negro, imagino, acompasadamente negro, y empieza a darme sueño otra vez, ese sueño pesado que me agarra de golpe desde la descompostura y que me cierra obligadamente los ojos, hasta que todo queda también negro.¨ (p.12). Esto muestra que el ambiente es oscuro. También, dice narrador que ¨ hay una niebla viscosa que se me pega en la cara, en los ojos, como una abundante y fría lagaña húmeda, y es poco lo que puedo atisbar¨ (p.12). La perdida de visón del narrador le permite a ver casi nada. La oscuridad no sólo muestra el ambiente sino también trae la sensación intensa de miedo. Por otro lado, los habitantes del submarino, o los combatientes, no saben lo que está pasan arriba. Esto se suma a la sensación de miedo y ansiedad. Además de la oscuridad, creo que es una novela de espera. La vida dentro del submarino es limitado y “esperar es la sola maldita cosa que [pueden] hacer”.


En conclusión, yo creo que es una novela interesante. Me hacía a pensar qué va a ocurrir con esos marineros atrapados cuando empecé a leer. 

Patricia Ratto: Trasfondo

Estoy obsesionado con los acontecimientos helicópteros; hablé de eso en mi post sobre Los pichiciegos, entonces voy a hablar del ataque de los helicópteros y sus cargas de profundidad en Trasfondo. Como dije del episodio de los helicópteros en Los pichiciegos, otra vez, en Trasfondo, tenemos un microcosmos de la novela entera. Como mencionaron otros en los posts, los marineros no tienen muchas opciones, ni durante tiempo normal, ni durante ataques enemigos: “Esperar es la sola maldita cosa que podemos hacer” (85). Los marineros argentinos lanzan un torpedo a un barco británico que divulga su presencia. Se oyen hélices de helicópteros y momentos después: “Splash de torpedo en el agua” (76) anuncia la llegada de un torpedo: “Máxima profundidad, ordena el comandante, y se inician maniobras evasivas” (76). Cada marinero tiene su propia responsabilidad durante el ataque y cada uno reacciona de su manera. Linares, por ejemplo, reza con su rosario pero “mueve los labios en silencio” (78). El zumbido del hélice del motor resuena para todos en el submarino, “cada vez con mayor intensidad” (78); el miedo debe de ser enorme y la capacidad de controlar la situación limitada.

Apenas es el torpedo evitado que las cargas de profundidad caen del cielo de los helicópteros. El submarino tiene que evitar una docena de cargas que explotan por todos lados alrededor durante su fuga silenciosa de la zona: “parece que están barriendo la zona” (82). Los marineros continúan sus tareas y esperan con ansiedad. El narrador sigue lo que pasa de su posición cerca del comandante y de la sala de control, y comenta del peligro omnipresente y de ciertos detalles que indican la intensidad de la situación. La presión sobre los marineros es enorme; no ven nada y no saben dónde o cuando explotará la próxima carga. Pero saben muy bien que si una carga toca el submarino, “no habrá tiempo para nada” (78). Me hace pensar en la película alemana “Das Boot” de Wolfgang Petersen (1981) en la cual los marineros esperan en silencio durante el ataque de cargas; no pueden hablar ni hacer ruido ninguno mientras “los de afuera nos buscan” (85).

Digo que este episodio representa gran parte de la novela porque muestra el aspecto humano de los marineros en peligro y, quizás más importante, la vulnerabilidad del submarino que es la realidad continua de este tipo de misión. Los marineros de los submarinos tienen piel gruesa y mentes solidos por participar en esta clase de combate.

