Peru Election 2006

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The Evo Effect

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Source: LaUltima.com
The victory of Evo Morales in Bolivia has produced diverse reactions in Peru. Does the victory of the cocalero candidate in Bolivia augur well for Ollanta Humala?
For some, Morales is quite different from Humala. Bolivia has a powerful indigenous movement, and Morales has been struggling for power for years.
Others argue that Morales’ victory is being used to scare the middle class with the prospect that Humala represents the same sort of radical change in Peru.
Still others argue that the Morales victory could cut both ways, depending on whether his ascent to power produces positive or negative effects in Bolivia over the next few months.
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Mensajes de Evo y Michelle: La influencia de las elecciones en Bolivia y Chile
Opinion del Director, August Alvarez Rodrich
Peru 21, 19 de diciembre del 2005

Los triunfos alcanzados ayer por Evo Morales y el que probablemente logrará en unas semanas Michelle Bachelet son interpretados -según el cristal con el que se mire- como espejos del resultado de la elección peruana.
Unos creen que la virtual victoria del dirigente sindical constituye la antesala de la llegada al poder de Ollanta Humala, mientras que otros prevén que el eventual éxito de la candidata de la Concertación reforzará la postulación de Lourdes Flores.
Si bien se pueden establecer algunas semejanzas entre Humala y Morales, así como entre Flores y Bachelet, hay algunas diferencias relevantes que impiden que la equivalencia sea perfecta.
Mientras Morales posee una larga trayectoria en la política boliviana, Humala es un recién llegado a la arena local. Asimismo, en Bolivia existe un movimiento indígena bien arraigado que el Perú no tiene. A su vez, Bachelete y Flores tienen en común el ser mujeres, pero la primera se ubica políticamente a la izquierda de su rival en la segunda vuelta, mientras que la candidata de UN va a estar a la derecha de cualquier otro contrincante.
Pero más allá de las diferencias, lo cierto es que hay razones -da lo mismo que sean válidas o no, pues lo que interesa es la percepción que exista- que llevarán al establecimiento de asociaciones que harán que el resultado de las elecciones chilena y boliviana influya en la peruana.
La dirección de dicho efecto, sin embargo, todavía está por verse y dependerá en gran parte de lo que ocurra en ambas naciones luego de la elección.
En Bolivia, se prevé que la elección de Morales traerá un período de alta turbulencia por las presiones sociales derivadas de la expectativa por su Presidencia, ya sea si sus promesas se concretan o no. En Chile, en cambio, el triunfo de Bachelet significaría una transición muy ordenada y sin sobresaltos.
Así, durante el período que falta para el domingo 9 de abril, las buenas noticias vendrán de Chile, las malas de Bolivia. Y entonces las semejanzas que se están haciendo ahora pueden perjudicar a Humala y beneficiar a Flores.
Evo Morales y Ollanta Humala
Nelson Manrique
Peru 21, 19 de diciembre del 2005

