El “Cipitío” en el Salvador Sheraton

     El “Cipitío” en el Salvador Sheraton escrito por Miguel Angel Azucena, Luis Melgar Brizuela, Miguel Angel Chinchilla y Joaquín Meza es un libro que contiene una crónica collage del ataque guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, del 11 al 21 de noviembre de 1989. Además, los autores escriben este ataque en este libro por proporciona las poesías, las fotos y las informaciones de los medios de comunicación, como la radio y la televisión. Los autores también utilizan el personaje en la mitología y la leyenda de El Salvador para describir la historia. Por ejemplo, el personaje, el ¨Cipitío¨ en este libro, su nombre original es ¨Cipit ¨ que es el carácter de la leyenda en El Salvador. Según el contexto del libro, ¨Como vivimos en la clandestinidad, no conozco apellidos. Pero fíjese qué nombres: él Sol, ella Luna. Estos son nuestros afiliados¨ (pg. 12). Él Sol que representa el ¨Cipitío¨, y ella Luna que representa la ¨Ciguanaba¨ que es la mujer guerrera.

En cuanto a mí, la gran diferencia entre El “Cipitío” en el Salvador Sheraton y otros libros es este libro contiene un montón de fotos. Las fotos muestran a los lectores que exactamente lo que sucede en El Salvador durante once días, del 11 al 21 de noviembre de 1989. Para mí, cuando veo las fotos, me siento realmente triste sobre lo que ocurre en El Salvador bajo la ofensiva del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Hay par de fotos muestra los cadáveres en este libro. Pero, hay sólo una foto que me ha impresionado es en la página 35 del libro, hay una foto que el hombre parece llevar su hijo lesionado o su familia herida para buscar la ayuda. Y aquí vamos otra vez, lo que demuestra que la guerra es absolutamente nada, sino que separa la familia y trae la tragedia.

También me di cuenta de que los autores utilizan muchas palabras para describir el sonido de la escena del ataque del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. En cuanto a mí, siento que estoy personalmente en la escena, porque me imagino la tensión durante esto 11 días. Por ejemplo, en el comienzo de la historia, ¨¡Bomb! ─el primer pijazo; ¡Bomb! ─dos…¡Bomb! ─tres…, ¡Bomb! ¡Bomb! ─cuatro… cinco…¡Bomb! ─seis… siete… ocho…¨ (pg. 9). Es más, hay una descripción del sonido del helicóptero, ¨Luego entra en acción una flotilla de helicópteros ¨Hughes 500¨ y ra-ta-ta-tá…ra-ta-ta-tá…ra-ta-ta-tá…¨ (pg. 34). Para mí, esta parte también muestra que este libro es diferente de los demás.

 

El “Cipitío”: En El Salvador Sheraton

Estoy de acuerdo con Nayid en que El “Cipitío”: En el Salvador Sheraton” se presenta como un “collage literario”. Además, Para mi la narración fue como un radio,  como si cada fragmento del texto fuera un programa, y el oyente cambiando el canal entre el estático continuo para poder escuchar las noticias de la guerra. Esta metáfora además destaca la importancia de los medios de comunicación en la lucha salvadoreña. Por ejemplo, se nota el poder que ejercía la Fuerza Armada sobre el radio y la televisión. En cuanto salía la Cadena Nacional de Radio y Televisión, “todas las emisoras de radio y televisión callaron”. Esto permitió que el gobierno difunda la retórica de su agenda anti-comunista. Por otro lado, parece que fueron los medios de comunicación los que mantuvo al civil informado sobre las acciones de las guerrillas. De tal modo, los medios de comunicación sirvieron de puente entre la gente común, el gobierno, la Fuerza Armada, y las guerrillas.

