Scenarios for a Second Round
Mirko Lauer examines two scenarios. First, a second round between Ollanta Humala and Lourdes Flores that would polarize the race and exacerbate ethnic and class divisions along with the feeling of exclusion most people have. The polarization would be between A&B sector voters and the rest, especially given the 71% support in sector A for Flores and only 1% for Humala. Lauer predicts that Humala would win in this case. A second scenario would be a second round between Humala and Valentin Paniagua or Humala and Alan Garcia. The presence of Garcia or Paniagua, both candidates representing a centre option, would dimish the polarization and would permit democracy to remain as the central theme in the election.
In an interview with La Republica, Enrique Zileri expressed his concern with how much is unknown about Ollanta Humala. Zileri is concerned with a government led by Humala, how Humala would relate with the media, would he continue calling himself “Comandante”? For Zileri, if there were a second round between Garcia and Humala or Garcia and Flores, Garcia would win given that APRA is at the centre of the political spectrum, while Humala and Flores are at opposite ends.
Finally, Milagros Salazar explores the anger and frustration of the Peruvian voter outside Lima and the “political correctness” of Lourdes Flores in dealing with such deep resentment.
Ahora sí, la cruda
Por: Mirko Lauer
La República, 21 de marzo del 2006
“Flores debería tener claro que así logre recuperar algo de puntos en los días que faltan, su paso a la segunda vuelta sería el anuncio del triunfo de Humala”.
Esta semana por primera vez los sectores A y B se plantean en serio la posibilidad de que Ollanta Humala llegue a la presidencia de la República. Esto viene con la sospecha de que las denuncias, algunas muy serias, y los faux pas de parte de la familia no lo van a detener. El clima empieza a ponerse confrontacional.
Esto es porque la caída de Lourdes Flores en votos válidos se ha acelerado. De enero a la fecha ha perdido nueve puntos. De dos puntos por semana ha pasado a caer tres. De mantenerse este ritmo el nueve de abril la encontraría por debajo del 20%. Con lo cual Alan García solo tendría que esperar tranquilo que Humala le termine de hacer el trabajo.
En 24 horas Lourdes Flores ha pasado del cultivo de una imagen benévola a la cruzada antiautoritaria “en calles y plazas”, suerte de versión adelantada de la oposición venezolana a Hugo Chávez. Su gente ha empezado discretamente a buscar contactos con algunos de los otros candidatos, con la idea de constituir un enemigo común.
Impedir la llegada de Humala a la presidencia puede ser un factor aglutinante desde la primera vuelta. El punto es quién podría ser ese gran aglutinador, y en nombre de qué. Con la intención de voto tan a la baja y una identificación fuerte con el sector A (71%), Flores no parece la candidata ideal para el puesto.
¿Hay otro aglutinador en perspectiva o la marcha de Humala a Palacio (pronto un museo, si gana) ya es indetenible? Con Flores la segunda vuelta se volverá una polarizada competencia entre los sectores A&B y todos los demás, y la demografía se encargará del resto. Esto con o sin “calles y plazas”.
Solo con Alan García o Valentín Paniagua al frente podría una segunda vuelta que hoy pinta cada vez más clasista, etnicista y revanchista mantenerse como una pugna en que la propia democracia sea el tema central. En otras palabras, solo un candidato de centro podría modificar el desenlace de la polarización que está liquidando a Flores.
Pero esta no parece ser la idea en una derecha convencida de que es tarea cívica de los apristas inmolarse para “defender la democracia”, como en cierto modo lo han hecho a lo largo de la peripecia toledista. Quizás en algún recodo del inconciente prefieren a Humala (y la posibilidad de un nuevo Fujimori) antes que a García.
Flores debería tener claro que así logre recuperar algo de puntos en los días que faltan, su paso a la segunda vuelta sería el anuncio del triunfo de Humala. En esta lógica la gente del candidato de la olla debería promoverla, no atacarla pues es ella –por la que la masa no derechista jamás votará- la garantía de su victoria.
Enrique Zileri: “Me preocupa mensaje de Ollanta”
Por: Enrique Patriau
La República, 21 de marzo del 2006
• El director de la revista Caretas sigue la coyuntura con más preocupación que optimismo.