 

Patricia Ratto: Trasfondo

Estoy obsesionado con los acontecimientos helicópteros; hablé de eso en mi post sobre Los pichiciegos, entonces voy a hablar del ataque de los helicópteros y sus cargas de profundidad en Trasfondo. Como dije del episodio de los helicópteros en Los pichiciegos, otra vez, en Trasfondo, tenemos un microcosmos de la novela entera. Como mencionaron otros en los posts, los marineros no tienen muchas opciones, ni durante tiempo normal, ni durante ataques enemigos: “Esperar es la sola maldita cosa que podemos hacer” (85). Los marineros argentinos lanzan un torpedo a un barco británico que divulga su presencia. Se oyen hélices de helicópteros y momentos después: “Splash de torpedo en el agua” (76) anuncia la llegada de un torpedo: “Máxima profundidad, ordena el comandante, y se inician maniobras evasivas” (76). Cada marinero tiene su propia responsabilidad durante el ataque y cada uno reacciona de su manera. Linares, por ejemplo, reza con su rosario pero “mueve los labios en silencio” (78). El zumbido del hélice del motor resuena para todos en el submarino, “cada vez con mayor intensidad” (78); el miedo debe de ser enorme y la capacidad de controlar la situación limitada.

Apenas es el torpedo evitado que las cargas de profundidad caen del cielo de los helicópteros. El submarino tiene que evitar una docena de cargas que explotan por todos lados alrededor durante su fuga silenciosa de la zona: “parece que están barriendo la zona” (82). Los marineros continúan sus tareas y esperan con ansiedad. El narrador sigue lo que pasa de su posición cerca del comandante y de la sala de control, y comenta del peligro omnipresente y de ciertos detalles que indican la intensidad de la situación. La presión sobre los marineros es enorme; no ven nada y no saben dónde o cuando explotará la próxima carga. Pero saben muy bien que si una carga toca el submarino, “no habrá tiempo para nada” (78). Me hace pensar en la película alemana “Das Boot” de Wolfgang Petersen (1981) en la cual los marineros esperan en silencio durante el ataque de cargas; no pueden hablar ni hacer ruido ninguno mientras “los de afuera nos buscan” (85).

Digo que este episodio representa gran parte de la novela porque muestra el aspecto humano de los marineros en peligro y, quizás más importante, la vulnerabilidad del submarino que es la realidad continua de este tipo de misión. Los marineros de los submarinos tienen piel gruesa y mentes solidos por participar en esta clase de combate.

 

Trasfondo

    Trasfondo escrito por Patricia Ratto y publicado en 2012 es una novela de los submarinos. También es una novela que basada en la historia verdadera el submarino ARA San Luis en la lucha armada durante la Guerra de Malvinas en el año 1982, es decir, el combate de submarinos. Además, esta novela es principalmente hablar sobre la historia de los miembros de la tripulación del submarino durante treinta y nueve días de patrulla. En esta novela, me enteré de que la parte más importante de los miembros de la tripulación del submarino es ser resignado y paciente. Porque, no hay donde ir, nada que ver, y aún viven bajo el agua. Lo único que pueden hacer que es esperar a que el orden si es el momento de atacar o no. En cuanto a mí, me siento realmente triste para estos miembros de la tripulación, porque nadie sabe sus presencias. Por eso, soy bastante curioso que la razón por qué la autora decidió escribir el libro basado en el submarino ARA San Luis.

Además, he notado que en el prefacio de Trasfondo es interesante. Según el contenido de la novela, ¨Sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos¨ escrito por Jorge Luis Borges. En cuanto a mí, este prólogo muestra exactamente el tema de la historia. Para mí, Los treinta y nueve días de patrulla es como una pesadilla para los miembros de la tripulación del submarino, ya que todo es oscuridad. Por ejemplo, según el contexto de Trasfondo, ¨…señala que no hay luna esta noche, que todo está negro afuera,…ideal para esconderse, para esconder lo que hacemos, lo que cargamos como hormigas disciplinadas. El mar también debe estar negro,…y empieza a darme sueño otra vez,…me cierra obligadamente los ojos, hasta que todo queda también negro¨ (12). Aquí creo que la autora no sólo trata de describir la escena de la historia, sino también intenta mostrar el sentimiento de los miembros de la tripulación que están deprimidos.