Otro aspecto que me sobresalió del texto fue la sensación permeable de caos. El uso repetido de los “onomatopoeia” – “Ra-ta-plan-plan-plan…plin..pffff…ra-ta-ta-ta-tá….bomb-bomb-bomb” – generó una sensación de terror y confusión. La guerra llegó a entrometerse en la realidad diaria de las personas, ocupando “cines, viviendas, callejones”, lo cual generó una fuerte sensación de caos: “Nadie ha podido dormir por semejante cohetería de la gran flauta, explosiones y silbidos de ‘balas perdidas'”…”Para los citadinos, el sábado no tuvo noche y el domingo llegó sin madrugada…” (18). Tomando en cuenta el miedo y trastorno que el conflicto ocasionó en la vida de las personas, me pregunto si el pueblo, es decir la gente común, estaba de acuerdo con las acciones de las guerrillas. ¿Ellos también creía que la lucha armada llevaría a algún cambio, o estaban en contra de las guerrillas y la violencia?

Siguiendo esta misma linea de pensamiento, el texto mostró la fragmentación que resulta del caos, y por tanto, la perdida de sentido de la realidad. El estilo “collage” del texto también muestra dicha fragmentación, partiendo la historia en pedazos y mostrando la desconexión de las partes. Es interesante como el autor combate dicha fragmentación: uniendo el caos del presente con la mitología y leyendas del pasado. El resultado es una especie de continuación y integridad en el medio del caos, como si al incluir y recordar la presencia de los seres indigenas, de alguna forma le diera sentido a lo que pasaba en el presente. Además, incluyendo y reconociendo las luchas del pasado de la conquista y el colonialismo en el reconocimiento de los símbolos y mitologías indigenas, concede cierta solidaridad y apoyo al conflicto actual. A la vez, añade un toque de realismo mágico al texto, lo cual combate el sin sentido y desolación que las contradicciones de la guerra generan.

“El Cipitío en el Salvador Sheraton”

Este libro se presenta como un “collage literario” de los eventos de guerra ocurridos en El Salvador los cuales llevaron a las Fuerzas Armadas Nacionales y a los grupos guerrilleros del FMLN a entrar en conflicto bélico a nivel nacional. Del mismo modo, también se representan los ataques a la población civil, la barbarie del conflicto armado con el asesinato de los jesuitas a manos de las fuerzas militares. Todo esto ocurre durante 11 días, del 11 al 21 de noviembre de 1989, y termina con la toma del hotel El Salvador Sheraton a manos de las fuerzas guerrilleras, demostrando así lo envuelto que estaban los Estados Unidos en este conflicto armado centroamericano. En mi opinión, este es mi libro favorito de los que hemos leído en clase con relación a la guerra civil salvadoreña. Digo esto porque para mí este libro, no solo alcanza una claridad literaria indiscutible, sino que también cuenta lo acontecido de una forma ‘embrujante’ trazando siempre conjeturas no lineales y mezclando paratextos de una forma entretenida.

Pasando ya a un plano analítico, al leer el libro se puede apreciar como la extensión y la gravedad de la guerra civil salvadoreña la cual, como ya había mencionado antes, duro aproximadamente diez años. Las ofensivas militares y guerrilleras de este conflicto demuestran que cada bando alcanzó un nivel alto de poder y que este poder se extendió a todo el país pero sobresaliendo su alto nivel de concentración en la zonas metropolitanas. Los acontecimientos narrados en “El Cipitío” son artísticamente acoplados, reuniendo así a forma de testimonio-documento-crónica lo acontecido. Es más, el nivel de pánico que se vivían en el la capital del país (San Salvador) en ese entonces, se capta a flor de piel. Es más, se ven en las descripciones de los bombardeos y en las explosiones citadinas constantemente narradas en el libro. La figura mística del ‘Cipitío’ se hace evidente durante el relato de la historia y su misión es la de proteger a los miembros del FMLN en forma de espíritu; a la vez que, también sirve para espantar a las fuerzas destructivas militares salvadoreñas. Similarmente, también aparece como personaje importante “la Ciguanaba” como símbolo femenino guerrero luchador de la causa guerrillera.