• La razón de su inquietud tiene un nombre: Ollanta Humala, el candidato de UPP al que no duda en calificar de autoritario.
• En las siguientes líneas Zileri fundamenta su desconfianza.
–¿Cuánto pueden influir los medios en el voto ciudadano?
–Nosotros siempre solemos creer que los medios de comunicación tienen mucho que ver con el voto, pero en ocasiones, como la de Alberto Fujimori en 1990, no influye en nada. Lo convencional es decir que sí tienen efecto, pero…
–Puede resultar contraproducente.
–Es probable. Hay un sector importante de la población que es desconfiado hacia todo, incluyendo a los medios, por supuesto.
–¿Cómo cree que se están comportando los medios en esta campaña electoral?
–García no tiene mucho apoyo en la televisión. La tendencia hasta ahora ha sido a subestimarlo. En cambio la cobertura a Ollanta ha sido mayor, aunque muy crítica, lo cual no parece hacerle daño. Ahora existen obvias simpatías en ciertos medios. Varios de ellos, importantes, están con Lourdes.
Ollanta y los medios
–De ganar las elecciones Lourdes o García, la relación que mantendrían con los medios se asume que sería en los mejores términos. Humala, en cambio, resulta una incógnita.
–A mí francamente me preocupa. En realidad, me preocupa todo su eventual gobierno. Cada quien dice una cosa diferente. Y el mismo Ollanta Humala suele soltar frases sumamente duras. Cuando empieza un nuevo gobierno se produce una suerte de presión psicológica sobre quienes tratan de manejar el caballo, y entonces uno se pregunta cómo reaccionaría aquel conjunto desordenado de personas.
–Que sentirán sobre sí la exigencia de cumplir con sus promesas electorales.
–Prometen el oro y el moro, sin mayores precisiones. Y encima son lugares comunes: justicia social, combate a la corrupción. Pero para una parte del electorado ellos tienen la fórmula mágica. Eso es complicado, porque al cabo de unos meses, cuando te das cuenta de que no hay fórmula de nada, la decepción es muy grande. Luego viene el desorden, y es ahí cuando los medios de comunicación empiezan a tener problemas.
–¿De qué tipo?
–Uno piensa que es improbable que hoy en día puedan darse medidas demasiado severas contra los medios, pero hay que ver lo que pasa en Venezuela, donde han aparecido una serie de delitos nuevos para enjuiciar a periodistas por actitudes presuntamente reñidas con la ley. Y sabemos de la evidente cercanía de Humala con Hugo Chávez. Eso es lo que preocupa.
–¿Es justificado el temor de que Humala resulte autoritario, o se trata de una advertencia sin mayor sustento?
–Hay un elemento que no se puede negar. Se trata de un candidato que insiste en llamarse “comandante”. Hay un subconsciente de mando ahí, que precisamente no es lo más democrático, ¿cierto? No se trata de condenar antes de tiempo, pero sí me parece legítimo preocuparse.
Ensalada de números
–¿Las encuestas que se difunden en diarios y noticieros orientan el voto?
–Lo que está sucediendo ahora es que hay tantas encuestas, y tan seguidas, que se ha producido una especie de ensalada de números, y ya no sé realmente si la gente cree mucho en ellas. ¿Quién pasará a la segunda vuelta? Mira, se puede esperar cualquier cosa.
–Sí parece evidente, en cambio, que Flores Nano ha perdido un poco el paso.
–¿Pero es cierto que ha bajado tanto? La verdad, no veo cuáles han sido los posibles errores que haya cometido recientemente. Y tampoco percibo las razones por las cuales pueda haber subido Humala. Además, las encuestas nacionales son muy difíciles.
Segunda vuelta
–¿Qué escenarios vislumbra en una segunda vuelta? Por ejemplo, ¿a qué candidato presidencial le podría tener más reparos Ollanta Humala?
–Obviamente que si García entra en una segunda vuelta, ya sea contra Lourdes o Humala, tiene, me parece, muchas posibilidades de ganar.
–¿Por qué?
