Peru Election 2006

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Interviews with Héctor Vargas Haya

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Entrevista a Héctor Vargas Haya: ‘García debió renunciar a prescripción de delitos’
Por: Víctor Calderón
Peru 21, 23 de mayo del 2006

Vargas Haya considera que durante el gobierno aprista hubo mucha corrupción. (Foto: Sulsba Yépez)
Como diputado, Héctor Vargas Haya presidió varias comisiones investigadoras y firmó denuncias contra Remigio Morales Bermúdez y otros compañeros de partido. Hoy nos cuenta por qué se fue del Partido Aprista y por qué sí aceptaría trabajar con Ollanta Humala.
– Ollanta Humala ha planteado la posibilidad de que usted se convierta en el zar anticorrupción si él llega al poder.
– Sí, lo he escuchado anoche. Yo lo considero una distinción, pero no hay ningún compromiso entre él y yo. Hace unos 8 o 10 días tuvo la gentileza de llamarme personalmente por teléfono. Me pidió que conversáramos unos minutos. Ahí lo conocí. Yo no tengo por qué negarme.
– ¿Su ex militancia aprista no sería un obstáculo para trabajar con Humala?
– Yo no he dejado la ideología aprista, pero como institución partidaria me he apartado. Renuncié en el año 2000 porque ya me era imposible seguir allí. No se podía hablar de moral. Era una cosa prohibida.
– ¿Las leyes se convierten en trabas?
– No se puede luchar contra la corrupción con privilegios legales. No se puede luchar cuando a los políticos que se enriquecen en la función pública les entregan un bote salvavidas, que son las prescripciones, que deben ser eliminadas del Código Penal. Todo eso lo propusimos en el régimen del 85 al 90 y no prosperó.
– ¿Fue la falta de apoyo lo que lo motivó a renunciar?
– Por supuesto. Mi primera protesta fue renunciar a la fórmula parlamentaria. Yo presidía la lista para Lima. Seguí en el partido en forma activa hasta el 98-99, pero poco a poco se me iba aislando, hasta el extremo de impedirme el ingreso al local del partido, solo por haber propuesto una catarsis moral dentro del mismo. En ese entonces, Alan García estaba fuera del país.
– ¿Alan García estaba enmarcado dentro de eso, contra lo que luchaba?
– Por supuesto. No podemos soslayar el hecho de que fuera presidente de la República. Ahí había dos aspectos: el desastre económico, político, social y gubernamental, que pudo haber sido analizado y, quién sabe, disculpado. El otro aspecto era el moral. Durante el régimen del 85 al 90 hubo mucha corrupción.
– ¿Cómo cuál?
– Uno de los casos más escandalosos fue el dólar MUC. Con eso se acabaron las reservas monetarias en el BCR y fue utilizado para favores políticos. Muchas personas y empresarios que hoy se rasgan las vestiduras han sido beneficiarios del dólar MUC, que fue utilizado para exportaciones fraudulentas. En esa época yo denuncié los fraudes con el dólar MUC y el Certex, que se hacía a través de Importaciones Carolina, de un tal Rosemberg.
– ¿Cómo se hacía ese fraude?
– Se permitía en ese régimen exportar contenedores llenos de piedras, de arena, de trapos, de basura, para justificar una exportación y cobrar Certex con dólares que adquiría bajo el pretexto de comprar materia prima. Otra acusación constitucional fue el famoso escándalo de los barcos Mantaro y Pachitea, que significó una defraudación de 73 millones de dólares. La aprobó la Cámara de Diputados y no prosperó en el Senado. Funcionaron, más bien, los conciliábulos.
– ¿Qué otros casos recuerda?
– No se pudo hacer nada contra los ex ministros de Hacienda del gobierno anterior, en el caso Bancoper, donde se defraudó al país por 30 millones de dólares, so pretexto de un reflotamiento del banco, que no se hizo. Después, el contrabando de medicinas y artículos alimenticios. Los contrabandistas caminaban campantes. Presentamos un proyecto de ley de moral pública, en el que, entre otras cosas, se eliminaba el derecho a la prescripción para delitos en agravio del Estado. Ahora no se toca a los que se enriquecen ilícitamente. El Perú no es un país pobre. Es un país rico, pero empobrecido por la corrupción.
– ¿García se enriqueció ilícitamente?
– Mire usted, como él mismo dijo una vez, quien no la debe no la teme. Él fue objeto de acusaciones constitucionales por enriquecimiento ilícito, por las adquisiciones que tiene en Lima y en París. Los signos exteriores se miden hasta por la forma de vivir. Todo funcionario, jefe de Estado, parlamentario, está en la obligación de demostrar transparencia en forma cristalina. Él fue el que inauguró la prescripción por esos delitos. No sé si será rico o pobre, pero tiene acusaciones. Su deber era renunciar al derecho de la prescripción establecido en el Código Penal. Yo lo hubiera hecho, porque eso es peligrosísimo.