En mi opinión, creo que Trasfondo es la novela perfecta y única de la guerra. Porque, esta es la primera novela que hemos leído hasta ahora sobre el submarino. La mayoría de los libros sobre la guerra se basa normalmente en el ejército. Por lo tanto, este libro consigue mi atención.

Trasfondo

Para mi, la novela Trasfondo transmitió una gran sensación de ceguera – la oscuridad del océano, el miedo de lo que podría pasar, y el aislamiento de esos treinta y cinco hombres que pasaron un mes sin ver la luz del día, bajo las olas del mar. La historia comienza con sonidos solamente, lo cual tiene el efecto de resaltar la experiencia percibida por los otros sentidos. El lector siente ese “rechinar áspero que raspa con rabia contra el casco del barco”, escucha los pasos de “alguien entrando”, “otras botas, mientras el ruido raspa, raspa, raspa”, y experimenta la desorientación del narrador sin nombre. Todo esto da lugar una sensación de ceguedad, de no saber lo que pasa ni adentro, ni arriba, ni abajo, simplemente con la experiencia inmediata del narrador dentro del submarino.

Si empleamos la metáfora de la ceguedad a la guerra, particularmente a la guerra de las Malvinas, podemos observar varios paralelismos. Hay cierta ironía en el hecho que la tripulación del ARA San Luis esté en el centro de la batalla en cierta forma pero a la vez muy aislada de lo que pasa arriba. Destaca la paradoja de la guerra, en la cual los que están en el campo de batalla muchas veces no saben precisamente porqué o para que están luchando, simplemente se encuentran en la miseria y las condiciones deplorables de su situación inmediata. En las palabras del narrador: “lo que no entiendo es por qué diablos nadie me avisó y estoy acá, con el overol de trabajo” (12-13). En los casos que el submarino ascienda al superficie, “hay una niebla viscosa” que se le pega en al cara al narrador, impidiéndole  la vista. Es decir, incluso cuando haya luz, no se puede ver nada por la perdida de visión que esa ruptura de la guerra genera. En otros palabras, la guerra hace que los que están en el campo de batalla se pierdan el propósito. Lo único que pueden hacer es conformarse con la situación y trata de sobrevivir sin saber lo que va a pasar, como se expresa el narrador, “lo cierto es que estoy bien y que voy a ser parte de esto, sea lo que sea que esto vaya a ser” (14).

Dicha falta de visión y propósito acaba dando lugar a una leve sensación de absurdidad, como si fuera todo un gran chiste – “Quizá todos seamos personajes de una historieta ridícula” (22). Si vemos la experiencia dentro del ARA San Luis como microcosmo de la guerra de las Malvinas, que es una guerra ejemplar de una pérdida de propósito y sentido a gran escala, entonces ese “trasfondo” del espacio bajo el mar, en el submarino, donde no se sabe la diferencia entre lo que es arriba y lo que es abajo, ese espacio donde nada tiene sentido pero hay que luchar para sobrevivir en el vació de la inconsciencia; ese trasfondo es el vació de la desconexión que subyace cualquier guerra.

Trasfondo, Patricia Ratto

Esta novela trata de la historia de un mecánico de submarino argentino que despierta en medio de una misión de combate en la cual debe proteger y atacar varias posiciones a lo largo del océano mientras trata de sobrevivir a las malas/deteriorables condiciones en que el mismo submarino se encuentra y a los constantes ataques que los ingleses les acechan. La narración esta exquisitamente contada y es presentada al lector a través del narrador, del cual no conocemos su nombre y su identidad hasta el final del libro. Desde las primeras páginas debo admitir que la lectura fue muy intrigante porque tuve la sensación de que se trataba de una historia fantasmal y seguí leyendo porque la curiosidad de confinar la identidad del protagonista era demasiada como para no saber si mis sospechas eran ciertas o no. Para mi Trasfondo, más que una historia fantasmal, que evidentemente lo es, es una historia en busca de la propia identidad en sí. No solo como individuos, sino como ciudadanos de naciones que mandan a soldados a la guerra sin están correctamente equipados, pero que de igual manera se les exige cumplan con su misión a como dé lugar.