Las limitaciones de carácter civil a las cuales está sujeta la población civil en las ciudades están bien documentadas durante el transcurso del libro. Por ejemplo, los toques de queda después de las 6pm, la restricción que sufre la los medios comunicativos (radio, prensa y televisión) para contar lo que pasa, y la exterminación de figuras educativas-cristianas como los jesuitas, son al final y al cabo, extremos abusivos de poder por parte de el Presidente de entonces, Alberto Cristiani. Toda esta ofensiva se lleva a cabo en el nombre de la “democra-CIA” y respaldado por los Estados Unidos. De otro modo, también es visible la influencia y la presencia guerrillera en la historia central del relato. Estos grupos insurgentes tratan de mitigar los ataques indiscriminados de los militares, los cuales siempre terminan con la muerte de los más desfavorecidos: pobres, campesinos, e indígenas. Personalmente, lo más triste que se relata en “el Cipitío” es sin duda alguna, la ocupación de la Universidad de El Salvador por parte de las Fuerzas Militares lideradas por las ‘Altas Damas’ de Arena las cuales quieren muertos (“piden las cabezas”) de los sacerdotes jesuitas. Vale la pena notar, que los jesuitas son descritos como hombres de Dios, de bien, y de enseñanza los cuales luchan por el bienestar de la población en general. No obstante, hay una conexión que hace el padre José María Tojeira donde se afirma que, “Los mismos que mataron a Monseñor Romero han asesinado a los jesuitas”, lo cual me parece muy preciso considerando que muy seguramente los jesuitas fueron vistos como comunistas enemigos del gobierno los cuales debían ser exterminados.

Finalmente, también se podría resaltar la labor tan importante que hace este libro en narrar, en varios días, el nivel macabro e irreal del conflicto armado, que al final de cuentas se refleja en los cadáveres, los dados de baja de cada bando, y los millones de emigrantes que se exiliaron alrededor del mundo, los cuales michos de ellos nunca regresaron a El Salvador. Lo que más da pesar en todo esto, es la sensación de pérdida que se adquiere; es decir, hay perdida en lo material (universidades, hospitales, infraestructura), en lo simbólico (la libertad), y sobre todo en las pérdidas de vidas humanas. Muy seguramente por el escalamiento de este conflicto, el terror de la proximidad geográfica con los Estados Unidos, y la presión de varios organismos internaciones como la OEA, es que finalmente se logró un acuerdo de paz el cual condujo a la resolución pacífica al conflicto. Ya para concluir, “El Cipitío” es una figura mística que acompaña a los guerrilleros por el territorio nacional, librándolos del mal, velando por ellos en todo momento. Consecuentemente, los matices casi fantásticos llegan a darse a través de la forma incorpórea del Cipitío, el cual trasciende el tiempo y se relaciona con los dioses indígena de origen Maya y Azteca, toma formas de animal y míticas para ayudar en el presente a los guerrilleros que luchan en el presente.

El “cipitío” en el Salvador Sheraton

El cipitío en el Salvador Sheraton

This short book describes itself as a “literary chronicle/collage about the FMLN Offensive in San Salvador, from November 11-21, 1989.” Of course, the offensive didn’t just take place in the country’s capital: as the book itself notes, the guerrilla’s tactics involved multiple strikes throughout the country, preventing the armed forces from concentrating in any particular zone. There was “bloody combat in San Miguel, Usulatán, and Morazán in the East; La Paz, San Vicente, and Cuscatlán, in the Centre; Cabañas and Chalatenango, in the North” (25). Nor was this the first time that the guerrilla had been active in the city: the war had never been simply a rural rebellion, and the FMLN had never adopted the Maoist strategy of (say) Peru’s Sendero Luminoso, which involved encircling the cities from the countryside. And yet, in November 1989, the war came to San Salvador in new ways, for instance in that the guerrilla moved (more or less) in the open in working class suburbs such as Mejicanos and Soyapango, while for its part the state for the first time bombed these parts of its own capital city from the air.

Briefly, this long-running “low-intensity” war became resolutely high-intensity for everyone, not just for the peasants of far-flung departments such as Chalatenango or Morazán. San Salvador was briefly the scene of urban warfare reminiscent of Beirut or Sarajevo. Nobody was entirely safe, as was demonstrated by the two notable events that are this book’s focus: the extrajudicial killing of the country’s most prominent group of intellectuals, six Jesuit scholar-priests at the Universidad Centroamericana; and the guerrilla incursion into the capital city’s wealthiest neighbourhood, Escalón, when for a couple of days they occupied one of its foremost luxury hotels, the Salvador Sheraton. The hotel’s guests at the time included the Secretary-General of the Organization of American States plus a number of US Green Berets. Anticipating a possible hostage rescue operation, (then) President George H W Bush sent down an elite group of Delta Force operators. So November 1989 was the moment when El Salvador almost became Vietnam, with a direct engagement between the guerrilla and the US armed forces.