– ¿En qué sentido?
– Van a pasar dos años más y en cualquier momento van a prescribir los delitos de Fujimori. Va a venir y se va a acoger a eso. Esto es una cadena. Están haciendo cola los corruptos para hacer prescribir sus acciones judiciales.
– ¿Qué gobierno fue más corrupto?
– A mí no me gusta hacer comparaciones. En materia de conducta, nadie es más honrado que otro ni más corrupto que otro. La corrupción es una sola cosa. El hombre no es más ni menos honrado; simplemente, es honrado. La tecnología de las comunicaciones nos permite ahora conocer hasta lo mínimo.
– ¿Usted se enfrentó a su partido por el caso Remigio Morales Bermúdez?
– Claro que sí. Fue el caso de la carne podrida, de los alimentos podridos que fueron echados al mar. Ahí están las acusaciones. Nosotros formulamos una denuncia. En esa época se formó una comisión investigadora que la presidió el diputado aprista Enrique Wong Pujada. Esa comisión lo denunció constitucionalmente.
– ¿Y qué pasó?
– Hay que preguntarle al señor Luis Alva Castro, que fue presidente de la Cámara de Diputados en esa época. Cuando ese informe iba a ser presentado, en 1987, me parece, Alva Castro nos reunió en su despacho para decirnos que ese asunto no sería tratado ese día sino dejado para más adelante. Fue diferido definitivamente. Nunca más se vio. Ese día, Wong Pujada, médico, lloró en el despacho de Alva. Dijo, entre otras cosas, que había ingresado al partido para hacer la gran transformación, la gran reivindicación. No creyó nunca que se presionara para que su investigación pasara al archivo.
– ¿Cómo reaccionó usted?
– Ahí es donde yo empecé a decepcionarme, a deprimirme. Fue por eso que en 1990 renuncié a participar en las elecciones. No me sentía con derecho de ir a pedir votos de nuevo, después del gran fracaso del gobierno aprista.
– ¿Algo ha cambiado en el partido desde el 90 a la fecha?
– Yo no puedo leer la mente de las personas pero, por las últimas actitudes que he visto, yo creo que no ha cambiado. Al contrario, en los últimos congresos se ha puesto en marcha la política del borrón y cuenta nueva, instaurada en 1956 con el gobierno de Manuel Prado. Alan ha pedido dejar el pasado para los historiadores, ¿qué es esto? La hoja de vida de los políticos consiste en eso.
– Usted ha señalado que ideológicamente sigue ligado al partido.
– Al partido no. Una cosa es el aprismo y otra el partido. Yo soy aprista desde los 10 años de edad. El aprismo ahora solo existe como ideología. El Partido Aprista ya no existe. Esta agrupación actual no es el reflejo del aprismo verdadero.
– ¿Del Apra de Haya de la Torre?
– Por supuesto. No lo es, pues. Haya de la Torre decía: Estamos siempre fuertes porque siempre estuvimos limpios. Cuando la limpieza ya no existe, deja de existir el partido. El aula magna, que era un santuario de cultura, de educación, de coloquios, ha desaparecido. Hoy día ha sido reemplazada por una discoteca para bailar reggaetón o salsa. Si Haya se levantara de su tumba, se moriría de nuevo y volvería a sepultarse.
Héctor Vargas Haya: “¡Haya se volvería a morir!”
Por Lenka Zàjec
La Republica, 23 de mayo del 2006
• Ex dirigente y cinco veces diputado por el Partido Aprista, fue presidente de la Cámara de Diputados en 1989 y renunció a su grupo político, en el cual militó desde los 13 años, luego de denunciar la corrupción de la que fue testigo
• Aceptaría ser el zar anticorrupción de Humala.
– ¿Aceptaría el cargo de ‘zar anticorrupción’ que le ofrece Ollanta Humala?
– Sí, por supuesto, es un reto para mí. Como es un tema del que me ocupo todo el tiempo no podría negarme.
– ¿Por qué renunció al Partido Aprista recién en el 2000?
– Renuncio desencantado porque era imposible realizar la catarsis moral que propusimos en el seno del partido. A partir del desastre político, económico, social y moral que se produjo en el quinquenio (85-90) que consideramos la oportunidad desperdiciada por el Partido Aprista…
– ¿Qué casos de corrupción denunció usted durante el gobierno aprista?
– Muchos casos en realidad, pero uno de los más sonados casos de corrupción fue el de los famosos dólares MUC, que sirvió para alentar el contrabando, la defraudación de la renta de aduana y para que mucha gente forje riquezas, porque no benefició a los pobres.
