Peru Election 2006

The archived version

UPDATED: Incidentes en la juramentación de congresistas

with 2 comments

incidentes.jpg
Source: La Primera, 26 de julio del 2006
Con muchos problemas, apelaciones a todo tipo de lemas y repeticiones al momento en que los congresistas prestaron juramento se realizó la ceremonia de juramentación de los parlamentarios para el periodo 2006-2011, destacando en esto los partidarios de UPP y sobretodo, los fujimoristas. El congresista Miró Ruiz Delgado (UPP) le dijo tránsfuga a Torres Caro y se retiró sin juraramentar, y Martha Acosta, tambièn de UPP, faltó a la sesión por su negativa a jurar ante el presidente de la Junta Preparatoria.


Filosofemas: Instalación del Congreso
Francisco Miró Quesada Cantuarias, filósofo
El Comercio, 29 de julio del 2006

Se temía que en la instalación del nuevo Congreso sucediesen incidentes bochornosos. Los gritos y desafíos de dos congresistas cocaleras en el debate por el TLC y el malvado puñetazo en los anteojos de uno de los guardias internos del Parlamento habían despertado el justo temor de que algo parecido pudiese suceder en la ceremonia de instalación.
Además, los nacionalistas habían dicho, a voz en cuello, que jamás pronunciarían el juramento exigido por la Constitución mirando cara a cara a Carlos Torres Caro. Felizmente, nada de esto sucedió. La instalación transcurrió dentro de la normalidad.
Sin embargo, hubo sorpresas, algunas de ellas bastante cómicas. Por ejemplo, muchos nuevos parlamentarios no juraron por Dios y por la Patria, sino por su partido o por el jefe de su partido. Este juramento no era válido. Y Torres Caro tenía que exigirles que jurasen de nuevo. Pero era la primera vez que tenía que desempeñarse y no sabía cómo hacerlo. Felizmente, a su lado estaba Martha Hildebrandt, la gran lingüista que ha dado tantos aportes a la cultura nacional. Y ella, que ha sido congresista, sí que sabía. Entonces, decía: “juramento inválido”, que repetía Torres Caro. Y el nuevo congresista tenía que jurar de nuevo. Con frecuencia volvía a juramentar mal, por casualidad o a propósito. Pero impertérrito, Torres Caro decía: “juramento inválido”. Hasta que, expresando fastidio en el rostro, el parlamentario juraba como se debía.
Otro detalle interesante es que algunas nuevas congresistas juraban en quechua. El quechua es aceptado como lengua oficial en las regiones en que la población habla quechua como Cusco, Ayacucho y otros departamentos, pero no en Lima. Según la Constitución, la juramentación debe hacerse en castellano. De manera que Torres Caro, ya más afianzado, tenía que decir “juramento inválido”. Y la que había juramentado en quechua tenía que volver a hacerlo en español. Es interesante observar que quienes juraban en quechua eran mujeres. Pero todas sabían bien nuestra lengua oficial.
Debido a los incidentes relatados, la ceremonia de la juramentación duró muchas horas y, al final, Martha estaba que ya no podía más. Pero como mujer responsable, y de buena raza alemana, aguantó sin sentarse ni siquiera una sola vez.
Luego, en un reportaje que le hizo “Prensa Libre”, dijo cosas cada cual más interesante que la otra. Una de ellas, que consideramos de la mayor importancia, fue su referencia a la puntualidad. Los actuales parlamentarios nunca se han distinguido por su puntualidad. Se citaba a una hora, por la mañana digamos, a las, 9 a.m., los primeros comenzaban a llegar a las 9:30 a.m., y la mayoría llegaba a las 10:00 a.m. o después.
Tenemos que dar, ante el país, un ejemplo. No olvidemos que el Parlamento es el primer poder del Estado. Si comenzamos por ser impuntuales, los ciudadanos van a pensar: tenemos más de lo mismo. Pero estoy convencido de que la gran mayoría de los representantes elegidos está decidida a que el país cambie y que supere los vicios del pasado. Si se cita a las 9 a.m., todos tenemos que estar a esa hora. Y lo mismo debe suceder con las sanciones. En el Congreso saliente, ha habido casos bochornosos de actos delictivos. Por supuesto, quienes los habían cometido eran sancionados. Pero nunca se cumplieron las sanciones. Esto debe cambiar definitivamente. Los peruanos así lo esperan.
Congresistas se olvidaron de “Dios y la Patria” y llevaron su propio juramento
La República, 26 de julio del 2006. Por Marco Sánchez.

