Andrés Oppenheimer Interviews Ollanta Humala
Ollanta Humala was interviewed on television by Andrés Oppenheimer. Oppenheimer has written an article on Humala in El Nuevo Heraldo, reproduced below.
Humala niega formar parte de un proyecto auspiciado por Hugo Chávez
La República, 17 de abril del 2006
¿ACLARES ESTRATÉGICOS?
• En programa televisivo de difusión continental, candidato UPP desmintió admirar a presidente venezolano
• También descartó que el 2000 haya tenido como objetivo llegar a Palacio
• Mientras, Alan García visitó nueva Biblioteca Nacional.
El candidato presidencial de Unión Por el Perú (UPP), Ollanta Humala, negó de nuevo admirar al presidente de Venezuela Hugo Chávez, y formar parte de un proyecto político auspiciado por este.
Fue durante una entrevista en el programa de televisión del periodista Andrés Oppenheimer.
En realidad, esta vez Humala sí aceptó enfrentar las preguntas que en el Perú se le hacen prácticamente todos los días.
Así, defendió con uñas y dientes la validez de su intentona del año 2000, cuando el régimen de Alberto Fujimori cayó en desgracia.
“Yo jamás quise llegar a Palacio de Gobierno”, señaló el líder nacionalista, quien aseguró que lo que buscaba con su levantamiento armado era defender el sistema democrático, entonces en crisis.
También, por supuesto, descartó en todos los idiomas ser el “candidato de las Fuerzas Armadas”.
En otro momento, Humala prefirió no responder si el Perú, en un eventual gobierno suyo, apoyaría resoluciones de la ONU en contra de Cuba por violación de los derechos humanos.
“Eso es algo que tendríamos que tomar con pinzas”, agregó.
Cabe señalar que Humala regresó ayer, en horas de la tarde, de su viaje por el norte chico. El líder nacionalista aprovechó la Semana Santa para descansar junto a su familia. Según la jefa de prensa del PNP, el candidato no tuvo ninguna actividad pública.
Alan, de paseo
Mientras tanto, otro candidato presidencial en la pelea, Alan García Pérez, decidió guardar silencio en el Domingo de Resurrección.
Refugiado en la tranquilidad de su casa, en Chacarrilla, Surco, apenas se dejó ver hacia las cinco de la tarde cuando, al volante de su camioneta, se animó a dar una vuelta por los alrededores, escoltado por su seguridad personal.
García manejó alrededor de media hora y se detuvo frente al nuevo local de la Biblioteca Nacional, a la altura de las avenidas Aviación y San Luis.
“Durante mi gobierno se adquirió el terreno (de la biblioteca)”, le dijo un orgulloso García al reportero gráfico de La República, cuando este se le acercó para tomarle una fotografía.
Después, García volvió a prender el motor y regresó a su hogar.
Critican pedido de Humala
Un cable de AP dio cuenta de la negativa de legisladores chilenos de devolver el ‘Huáscar’, propuesta lanzada por el candidato de UPP, Ollanta Humala. Por ejemplo, el presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, Patricio Hales, dijo que una medida de esa naturaleza sería un acto “efectista e imprudente”. Similar posición tuvo el senador Jaime Gazmuri, quien calificó la solicitud del candidato presidencial como “compleja”.
Todavía más. La diputada de derecha, María Angélica Cristi, declaró: “Lo que haría es cruzar los dedos para que no sea Ollanta Humala el nuevo presidente del Perú, ya que sería una complicación, no solamente para Chile, sino especialmente para el Perú y el resto de Sudamérica”.
Ollanta Humala: No entraremos en una carrera armamentista
Perú 21, 17 de abril del 2006
El candidato de Unión Por el Perú, Ollanta Humala, aseguró que, de llegar al gobierno, no ingresará a una carrera armamentista, pero sí construirá Fuerzas Armadas sólidas y físicamente disuasivas.
En ese contexto, ratificó sus críticas contra Chile, al que acusó de adquirir armas de “manera compulsiva”.
En el programa Oppenheimer presenta, el líder nacionalista no quiso comprometerse a congelar el gasto militar, ni a seguir la política en dicha materia del actual gobierno. Solo señaló que pondrá operativo el material obsoleto y añadió: “No pensamos estar en un plan de adquisición” de armamento.
Asimismo, negó que sea el candidato de las Fuerzas Armadas o que represente al neomilitarismo. También ratificó que jamás dijo que admira al presidente venezolano, Hugo Chávez. “El hecho de que existan conceptos coincidentes no quiere decir que uno sea chavista o lulista”, recalcó.
Mientras tanto, el congresista de UPP Michael Martínez afirmó que Unidad Nacional y el Apra desean alcanzar un acuerdo democrático con la única intención de derrotar a Humala.
El giro al centro de Humala
El Nuevo Herald, 16 de abril del 2006. Por Andres Oppenheimer.
