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¿Cúal es la real personalidad de Alberto Fujimori?

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Tras analizar las diversas facetas que ha mostrado durante su carrera política el ex presidente Alberto Fujimori, el periodista del diario El Comercio, Renato Cisneros, consultó a cinco reconocidos psicoanalistas peruanos sobre cual debe ser su verdadera personalidad.


Especial. EL “CHINO” EN EL DIVÁN
¿Quién eres, Fujimori?
Cinco reconocidos psicoanalistas locales comparten ideas y –sin pretensiones clínicas– ensayan tesis sobre ese complejo mosaico que es la personalidad del ex presidente
El Comercio, 1 de Octubre del 2007. Por Renato Cisneros

El hombre autoritario que no admite la posibilidad de un traspié. El hermético ingeniero que manejaba un tractor. El padre querendón. El técnico matemático con probada destreza en el arte de calcularlo todo. El gobernante seductor mimado por geishas periodísticas. El líder partidario que se dejaba aupar por celosas correligionarias. El galán otoñal que hasta hace poco paseaba por Tokio con su novia del brazo. El esposo sádico que, según su propia ex mujer, la encerraba para torturarla con descargas eléctricas. El pacificador que detuvo el avance del terrorismo. El héroe. El dictador. El inocente. El prófugo que renunció por fax. El presidente que apañó crímenes. El cómplice nervioso que incautó un cargamento de videos. El ‘chino’ honorable que sedujo al peruano emergente. El timador que postuló al senado japonés. ¿Quién eres, en realidad, Alberto Kenya Fujimori Fujimori? ¿Y qué rostro se esconde bajo esa ajada máscara de ojos rasgados y sonrisa cachosamente ladeada?
IDENTIKIT DE UN DICTADOR
Para el psicoanalista Moisés Lemlij, uno de los rasgos que mejor define a Fujimori es su olfato para aprovechar coyunturas.
“Desde su aparición, Fujimori ha sido un oportunista. Un japonés que se autodenomina ‘Chino’ y se hace pasar por peruano. Que dice estar más cerca de los peruanos del grupo C y D, pero cuando tomó el poder creó su propio grupo súper A”.
Lemlij cree que la gente que se identifica con el ex presidente lo hace porque lo ve como un sujeto medio pillo, y porque en el esquema mental de una importante mayoría la figura del tramposo tiene connotaciones positivas.
“El corrupto, el pendejo, producen ganancia, a diferencia del probo, que genera una ganancia ‘teórica’ y ‘ridícula’, como la honorabilidad y la honestidad”.
En una lectura interesantísima del entorno del extraditado, Lemlij advierte la presencia de varios círculos concéntricos. Los principales –dice– son dos: el de sus familiares y el de las mujeres incondicionales que lo cuidan.
“Una de estas viudas es Carlos Raffo: él es la más vociferante de esas mujeres. Él cumple un rol femenino, sin ningún escrúpulo y con total desparpajo. Raffo es la nueva Elena Iparraguirre de Fujimori y en él el cinismo parece una virtud. Alguien se preguntará ¿pero qué hace Fujimori con un tipo así? La respuesta se plantea al revés: justamente porque es así se le necesita, si no, ¿quién va a hacer estas cosas?”
Otro especialista, Augusto Escribens, hace un preciso listado de las actitudes más determinantes del ex presidente. Para él, Fujimori es mentiroso y se vanagloria de serlo. Además, es desleal (“se apoyó en los evangelistas, pero luego les tiró una patada en el trasero”), irrespetuoso, falso y, sobre todo, abusivo. Para ilustrar sus conjeturas, Escribens recuerda el intento de reelección indefinida, la conveniente doble nacionalidad y los excesos en la lucha contra la subversión.
Según él, esos detalles retratan a un individuo con serias dificultades para asumir principios éticos comunes a la colectividad.
“Esos principios parecen haber sido reemplazados por el único principio de satisfacer sus intereses individuales”.
Coincidiendo con Lemlij, Escribens también cree que Fujimori logró conectarse con un conjunto de peruanos que admiraba su pose “atorrante” de dictadorzuelo y que –tal vez por sobrevivir en medio de la informalidad– celebraba la enorme capacidad de Fujimori “de elevar la ‘cutra’ y la coima a las alturas presidenciales”.
UN PROYECTO PERVERSO
La psicoanalista Teresa Ciudad, está convencida de que Fujimori tiene una especie de proyecto personal “grandioso y un poco megalomaníaco”.
Ella observa que él vende y promueve una imagen de líder todopoderoso que controla todas las situaciones y hasta pronostica el futuro. “Al decir que la escala en Chile y la extradición estaban programadas promueve la idealización, escandalosamente”.
Teresa confiesa que lo que más le impresiona de Fujimori es la pobre representación mental que tiene del otro. “Es utilitario en sus relaciones. Usa y desecha a la gente. Tiene cero sentido de la lealtad”, puntualiza, compartiendo la observación que también Escribens proponía al referirse al modo despótico con que Fujimori trató a sus primeros colaboradores políticos.
Para Ciudad, además, en el proyecto “endogámico” de Fujimori participa activamente la gente que lo acompaña. El ejemplo más claro es, desde luego, Keiko Sofía. “El otro día Keiko decía que Alan García quería enterrar a su padre. Al decir eso, está diciendo que las instituciones no existen, pues estarían subordinadas. Esa es, por cierto, una forma muy fujimorista de ver la realidad. En ese proyecto el país es manejado por el líder, no por las instituciones ni por los ciudadanos. Nosotros no existimos”.
Finalmente, detecta que entre los seguidores del ‘Chino’ hay un sentimiento depresivo por haber pisado suelo. Dice que están golpeados, aunque rabiosos. “Un acto claramente terrorista como el atentado contra el monumento El ojo que llora es expresivo de esa rabia desatada por el aprisionamiento del líder”.
Por último, Viviana Valz-Gen, ex coordinadora de Salud Mental de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, pone el énfasis en la increíble transformación del personaje Fujimori.
Ella se sorprende de cómo el hombre que apareció ofreciendo honradez, tecnología y trabajo, sintonizando con la clase media, y con un aparente buen récord de trabajo, luego, rápidamente, se convirtió en jefe autoritario.
“Mientras este personaje se va construyendo, o lo van construyendo, va desapareciendo la persona que había despertado cierta atención. La persona se borra y el Perú se queda con el personaje mitómano que cree sus mentiras”, completa Valz-Gen.
Para ella, Fujimori logra empatar con un sector grande del país que ha crecido creyendo la historia oficial del Perú, llena de héroes y salvadores. “Al utilizar el tema de la pacificación, le da vida a esa conexión, a pesar de que la pacificación no es un mérito suyo, sino del deterioro del Partido Comunista”.
Consultada sobre la relación de Fujimori con Keiko, Valz–Gen es contundente. “A su hija la protege entre comillas, pues la ha estado utilizando todo el tiempo. Cuando la hizo primera dama, también. A ella se le ve comprometida solamente con la defensa de su padre, nada más”.
PUNTO DE VISTA
JULIO HEVIA