But El “cipitío” is not particularly interested in framing the Salvadoran revolution in terms of a Cold War proxy conflict. Rather, it envisages the guerrilla to be accompanied by “thousands of spirits [who] watch approvingly and guarded the periphery: they are Indians who had died in 1524, 1832, 1932… There were the defenders of Cuscatlán, the “Land of Treasures. There was Tayte Anastasio Aquino, the Indians Feliciano Ama and Chico Sánchez, and with them, in every one of the guerrilla… the “Negro” Farabundo Martí” (16). So the portrait the book paints is of a hybrid postcolonial revolt, with Aztec and Mayan elements as well as the specifically Salvadoran sprites the “cipitío” of the title and his companion the “ciguanaba,” a ferocious woman warrior. The cipitío transforms a guerrilla detachment into spirit beasts–a jaguar, a quetzal, a deer, and so on–to whisk them invisibly past the sentries and roadblocks and into the heart of the territory claimed by the Salvadoran bourgeoisie and international capital. And once their point is made, he (literally) spirits them away again, to fight another day. For this is a struggle that won’t come to an end in any eleven-day “final offensive,” or even with the peace accords three years later. This is a “long war” indeed (to borrow James Dunkerley’s phrase), and it continues to this day.

No me agarran viva

Este cuento se ambienta en la guerra civil de El Salvador. Es un libro sobre la lucha del
comunismo en contra de la derecha que manejaba el pais. Pero tambien, el narrador hace una protesta en contra del gobierno Estadounidense de Ronald Reagan que apoyaba los intereses de los que regian en el pais. El libro relata de como se vivian las revoluciones. La necesidad de emplear la clandestinidad en todo momento. La devocion de los miembros de los grupos que integraban las revoluciones. Pero por otro lado, se desarrolla el tema del heroismo en aquellos que luchaban ferozmente por conseguir sus ideales. Sobre todo, la mujer resaltaba el papel de la mujer. Se ve a dos Eugenias, una es la militante de las  Fuerzas Populares de Liberacion (FPL) y la otra es una mujer de familia que decide tener  hijos. De todas maneras, Eugenia deja en claro que la responsabilidad de servir las evoluciones es lo mas importante.
Es interesante los diferentes estilos narrativos empleados en este libro. En el inicio del primer capitulo, inmediatamente se narran los sucesos, mientras que en el resto de capitulo se inicia con una pequena pausa dando datos introductorios. Desde el comienzo del cuento, el autor nos da a conocer el desenlace de la historia. Eugenia cae junto a sus companeros al ser interceptados en la carretera. Para el autor, el desenlace no es lo importante de la historia. Ya se sabe que la lucha de los revolucionarios no tuvo exito, pero las historias de las luchas junto a las representaciones o que importa en este libro. Por otro lado, las ideas se desarrollan con una mezcla de ambiguedad y certeza. Por ejemplo dice: “Antes de casarnos habia un gran amor”. Sin embargo no se sabe si esto se referia a un amor de pareja, o a un amor de compromiso al grupo revolucionario. Por ello, en ciertos momentos el narrador permite la existencia de diferentes interpretaciones. Pero tambien, hay relatos donde el narrador deja claro cuando se refiere a un amor de pareja y un amor de lealtad al grupo.

El libro expone a la protagonista como una testigo de los hechos usando la memoria (mediante la segunda persona). Pero, la mayor parte de veces el narrador emplea la tercera persona, donde cita la voz de diferentes victimas. De esta manera consigue, el cuento aparenta ser mas objetivo en los relatos.

No me agarran viva

No me agarran viva

As (almost) always with testimonio, Claribel Alegría and D J Flakoll’s No me agarran viva is caught in the tension between the typical and the exceptional, or the two meanings of the exemplary: example of or example for. Thus the book’s prologue begins with the declaration that Eugenia (the FMLN combatant who is the text’s main focus) is an “exemplary model of self-abnegation, heroism, and revolutionary sacrifice” (7).

