Analysis of Audio Tape by Vladimiro Montesinos Concerning Ollanta Humala
Maxwell A. Cameron
May 20, 2006
El Comercio has provided a transcript of the audio tape that was released to the press containing explosive comments by former president Alberto Fujimori’s intelligence chief, Vladimiro Montesinos, regarding Ollanta Humala and his uprising in Locumba on October 29, 2000. The tape was apparently made in secret, perhaps in the Callao Naval Base, and then leaked to the media by Montesinos’ lawyer.
The transcript is worth reading carefully for a number of reasons, but first a caveat: Montesinos is a pathological liar whose words should not be taken at face value. As one of his associates put it, Montesinos is “amoral, and has no principles. He functions according to his interests and objectives. It does not matter to him whether he steals a little or a lot; whether he blackmails a few people or lots of people. He can be enchanting when he wants to and [when he] has something to gain. When angered, he is a moral enemy; when he cries or laughs it is calculated” (quoted in Cameron 2006: 282-283).
There are two parts to Montesinos’ statement.
The first part of the statement by Montesinos reveals the extent of Peruvian military involvement in Fujimori’s re-election effort in 2000. According to Montesinos, the re-election campaign involved the distribution of stoves to popular kitchens, the circulation of propaganda, the organization of meetings, and the deployment of 80,000 scrutinizers throughout Peru. It also involved close coordination with the electronic and print media.
The mobilization and deployment of scrutinizers was undertaken by the intelligence service of the Peruvian army, under the leadership of Ruben Wong Venegas. Ollanta Humala, according to Montesinos, was responsible for organizing scrutinizers in the south of Peru, using Locumba as a base. In particular, he was charged with the task of recruiting reservists and other retired military personnel to serve as election officers, both in the first and the second rounds of the election.
In a press conference called late last night, Ollanta Humala dismissed the claim that was sent to Locumba to organize reservists as scrutinizers. Why, asked Humala would he be sent to Locumba to do this? He had been previously posted in Huancayo, the capital of Junin, which would have been a more logical place for such activity given its electoral weight.
The second half of Montesinos’ statement inadvertently reveals the limits of his own knowledge. Specifically, he appears to lack a clear understanding of why Humala led the uprising in Locumba. Montesinos implicitly offers three quite distinct interpretations of this event. Each interpretation coexists uneasily with the others.
The first interpretation is that Humala’s uprising was a “farce” and a ruse aimed at providing cover for Montesinos’ flight from Peru. Montesinos goes on to support this by saying that a serious military rebellion would have counted on support among military brass and the public, and would have threatened Fujimori’s power. Humala’s rebellion, if that is what it was, “never put at risk the continuity of the government.”
Curiously, Montesinos never offers any material evidence that he orchestrated Humala’s rebellion, something he ought in principle to be able to do. He merely reiterates the assertion–which has been a subject of speculation from the moment that the rebellion occurred–that the “farce” was a smoke screen.
The second interpretation offered by Montesinos is that Humala sought notoriety. In this view, the rebellion was aimed at creating a “personal image,” presumably with an eye toward a future political career. At least prima facie, this interpretation seems at odds with the first view. At the very least, it suggests a different motive for the Locumba rebellion.
A final interpretation is that Humala “lacked contact with the reality of the country.” Montesinos says there was a “possible dose of madness” in Humala’s actions, since the “strategic objective” were never defined. This seems to run contrary to the view that there was a clear strategic objective: to provide cover for Montesinos’ flight.
The inconsistencies between the various motives that are attributed to Humala give the reader the strong impression that Montesinos himself lacks any clear sense of what motivated Humala to lead his rebellion in 2000. That alone would seem to discredit, at least to some extent, Montesinos’ central claim: that Humala was helping to facilitate his departure from Peru on the Karisma yacht.
Note
Cameron, Maxwell A. “Endogenous Regime Breakdown: The Vladivideo and the Fall of Peru’s Fujimori,” in Julio F. Carrion, ed. The Fujimori Legacy: The Rise of Electoral Authoritarianism in Peru. University Park, Pennsylvania: The Penn State University Press, 2006.
Ollanta Humala habría “recolectado” a personeros para re-reelección de Fujimori
El Comercio
20 de mayo del 2006, p. a3,
Esta es la transcripción completa del audio que ayer Vladimiro Montesinos envió a los medios de comunicación:
En la mañana de hoy viernes 19 de mayo del año en curso, solicité a la Tercera Sala Penal Especializada de la Corte Superior de Lima, ser interrogado con relación a los hechos materia de juicio sobre el tema de la reelección presidencial en el período 2000-2005, en el expediente 02-2002, ante lo cual la sala dispuso que sea examinado por el fiscal superior, el que pidió la suspensión de mi declaración pública para el próximo viernes 26 de mayo (…), decisión a la que se ha adherido el procurador público, razón por la cual se frustró la referida declaración pública, en la cual referiría sobre el tema de la conformación de los personeros para la reelección presidencial antes mencionada.