PRIMER ESPECTÁCULO
• 118 de 120 legisladores, al momento de jurar, invocaron al nacionalismo, a Haya de la Torre, a sus pueblos, a los que no tienen agua y a la “clase cocalera”
• Los de la bancada UPP-PNP aludieron al “transfuguismo traidor” y provocaron incidentes menores.
Por la memoria de Haya de la Torre y el Amauta Mariátegui, contra los tránsfugas, por los coca-leros, el nacionalismo… Todos los motivos fueron invocados al jurar 118 de los flamantes 120 congresistas.
Para demostrar que se trataba de un festival de juramentos más que un acto de protocolo, más de un nuevo legislador ape-ló a todo tipo de lemas para llamar la atención.
El “por Dios y por la patria” fue adornado con frases de todo tipo, pasando por alto el acuerdo entre los voceros en la Junta Preparatoria y el reglamento que se había establecido.
Según éste, los parlamentarios entrantes jurarían solo por Dios, la patria, sus regiones y la memoria de líderes históricos.
Cuando a las 10.25 de la mañana Martha Hildebrandt tomó juramento al presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres Caro, nada hacía presagiar el posterior espectáculo, que hizo repetir a muchos legisladores una y hasta dos veces el juramento.
Contra tránsfugas
El primero en romper el acuerdo y provocar el desorden fue Werner Cabrera Campos, de la alianza UPP-Partido Nacionalista.
Juró “por Dios, por la patria y por un Congreso sin tránsfugas” en clara alusión a Torres Caro.
El legislador más votado del partido con mayor representación, consultó con Martha Hildebrandt y Luciana León, sus congresistas secretarios de la Junta, antes de ordenar un nuevo juramento.
Mientras la bancada aprista gritaba ¡Que no jure!, Cabrera tuvo que repetir el acto.
Parecía que varios legisladores del Partido Nacionalista se habían puesto de acuerdo para enrostrarle a Torres Caro su “traición” de dejar a Ollanta Humala.
Ubicados en el extremo izquierdo del hemiciclo, repitieron la fórmula más de una vez.
Janet Cajahuanca Rosales, representante por Huánuco, pretendió jurar “por los cocaleros y contra los que traicionaron la voluntad del pueblo”, pero Torres Caro tampoco validó el juramento.
Los rebeldes
Miro Ruiz Delgado, legislador de UPP por Huancavelica, lo hizo “por Dios, por la patria y mis principios y contra el transfuguismo traidor”, mirando fijamente al titular de la Junta. Al ser invocado para que repita el juramento, simplemente se retiró del hemiciclo.
Ruiz y Martha Acosta fueron los únicos en no juramentar. La segunda, también de UPP, faltó a la sesión aduciendo su negativa a jurar ante Torres Caro.
Pero si los nacionalistas tomaron este camino, los apristas cumplieron con honrar la memoria de su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre.
La virtual presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas, fue largamente ovacionada, igual que Mauricio Mulder, César Zumaeta y Javier Valle Riestra.
El ex premier de Alberto Fujimori repitió con una mano en el bolsillo, luchar por retomar la Constitución de 1979. Justo, frente a la mirada impávida de Martha Hildebrandt, representante del ex presidente.
Julio Herrera Pumayauli, sindicalista invitado en la lista parlamentaria aprista, juró “por los que no tienen agua”, pero también ese juramento fue invalidado.
Las quechuas
Tres legisladoras de UPP insistieron en jurar en quechua, ante la aparente sorpresa de la Junta.
La primera fue Margarita Sucari Cari de Puno, quien lo hizo íntegramente en su lengua materna.
La segunda provocó un mayor tumulto. María Sumire de Conde, legisladora por Cusco, improvisó un monólogo en quechua, por dos veces. Cuando se le pidió volver a hacerlo pues –según la traducción– había invocado razones no permitidas en el reglamento, se retiró a su escaño.
Sumire fue invitada a jurar por tercera vez antes de concluir la sesión. “No quise ofender a nadie, pero no pueden prohibirme jurar en mi lengua”, dijo luego.
Hilaria Supa también juró en quechua. Lo hizo dirigiéndose al pleno con las manos levantadas.
Los fujitercos
Para cerrar el espectáculo, los legisladores de Alianza por el Futuro juraron por su líder detenido en Chile. Primero Martha Moyano mencionó a Alberto Fujimori y tuvo que repetir el juramento. Carlos Raffo fue más audaz y juró “por el retorno del presidente Fujimori”.
La Junta no aceptó la invocación y el publicista repitió en la segunda vez el nombre del ex mandatario. La tercera vez hizo lo mismo y se le aceptó.
A la 1.30 de la tarde y después de tres horas y media de sesión, concluyó el primer capítulo del nuevo Congreso 2006-2001, marcado por el protagonismo personal y la anécdota simple.
“No hubo discriminación”
El titular de la Junta Preparatoria Carlos Torres Caro negó discriminación contra los congresistas quechuas como denunció Yonhy Lescano (AP). Se acató la voluntad de quienes quisieron hacerlo en quechua o aymara, dijo.
Los cinco parlamentarios andinos jurarán en una sesión especial del Congreso cuya fecha todavía no está definida, pues aún no están vigentes los cambios al reglamento para esta ceremonia. Ellos no tendrán voz y voto en el Parlamento.
A las 10 de la mañana de hoy se elegirá a la Junta Directiva del Congreso para el período 2006-2007. La única lista inscrita la preside Mercedes Cabanillas y la integran José Vega (UPP), Fabiola Morales (UN) y Luisa Cuculiza (Alianza por el Futuro).
Datos
COCALERA. Nancy Obregón (UPP) juró “por la clase cocalera” con el puño en alto, pero el juramento no fue aceptado. La segunda vez solo mencionó a la región San Martín.
OVACIONADO. Michael Urtecho (UN) fue largamente aplaudido por el pleno. Para juramentar al legislador en silla de ruedas la Junta bajó al llano del hemiciclo.
PROCESADOS. José Luna Gálvez (UN) y Rolando Reátegui (AF) juraron, pero no podrán ejercer aún por tener procesos judiciales.
Sí juro con yapa en el hemiciclo
Crónica 4 EL JURAMENTO DEL CONGRESO
El Comercio, 26 de julio del 2006. Por Renato Cisneros.