Is she an example, then, in the sense that she provides for us–or others–to aspire to and follow? Or is she exemplary in that hers is just one among many such stories? The prologue continues by stressing the second of these two readings, asserting that she is “a typical case, rather than an exception, of so many Salvadoran women who have dedicated their efforts, and even their lives, to the struggle for the liberation of their people” (7). And yet the book that follows consistently suggests the opposite, that in almost every way her capacities and her commitment exceeded that of those around her. As her immediate superior, Comandante Ricardo, puts it: “Eugenia was one of those who contributed most, through her experience, the sureness of her political ideology, her party militancy as much as in her sense of mission and organizational ability” (147/144; translation modified). Or in the words of her partner, Javier, who gives the “definitive summary of the life and death of his wife and comrade”: “Eugenia’s life was exceptional” (147/145).

The way that the book deals with this tension is ultimately by vacating Eugenia’s life of almost any individuality beyond the superlatives. Perhaps this is another sense in which she is a “model”: she so fully plays the role of the exemplary guerrilla that she is otherwise empty inside. She has almost no interior life. Everything is devoted to the cause. Even her marriage is described in terms of consummation to the struggle: “The wedding was their initiation into a clandestine way of life. [. . .] Some of the guests left the church in protest because their vows included the promise to keep helping the people” (65/79). Indeed, wherever love is mentioned it is as likely to be love of the people or love of the party as it is to be any kind of romantic attachment to Javier. Throughout, with the one exception of some very brief comments by her sister almost at the end of the book (concerning her enthusiastic but out-of-tune singing and her careless driving), she is overwhelmingly a person devoid of personality.

All of which gives an ironic double meaning to the book’s title: “They Won’t Take Me Alive.” This testimonio surely doesn’t capture much if anything of Ana María Castillo Rivas (her real name), her life and her singular vivacity, offering us instead no more than a beautiful corpse, a revolutionary icon under an assumed name. She escapes us, as much as she escapes the Salvadoran security forces, if at the high cost of sacrifice and glorified death.

See also: War.

No Me Agarran Viva

“No me agarran viva” se enfoca en la vida de Eugenia, una militante en las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) durante la guerra civil de Guatemala, de los años 50 hasta 1981. “Eugenia” es la “nom de guerre” de Ana Mario Castillo Rivas.  Nació en 1950 en San Salvador y es la hija mayor de una familia de clase media. En el colegio empieza a participar en varias organizaciones políticas, y por su trabajo con las clases bajas s y con los indígenas enajenados, ella cambie sus creencias políticas. su experiencia me hace acordar de la evolución de Che Guevara, un chico inocente be buena familia que se cambio por sus experiencias de la injusticia social y la desigualdad.   Eugenia se mata disparándose al enemigo como una última muestra de su compromiso absoluto, “!-. ¡Qué no nos agarren vivos!”

La obra combina los testimonios los combatantes y de familia y las cartas de Eugenia a su marido.  En el prólogo es interesante que los autores enfatiza que la protagonista Eugenia no es un caso excepcional y que es típica de muchas mujeres salvadoreñas que dedicaron sus vidas a la lucha armada de modo que Alegría y Flakoll proponen a Eugenia. por tanto, ella sirve como una metáfora para la mujer salvadoreña en la revolución.

En mi opinion, aunque fue un poco difícil para leer, este es un importante libro que nos revela cómo se construye el ideal militante de la mujer salvadoreña en la lucha armada y nos da un otro opinion de las mujeres, opuesto de la preconcepcion de mujeres como el sexo “debil”.  Uno de los sacrificios mas grande en la vida de Eugenia como un revolucionario es separarse de su familia para dedicarse a la lucha .  Vemos como Eugenia primero pospone ser madre por sus ideales político y luego, cuando decide tener hijo, percibe la maternidad como una obra colectiva y depende de sus compañeros en la Fpl para criar a su hija:

“… ella, comprendiendo la vida del revolucionario, integraba emocionalmente a la niña al colectivo”  