Hay varias recurrencias durante toda la lectura la cual enmarca la narración y la hacen mucho más interesante. Estas repeticiones hacen que la narración tome un tono de angustia, solitud, pánico, la cual reflejan el ambiente que se viven dentro de la misión y que se siente entre la tripulación. Repeticiones como el ruido (“el ruido me despierta”), el sueño, el bicho (el cual hace alusión a la novela de Fogwill – Los Pichiciegos), la niebla, el malfuncionamiento, el frio, la humedad, el agua, la profundidad, la falta de memoria, las botas, la Hiena, etc., son muchas de las palabras que continuamente se repiten. Al mismo tiempo, estas palabras dejan de ser solo eso para adquirir significados más amplios que hacen que la historia tome un carácter analítico y suspenso mucho mayor. A la vez que, hacen que el narrador se convierta en un personaje central, fascínate, y muy misterioso. El narrador es un personaje con ciertas características únicas, casi de carácter omnisciente que sabe mucho, escucha casi todo, y ve mucho sin casi ser percibido por sus compañeros, pero lo que el narrador observa casi siempre es analizado a un nivel muy superior a lo que cualquier otra persona haría y desmenuza, transforma, sobre analiza las situaciones cada vez más intensamente. El narrador siempre está en estado de observación, mirando, leyendo, registrando lo que pasa a su alrededor, con su tripulación. A la vez que también se preocupa y trata de analizar sus sentimientos, su pasado, y sus recuerdos.

En Trasfondo, los diferentes estados anímicos y psicológicos del soldado (marinero) se tratan de contextualizar a una profundidad mayor comparada con otras obras que hemos leído hasta ahora. Los soldados del submarino, al estar en zonas muy profundas, sufren bastantes trasformaciones físicas y mentales que acarean consecuencias temporales y de largo plazo, las cuales son trasplantadas con ellos hasta sus casas de regreso en argentina. Este espacio limitado del submarino, también expone las otras limitaciones a las cuales los marineros sobrellevan, tales como la falta de agua, ropa limpia, privacidad, sexo, entre otras. Con estas limitaciones las cuales sobresalen al leer el libro, se siente una mayor apreciación por la misión que los pasajeros del submarino cumplen. De otro modo, también se siente su desesperación, cuando en medio del combate, uno de los varios cohetes que lanzan no funciona. Esto hace que siempre estén en con constante pánico para no ser vistos, de querer estar fuera del radar de los ingleses que parece nunca duermen y que siempre están al acecho. El narrador analiza los efectos de la guerra, los muertos, sus partes a la deriva, su sacrificio.

También se ve la critica que Trasfondo hace a la guerra, cuando el narrador dice que “quizás todos seamos personajes de una historieta ridícula”. Esta misma imagen de la caricatura se repite varias veces durante el libro al mismo tiempo que también contrasta con el estado permanente de confusión en que se encuentra el narrador, el cual nunca logra comprender porque hace lo que hacer.Su misión fue fríamente calculada por individuos cuyas vidas nunca estuvieron en peligro inminente y desde la comodidad de sus escritorios decidieron el futuro de muchos hombres que ciegamente siguieron órdenes. Es más, muchos de estos soldados perdieron la vida por cumplir una misión tonta, sin futuro, sin sentido como lo fue la guerra de las Malvinas.

Trasfondo

Patricia Ratto, Trasfondo

The Falklands/Malvinas war was a conflict fought as much, if not more, at sea as on land. A majority of the casualties on both sides came from attacks on shipping, especially if we include the British losses from landing craft at Bluff Cove. Five larger ships were also sunk, including HMS Sheffield and the Atlantic Conveyer. For the Argentines, almost half their dead came from one incident: the controversial sinking of the General Belgrano. But it was largely thanks to the loss of the Belgrano that there were no naval battles in the strict sense, that is, no ship-to-ship conflict. All the British ships were hit by shore-based aircraft; the Belgrano itself was torpedoed by a submarine. And in response to the cruiser’s destruction, the Argentine fleet was recalled to base for the duration of the conflict.