Ollanta Humala, el ex militar ultranacionalista que ganó la primera ronda de las elecciones presidenciales del Perú el 9 de abril, parece estar moviéndose hacia el centro: en una entrevista, me aseguró que de ser electo no expropiará empresas privadas ni cambiará las leyes de prensa, e incluso admitió que ”probablemente” Cuba no sea una democracia.
¿Se trata de un giro político sincero? ¿O es una estrategia para ganar votos moderados en la segunda vuelta electoral el mes próximo? Antes de que tratemos de contestar estas preguntas, veamos algunas de las cosas que dijo Humala en la entrevista de 40 minutos el 11 de abril.
Humala, quien ya se había distanciado de los comentarios antisemitas, homofóbicos y prosupremacía racial de los ”cobrizos” hechos por sus padres y hermanos, rechazó las declaraciones del escritor peruano Mario Vargas Llosa en el sentido de que si llegara a la presidencia sería un discípulo del presidente venezolano Hugo Chávez y del dictador cubano Fidel Castro.
”No es cierto eso”, dijo Humala. “El señor Vargas Llosa es un magnífico novelista, que está entrando en un terreno en el que nunca le ha ido muy bien”.
¿Pero no se ha colocado usted mismo en ese rincón?, le pregunté. Usted encabezó una rebelión militar, como Chávez; luego se proclamó un admirador de Chávez; luego fue visto en televisión asintiendo con la cabeza cuando Chávez lo apoyó públicamente en una ceremonia en Caracas el 3 de enero de este año.
”No”, respondió Humala. ”Jamás he dicho que tengo admiración, no he empleado esa palabra” hablando de Chávez, porque ”sería apresurado calificar un proceso que todavía está en marcha”. Añadió que “admiro la vida de Mahatma Gandhi, de Martin Luther King”.
Respecto de la rebelión militar del 29 de octubre del 2000, Humala dijo que “fue un levantamiento muy diferente a los golpes militares tradicionales, (como los) que en la década de los 70 Estados Unidos promovió y apoyó… En el caso de nosotros, nuestra insurgencia militar no fue para interrumpir el proceso democrático, fue al revés.”
Entonces, ¿usted piensa que hay tal cosa como ”golpes buenos” y “golpes malos”?, le pregunté.
”Es que en realidad no fue un golpe. Jamás intenté llegar a Palacio de Gobierno”, respondió Humala. En medio de una crisis política en la que miembros de la clase política de Perú “pretendieron darle un año más de vida política (al ex presidente Alberto) Fujimori, contra la voluntad del pueblo peruano, ahí es donde salta una unidad militar que yo tuve el honor de comandar”.
Preguntado sobre su promesa de ”nacionalizar” la economía, dijo que “es un concepto que utilizo en un sentido no autoritario y democrático. (Nacionalizar) no significa estatizar, no significa expropiar. Esas son metodologías de los años setenta”.
¿Entonces qué significa?, pregunté. “Yo hablo de darle un papel más importante al Estado, a través del cobro de tributos, regalías, impuestos a la renta, puede ser a través de una ampliación accionarial si el Estado está en capacidad de invertir“.
¿Y su plan de “revisar contratos”?, pregunté. “He hablado de revisión de contratos a empresas que no están pagando el impuesto de regalías que deben pagar por el usufructo de un bien por el cual la propiedad es del estado. No he hablado de salirnos del marco legal.”
Preguntado sobre si cambiaría alguna ley de prensa, dijo que “nosotros no vamos a cambiar esas leyes, en principio. Nosotros lo que queremos es fortalecer la libertad de expresión”.
Preguntado sobre Cuba, dijo que ”evidentemente, de acuerdo a los estándares que tenemos, probablemente Cuba no califique como un país democrático”, pero añadió inmediatamente –con ironía– que Perú “es democrático: hemos democratizado la pobreza”.
Mis conclusiones: Humala es un político astuto, y más preparado de lo que yo pensaba. Lo que me preocupa de él no es su línea económica, que podría cambiar en el futuro a medida que descubra que Perú no puede crecer sin inversión, sino el hecho de que no tome distancia de su pecado original: la rebelión militar que encabezó en el 2000.
¿Por qué es preocupante eso? Porque estamos viendo –primero en Venezuela, después en Ecuador, ahora en Perú– el mismo fenómeno: un oficial del ejército con ambiciones políticas organiza una rebelión militar, gana notoriedad nacional sin gastar un centavo en publicidad política, sale de la prisión con un discurso radical destinado a mantener su nombre en las primera planas, sube en las encuestas, se postula para presidente afirmando ser un seguidor de Mahatma Gandhi, y gana.
Quebrar el estado de derecho se está convirtiendo en una receta para ganar elecciones. Eso es un precedente peligroso. El giro hacia el centro de Humala sería mucho más convincente si hubiera dicho que su rebelión militar fue un error, en lugar de un “honor”.