Los Pichiciegos de Rodolfo Enrique Fogwill, tiene como tema central la guerra de las Malvinas (1982) cuando, después de muchos años de parte de Argentina en tratar de recobrar esta isla de forma pacífica, decide irse a la guerra para acceder a este territorio que consideraba suyo. Básicamente, con esta novela Fogwill quiere contar, no desde el punto de vista del conflicto bélico directo sobre lo que acontece en las Malvinas, sino desde el punto de vista del conflicto indeseado el cual se evade a toda costa. Es más, la definición que los soldados sobre el ‘pichi’ (Pichiciegos) es bastante particular, “El pichi es un bicho que vive debajo de la tierra. Hace cuevas. Tiene cascara dura- una caparazón- y no ve. Anda de noche. Vos lo agarras, lo das vuelta, y nunca sabe enderezarse, se queda pataleando panza arriba (35)”. Con esta definición sobre lo que es el pichi, un animal terrestre, que vive escondido debajo de la tierra y que no ve pero anda de noche, también en ella se ve la similitud con los soldados. Esta misma descripción coincide con el comportamiento que el campo de detractores o fugitivos de la guerra en los cuales se convierten los Pichiciegos. En sí, la novela quiere dar a conocer lo absurdo de la esta guerra donde las fuerzas Ingleses fueron mucho más equipadas para ganarla, inclusive antes de que empezara, pero a la que de igual manera miles de soldados argentinos acudieron a defender en nombre de la patria. Ellos, los Pichiciegos, no creen en esta guerra absurda y tonta y la evaden.
Del mismo modo, la relación de ceguedad del pichi, relacionada directamente en los Pichiciegos, está narrada más de una vez por la voz narrativa principal. Por ejemplo, cuando dice: “De noche hay menos viento y además no te ven. Hay que abrigarse, untarse todo: la cara, el cuello, las muñecas, las piernas y los pies” (35). De esta misma manera se les caracteriza a los soldados que escapan del conflicto como animales que viven escondidos bajo tierra, a ciegas, de noche, tratando de recoger lo que otros dejan botado (basura algunas veces) para ellos poder comer y sobrevivir. Las condiciones infrahumanas en la que estos soldados jóvenes viven en su “cueva” son deteriorables. Desafortunadamente, y a pesar de que ellos son militares, deciden vivir en estas condiciones para escapar a una guerra absurda, desigual, a la que muy seguramente no escaparían con vida. Al untarse de todo (lodo), pierden su identidad como seres humanos, y toman una identidad más camuflada, más animal, similar a la del pichi, para permanecer con vida. La descripción continua, “De noche es más difícil caminar, pero hay menos peligro; yendo de día pueden disparar de cualquier lado, de cualquier bando. Te ven, disparan” (43). Ser vistos significa estar muerto. La invisibilidad, el camuflaje, el no querer ser reconocidos en tiempos tan peligrosos como lo son los tiempos de guerra, llevan a que el soldado que no quiere estar activo en el conflicto, busque alternativas de escape que lo lleve a estar con vida.
En esta novela, y de manos de Fogwill, se ve también la compasión y talvez la tristeza de parte de los soldados ingleses por los argentinos. Dicha compasión se ve cuando los soldados Ingleses, a cambio de ‘información’ les dan provisiones las cuales garantizan su manutención para vivir a toda esta situación de guerra. Los soldados ingleses no los ven como iguales, es más se ríen de su condición en estado de abandono. Es más, la vos narrativa comenta, “Seguían pasando soldados y aviadores que los miraban, reían y se quedaban un rato observándoles las botas carcomidas de roce” (50). Es por esto mismo, su situación, su incapacidad de sobrevivir (y del estado argentino por proveerles), que ellos a cambio de información ficticia, vender a los suyos a cambio de poder comer, tener baterías, y otros utensilios para continuar a flote. Los soldados ingleses se apiadan de ellos (los Pichiciegos) y les dan, “…bolsas con chocolates y cajas de cigarrillos. Había treinta cajas de 555 cortos, cada una con diez paquetes de cartón. Azúcar tampoco ellos tenían” (51). Para mí todo esto en un acto de pesar a la vez que es un acto táctico de guerra.
De esta manera, la novela los Pichiciegos se convierte no en una historia de la guerra de las Malvinas en sí, sino de los soldados que tratan de vivir a consta de lo que sea. En este transcurso de circunstancias, ellos aprenden que inclusive estando bajo tierra, las idiosincrasias del hombre siempre están presentes, que unos están al mando y otros tienen que obedecer. Pero que de una manera u otra, el mundo subterráneo de los Pichiciegos es un mundo construido por ellos mismos, donde las repercusiones de sus actos son más conscientes de lo que puede ser si hubieran seguido las órdenes generales del comando argentino. El seguir sus propias órdenes (internas) los llevan a sobrevivir en un mundo (externo) de guerra donde los que se enfrentan a enemigos más fuertes terminan ‘congelados’, mejor dicho: muertos y abandonados.