Sin incidentes que lamentar, pero con los excesos de figuración de siempre, se realizó ayer la juramentación para el período 2006-2011
Cuando dejó su escaño para caminar despacito rumbo al estrado, el huancavelicano Miro Ruiz ya había decidido cómo perpetrar su desplante. Llevando sobre los hombros una lanuda estola multicolor que obligó a las cámaras a poncharlo, el congresista electo de UPP se paró frente a Carlos Torres Caro, levantó la mano derecha y, en lugar de ajustarse al protocolo que el reglamento ordena, vociferó en el micrófono una línea desafiante: “Por Dios, por la patria, por mis principios y en contra del transfuguismo traidor, sí, juro”.
La soflama –toda una provocación contra el nervioso ex UPP Torres Caro– recibió inmediatos abucheos de las galerías, que descalificaron así el intencional desvío del humalista. Cuando fue invitado a rectificar su juramento, Ruiz prefirió ahorrarse la abdicación y les dio la espalda a los miembros de la Junta Preparatoria antes de retirarse, muy campante, de vuelta a su bancada.
Después de tantos días de absurda campaña de intriga, a esa insignificante y tristísima intervención se redujo el muy promocionado complot de los upepistas contra Torres Caro. Es cierto que otros dos legisladores de las filas humalistas (Werner Cabrera y Yaneth Cajahuanca) hicieron alusiones parecidas en sus juramentos, pero ambos se corrigieron sin aspavientos cuando así se les solicitó. Para alivio de Torres Caro ninguno de los otros 41 congresistas de UPP pisó ayer el tentador palito del sabotaje.
¿ME LO JURAS?
Sin embargo, esos tres juramentos estuvieron lejísimos de ser lo más memorable de la expectante sesión (que arrancó a las 10:25 a.m. y concluyó tres horas después). Más sorprendente fue, por ejemplo, que de los 115 parlamentarios que desfilaron ante los integrantes de la Junta Preparatoria poquísimos (de hecho, menos de diez) se contentaran con modular la escueta y tradicional fórmula del “sí, juro”. Gaby Pérez del Solar (UN), Güido Lombardi (UN), Rolando Sousa (AF) y José Vega (UPP), entre otros, estuvieron en ese reducido bloque.
Los apristas, en cambio, invocaron, sistemática y disciplinadamente, la memoria de su guía máximo, Víctor Raúl Haya de la Torre. Los únicos ‘compañeros’ que escaparon a ese formato fueron Luis Giampietri, Carmen Mendoza del Solar, Luciana León y el interminable Javier Valle Riestra, quien –en una inolvidable interpretación de sí mismo– cerró su juramento con una invocación atropellada, fiel a su estilo, de la Constitución de 1979. Nadie lo entendió, pero todos lo aplaudieron. Solo Mercedes Cabanillas y el casi primer ministro Jorge del Castillo recibieron una ovación igual de estruendosa.
Los fujimoristas no desaprovecharon la oportunidad de nombrar a su inspirador y remoto líder. Si bien no en boca ni de Keiko ni de Santiago Fujimori, ni de la controlada Luisa María Cuculiza, sí gracias a María Elena Moyano y sobre todo al robusto y cantarín Carlos Raffo, quien alcanzó a imponer su polémico estribillo (“por Dios, por la patria y por el fujimorismo”) a la dispar opinión de los sorprendidos miembros de la Junta Preparatoria.
LOS SUAVECITOS
Extrañamente, los legisladores de los que se esperaba más escándalo y bochinche estuvieron sumamente pacíficos. La dirigente cocalera Nancy Obregón (UPP), por ejemplo, juró con el puño izquierdo en alto, pero no largó ninguna pulla dolosa; el también upepista Francisco Escudero (quien hace unos días se atrincherara en un despacho congresal) pasó desapercibido; y el tantas veces saltón Daniel Abugattas ayer traslució todo el pacifismo que no le conocíamos: juró sin pregones innecesarios y hasta saludó (con sobreactuada cordialidad) a Martha Hildebrandt, Luciana León y Torres Caro. Bien por él.
El último episodio pintoresco de la tarde lo protagonizaron las cusqueñas María Sumire de Conde e Hilaria Supa Huamán, ambas de UPP, quienes juraron en quechua. La necesaria traducción de sus alocuciones puso en evidencia una cierta desorganización.
Aunque no fue una ceremonia digna de los nuevos vientos de compostura que ya deberían estar soplando en el Congreso, la sesión de juramentación de ayer tuvo un clima menos patético y accidentado que las del pasado reciente. Pese a eso, el país aguarda mayores pruebas de decencia de parte de estos nuevos padres de la patria. Que sepamos, el festín de los otorongos ya finalizó hace rato y está claro que nadie toleraría una segunda parte.
Con incidentes inició su labor el nuevo Congreso
Perú 21, 26 de julio del 2006. Por: Patricia Quispe V.