With one exception. From May 2 to May 17, 1982, the submarine ARA San Luis was the sole representative of the Argentine navy in active operation. It is this ship’s story that is the subject of Patricia Ratto’s Trasfondo.

The novel is essentially a ghost story. For a submarine is always in some sense a spectral presence: largely invisible, hard to locate, registered only by faint echoes, yet the source of intense anxiety and fear. A submarine is a fantasmatic object par excellence. Yet Trasfondo shows that from the perspective of the submarine and its crew, the ships on the surface and even the war as a whole were equally ghostly and unknowable. Down below–and the San Luis was almost permanently submerged–neither sea nor sky could be glimpsed; the enemy could be discerned only through careful attention to faint traces on the Sonar. The few times that the vessel surfaced, it found only gloom and fog. On the whole it was out of range of any communication or maintained radio silence. As Martín Kohan notes, its crew were at the center of the action, but in some ways were further removed from the war than anyone.

On board, time becomes elastic and the combination of boredom and tension plays strange tricks on the mind. The crew are soon lost in “a labyrinth of echoes and rumours, as they wait for what the sea may bring them” (72). Small details become both comfort and distraction: a jar of capers that rolls around the boat; the narrator’s boots that seem to have a life of their own. Some draw, some read, others play cards to pass the time. It’s better to be doing something, no matter how futile. Most of the men put on their lifejackets as the enemy approaches (the youngest crewmember never takes his off), but they know that this will do them little good in the event of disaster. For if they are hit, “There won’t be time for anything, no time to call out, no time to escape, no time to hear, no time to see, the blood will stain the water with a thunderous red that bit by bit will be diluted until it is just water again” (79). Often enough it seems as though this doomed mission is already at an end: “Perhaps we are all dead already, one coffin piled up on another, but we simply haven’t noticed yet. Can one really die and not know it?” (71).

At the core of the book is the question of the relationship between knowledge and death: the knowledge of death, but also the knowledge that death either enables or obscures. Ratto reports that she was inspired by Giorgio Agamben’s observation about the Nazi concentration camps, that the only “comprehensive witness, who has experience of it all [. . .] would be the one who dies in the camp and so, paradoxically, the one deprived of a voice with which to testify. Meanwhile, those who survive have the voice to tell of what happened, but their experience is partial, incomplete. What we have, then, is always a lacuna, a grey zone that is impenetrable, inaccessible, without a voice to narrate it.” In Trasfondo, Patricia tries to give voice to this dead zone at the heart of any tragedy, any war, only to find that it is less the place of clarity and understanding than a new depth of epistemic murk where even the border between life and death itself becomes unstable, uncertain.

