Mi experiencia como miembro de mesa
Una extenuante jornada democrática: Mi experiencia como miembro de mesa
Por Jorge Bazo Escudero
12 de abril del 2006
Y llegó por fin el día esperado, el 9 de abril, y por primera vez, en mis veintidós años de ciudadano, había sido elegido como miembro de mesa en el cargo de secretario, por lo que había que cumplir de la mejor manera posible con el deber cívico. Tras dos domingos de inducciones de parte de la ONPE para asumir tamaña responsabilidad, quedé expedito para enfrentar a casi doscientos electores en mi mesa.
La cita era a las 7:30 de la mañana, por lo que tuve que madrugar para llegar puntualmente a la cita electoral. Mi centro de votación era el colegio San Agustín, ubicado en San Isidro, distrito predominantemente A/B y bastión de Lourdes Flores, por lo que fui con la idea de que el conteo final no iba a ser tan complicado, ya que asumí que la mayor parte de los votos iban a estar destinados a la candidata de Unidad Nacional.
Eran las 7:30, el centro educativo estaba resguardado por elementos de la Fuerza Aérea, quienes muy amablemente me indicaron dónde debía acercarme a desempeñar mi labor, pero ¡oh sorpresa!, tras guiarme por medio de un croquis diseñado para facilitar el acceso a cada aula, me di con la ingrata sorpresa de que muchas mesas habían sido fusionadas y ni la gente de la ONPE, ni los serviciales y muy bien uniformados jóvenes del JNE se daban abasto para solucionar los problemas que ésto generó (¡¡¡no fui el único en demorarme más de 20 minutos en ubicar la susodicha mesa!!!!). Hay que reconocer que la desubicación de muchos podría atribuirse a que no eran muy eficaces en tratar de ubicar sus mesas. Un poco más de dedicación por parte de los miembros de mesa hubiera evitado este desorden. Luego de muchas subidas y bajadas, de idas y venidas, encontré la mía por fin. Eran las 8:00 am y había que apresurar el inicio del proceso.
Mi mesa. De los tres miembros que debían trabajar como presidente, secretario y tercer miembro, sólo estaba el que debía desempeñarse como secretario, en este caso el que escribe estas líneas. Además, sentadas en la puerta del aula, dos señoras que habían sido elegidas como miembros suplentes. Había que decidir si esperar a los otros miembros de mesa para iniciar el proceso o gentilmente pedirle a las dos damas suplentes que pasen a ser titulares. Ya sé cómo se sienten los entrenadores en un partido de fútbol…
Tras una espera de 30 minutos esperando a los miembros de mesa restantes y tras coordinar con personal de la ONPE sobre la apertura de la mesa, fusionada, nos indicaron que teníamos que esperar hasta las 9 y 30, con lo que el inicio se retrasaba y había que seguir las indicaciones. En vista de que la cola se iba haciendo un poco larga y empezaban las primeras quejas de los ciudadanos que querían votar rápidamente, tomamos la decisión de que yo asumiera el cargo de presidente y las dos señoras suplentes mi apoyo durante el proceso. Mientras en otras aulas reinaba el caos y muchos ciudadanos no sabían dónde ir por la gran cantidad de mesas fusionadas a última hora sin hacer los cambios correspondientes en los mapas de ubicación y se demoraba cada vez más el inicio de la votación, nosotros estabamos listos para recibir electores. ¡Manos a la obra!
La ONPE nos hizo entrega del material electoral, todo muy bien detallado y organizado hasta el más mínimo detalle, desde las cédulas hasta los lapiceros para las cabinas de votación, en ese aspecto es destacable el trabajo de esta organización, por lo que no tuvimos mayor dificultad para instalarnos y dejar que las personas, que ya estaban al borde de perder la paciencia, votaran por su candidato favorito (¡¡¡Fuerza Lourdes!!! era el comentario general).
Vayamos a los personeros. Junto con las dos suplentes de mi mesa (gracias por su gran apoyo señoras Elsa y Rosa) se hallaba un caballero, que inicialmente me preguntaba yo si era el presidente de mesa, que resultó ser el personero de Restauración Nacional. Brillaban por su ausencia los personeros de Unidad Nacional, Unión por el Perú y el APRA.
El primer votante de la mesa prodigiosamente se convirtio en personero de Unidad Nacional gracias a una oferta con manos firmes que le hizo un representante de ese partido: un almuerzo. Así iniciamos nuestras actividades, con 191 cédulas electorales y 185 electores que tenían el deber de asistir a esta fiesta de la democracia.