– Torres Caro no midió con la misma vara a todas las bancadas. Su actitud alentó el desorden.
– Parlamentario de UPP Miro Ruiz se negó a jurar. Lo hará ante la presidencia del Congreso.
Pudo haber sido peor. En esta ocasión, no hubo silbatinas ni gestos obscenos, pero sí algunas actitudes circenses, propias del anterior Congreso. Tampoco quien jurara ‘por Dios y por la plata’, ni quien lanzara monedas a sus colegas. Sin embargo, la juramentación de los congresistas electos para el periodo 2006-2011 fue deslucida, no tuvo la solemnidad deseada y -tal vez lo más lamentable- puso en evidencia que no son pocos los legisladores dispuestos a hacer cualquier cosa para disfrutar de sus quince minutos de fama.
Si alguien contribuyó con este desorden fue el presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres Caro. Sus concesiones a los apristas contrastaron con la inflexibilidad con la que trató a los de Unión Por el Perú, a quienes no dudó en pasarles factura por las críticas a su renuncia a ese partido. “Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley”, pareció ser la consigna de Torres, cuya intolerancia e ineptitud determinaron que casi una veintena de parlamentarios repitiera la fórmula de juramentación dos, tres y hasta cuatro veces, como fue el caso de María Sumire, y que se prolongara la sesión por tres horas.
CUESTIÓN DE GUSTOS. En esta tarea contó con el aval de Martha Hildebrandt. Bajo criterios arbitrarios que carecían de respaldo reglamentario, ambos les permitieron a los apristas jurar por Haya de la Torre, por la justicia social, y sus respectivos departamentos. Incluso le permitió a Javier Valle Riestra que jurara invocando un artículo de la derogada Constitución de 1979.
No ocurrió lo mismo cuando legisladores de otras tiendas eligieron hacerlo por el nacionalismo, las comunidades campesinas, el agua, sus familias, el fujimorismo o la descentralización.
Matizando estas incongruencias, juraron en quechua Juana Huancahuari, Cleofé Sumire e Hilaria Supa, quien a los principios éticos incaicos: ama sua (no robes), ama llulla (no mientas) y ama quella (no seas ocioso), les agregó el ama llunqo (no seas corrupto).
Otros como David Waisman, Oswaldo Luizar, Susana Vilca o Isaac Mekler pidieron prescindir del crucifijo y de la Biblia católica. Mekler, por ejemplo, juró ante una Biblia escrita en hebreo.
Puños en alto distinguieron la juramentación de Nancy Obregón y de Juana Huancahuari; brazos extendidos a Supa y a Sumire, y una ‘barra portátil’ a los apristas. En medio de este barullo, Unidad Nacional y Alianza Parlamentaria mantuvieron una conducta sobria.
MAL PRESAGIO. Finalmente, 118 de los 120 parlamentarios se incorporaron oficialmente al Congreso, incluyendo a José Luna (UN) y a Rolando Reátegui (AF), que tienen procesos judiciales pendientes, y a la recientemente sentenciada upepista Rocío Gonzales. “Por decisión personal y convicción moral”, según dijo, Martha Acosta (UPP), se negó a jurar ante Torres Caro. Tampoco lo hizo el huancavelicano Miro Ruiz pues, al no permitírsele jurar “contra el transfuguismo”, abandonó el hemiciclo. El berrinche le duró poco, pues Álvaro Gutiérrez, portavoz de su grupo, lo llevó de regreso a su escaño. Así concluyó la jornada y, salvo honrosas excepciones, hay razones para temer que podría cumplirse el nefasto vaticinio de que, antes de lo pensado, muchos extrañarían al Parlamento anterior. ¿Será eso posible?
Le llueven críticas a Carlos Torres Caro por juramentación
Perú 21, 26 de julio del 2006

– Congresistas de Unión Por el Perú dicen que fue más allá de sus atribuciones.
– Bruce advierte que este Congreso hace méritos para que se aplauda su cierre”.
Apenas concluyó la ceremonia de juramentación de los nuevos congresistas, las críticas se centraron en el presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres Caro, por los incidentes que deslucieron el normal desarrollo de la misma. Las críticas más agudas llegaron desde la Célula Parlamentaria Aprista (CPA).
Mauricio Mulder, secretario general del partido de la estrella, consideró que, en el momento de la juramentación, Torres Caro se tomó atribuciones que deslucieron el acto. Agregó que ello fue responsabilidad exclusiva de quien dirigía la sesión y no de las damas que lo acompañaban en la directiva de la Junta Preparatoria.
El presidente de la CPA, Javier Velásquez Quesquén, dijo que hubo un exceso de formalismo por parte del titular de la directiva, que conspiró contra el adecuado proceso de juramentación.
UPP LO CUADRA. La congresista de Unión Por el Perú (UPP) Juana Huancahuari Páucar también criticó a Torres Caro y a su junta directiva porque -según sostiene- se extralimitó y fue más allá de sus atribuciones al obligarla a retirar de su juramento su compromiso con las comunidades campesinas.
“Es una discriminación premeditada que se permita evocar la memoria de Haya de La Torre y no suceda lo mismo con Túpac Amaru o Micaela Bastidas”, refirió María Sumire, a quien se le obligó a jurar también en castellano, cuando su lengua original es el quechua.
Su colega de bancada Miro Ruiz Delgado, quien se negó a jurar, indicó que había cumplido con sus principios contra el “transfuguismo traidor”. “Esa va a ser nuestra forma de actuar cada vez que se salgan de las normas y de las reglas”, enfatizó.
De Perú Posible también le cayó munición. Carlos Bruce advirtió que el nuevo Congreso, con las inconductas de algunos de sus representantes, “está haciendo méritos” para que la gente “aplauda de pie” su cierre.
Consideró, en ese sentido, que si dichas inconductas de los congresistas no son abordadas como primer punto de agenda de la nueva Mesa Directiva del Parlamento, “estamos pegándonos un disparo en la cabeza y nos estaríamos suicidando”.
También el líder de Renovación y virtual ministro de la Producción, Rafael Rey, sostuvo que, lamentablemente, la sesión se había complicado innecesariamente con formalidades que pudieron haberse evitado. “Espero, sinceramente, que no sea un adelanto de lo que será el nuevo Congreso. Creo que se debió ser un poco más flexible”, puntualizó.
Por su parte, el coordinador de la bancada de Unión Por el Perú (UPP), Álvaro Gutiérrez, trató de minimizar los incidentes registrados, y manifestó que los congresistas de UPP lo único que hicieron fue ejercer su derecho a la libertad de expresión.
SE DEFIENDE. Por su parte, Torres Caro resaltó que la juramentación se realizó con transparencia y firmeza, y aclaró que los dos congresistas que no juraron no podrán participar hoy en la sesión en la que se elegirá a la nueva Mesa Directiva del Parlamento.
“Yo he actuado no por Torres Caro, sino por la majestad de la Mesa, del Parlamento; y no puedo tolerar ciertas cosas”, subrayó.
Aclaró que con anticipación se había acordado una fórmula de respeto para la juramentación y que, como presidente, no podía tolerar ni permitir actos que fuesen en contra de ello. Sin embargo, dijo que los incidentes protagonizados por algunos parlamentarios de UPP fueron hechos aislados.
Dios nos coja juramentados
La ridícula ceremonia de ayer en el Congreso.
Perú 21, 26 de julio del 2006. Por Augusto Álvarez Rodrich, La Opinión del Director