– ¿Usted como diputado habló con Alan García o le propuso eliminar el sistema del dólar MUC?
– Presentamos proyectos de reforma tanto de la Constitución como en forma legal y penal con el objeto de instalar en el país un sistema anticorrupción, no solamente contra el dólar MUC sino contra otros casos más…
– Durante la gestión de Remigio Morales como ministro de Agricultura estalló el escándalo por la entrega de carne argentina en mal estado. Usted dirigió la comisión investigadora, ¿qué pasó con su informe?
– No llegó a nada porque una notificación proveniente de Palacio de Gobierno, y que fue transmitida entonces por el presidente Luis Alva Castro, señalaba que la acusación constitucional contra dicho ministro, que debía verse en esa tarde, fuese diferida por unos días. Pero nunca más se volvió a ver y se archivó. Esto motivó que el diputado aprista Javier Wong llorara de la impotencia.
– ¿Y Luis Alva Castro se prestó para ello? Él presidía la Cámara de Diputados
– Bueno, él solo transmitió un pedido que formuló Alan García que entonces era el presidente de la República… y, pues, la mayoría manda.
– En 1986 Ud. presidió una comisión que investigó un préstamo indebido de U$S 30 millones del BN y del BCR al Bancoper. ¿Qué pasó? ¿Por qué el caso quedó en nada?
– El préstamo se hizo en el gobierno de Fernando Belaunde, pero fue denunciado durante el gobierno de García. Efectivamente se probó que los 30 millones de dólares que prestaron el BN y el BCR no sirvieron para reflotar Bancoper, sino para pagar a acreedores amigos de los propietarios. De modo que nunca se reflotó el banco ni se devolvió el dinero y los altos mandos apristas impidieron que se sancione el hecho
– ¿Y por qué siguió en la bancada aprista y no renunció?
– Declaré públicamente que estaba decepcionado y que si no fuera porque la Constitución me lo impedía hubiese renunciado
– Usted fue uno de los que impulsaron la ley para eliminar privilegios como la prescripción de los delitos penales, pero tampoco prosperó…
– Cuando fundamenté y luché por ese proyecto –y por cierto me acompañaron muchos compañeros apristas– me informé de que los altos mandos del partido dijeron que mi propuesta era una locura y que yo estaba trastornado. Usted comprenderá que en un partido organizado siempre hay consignas y ese proyecto fue imposible aprobarlo, lo mismo que la ley de partidos políticos.
– ¿La desidia fue solo del Apra?
– Del 85’ al 90’, el gobierno aprista podía legislar por sí solo, porque tenían 107 diputados. En el Senado también teníamos mayoría, pero no quisieron hacer nada.
– ¿Cómo resumiría el gobierno de García?
– Que se cumple lo del borrón y cuenta nueva. Cuando en el Senado llegaban los procesos como acusaciones constitucionales, la bancada aprista se retiraba para dejarnos sin quórum. De eso puede dar fe la congresista Judith de la Mata, quien se lamentaba conmigo. El resultado de mi lucha fue que no me dejaron entrar más al Partido del Pueblo y hasta me pusieron matones para impedirlo.
“He puesto mis condiciones”
– Usted critica a García pero el entorno de Humala tampoco es muy santo…
– No soy miembro de UPP y no conozco a Humala, pero siendo una persona que investigó tantos años la corrupción, aceptaría el cargo que me ofrece siempre que acepte mis condiciones.
– ¿Como cuáles?…
– Autonomía completa, ciento por ciento un compromiso democrático, respeto a las libertades e instituciones públicas.
– ¿Ud no trabajaría para un gobierno autoritario?
– No, estoy de acuerdo con que haya un gobierno con autoridad, no autoritario. Hablé con Humala porque me llamó y no me niego con nadie.
– ¿Y si lo llamaba García?
– Si me lo pedía hubiera conversado con él, pero nunca quiso conversar sobre estos asuntos conmigo. Si él pide que nadie se ocupe del pasado y que ese trabajo se lo deje a los historiadores entonces qué le puedo decir.
– ¿Qué siente ahora que Alan García según las encuestas está a punto de ganar las elecciones?
– A mí no me mortifica porque comprendo que es la realidad política del país. Estoy seguro de que si no se hubieran emprendido las acciones penales contra Fujimori, él estaría en este momento en la segunda vuelta también.
– ¿Se ha dado una vueltita por la Casa del Pueblo?
– No, y si viviera Víctor Raúl Haya de la Torre volvería a morirse de ver que han convertido el Aula Magna en una discoteca donde se baila reggaetón.

Written by Michael Ha

May 23rd, 2006 at 6:50 am

Posted in Interviews

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