Mba’eve nda cheapurai, avaré nda cheyokoi
(Nada me apura nada me ataja)
Acabo de terminar de leer la novela y una serie de de hechos y temas me resultan evidentes; como por ejemplo, se puede afirmar que la novela es un abanico de oralidades desde distintas perspectivas, puntos de vista y cambios temporales, como el narrador en tercera persona, diálogos coloquiales y la de un narrador en primera persona que construyen la historia de Paraguay; la de los dos intentos de revoluciones fallidas debida a dos traiciones diferentes entres sí. Para luego contarnos la grotesca y absurda guerra del chaco, y luego al final de la novela, la doctora Rosa Monzón anunciaría el rumor de una probable guerra civil. Así se construye la historia de Paraguay en una espiral de inicios y finales y otra vez inicios. Las injusticias que se producen fermentan el resentimiento y el inicio de un nuevo ciclo. A propósito de esto, Miguel Vera en su diario reflexiona así:
“La fuerza de su indestructible fraternidad es su Dios. La aplastan, la rompen, la desmenuzan, pero vuelve a recomponerse de los fragmentos, cada vez más viva y pujante. Y sus ciclos se expanden en espiral. En todo Itapé, como en muchos otros pueblos, fermenta nuevamente la revuelta, en una atmósfera de desasosiego, de malestares y resentimientos.”
Los personajes en la segunda parte del libro cambian su condición de revolucionarios vencidos a ser soldados heroicos usados para la guerra como fichas de ajedrez, para luego ser dejados de lado en una guerra sin sentido, mal planeada, grotesca; es así que, Facundo medina, el zurdo diría:”No solamente vamos a luchar por los títulos y acciones de los latifundistas de este lado. También vamos a pelear y morir por los títulos y acciones de las empresas del petróleo, que están del otro lado”
Una de las características principales de la guerra es que iguala a los hombres como en un gran banquete; todos son igualados ante la proximidad de la muerte; soldados, ex guerrilleros y oficiales. Y solo los diferencia su heroicidad; sus acciones, como el caso de Crisostomo, la enfermera Salu´í y Cristobal Jara. Incluso en la guerra las ideologías se disuelven: “Ya no hay discusiones políticas. Colorados, liberales y apolíticos están en paz. Guerreristas y antiguerreristas. Todos de acuerdo, eufóricos, como si realmente hubiéramos recuperado la libertad.” La heroicidad y las muertes son absurdas porque es una guerra grotesca, es como que los personajes cumplen un papel a lo que están destinados y lo cumplen a cabalidad porque en los labios de Macario Francia: “Algo tiene que cambiar. No se puede seguir oprimiendo a un pueblo indefinidamente. El hombre es como un río, mis hijos…, decía el viejo Macario Francia. Nace y muere en otros ríos. Mal río es el que muere es un estero… El agua estancada es ponzoñosa.”
Aludiendo a la circularidad de la vida.