Frente a esta situación es que muchos de mis derechos constitucionales a la libertad de expresión, de la cual no estoy privado, por cierto, formulo la siguiente declaración:
El proceso de reelección del año 2000 fue integral, dentro de la estrategia desarrollada para lograr el objetivo político deseado.
Este objetivo tenía diversas vías maestras que a continuación detallaré:
1.- Proporcionar módulos de cocina y demás implementos a los 15 mil comedores populares y vasos de leche a nivel nacional.
2.- Distribución de propaganda de diversa índole.
3.- Realización de mítines.
4.- Conformación de 80 mil personeros a nivel nacional.
Para todo ello se buscó la interrelación y colaboración de diversos medios de comunicación televisivos y escritos.
Por cada una de estas vigas maestras tengo un proceso penal diferente, cuando en realidad son parte de un todo pues la relación fue una. Es por ello que (…) de comentario, en el caso específico de los ochenta mil personeros que se requería se seleccionó al personal con un determinado perfil personal, haciendo la distribución del trabajo en el marco de las áreas geográficas que conformaban por ese entonces el límite de las seis regiones militares del Ejército Peruano.
Dentro de este contexto, el general del Ejército Peruano en situación de actividad Rubén Wong Venegas fue responsable de esa misión a nivel nacional. Para el caso del sur del país, se hizo determinados cambios de colocación de ciertos oficiales del Ejército designándose al comandante Ollanta Humala Tasso en el cargo de primer jefe de Unidad del Grupo de Artillería Antiaérea 501, con sede en fuerte Arica, en la localidad de Locumba, quien recibió la misión de conformar el grupo de personeros en la zona sur del Perú con los reservistas o licenciados del Ejército Peruano.
Es desde esa época que participó en la campaña de la reelección presidencial, habiendo cumplido a cabalidad con la tarea de reclutamiento de personeros, reitero, con los reservistas y licenciados del Ejército Peruano que participaron activamente tanto en la primera como en la segunda vuelta electoral que se llevó a cabo en el año 2000.
Esta situación descrita le viabilizó su vinculación con los reservistas y su relación con los órganos del sistema de inteligencia nacional.
Entonces, la pregunta que aún no se contesta, ¿Qué fue Locumba?
Fue una farsa, fue una operación de engaño y una manipulación. Ollanta Humala Tasso es un falso valor. Ante esto es necesario relatar los hechos acaecidos en Locumba y la relación con mi salida del país en octubre del año 2000.
En efecto, ante los sucesos acaecidos en Locumba en el mes de octubre del año 2000, si ello hubiera sido una rebelión, según sostiene el comandante del Ejército Peruano en situación militar de retiro Ollanta Humala Tasso, como pretende señalar ante la opinión pública que debió ser un levantamiento en armas con el respaldo de un alto porcentaje de la oficialidad del Ejército Peruano en los distintos grados y niveles de la jerarquía militar y así no sucedió. Una rebelión que debió ejecutarse con respaldo de la ciudadanía, una rebelión seria debió buscar de manera directa ladear la forma de gobierno y deponer al mandatario en ejercicio.
En conclusión, pues, el señor Ollanta Humala Tasso en ese entonces no tuvo ningún respaldo de la oficialidad del Ejército Peruano, no tuvo respaldo ciudadano, nunca puso en riesgo la continuidad del gobernante, y pasó de desempeñarse como comandante y primer jefe de Unidad de Artillería Antiaérea numero 501 acantonado en el fuerte Arica, ubicado en Locumba, y sede en ese entonces de la Sexta División Blindada, a comandante de reclutas de cañón, y terminó al final correteando por la sierra sur del país en busca de notoriedad y no por una consecuencia de cambio o ruptura en el país, dizque ahora, que esa fue su motivación.
Cualquier especialista en inteligencia, cualquier oficial del Ejército sabe perfectamente antes o ahora, cómo todo a partir de su formación castrense en estos escenarios, según (…) el coronel Lucio Gutiérrez, Ecuador.
Por tanto, debo decir que en esos hechos conjugaron varias demostraciones de conducta errática que resumo de la siguiente manera: falta de contacto con la realidad del país del comandante Ollanta Humala Tasso; alto porcentaje de oportunismo del citado comandante; busca de notoriedad del comandante Ollanta Humala Tasso a partir de un montaje que en esencia y sustancia fue en términos militares una operación de engaño, y que en el ámbito de inteligencia es una maniobra de diversionismo dentro de una estrategia de manipulación; alto nivel de deslealtad del comandante Ollanta Humala Tasso con sus subordinados; irresponsabilidad del comandante Ollanta Humala al comprometer a soldados reclutas inexpertos e inocentes en una valentonada que nunca tuvo un objetivo ni un propósito estratégico definido; posible dosis de locura del comandante Ollanta Humala, que siempre supo que no había ningún objetivo, razón por la cual engañó a su personal de la unidad militar con la finalidad de lograr una imagen personal aprovechando el proceso de manipulación del que fue objeto. Y es por todo ello que ahora no dice la verdad sobre los sucesos de Locumba. Por cuanto la verdad monda y lironda: Se prestó para facilitar mi salida del país en el velero Karisma. Esa es la realidad de los hechos.