Transfondo – Patricia Ratto

Para mi, la novela Trasfondo escrita por Patricia Ratto fue la mas dificil de leer y comprender, no por la dificultad del vocabulario, pero por su entorno claustrofobico y una distancia inhumana que el autor crea a traves del narrador etereo. Para mi, parecia un narrador de Schrodinger – existe y no existe al mismo tiempo, el sabe todo lo que esta pasando en el submarino, pero nosotros no sabemos mucho sobre el (hasta el fin). El narrador tambien ayuda en crear el ambiente claustrofobico que los soldados habian vivido. El submarino tiene una existencia ironica – esta en el medio de todo el combate pero tambien lejo de todo la accion al mismo tiempo (como el narrador). Su presencia crea miedo en los enemigos, pero la gente en el submarino ni siquiera saben que esta pasando afuera, y ellos mismo estan separados con la oscuridad infinito y desconocido del mar atlantico solo por hojas de metal. Mi cita favorita que representa este sentido claustrofobico sera: “Cuarenta centímetros hasta el techo, y después, toneladas de agua helada, toneladas de oceano sobre mi cabeza, sobre las cabezas de los otros” . Por tanto, Mi parte favorita de la novela es el narrador y el efecto que el crea. No sabemos mucho sobre el, a parte que es un marinero que nos describe las experiencias de sus companeros pero nunca interactua con ellos. Con esta distancia, el autor crea un frialdad (en ingles yo diria an inhuman distance)– diferente a los otros libros que hemos leido en este curso, que normalmente describe escenas llena de sangre, balas, y sufrimiento.
Este libro me hizo pensar en el gran pensador militar Carl Von Clausewitz, que he estudiado en mi programa de relaciones internacionales. Segun el, una de las partes mas importantes de la guerra es la paciencia, porque para los combatientes,  no hay nada para hacer durante la mayoria del tiempo. En la guerra, el esperar es parte de la strategia, para exponer los debilidades de sus enemigos y esperar por el momento perfecto en attaque (como los soldados en el submarino, moviendo incognito y esperando para sus enemigos). Por tanto, la narrativa y la trama esta novela esta dividida entre la acción y la inacción, pero la inacción es tambien parte de la accion. Por ejemplo, los marineros no deben hacer ruido, para que los radares de los enemigos no puedan detectarlos (parte de su strategia de guerra). En el submarino, los marineros tiene que quedarse abajo por muchos dias en continuación, viviendo en soledad para una ventaja militar. por tanto, la inaccion tiene, en mi opinion, la misma importacia que los actos explícitos de la guera (como tirar una bala o matar a alguien). Esta novela me hizo pensar en las historias que me contaban mis tios, que lucharon en la guerra. Segun mi tio Luis, ellos tenian que esperar y campear afuera por mas que 7 dias para obtener intelligencia sobre la fuerza naval de gran bretana, recordando datos y tiempos de sus movimientos. Aunque en ese tiempo parecia que el no estaba en guerra o haciendo nada, la información que el colecto con su escuadrón fue usado para hundir barcos y mataron a otros soldados. La inaccion = La accion.

 

Los Pichiciegos

La novela, los Pichiciegos, escrita por Rodolfo Enrique Fogwill, se trata de la guerra de las Malvinas. Este libro toma una posicion diferente, comparados a los otros libros que hemos leido sobre la guerra. En este libro, la guerra es representada como una tonteria. Yo no se mucho sobre la guerra de las Malvinas, pero con lo que he leido, yo no le veyo mucho sentido. A diferencia al libro del Claribel Alegria, en que la protagonita da su vida sin complicacion a la lucha, los pichiciegos, en realidad, no quieren morir por esta guerra, porque no le ven un sentido. Ellos estan mas envueltos en vivir una vida con mas sentido y proposito, como estar con mujeres y tomar etc. Este posicion se puede decir es mas realistico de la guerra, en que la poblacion no queire estar metida. El sacrificio en esta novela no esta presente en un modo positivo, pero en un modo negativa.

Los Pichiciegos

Los Pichiciegos de Rodolfo Enrique Fogwill, tiene como tema central la guerra de las Malvinas (1982) cuando, después de muchos años de parte de Argentina en tratar de recobrar esta isla de forma pacífica, decide irse a la guerra para acceder a este territorio que consideraba suyo. Básicamente, con esta novela Fogwill quiere contar, no desde el punto de vista del conflicto bélico directo sobre lo que acontece en las Malvinas, sino desde el punto de vista del conflicto indeseado el cual se evade a toda costa. Es más, la definición que los soldados sobre el ‘pichi’ (Pichiciegos) es bastante particular, “El pichi es un bicho que vive debajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cascara dura- una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarras, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba (35)”. Con esta definición sobre lo que es el pichi, un animal terrestre, que vive escondido debajo de la tierra y que no ve pero anda de noche, también en ella se ve la similitud con los soldados. Esta misma descripción coincide con el comportamiento que el campo de detractores o fugitivos de la guerra en los cuales se convierten los Pichiciegos. En sí, la novela quiere dar a conocer lo absurdo de la esta guerra donde las fuerzas Ingleses fueron mucho más equipadas para ganarla, inclusive antes de que empezara, pero a la que de igual manera miles de soldados argentinos acudieron a defender en nombre de la patria. Ellos, los Pichiciegos, no creen en esta guerra absurda y tonta y la evaden.