Lamentable e insólita la ceremonia realizada ayer en el Congreso en la que varios flamantes parlamentarios exhibieron las formas más dispares y huachafas de jurar sus cargos mientras una ‘junta censora’ decidía, con criterio arbitrario, lo que estaba permitido decir.
La forma no lo es todo, pero sí es importante cuando permite prever cómo será el fondo. En este caso, por lo que hemos visto ayer, el pronóstico sobre el desempeño del Congreso durante el próximo lustro es de carácter reservado, pues se constata lo que ya se veía venir: salvo que se consiga una rápida y muy difícil enmienda, este poder del Estado seguirá siendo un motivo de vergüenza nacional.
Por un lado, está la huachafería de varios parlamentarios que esperan utilizar los quince segundos de gloria de su juramento para alcanzar alguna notoriedad. Y en esto cae la mayoría de los nuevos pero, también, algunos de los antiguos, como Javier Valle Riestra, quien está contribuyendo en estos días, con su comportamiento dubitativo, a desprestigiar aun más al Congreso y, de paso, a él mismo.
Por el otro lado, la conducción de la ceremonia también ayudó a deslucir el evento. En lugar de dejar que cada uno jurara como le diera la gana, por más ridícula que fuera su proclama, se pretendió dictaminar lo permitido.
¿Por qué sí se podía jurar por los que carecen de agua y no, en cambio, por las comunidades campesinas? ¿Por qué sí por Víctor Raúl Haya de la Torre y no por Alberto Fujimori? ¿Por qué no se podía hacerlo por la familia, mientras que sí se permitía por la Constitución de 1979, lo que en la práctica implica desconocer la de 1993, que es la que está vigente y, por lo tanto, la que debe regir sus actos?
Por último, ¿para qué meter a Dios y a la patria en toda esta pachanga? Mejor hubiera sido que cada uno prometiera nomás por lo que quisiera, y que la gente juzgara lo sucedido. Y que, en el futuro, para evitar estos bochornos, se haga un acto en el que, como en los matrimonios masivos, todos juren al unísono: “Sí prometo cumplir la ley”. Si al menos eso se lograra, ya tendríamos un gran avance.
Congresistas juraron por lo que quisieron, mientras los invitados aplaudían, pifiaban o lanzaban insultos.
La juramentación da inicio al show político
La Primera, 26 de julio del 2006

