Peru Election 2006

Humberto Campodonico analyzes how the FTA has become a theme in the second round election campaign.

TLC politizado, autoritarismo y voluntad
Por Humberto Campodónico
La República, 20 de abril del 2006
Como dijo La República, el TLC con EEUU ha pasado a la segunda vuelta y se ha politizado. Abundan las declaraciones de funcionarios gubernamentales y responsables de gremios empresariales desatando una verdadera “guerra sucia” contra aquellos que no están de acuerdo con el TLC tal como ha sido negociado.
Las más representativas son las del ministro de Comercio, Alfredo Ferrero, declarando que EEUU no firmaría el TLC con Perú si Ollanta Humala ganara las elecciones y las del Presidente de ADEX, quien dijo que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, está proporcionando los fondos para una campaña contra el TLC (sin dar ninguna prueba).
Está en juego aquí la libertad de expresión pues, al parecer de los partidarios del TLC, cualquier manifestación en contrario no tiene legitimidad alguna, llegando algunos a decir que es “traición a la patria” (Jaime de Althaus).
Además, ha comenzado una campaña anti-ONG, en particular, contra CEPES, afirmando que está realizando una “campaña millonaria” contra el TLC. Sin embargo, su director, Fernando Eguren, ha afirmado y demostrado que esto no es cierto, pues solo han destinado S/. 6,000 para microprogramas de radio, los mismos que han sido difundidos voluntariamente por diversas radios en las regiones y provincias.
En verdad, la campaña millonaria proviene del gobierno, pues el Mincetur acaba de recibir la autorización del JNE para gastar US$ 894,045 (incluido IGV) en la difusión de propaganda a favor del TLC en la TV, radios y diarios. El Oficio del Mincetur del 6 de febrero dirigido a Otto Zárate, presidente del Jurado Especial de Lima, especifica que esta campaña de difusión incluye la propalación de micronoticieros e historietas populares, afirmando que el material tiene “un carácter testimonial e informativo”.
Para el gobierno esta difusión no es “política”, porque defiende el TLC. Y, ojo, lo hace con el dinero de todos los peruanos, incluyendo los que tienen una posición crítica. Pero la campaña no termina allí. Julio Luque en Día-1 (El Comercio, 17/04/2005) sostiene que las letras de las canciones que acompañan los programas de CEPES son parte de “una campaña de manipulación” y, por tanto, “no tienen autoridad moral para participar en el debate acerca de la conveniencia de firmar el TLC para el Perú”. CEPES le responde en carta fechada el 19 de abril: “los contenidos de los microprogramas no son ‘anti TLC’. Reclaman, sí, que el acuerdo con EEUU sea ventajoso también para pequeños agricultores y campesinos, que conforman la abrumadora mayoría de productores agrarios. Cualquier persona puede escuchar los microprogramas en la dirección www.cepes.org.pe, y podrá discernir directamente la naturaleza y significación de sus contenidos. Tal vez las letras de las canciones que acompañan alguno de los microprogramas no hayan sido las más apropiadas. Pero es manipulación inducir a los lectores que estas letras constituyen lo central de los mensajes difundidos, como hace usted con su columna”.
Queda claro, entonces, que se están buscando pretextos para excluir del debate a los que no son pro-TLC, lo que muestra una voluntad autoritaria, intolerante y arrogante.
Dicho esto, hay que diferenciar la “politización politiquera” del debate, de la discusión eminentemente política (en el mejor sentido del término) de los contenidos del TLC que ha firmado el gobierno. Como dice otra vez CEPES, “el TLC es esencialmente un tema político, pues tiene que ver con asuntos tan cruciales como modelos de desarrollo, soberanía del Estado, estrategias geopolíticas y la determinación de qué sectores sociales son los que ganarán y cuáles corren el riesgo de resultar perjudicados”. Ese es el verdadero debate que quiere la población. Ahora, y no después de la segunda vuelta para que -de espaldas al país entre gallos y medianoche- los autoritarios lo lleven al voto en este Congreso que no tiene autoridad moral y ya está de salida.