–El Apra se ubica más al centro del espectro político nacional y puede atraer ese voto que llamaré “peor es nada” de cualquiera de los dos lados. En cambio, Unidad Nacional y los nacionalistas son los dos polos.
–¿Entonces Ollanta Humala le debería temer más a Alan García que a Lourdes Flores Nano?
–Me parece que sí. A la vez, hay clientelas que se mezclan. (García y Humala) se tratan con cierta delicadeza, bueno, al menos hasta ahora, porque a medida que se acerca el final el lenguaje se va poniendo mucho más beligerante. De eso no tengo dudas.
“Antauro es uno de los atractivos de Ollanta”
–Un elemento importante en la candidatura de Humala sin duda es su familia. ¿La figura de Antauro es indesligable de la de su hermano?
–Sin duda, uno de los atractivos de Ollanta Humala han sido los hechos de violencia protagonizados por Antauro en Andahuaylas. Hay cierta fascinación de ciertos sectores con la violencia.
–Pero los discursos de ambos se diferencian.
–Claro, Ollanta habla y parece una persona mucho más razonable que Antauro, que es un loco, que revela desequilibrio mental.
–Aun así, con esa concesión, ¿diría que el mensaje de Ollanta contiene elementos como para preocuparse?
–Es un mensaje que hay que reconocer como fascista contra los partidos tradicionales.
–¿Cómo el que usó Fujimori?
–El mismo que usó Fujimori. Y que fue el mismo de Mussolini, y el del nazismo. Se trata de una concepción fascista de la política.
–Lo ilógico hubiese sido que en esta campaña no apareciera alguien como Humala. Desde el 90, siempre han ganado los ‘outsiders’.
–Es verdad. Los ‘outsiders’ de ayer son los tradicionales de ahora. Ahí están Alberto Fujimori y Alejandro Toledo, aunque a este último hay que reconocerle que ha sido impecable desde el punto de vista del ejercicio democrático.
Cosas de la tribu. Piedras en campaña
Por Milagros Salazar, Redactora de Politica
La República, 21 de marzo del 2006
Una cosa es comprobar que en el Perú se padece de decepción crónica, y otra es que esa verdad te explote en la cara. Ver a un hombre con una piedra en la mano recriminando a gritos a una candidata para que no le hable de cómo combatir la pobreza que él vive a diario. O ver a mujeres indignadas de uno de los pueblos más pobres del país exigiendo a esa misma candidata que le quite la “mamadera” a su postulante por la reelección al Congreso (la Nº 1 en Huancavelica) para que no gaste nuestro dinero en más cirugías plásticas.
La decepción, el resentimiento y la rabia, sin duda, tienen sus matices. Resultan condenables cuando se transforman en estallidos de violencia como los ataques de los humalistas a Lourdes Flores Nano en Huancavelica. Pero pueden conmover cuando observas a pobladores de Izcuchaca expresando sin parar (con fuerza, pero sin agresiones) sus necesidades largamente postergadas. Durante la campaña de la lideresa de Unidad Nacional por Pasco, Junín y Huancavelica, fui testigo de ese Perú resquebrajado, perdido en la campaña mediática digitada desde la capital.
¿Cómo debe enfrentar un candidato esa plaza iracunda? Se lo pregunté a Lourdes Flores pocos minutos después de lo ocurrido. Y respondió, siempre sonriendo: “Con una propuesta esperanzadora e ideas claras”. Una receta políticamente correcta, doctora, pero que no convencerá a los que militan en los cuarteles del llamado antisistema, poseídos por esa desesperada decepción. Lourdes Flores, también hay que reconocerlo, convocó en su periplo a cientos de seguidores. Huancayo fue su plaza más entusiasta, pero gran parte de la sierra central aún no la reconoce como su candidata.
Hay una ruptura que se refleja hasta en hechos anecdóticos: los músicos que fueron contratados para recibirla en cada pueblo de Huancavelica con trompetas y tarolas, eran todos seguidores de Ollanta Humala. Solo se animaron a expresar su simpatía al final de la jornada, encerrados en el bus que los trasladaba de un lugar a otro. Yo, por cuestiones que no vienen al caso relatar, terminé escuchando los motivos de su preferencia. Mano dura, pedían. La historia parece conocida.