Psicoanalista, magíster en Comunicación y Cultura
Alberto Fujimori, como político, fue el caballito de batalla aprista para que la izquierda no se impusiera, ni la derecha oligárquica se entrometiera. Como folclórico, ha sido danzante de huainos con chullo y ojotas, y súbito bailarín reggaetonero, tratando de reconquistar a unas masas ya amasadas, con las que aún sostiene, mismo vals, un culposo y tormentoso idilio.
Ese mismo ‘chino’ repartía, en su apogeo, computadoras por doquier, aparatos que nadie sabía usar pero a los que él daba particular uso: el de la mano que mece la cuna, el de un populismo infalible, sospechosamente generoso, indiscriminadamente administrado para todos los discriminados que lo recuerdan como al donador idóneo de un pueblo pervertido por el ocio, por un poder que amaina y adiestra a diestra y siniestra.
Ese Fujimori hasta hoy sigue negando su participación en los crímenes mayores, y, cuando de víctimas inocentes y cadáveres desaparecidos se trata, “se hace el muertito”.
No en vano hay quienes dicen que allí donde el esquizofrénico termina maniatado por la camisa de fuerza y el melancólico mimetizado en el fondo del mar; el paranoico, delirante al fin, se entroniza en el poder, arriba, lo más lejos posible, protegiéndose la espalda, anticipando el ataque, requerido de proezas para tranquilizar su malestar, y minimizar un duda que, caprichosa, siempre muda.
Habrá que admitir, pues, que para alguien que todo lo anduvo espiando y ‘chuponeando’ ha de ser difícil encontrarse encerrado, chequeado a todas horas. Es el antiguo cuento del cuentista viejo que deberá encontrar otras estrategias para generar nuevas impresiones, aunque fuera a costa de todas las presiones que sufre desde afuera y que lo modifican por dentro.
“Su paseo, pateando cadáveres, entre los escombros de la embajada , dejó en evidencia su forma de ser”
AUGUSTO ESCRIBENS
“Él es como un Darth Vader que se destruye; un pequeño monstruo, sin dignidad ni respeto por sí mismo”
VIVIANA VALZ – GEN
“Él no se siente en la obligación de dar explicaciones a nadie. Creo que, con el tiempo, Fujimori ha perfeccionado su cinismo”
TERESA CIUDAD
“Fujimori juega para su hija. Está escribiendo su testamento político pues sabe que Keiko es su última posibilidad de limpiarse”
MOISÉS LEMLIJ

Written by Max

October 1st, 2007 at 11:47 am

Posted in Fujimori

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