La segunda parte del libro presenta una vista más grande sobre la sociedad guatemalteca y también las realidades políticas de la lucha de Menchú. Lo que sufre ella y su familia y los factores estructurales que lo hicieron posible eran difícil pero a la vez interesante de procesar. De todas formas, creo que hay razón por que Guatemala tenía tanto caos.
Las relaciones entre los actores de la sociedad y la guerra me hicieron pensar inmediatamente en las teorías de Antonio Gramsci, específicamente su teoría de la hegemonía cultural, donde la burguesía transmitir sus valores al proletario, que consume las ideas aunque están en contra de sus propios intereses. La burguesía, entonces, asegura su existencia contra amenazas de abajo y se distraen los proletarios con clasificaciones y imaginados. Sólo tenemos que mirar el conflicto entre los Quiché y los ladinos que se odian a pesar de tener condiciones similares como trabajadores y a pesar de que la burguesía, los terratenientes, odian ambos grupos. Si pueden odiarse en términos de raza en vez de clase, se distraen con conflicto inútil en vez de reconocer sus similitudes para organizarse. Aunque Menchú se da cuenta de esto, las condiciones de Guatemala (que casi existe en feudalismo) implican conflicto inevitable.
Los soldados del ejército también tienen su propia manera de odiar y tratan a los indígenas y guerrilleros como animales. Usan la palabra ‘comunista’ como si fuera algo peor que un ser humano. Es probable de muchos de estos soldados son de aldeas como lo de Menchú y ahora obedecen el gobierno contra su propia gente y así se muestra el poder de la ideología.