Ruiz provocó el primer incidente, juró en contra de los tránsfugas y el acto fue anulado por Torres Caro: se sintió aludido. Cleofé Sumiré, en el centro, se negó a jurar en castellano, prefirió el quechua. La cocalera Nancy Obregón, de UPP, juró con el puño en alto.
No fue necesario policías ni fiscal de turno para salvaguardar el orden durante la accidentada ceremonia de ayer en la que juraron en sus cargos 118 de los 120 congresistas electos para el periodo 2006-2011, en medio de aplausos desmesurados, ensordecedoras pifias y uno que otro atrevido insulto lanzado desde las galerías del hemiciclo.
La única ausente fue Martha Acosta, de UPP, quien confesó que no asistió para no tener que verle la cara al presidente de la Junta Preparatoria, el disidente Carlos Torres Caro, quien lideraba el acto oficial.
El primer incidente lo protagonizó Miró Ruiz, de esa misma bancada, quien pretendió jurar “contra el transfuguismo traidor” en clara alusión a su ex correligionario.
Torres Caro de inmediato invalidó el acto, pero el legislador rebelde se negó a someterse a las reglas.
Acosta y Ruiz juramentarán mañana jueves ante la nueva presidencia del Congreso, que recaería sobre Mercedes Cabanillas. Pero por lo sucedido en la víspera han perdido su derecho a votar durante la elección de la Mesa Directiva que se realizará en las próximas horas.
Juraron por todo
Aunque esta vez no se escuchó el vergonzoso “por Dios y por la plata”, decenas de legisladores decidieron romper el protocolo y jurar por Alberto Fujimori, Túpac Amaru, Micaela Bastidas, César Vallejo, los cocaleros, los pobres sin agua o lo primero que se les venía a la cabeza.
Todos aquellos que lo hicieron tuvieron que repetir, a veces, hasta en tres ocasiones el “sí juro” convencional hasta que lo hicieran correctamente.
Los más osados fueron los congresistas electos Martha Moyano y Carlos Raffo, de Alianza por el Futuro, quienes juraron por el extraditable Alberto Fujimori, desencadenando una densa silbatina y algunos calificativos de “¡sobones!” y “¡corruptos!” desde las galerías.
Ella se retractó de inmediato, pero él varió ligeramente la fórmula al jurar “por el fujimorismo”. Por cansancio lo dejaron pasar a la tercera vez. Total, otros ya habían jurado “por el nacionalismo”.
Curiosamente, ni Keiko Fujimori ni Santiago Fujimori, la hija y el hermano del ex mandatario, respectivamente, hicieron la menor alusión al extraditable.
La coca y el quechua
Con el puño en alto y un chal del color de la hoja sagrada, la congresista Nancy Obregón, de UPP, juramentó “por la clase campesina cocalera del Perú” y al ser obligada a repetir el acto oficial se limitó a hacerlo “por el proyecto nacionalista”. Por fin le dieron el visto bueno.
El ser quechuahablantes puso en aprietos a las nacionalistas Hilaria Supa Huamán, quien juramentó “contra los ladrones y corruptos”, y a Cleofé Sumiré, que lo hizo “en memoria de Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Pachacútec y contra los adulones”.
Ambas fueron obligadas a repetir el acto. A la tercera vez, Sumiré desistió y se retiró molesta a su escaño, pues Torres Caro le exigía jurar en español, quizá temiendo que en quechua le hubiera lanzado alguna frase sin que él pudiera saberlo. Al finalizar la ceremonia, se superó el impasse y la legisladora juró como lo manda el reglamento.
Dejando en claro que lucharán por la restitución de la Constitución de 1979, varios congresistas apristas, como Javier Valle Riestra y Aurelio Pastor, juraron por ésta y la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre.
Mientras que los congresistas del Frente de Centro juraron por el fundador de Acción Popular, Fernando Belaunde Terry, y la memoria de su esposa, Violeta Correa.
Aplaudidos
Los más ovacionados fueron los apristas Javier Valle Riestra, Jorge del Castillo, Mauricio Mulder, César Zumaeta y Mercedes Cabanillas; y los fujimoristas Keiko Fujimori, Carlos Raffo y Santiago Fujimori.
Upepistas y fujimoristas provocaron más de un incidente en juramentación
Perú 21 Online, 25 de julio del 2006.

25 jul (Peru21.com) Las palabras ‘Tránsfuga’ y ‘Fujimori’ fueron las causantes de más de un incidente, aunque menores, durante la juramentación de los nuevos congresistas. Tal como se había advertido, los congresistas electos de Unión Por el Perú (UPP) fueron los primeros en protagonizarlos al referirse al alejamiento de sus filas del presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres, en sus juramentos.
La ceremonia discurría con tranquilidad hasta que le tocó el turno al electo congresista de UPP, Werler Cabrera, quien juró por Dios y “contra los tránsfugas”. El aludido, Torres Caro, declaró no válido el juramento y obligó a Cabrera a tomarlo de nuevo, pese a que este ya se retiraba a su curul.
Lo mismo ocurrió con Jeannet Cajahuanca, quien pidió a Dios “no traicionar a los electores” en clara alusión a Torres Caro.
Antes que ocurriera este incidente con los dos congresistas, el presidente de la Junta Preparatoria permitió a más de uno jurar por lo que creían conveniente. Lo hizo más de un aprista, quienes siempre juran, entre otras cosas, por Víctor Raúl Haya de la Torre.
Solo un upepista rechazó volver a tomar el juramento, luego de hacerlo, en voz alta, en contra del ‘transfuguismo traidor’.
Los fujimoristas tampoco se quedaron atrás. Martha Moyano juró por el regreso del ex presidente Alberto Fujimori, actualmente detenido en Chile a la espera de que se resuelva un proceso de extradición en su contra.
Carlo Raffo juró también por el regreso del ex mandatario. Torres Caro lo hizo jurar de nuevo y Raffo mencionó al fujimorismo. El presidente de la Junta Preparatoria quiso que lo haga por tercer vez, a lo que parlamentario fujimorista se rehusó. Martha Hildebrandt secundó a su colega de bancada.
Otro problema, pero no de índole político, ocurrió cuando juraron las congresistas quechuahablantes. Torres Caro insistió en que también lo hicieran en español, a lo que se negaron en un principio. Hubo que volver a tomarles juramento al final.
CRÓNICA: …por Dios, por la Patria, Víctor Raúl y casi por Papá pitufo
Perú 21 Online, 25 de julio del 2006. Por: Rudy Torres Villegas