Del mismo modo, la relación de ceguedad del pichi, relacionada directamente en los Pichiciegos, está narrada más de una vez por la voz narrativa principal. Por ejemplo, cuando dice: “De noche hay menos viento y además no te ven. Hay que abrigarse, untarse todo: la cara, el cuello, las muñecas, las piernas y los pies” (35). De esta misma manera se les caracteriza a los soldados que escapan del conflicto como animales que viven escondidos bajo tierra, a ciegas, de noche, tratando de recoger lo que otros dejan botado (basura algunas veces) para ellos poder comer y sobrevivir. Las condiciones infrahumanas en la que estos soldados jóvenes viven en su “cueva” son deteriorables. Desafortunadamente, y a pesar de que ellos son militares, deciden vivir en estas condiciones para escapar a una guerra absurda, desigual, a la que muy seguramente no escaparían con vida. Al untarse de todo (lodo), pierden su identidad como seres humanos, y toman una identidad más camuflada, más animal, similar a la del pichi, para permanecer con vida. La descripción continua, “De noche es más difícil caminar, pero hay menos peligro; yendo de día pueden disparar de cualquier lado, de cualquier bando. Te ven, disparan” (43). Ser vistos significa estar muerto. La invisibilidad, el camuflaje, el no querer ser reconocidos en tiempos tan peligrosos como lo son los tiempos de guerra, llevan a que el soldado que no quiere estar activo en el conflicto, busque alternativas de escape que lo lleve a estar con vida.

En esta novela, y de manos de Fogwill, se ve también la compasión y talvez la tristeza de parte de los soldados ingleses por los argentinos. Dicha compasión se ve cuando los soldados Ingleses, a cambio de ‘información’ les dan provisiones las cuales garantizan su manutención para vivir a toda esta situación de guerra. Los soldados ingleses no los ven como iguales, es más se ríen de su condición en estado de abandono. Es más, la vos narrativa comenta, “Seguían pasando soldados y aviadores que los miraban, reían y se quedaban un rato observándoles las botas carcomidas de roce” (50). Es por esto mismo, su situación, su incapacidad de sobrevivir (y del estado argentino por proveerles), que ellos a cambio de información ficticia, vender a los suyos a cambio de poder comer, tener baterías, y otros utensilios para continuar a flote. Los soldados ingleses se apiadan de ellos (los Pichiciegos) y les dan, “…bolsas con chocolates y cajas de cigarrillos. Había treinta cajas de 555 cortos, cada una con diez paquetes de cartón. Azúcar tampoco ellos tenían” (51). Para mí todo esto en un acto de pesar a la vez que es un acto táctico de guerra.

De esta manera, la novela los Pichiciegos se convierte no en una historia de la guerra de las Malvinas en sí, sino de los soldados que tratan de vivir a consta de lo que sea. En este transcurso de circunstancias, ellos aprenden que inclusive estando bajo tierra, las idiosincrasias del hombre siempre están presentes, que unos están al mando y otros tienen que obedecer. Pero que de una manera u otra, el mundo subterráneo de los Pichiciegos es un mundo construido por ellos mismos, donde las repercusiones de sus actos son más conscientes de lo que puede ser si hubieran seguido las órdenes generales del comando argentino. El seguir sus propias órdenes (internas) los llevan a sobrevivir en un mundo (externo) de guerra donde los que se enfrentan a enemigos más fuertes terminan ‘congelados’, mejor dicho: muertos y abandonados.