Debo ser sincero, en mi vida había firmado tantas veces. 191 firmas en el caso de las cédulas (si no están firmadas por el presidente no tienen validez), y un sinnúmero de rúbricas para las actas de instalación, de sufragio y de resultados finales y entrega de cédulas, que hicieron que demoráramos aún más el inicio de la votación para el malestar de casi 30 personas que presionaban para que apuráramos el paso. Solo me quedaba recordarles a todos que no era por nata ineptitud sino por el volumen de papeles a firmar y organizar para que todo quedara expedito. A pesar de todas las dificultades, y con ayuda de los personeros de Restauración Nacional y Unidad Nacional, fuimos la cuarta mesa en instalarse en todo el colegio. Señores de la ONPE, que quede como experiencia que cédulas de tres cuerpos y la gran cantidad de papelería que nos han hecho llenar no deben de repetirse jamás. Sobre esto me explayare más adelante…
Casi a las 10 de la mañana ingresó el primer ciudadano.
Son destacables algunos hechos anecdóticos como el de la bendición de la cédula por parte de más de una alarmada y asustada señora que encomendaba al divino su voto. Así como estas señoras vecinas del distrito que no recuerdan que Jesus dijo: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, muchas personas mezclaban política con religión creando santos y demonios terrenales al referirse a candidatos que no eran de su devoción. Se acercó a nuestra mesa una señora muy molesta acusando a la gente de la ONPE de no ayudarla a encontrar su mesa porque iba a darle su voto al comandante y un ofuscado señor que cuestionó la tinta indeleble por considerar su uso una acción “denigrante” con palabras subidas de tono. Perú y su folklore electoral…
Tras 7 horas de recibir electores con la asesoría y observación de la ONPE, el JNE y una visita sorpresa de observadores de la OEA que, valga la redundancia, observaron nuestro desempeño y nos hicieron algunas preguntas sobre la jornada electoral y dificultades que podíamos haber pasado.
Llegaron las 4 de la tarde y el momento de cerrar las elecciones tras recibir a 153 ciudadanos que ejercieron su deber y derecho de votar. Por un momento pensamos que lo peor había pasado, pero esto recién empezaba con el conteo de votos.
Fue un desafio a mi coeficiente intelectual y grados academicos obtenidos el realizar el conteo final con tamaña cédula de votación que requeria cuantiosas sumas, tablas, firmas y huellas digitales.
El proceso de conteo se dividiría en tres partes: presidencial, congreso y parlamento andino. En el conteo presidencial mayormente no hubo mayores sorpresas. Muy al pesar del personero de Restauración Nacional (no te apenes Sergio, están empezando con el pie derecho), la candidata de Unidad nacional barrió con los votos por la presidencia, lo cual colmó de alegría al personero de Unidad Nacional. El resto de votos fueron para el APRA, UPP, y los denominados “pitufos”. El problema llegaría con el conteo de los votos para congresistas y el parlamento andino dada la gran cantidad de candidatos, solo quedaba asumirlo con buen ánimo para llenar interminables cédulas.
Durante esta parte del proceso tuvimos la segunda sorpresa desagradable y poco cívica del día. Llegaron los personeros del APRA y de UPP. El primero sin su respectiva identificación quiso sorprendernos para que le entregáramos una copia de los resultados, mientras que el segundo con un aire de soberbia y muy a la defensiva (digo esto de la manera más objetiva posible) nos pidió una copia tambien, no sin antes tener un conato verbal con el personero de Restauración Nacional por propalar públicamente supuestos resultados de la votación en medio del escrutinio.
A las 9 y 15 de la noche, con mucha hambre y tras 5 horas de ardua y extenuante labor, terminamos. Misión cumplida. A entregar todo tal cual nos habían indicado y listo para por fin, retornar a nuestros hogares nos encontramos con otra sorpresa. Faltaba que un encargado revisara nuestro trabajo, por lo que nuestra felicidad duró poco.
Casi a las 10 de la noche, y tras 16 horas de estar en el centro educativo (ojo con los suplementos alimenticios ONPE), por fin pudimos retirarnos para seguir por los diferentes medios de comunicación la fiesta electoral de la que fuimos parte. Me enteré de las agresiones a Ollanta Humala y su ajustado triunfo en esta primera vuelta, pero esa es otra historia. Estoy orgulloso de haber ejercido esta labor. De nosotros depende la democracia.
Pd.: Esta nota ha sido escrita en momentos cuando Alan García ocupa el segundo lugar para el pase a la segunda vuelta, por lo que le pediría a la señora que encomendó su voto a todos los santos, paciencia y fé…aún no termina el conteo.