APRA derrotado en sus principales bastiones electorales
Source: Perú 21, 20 de noviembre del 2006
El partido de gobierno sufrió un duro revés debido principalmente a las agrupaciones independientes las cuales, según el analista político Alberto Adrianzén, considera que han “pulverizado” a los partidos políticos. Su secretario general, Mauricio Mulder adelantó que evaluarán internamente esta derrota.
Derrota electoral del Apra es un “grito de alerta”
La República, 20 de noviembre del 2006. Por María Elena Castillo.
SIN ÚLTIMO BASTIÓN. El Apra perdió sus históricas alcaldías provinciales de Trujillo, Chiclayo, Tumbes, Piura y Huaraz. Y hasta el momento se ha asegurado solo tres de las 12 presidencias de gobiernos regionales que obtuvo en el 2002.
Las últimas encuestas advirtieron que el Apra estaba a punto de perder la incondicionalidad que históricamente tuvo en el “sólido norte”. Los resultados lo confirmaron: perdió en las principales provincias. Fue vencido en Trujillo, Chiclayo, Piura, Tumbes, Huaraz y Santa.
“Esto es un grito de alerta”, explicó el analista político Héctor Béjar. “Es consecuencia de la pésima gestión que el Apra ha tenido en los gobiernos regionales, plagadas de críticas y denuncias”, agregó.
Dijo que la derrota se debe también a la falta de líderes apristas que concentren el respaldo de la población, lo que sí pudo hacer José Murgia, quien ha sido 5 veces alcalde de Trujillo y acaba de ganar la presidencia de la región La Libertad con un alto porcentaje de votos.
Sin norte ni rumbo
Béjar refirió que los resultados electorales en el norte del país ha significado un duro revés para el Apra y confirma que no tiene capacidad de relevo ni siquiera en la costa norte, aprista por tradición.
“Es una inflexión histórica. El Apra solo tiene un pequeño equipo que rodea a Alan García, tiene solo viejos cuadros apristas que ya no son del agrado de la gente que creía en el Apra. Por eso se han dado estos resultados”, argumentó el analista.
Los votos prestados
Los resultados de ayer muestran que no todos los votos con los que el Apra ganó las elecciones generales en junio pasado fueron son suyos.
Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Alan García ganó la presidencia con el 52.62%, obteniendo altos márgenes en el norte del país. En esa oportunidad, el Apra obtuvo poco más del 50% de respaldo en Tumbes, Piura y Áncash, mientras que en Lambaqueye alcanzó el 61.21% y en La Libertad el 72.54%. Precisamente en todos esos departamentos ha perdido ahora las alcaldías provinciales.
Ganó apenas en tres regiones
A diferencia de los resultados que obtuvo el Apra en el 2002, en las elecciones de ayer el partido de gobierno se aseguró apenas en tres regiones: La Libertad, Piura y Moquegua. Y en otras dos más se está peleando voto a voto.
La explicación no es otra más que la mala gestión que han tenido algunos presidentes regionales de Áncash y San Martín que no tardaron en ser retirados de sus cargos. Pero también los cuestionamientos que existen sobre los presidentes regionales de Trujillo, Homero Burgos, y de Ica, Manuel Tello, entre otros.
El analista Carlos Reyna explica este revés aprista como la expresión del descontento frente al desempeño de los presidentes regionales, que no cumplieron con sus ofrecimientos de campaña.
ENFOQUE: Es una respuesta a la derechización
Carlos Reyna. Analista político
Los resultados de estas elecciones, que muestran un retroceso en el Apra, tienen factores locales y también de dirección nacional.
Por un lado están los conflictos que se generaron en las elecciones internas y provocó enfrentamientos entre los mismos apristas. El problema es que se tiende a favorecer candidaturas que no tienen una legitimidad social muy clara y colocan más bien personas con recursos económicos, como comerciantes y empresarios locales, que no son del agrado de las bases apristas.
Pero estos resultados revelan también la desaprobación de la conducción nacional del Partido Aprista. Uno de ellos es la derechización de esta organización política, que se ven por un lado en la elección de candidatos con recursos económicos, y el acercamiento de este gobierno a personajes vinculados a la derecha.
Estos resultados son una primera advertencia de que si continúan con esta política económica liberal puede seguir perdiendo el apoyo, incluso sus bastiones históricos. Puede quedar bien en los sectores medios y altos limeños, pero pagarán el precio de perder votación en los sectores populares y provinciales.
García y Humala son los grandes perdedores
Perú 21, 20 de noviembre del 2006
– Los triunfadores fueron los movimientos independientes, que habrían obtenido 21 presidencias regionales.
Esta mañana, el café y los panes con queso sabrán horrible en Palacio de Gobierno. En el número 195 de la calle Fernando Castrat, en Surco, el quáker tendrá grumos y los tamales vendrán con puro pellejo. Los periódicos llegarán a casa mostrando la recomposición del mapa político del país y a estos dos dueños de casa les darán ganas de hacerlos una bola y patearlos bien lejos. Hace siete meses, en la primera vuelta presidencial, se repartieron casi 7 millones de votos, y en la segunda vuelta, más de 13 millones. Ayer, Alan García y Ollanta Humala vieron cómo sus candidatos dejaban los nombres del Apra y del Partido Nacionalista por los suelos. Sus candidatos fueron barridos. Es verdad, en las elecciones de ayer compitieron 91 mil 515 peruanos y solo ganaron 12 mil 468, con lo que hubo casi 80 mil perdedores. Pero toda elección es, sobre todo, política. Y, en esta, los políticos García y Humala fueron los que perdieron.