25 jul (Peru21.com) Aunque las voces comunes apuntaban hacia una juramentación de los nuevos congresistas entre dislocada y agresiva, los encargados de la ceremonia ‘confiaban’ en que se desarrollase con pulcritud y orden. La realidad fue -por decir, no menos- algo distinta, pero quizá más divertida. Las sonrisas que el magno evento mostraba como un acápite, se trasformaron con el pasar de los minutos en eventuales.
Los rostros de los tres encargados de la juramentación transitaban entre la parsimonia, sorpresa, desconocimiento, susto (¡donde hay un huevo cuando se le necesita!) y la sonrisa forzada o nerviosa. Es decir, un semáforo facial, que EN VIVO y ante TODO EL PERÚ, no se pudo esconder o impostar.
Eso sí, lo más bonito -sin duda alguna- fue el bello escote de Luciana León -quien dicho sea de paso solo sonrío y aplaudió- que de rato en rato logró distraer del bochorno al presidente de la Juntas Preparatorias Carlos Torres Caro.
El otrora segundo candidato a la vicepresidencia por Unión Por el Perú (UPP) lució bien peinadito, con el reglamento en la punta de la lengua y una paciencia admirable.
Y es que los juramentos lindaron con lo jocoso, huachafo e irracional. Quienes empezaron con la ‘canción’ fueron los partidarios nacionalistas, ya que en un arranque de ‘inspiración’ juramentaron por “los cocaleros”, la provincia a la que pertenecen, “la ‘justicia'” y hasta en contra de “los congresistas tránsfugas”.
Pero al parecer, solo fue el nerviosismo ya que a pesar de su actitud desafiante, volvieron al ‘ruedo’. Ahí estaba el congresista electo por el Partido Nacionalista Peruano (PNP) Werler Cabrera, quien asediado por tantas luces, gritos y aplausos, regresó a prestar juramento. No lo hizo del todo bien, pero el muchacho está empezando, ya le brindarán asesoría.
O la cocalera Jeannet Cajahuanca Rosales, electa por UPP, quien se ofuscó terriblemente, al no ser aceptado su juramento por Torres Caro y las dos secretarias Martha Hildebrandt y Luciana León. Estamos tentados a pensar que su molestia no pasó por la desaprobación de su ominosa juramentación, sino más bien porque se le olvidó mencionar a sus ovejas y vaquitas.
Pero los miembros del distinguido partido de la estrella no se quedaron atrás. Ellos, bien preparaditos, juraron y ‘rejuraron’ en nombre de Víctor Raúl Haya de la Torre y aquí ‘no pasó nada’. Se nota que tienen su libreto bien aprendido. En todo caso, habrá que reconocer que en el nuevo partido de gobierno sí hay orden.
Lo que no convence mucho es la ‘vara’ con que fueron medidos apristas y nacionalistas. Los primeros mencionaron de manera válida a su fundador Víctor Raúl Haya de La Torre, pero también a sus provincias y una que otra idea que pasó por sus cabezas en ese instante.
Un poco más de la mencionada ‘igualdad’ habría sido recomendable. O acaso, no se recuerdan que “cuando llueven juramentos apócrifos, todos se mojan”.
Lo cierto -o al menos lo que se apreció por televisión- fue que el flamante presidente de la Juntas Preparatorias, levitó entre el ‘no sé’ y el ‘qué hago’. Le trasladó sus inoportunas preguntas y por ende TODA LA RESPONSABILIDAD de aprobar o no, las inteligentes respuestas de los próximos “padres de la patria” a su primera secretaria, la congresista Hildebrandt. De Luciana León ni hablar, ella sonreía feliz, todo bien todo bien.
Personaje peculiar -y dentro del Legislativo es decir bastante- fue Oswaldo Luizar Obregón, quien hizo un discurso tan extenso que en vez de molestia le ‘robó’ una sonrisa Carlos Torres Caro, su ex compañero de bancada. Pero lo sorprendente es que, antes de tomar juramento, no quiso nada de biblias ni crucifijos. Ni agua bendita hubo.
El mismo plato repitió Mauricio Mulder, secretario colegiado del partido aprista. Sabíamos que habían ‘otorongos’, Martha Hildebrandt anunció a los ‘jabalíes’, pero ‘vampiros’… habrá que cuidarse el cuello.
La ‘camarada’ Nancy Obregón, ataviada con sus mejores galas levantó el brazo izquierdo, cerró el puño y juró. ‘No vale’ sentenciaron, lo volvió a hacer, esta vez respetando el protocolo y OK.
Y llegarían Mariela Moyano y Carlos Raffo, ambos quisieron juramentar en nombre del extraditable Alberto Fujimori. La primera aceptó que no podía hacerlo, ya que no se puede citar el nombre de un perseguido por la ley.
Pero Raffo fue otra historia. ¿Quién le dijo al presidente Alejandro Toledo que es terco? Noooooo. Terco y más es Raffo. Primero por el “Presidente Fujimori” luego por el “fujimorismo”. Tuvo que hacerlo hasta en tres ocasiones. ¡Y es que pobrecito! el nuevo legislador tiene ‘poca retención’, es más, nadie le ha informado que Fujimori hace tiempo que no es presidente.
Al final -más cansada que convencida- Martha Hildebrandt aprobó la promesa de Raffo en nombre del ‘fujimorismo’.
Pero el que se llevó ‘las palmas’ fue el parlamentario electo por UPP, Miró Ruiz Delgado, quien intentó juramentar “en contra del transfuguismo traidor”, ante la antenta y ‘asustada’ mirada de Torres Caro. Evidentemente su deseo no tuvo ‘luz verde’. Seguido, se retiró de la sala, para volver luego de aproximadamente 15 minutos. Sin embargo no juramentó.
Y cuando parecía que la ceremonia de juramentación del nuevo Parlamento -promo 2006 – 2011- Cleofe Sumire de Conde, elegida por el Cusco, protagonizó el incidente de más duración al negarse a juramentar en español. Solo lo hizo en quechua.
Más tarde, precedido de una gran ovación, llegaría uno de los estandartes apristas, Javier Valle Riestra, quien prometió honrar a Dios, la Patria y el artículo 39 de la Constitución de 1979. Palmas compañeros. Irrefutable.
Telón de fondo con Zumaeta y el regreso de Cleofe Sumire de Conde -yo quiero un nombre así- para juramentar otra vez. Colorín colorado, no, el Congreso recién empieza. Provecho. Y me pregunto ¿Cómo fue posible que se hayan olvidado de Lay Fung?
Muchos incidentes y nerviosismo en la juramentación de los parlamentarios
El Comercio Online, 25 de julio del 2006