Los resultados de las elecciones de Bolivia dan como virtual ganador al indígena Evo Morales y lo convierten en el nuevo presidente boliviano. Aunque las cifras son contundentes y constituyen un fuerte respaldo, su triunfo no despeja todas las interrogantes que plantea el porvenir. Durante los últimos años el vecino país del Altiplano ha pasado por coyunturas críticas que han incluido la destitución de dos presidentes, como resultado de movilizaciones populares y movilizaciones autonomistas que han jaqueado al Estado central, planteando inclusive opciones separatistas. La rivalidad entre La Paz y Santa Cruz se expresó en las elecciones en las candidaturas de Evo Morales y de Jorge Quiroga, respectivamente.
Gobernar no va a ser fácil. Las burguesías de Santa Cruz y Tarija, ideológicamente neoliberales, apuestan la inserción plena de Bolivia en la globalización y están por mantener la privatización y desnacionalización de los hidrocarburos. Evo Morales, en cambio, está por nacionalizarlos y considera que el Estado debe jugar un papel protagónico en la lucha contra la pobreza que ha agravado la implementación de las reformas neoliberales. Un problema que va a tener que manejar con cautela es que, físicamente, los hidrocarburos están en el subsuelo de Tarija y Santa Cruz.
En las elecciones en Bolivia se han enfrentado los ganadores y las víctimas del modelo neoliberal, y los resultados muestran algo que la burguesía peruana recién comienza a descubrir con la candidatura de Ollanta Humala: que cuando alaba los beneficios que las reformas neoliberales han traído al país en realidad está hablando de lo bien que le ha ido a ella, pero esto no expresa la experiencia de las mayorías nacionales. De allí que una candidatura que se aparta del consenso neoliberal y rompe con la imagen de que no hay otro discurso posible haya desestabilizado el hasta hace unas semanas aburrido escenario electoral.
Aparentemente el triunfo de Evo Morales va a desatar en el Perú una campaña contra Ollanta Humala, de la que parece ser una avanzada el informe televisivo propalado la noche del domingo por el programa Panorama al presentar su candidatura como parte de un montaje armado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que incluye a Evo Morales en Bolivia; a Sendero Luminoso, al MRTA y a Humala en el Perú, y a las organizaciones guerrilleras de Colombia y el narcotráfico, concertados todos para desestabilizar la democracia en la región.
Se trata, claro está, de explotar los miedos de la clase media. Pero quienes impulsan este tipo de campañas no parecen percatarse de que la polarización hacia la que empujan al país está provocando un creciente distanciamiento entre las sensibilidades de los pequeños sectores medios y de los mayoritarios sectores populares, y que lo que asusta a aquellos no necesariamente afecta negativamente a estos. En otras palabras, que sus ataques muy probablemente consigan el mismo resultado que sus campañas anteriores: hacer crecer la candidatura de Ollanta Humala, en lugar de debilitarla.
Evo: ¿amigo o enemigo de Humala?
Columna del Director, Juan Carlos Tafur
La Primera, 16 de diciembre del 2005

Quiéralo o no, lo que eventualmente le suceda a Evo Morales en Bolivia si gana las elecciones, como todo lo hace prever, incidirá directa e indirectamente en la campaña electoral de Ollanta Humala, quien no ha negado simpatías ni afinidades con el líder campesino boliviano.
Más allá de la pretendida moderación del candidato de UPP, lo cierto es que buena parte de su electorado cree o apuesta a que su llegada al poder va a representar una inmediata –léase bien– puesta en realidad de sus seculares esperanzas y frustraciones. Igual que con Evo Morales.
Y el problema para Humala es que Morales asume el poder en enero, dos meses antes de las elecciones presidenciales en el Perú y tiempo suficiente para darse cuenta de si el discurso del maldecido indigenista boliviano es verdad o es pura fufulla (dadas las cosas, no se sabe qué es peor).
Es, en el fondo, el gran dilema de Humala en el Perú. En gran medida –aunque no determinante si nos guiamos por las encuestas–, su discurso prende por la ilusión popular de que muchas cosas van a cambiar, y radicalmente, con su eventual llegada al poder.
Faltan cuatro meses aún para las elecciones en nuestro país y existe margen, en consecuencia, para que el líder nacionalista marque claras diferencias respecto del discurso radical de su clan familiar y su trayectoria personal y, de paso, de sus acusados clones Hugo Chávez y Evo Morales, pero es innegable que el imaginario popular lo identifica con ambos.
Si Evo Morales conduce al descalabro social, geopolítico y económico de Bolivia, ello le rebotará inevitablemente a Humala. Y ese escenario no requiere de mayor plazo. Bastan 30 días para que la estabilidad de un país se vaya al tacho si quien lo gobierna toma las decisiones equivocadas.
Salvo que Humala, con la presentación esta semana de su plancha presidencial y su lista al Congreso, defina con absoluta claridad una distancia radical de la vertiente socialista, indigenista y autoritaria que su matriz parece marcarle, lo que pase en Bolivia lo va a afectar.
Y puede ser su Waterloo si, como todo lo permite suponer, nuestro vecino altiplánico se conduce al caos bajo la conducción pasadista y casi alucinógena del señor Evo Morales.

Written by Michael Ha

December 19th, 2005 at 6:30 pm

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