Peru Election 2006

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Francisco Durand: La Derecha Adolorida

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La derecha adolorida
Por Francisco Durand
La Republica, 11 de mayo del 2006

Los lamentos de UN de “haber perdido por culpa de Valentín Paniagua”, quien “debió” retirarse para darle los votos necesarios para pasar a la segunda vuelta, revelan un capítulo poco conocido de la elección del 2006, que motiva una reflexión sobre la derecha. Aunque el argumento de UN no tiene sentido –igual hubieran perdido–, su amargura indica arrogancia: ¿quiénes son para decir qué deben hacer los demás para abrirle el paso a un sector minoritario y partidariamente fracasado de la política peruana? No es la única muestra de soberbia.
A principios del 2005, le hicieron saber a la Coordinadora Nacional de Independientes que “no debía separarse” de UN si no quería perder el apoyo económico de los grupos de poder. Poco después, UN, cuando Paniagua encabezaba las preferencias, so pretexto de diálogo concertador, preparó una encerrona para que hablara con los banqueros. En la incómoda reunión le dijeron a Paniagua que “había que preocuparse sobre todo por la estabilidad económica” y midieron de paso su disposición al compromiso.
Es precisamente en ese momento –señal de cómo terminó la relación–, que los grandes poderes económicos optaron por destruirlo para abrirle el paso a la simpática y aquiescente Lourdes Flores. Comenzó entonces la campaña mediática anti Paniagua, pero no fue lo suficientemente intensa como para sacarlo del camino.
Luego, para terminar de aclarar las cosas en materia de insolencias, UN aceptó como candidato a la vicepresidencia a Arturo Woodman, hombre de confianza del Grupo Romero. Aunque Woodman estuvo escondido durante la campaña, su presencia debe haber pesado más que cualquier otro factor para bajar a Lourdes del artificial pedestal donde el Grupo Apoyo la puso con sus encuestas. Su derrota se debe atribuir no tanto a que Paniagua no renunciara, sino al hecho inocultable de que, para la mayoría de votantes, Lourdes era la “candidata de los ricos”.
Ahora, a las fuerzas de derecha les queda conspirar o acomodarse. Se inclinan hacia apoyar a Alan García. Esta posición la comparten incluso quienes han sido sus críticos más duros: Mario Vargas Llosa, el líder de la derecha democrática, y el Instituto Peruano de Economía, entidad asesora de las corporaciones que comandan la economía peruana.
Es así por qué el aprista lleva una cierta ventaja, es más moderado y debido a que, no afrontando la campaña que padece el candidato nacionalista Humala, enfrenta menos riesgos mediáticos. Pero no es una victoria segura. Tampoco habrá claro mandato popular para ninguno. Por lo mismo, los diálogos y contactos empresariales con los nacionalistas, que además tienen una importante fuerza parlamentaria, van a continuar.
Si tales negociaciones ocurrieran, sea con uno o con otro, lo que el país espera es que el acuerdo general se ponga sobre la mesa, para ver de qué modo la agenda de contención de abusos corporativos, tributarios, y de otro tipo, que se han prometido en la campaña, se especifique y se cumpla.
Al mismo tiempo, los partidos deben aprovechar para aclarar sus políticas con las fuerzas del mercado, sean las grandes o las pequeñas, las nacionales –la cenicienta del modelo económico– o las extranjeras. Si tal aclaración no ocurriese, si procediesen (como se suele decir en la República Dominicana) a pactar “acuerdos de aposento”, caminamos a una “bolivianización” política. Sería un escenario dominado por masas y líderes que habrían perdido la paciencia y exigirían un “verdadero cambio” en las calles para traerse abajo a la convivencia.
La probabilidad de este escenario debería contribuir a que la derecha exhiba humildad. Por eso, toda decisión mayor debe tomar en cuenta ese escenario, sobre todo respecto al manejo económico –sea la firma del TLC, la revisión de contratos, el impuesto a la renta, que ahora forman parte de la agenda política nacional–. No están, entonces, los señores ni la señorita para exigir –y menos echarles la culpa a otros de sus propias limitaciones– sino para escuchar al país y entender el por qué de sus reclamos.

Written by Michael Ha

May 11th, 2006 at 10:23 am

Posted in Analysis & Opinion

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