“A dios rogando y con el mazo dando” dice Lupe a mediatos del libro. Después de una existencia de pobreza y miseria, la vida cambia de manera importante con la llegada de nuevos ideas “comunistas” de los curas y otros campesinos idealistas. La idea es luchar para la gente porque nadie, desde siempre, no hace nada para los que trabajan en el dominio agrícola y viven en pueblos lejanos de los centros industriales. Con esta llegada de ideas modernas que unen la gente, viene las autoridades en forma de militares “parados con sus cantimploras, sus machetes y sus automáticos” y las consecuencias son eminentes. Lupe siga, siempre a mediatos del libro que “con esta gente no hay remedio, pero algún día las cosas van a cambiar” (p. 82). El marido de Lupe, José, o Chepe, está muy involucrado en estas costas; el don Sebas, dueño del terreno donde trabajan Lupe y José, al contrario, no entiende los problemas de los pobres y su causa noble de justicia.
Al principio del libro, las amenazas de las autoridades son incomprensibles según los campesinos. Pero estas amenazas son cada vez más crueles; la próxima etapa, como vemos en Réquiem por un campesino español, es el estado de atrocidades. Más tarde, después de tantos abusos dolorosos contra ella y su familia, Lupe hace hincapié a su “puta y católica vida” porque ahora se da cuenta que lo que pasa a su gente tiene motivación política. Las atrocidades son horribles, inimaginables, y el sufrimiento abominable. Una parte del origen de esta situación es, según los protagonistas, la colonización español de Hispanoamérica.
Lo que me fascina en esta lectura, es decir esta guerra en El Salvador, es la participación de la iglesia por el lado delos campesinos pobres, al contrario de lo que vemos en la Guerra Civil Española. Los curas, formados y educados en las ciudades, vienen con ideas modernas a los pueblos lejanos. Vemos las consecuencias de esto en Un día de la vida y en la película de Oliver Stone; la iglesia trata de ayudar a la gente y se está involucrada, es decir víctima de las atrocidades. Las autoridades atacan a los sacerdotes por su influencia con esta gente que busca remedio a su situación de explotación total. La idea de reunirse para reclamar salarios razonables o beneficios garantizados siempre se ve como un movimiento comunista y se hace una amenaza a las empresas multinacionales, sobretodo americanas. Los campesinos que quieren controlar parte de la producción y parte de las ganancias generales, representan una amenaza seria a la oligarquía de familias ricas que controlan esta industria, con la ayuda indirecta y a veces directa, de los Estados Unidos.