“me atrae(n) pero a veces me repugne(n)”: Los cuentos de Silvina Ocampo

En el cuento “El Vestido de terciopelo” que marca la mitad de esta colección por Ocampo, la señora Cornelia Catalpina en medio de probarse un vestido de terciopelo explica como este tipo de tela “me atrae pero a veces me repugne” (145). Es este sentimiento que experimenté al leer esta selección de cuentos por Silvina Ocampo. A veces la trama era suave, lisa y atrayente, y otras veces sentía irritante e incómoda, en la misma manera que se puede frotar el terciopelo y sentir dos sensaciones opuestas. Hay elementos de violencia en muchos de estos cuentos que “rubbed me the wrong way”. Como las muertes misteriosas de el emperador en “El vergudo” y de las madres debido al incendio trágico en “El voz en el teléfono”. Esto, sin mencionar una muerte prematura durante una fiesta de cumpleaños, una celebración de vida no menos, en “Las fotografías”.

Pero estas muertes no fueron los únicos elementos semejantes entre estos cuentos que me llamaron la atención durante la lectura. Escribí una lista de otros que crecía con cada nuevo cuento. Algunos elementos eran más “suaves”, y menos significativas, tal vez, como los paquetes envueltos en el papel de diario (el perro Mimoso y los viejos objetivos en “Los objetivos”). Otro bastante inocente fue la presencia de perros en la trama (“La libere dorada”, “La casa de azúcar”, Los sueños de Leopoldina). Pero esta incorporación de perros en la trama dejó de ser cómoda en el cuento “Mimoso” en que la protagonista cocina su perro embalsamado y sirve esta comida venenosa a su invitado para matarlo. Sin embargo, un elemento más chocante que la muerte de un perro es la manera en que la mayoría de los cuentos terminan con una muerte de un personaje humano (“Mimoso”, “Las fotografías”, “La furia”, “Carta perdida en un cajón”, “El verdugo”, “El vestido de terciopelo”). Este último también ofrece otro elemento común, la de un vestido de terciopelo dentro de no sólo este cuento pero en otros también (“La casa de azúcar”, por ejemplo). Otro elemento repetido es el de un ángel (“La furia”, “La liebre dorada”), muy a menudo relacionado con un personaje joven (otro elemento semejante entre muchos cuentos), y si me permito a ampliar esta categoría de ángeles aun más, el concepto del cielo/ infierno o el Señor / Dios se repite también (“La liebre dorada”, “La sibila”). Además, muchas veces Ocampo incorpora una imagen de la cárcel o la prisión (“El vestido de terciopelo”, “Carta perdida en un cajón”).

Al terminar la lectura, me siento como si los elementos comunes en esta colección la transforme en una gran historia en la que lo cotidiano y lo casi-fantástico se mezclan y el lector está siempre anticipando, cautelosamente,  el próximo giro y el próximo suceso “incómodo” que le repugnara.

4 thoughts on ““me atrae(n) pero a veces me repugne(n)”: Los cuentos de Silvina Ocampo

  1. Michelle Perez

    Yo tambien conclui lo mismo. Pienso que las historias estan situadas in el mismo mundo por los elementos comunes y tambien los eventos comunes. Porque crees que Silvina quiere repugnar al lector? Porque alienarlo de la historia y del mundo en cual existen?

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    1. Jennifer

      Hola Michelle,
      a mi, me parece como Silvina quiere que el lector sea repugnado estrictamente para el “shock factor”, para entretenerlos. Por otro lado, es possible también que Ocampo quiere que cuestionen el cotidiano del mundo y que busquen otro ideología que la realidad que la sociedad les ofrece. Tal vez esto tiene que ver con el tema de aparencias que hemos discutido, no?

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  2. rozavlieshout

    Me gustó mucho la forma en que utilizó una cita del libro para describir cómo te sentiste al leer las historias! He experimentado los mismos sentimientos. Al final de las historias que me decidí a ser entretenido por ellos! Me gustó mucho leer acerca de las conexiones que has realizado entre las historias.

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  3. Anna

    Hola Jen – me sentía lo mismo sobre la violencia en algunos de los cuentos, específicamente en “El verdugo” y “El voz en el teléfono”. Pensé que era tan absurdo y sin duda muestra la “desviación” de los cuentos que nos deja pensando…bueno, “that was off” o como tú has dicho, que “rubbed me the wrong way”. Estoy totalmente de acuerdo que hay algunos elementos de lo cotidiano y lo casi-fantástico que se mezclan; hay algo de verdad en La furia y otros cuentos…

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