Los testimonios sobre su persona nos muestra su disciplina, la capacidad de trabajo, y el compromiso de Eugenia como una luchadora politica.  A pesar de trabajar muchas veces sin dormir, Eugenia busca el tiempo para ser una madre y muestra su lado tierno: “Ese cariño contrastaba con la disciplina, con la firmeza que siempre tuvo en sus tareas revolucionarias ni éstas fueron un obstáculo en la educación de la niña” .  Sin embargo, Eugenia entiende que en cualquier momento puede morir, así trata de acostumbrar a su hija a que la cuiden otros y crea una distancia emocional. Por tanto, Eugenia combina los papeles de una revolucionaria, de una madre y de una compañera, y presenta un arquetipo de la heroina: femenina, dedicada al sacrificio y heroísmo. Ella no sólo se sacrifica sus instintas maternas sino que exige que su hija también sacrifique por la revolución.  Despues de su muerte, su hija crece con el conocimiento de que el compromiso absoluto de Eugenia no era con ella sino con la FLP – y nos hace preguntar si su sacrificio valio la pena, y el costo de la guerra sobre una familia.

Claribel Alegria: No me agarran viva

El libro, No me Agarran Viva, escrito por Claribel Alegria se trata de la mujer salvadoreña luchadora por una sociedad más justa. La obra es un testimonio de una mujer salvadoreña que se llama Eugenia y que participo en la lucha guerilla, hasta el fin de su vida. Tambien, el libro hace referencia a muchas mas mujeres combatientes, desde la ninez hasta sus posiciones el la guerilla. En parte, la obra incluye muchos testimonios y letra de parte de la familia de Eugenia, que le da un aspecto testimonial real.  En el prologo, Alegria dice que este caso no es solamente un caso especial, pero la de miles de muejeres Salvadorenas que dieron su vida en una manera a la lucha. Al contar la historia de Eugenia, sue puede ver un papel femenino en la organización político-militar. Eugenia es una de esas miles de mujeres salvadoreñas.

no me agarran viva

No me agarran viva de Claribel Alegría es un libro que se enfoca en la vida de Eugenia, cuyo verdadero nombre es Ana María Castillo Rivas, la hija mayor de la familia de clase media acomodada en San Salvador.

Eugenia es, como se refiere en el subtítulo, la mujer salvadoreña en lucha; representa uno de los iconos femeninos de la lucha en El Salvador. No sólo participa en la construcción de sociedad, sino también defiende sus ideales con mucho sacrificio, como dice en el prólogo, "Eugenia, modelo ejemplar de abnegación, sacrificio y heroísmo revolucionario, es un caso típico y no excepcional de tantas mujeres salvadoreñas que han dedicados sus esfuerzos, e incluso sus vidas, a la lucha por la liberación de su pueblo", y en el texto su preocupación por ayudar a los pobres y menos privilegiados la llevó, paso a paso, a participar, años más tarde, en la lucha de liberación de su paísTambién, Eugenia es una persona responsible. Se acompaña con el lote de armas aunque no es su obligación como dice Ricado que "había asumido plenamente su papel en el ejército y en las estructuras militares. Una responsablidad absoluta radica en el jefe". Además, pospone ser madre por su compromiso político, y después de tener hijos "comprendiendo la vida del revolucionario, integraba emocionalmente a la niña al colectivo". Se desprende de la familia para dedicarse a la lucha. Estos muestran la disciplina y la capacidad de trabajo de ella. La frase, "hay una tendencia en mi a ver lo humano, las cualidades personales. Son lecciones permanentes mucho más que la concepción intelectual o económica, eso también es importante, necesario incluso, pero sin lo humano carece de valor", expresa su espíritu heroico de tener liberación nacional y el deseo de cambiar el estado de las cosas en la sociedad.


Las conexiones de los temas de mujeres y las revoluciones expresan la iguadad de genero en la historia que me parece interesante. Como una mujer, me pregunto si yo fuera Eugenia, ¿sería tan fuerte y heroica y haría lo mismo como ella? En este libro el autor recoge los testimonios de militantes y de parientes y usa diferente estilo de escritura.  Por ejemplo, la historia contiene muchas citas, acciones, y datos duros. Es una historia que muestra las mujeres siguiendo luchar por la justicia social.