Con muchos problemas al momento en que los congresistas prestaron juramento y con un evidente nerviosismo por parte del presidente de la Junta Preparatoria, Carlos Torres Caro, para superar los exabruptos, se realizó la ceremonia de juramentación de los integrantes del Parlamento Nacional para el periodo 2006-2011. Un congresista se negó a juramentar y otro no asistió.
Tras comprobar la existencia de quórum, Martha Hildebrandt tomó provisionalmente la presidencia de la Junta Preparatoria y juramentó a Carlos Torres Caro como el primer congresista para el nuevo periodo.
Seguidamente, Torres Caro tomó juramento a Martha Hildebrandt y Luciana León, secretarias de la Junta Preparatoria.
Empiezan los problemas
Los incidentes se generaron a partir de las respuestas adicionales que brindaban los congresistas al momento de juramentar. La región o departamento al que representan, por el líder del partido y por la familia fueron incluidos en las respuestas. Carlos Torres Caro, presidente de la Junta Preparatoria, recurrió a Martha Hildebrandt para decidir finalmente si es que se repetía o no la juramentación.
Los primeros casos fueron los de Werner Cabrera, Yaneth Cajahuanca (ambos de Unión por el Perú) y de Oswaldo de la Cruz (Alianza para el Futuro). El primero juró por “Dios por la Patria y por un país sin tránsfugas”, mirando directamente a Torres Caro, quien como se recuerda se alejó hace poco de UPP. Al instante, Torres Caro pidió al congresista retractarse y volver a tomar juramento.
Luego fue el turno de Cajahuanca Rosales. Ella juró “por Dios, la Patria, los cocaleros, agricultoras y en contra de quienes traicionan los intereses del pueblo”, nuevamente aludiendo a Torres Caro. Una vez más solicitó que se tomara un nuevo juramento.
Los congresistas del Partido Aprista juramentaron también en nombre de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre. Según indicó rápidamente Carlos Torres Caro, al parecer tal mención sí estaba permitida por un acuerdo previo de la Junta de Portavoces.
Siguieron repitiendo
Oswaldo de la Cruz juró por la región a la que representa, Pasco, y olvidó de hacerlo por Dios y la Patria, por lo que debió repetir el juramento. En la segunda oportunidad también se equivocó por lo que tuvo que hacerlo en una tercera vez.
Más adelante, dos de los congresistas del fujimorismo, Martha Moyano y Carlos Raffo juraron por Dios, por la Patria y por Alberto Fujimori. La Junta Preparatoria consideró como inadecuada la respuesta y se les tuvo que volver a tomar el juramento.
De otro lado, algunos parlamentarios como el aprista Mauricio Mulder, solicitaron el retiro del crucifijo y de la Biblia al momento de la juramentación.
Al culminar la ceremonia se volvió a tomar juramento a María Cleofé Zumire de Conde, quien a su turno juramentó en quechua ante el traductor y no ante el presidente de la Junta Preparatoria. Tras el breve altercado la parlamentaria se alteró y se retiró. Sin embargo, finalmente juramentó.
Se informó que los parlamentarios andinos tomarán juramento ante el Congreso de la República en una próxima sesión especial, debido a que la reforma reglamentaria para esto no se encuentra vigente aún.
Nueva Mesa Directiva del Congreso tomará juramento a Miró Ruiz
El Comercio Online, 25 de julio del 2006

El legislador electo por Huancavelica Miró Ruiz quiso juramentar al cargo “contra el transfuguismo traidor”‘ pero la Junta Parlamentaria no se lo permitió y cuando se le solicitó reiterar la toma de juramento se negó y optó por retirarse del hemiciclo.
Según dijo el mismo Carlos Torres Caro, será la primera Mesa Directiva del Congreso la encargada de tomarle el juramento a Ruiz, quien estará imposibilitado de participar en las primeras votaciones del Parlamento.

Written by Michael Ha

July 26th, 2006 at 1:25 pm

Posted in Political Parties

Spam prevention powered by Akismet