Si la de ayer hubiera sido una competencia barrial; si, pese a todo, fueran compadres, quizá el aprista y el nacionalista habrían terminado juntos bebiendo hasta morir. Porque las cifras son de espanto. El poderoso Apra, que en 2002 se hizo de 12 gobiernos regionales, el que señoreó desde siempre en el norte, habría ganado solamente en dos regiones. Según la ONPE, en Moquegua y La Libertad. Según el conteo rápido de Apoyo, en La Libertad y Piura. Lo indiscutible es que el trujillano José Murguía sacó una amplísima ventaja a sus competidores. Y eso quizá porque hace tiempo que trascendió el perfil de dirigente aprista para ser visto como una figura de ancha base popular.
GOLPE AL CORAZÓN. El golpe que debe de haber dolido más en Palacio quizá sea la derrota en Trujillo, la cuna de Haya de la Torre, la ciudad de los mártires de Chan Chan, gobernada por apristas ininterrumpidamente desde 1963. El agrandado César Acuña le sacó 30 puntos de ventaja al ‘compañero’ Moisés Arias (al 29% de las actas computadas). De poco sirvió el viaje de Jorge del Castillo para apuntalar la campaña ni la reciente concesión al municipio de un terreno para construir un terminal terrestre. Encima de todo, el aprismo no ganó ninguna de las otras 24 alcaldías de capitales de provincia. Está de más decir que eso del ‘sólido norte’ ya fue.
¿Culpables? Mauricio Mulder debe de haberse refugiado en el clóset del que quería sacar a Beatriz Merino, pues más de un dirigente debe de estar pidiendo su cabeza. La derrota, sin embargo, también ensució los ternos de Del Castillo y de García, por más esfuerzos que hicieron por guardar la apariencia de neutralidad. Ayer por la mañana, el jefe del Estado quiso curarse en salud y dijo que para gobernar no necesitaba tener mayoría de presidentes regionales ni de alcaldes (ver página 9). El fracaso, sin embargo, es indudablemente suyo.
‘O’ DE OLVIDADO. Si al Apra siempre le quedará el consuelo de ser gobierno, al Partido Nacionalista de Ollanta Humala no le queda nada. No ganó ninguna presidencia regional y su única alcaldía de importancia fue la de Arequipa, con un invitado, el ex alcalde de Hunter, Simón Balbuena. En los conteos rápidos de Apoyo la mayoría de sus candidatos apareció en el rubro Otros y algunos, con suerte, peleaban los terceros o cuartos lugares. Ni siquiera en el sur -su plaza fuerte en las generales- las cifras dieron para levantar el ánimo. Qué lejano se sintió ayer el 4 de junio, cuando Humala ganó en 15 regiones del país y arrasó en el sur. Qué lejanos el 83% de respaldo en Ayacucho, el 73.8% en Apurímac y el 76% en Huancavelica.
Quizá lo más duro para Humala no haya sido ver que Gonzalo García Núñez, su candidato a la Alcaldía de Lima, quedó sétimo, sino que la folclorista Martina Portocarrero sacó más votos y quedó quinta, al 32% de las actas computadas. Y que Unión Por el Perú (UPP), sus ex aliados, a quienes sacaron del anonimato en los comicios generales, ganaron, por lo menos, una presidencia regional, la de Cusco. Desafortunada la hora en que perdieron la olla como símbolo, habrán pensado en el local de Parque Sur. Demasiado tarde.
Ayer, después del flash electoral, el humalista Carlos Tapia trató de poner buena cara al mal tiempo y dijo que, con nueve meses de existencia, su partido se podía dar por satisfecho con los resultados. Según sus proyecciones, habían ganado entre 15 y 17 alcaldías provinciales y entre 120 y 150 alcaldías distritales. Hasta el cierre de esta edición, la ONPE no había confirmado esas cifras. Soñar y encomendarse a los apus no cuesta nada.
¿QUIÉNES GANARON? Primero, contundentemente, los movimientos regionales, que, de acuerdo a los reportes preliminares de la ONPE, habrían obtenido 21 gobiernos regionales (en 2002 consiguieron solo siete). Según el experto en descentralización Eduardo Ballón, estas organizaciones triunfaron porque los partidos nacionales no aprendieron la lección de las presidenciales y no reconstruyeron su relación con los pueblos del interior ni recogieron sus demandas en las agendas partidarias.
Ahora, al gobierno aprista le tocará sentarse a negociar con 21 autoridades que piensan por su cuenta y que ni siquiera tienen demasiadas cosas en común entre sí, excepto su desconfianza hacia los grandes partidos. Los Yehude Simon, los Juan Manuel Guillén y los Yván Vásquez tienen sus propios intereses regionales y, a la hora de reclamar lo suyo, está clarísimo que carácter no les va a faltar.
LA PELEA EN LIMA. ¿Unidad Nacional fue uno de los ganadores? A estas alturas, también está claro que la reelección de Luis Castañeda en la Alcaldía de Lima no es la de la alianza que lidera junto a Lourdes Flores, por más que la presidenta del PPC se haya empeñado en que parezca lo contrario. En cierto momento, la pelea de UN ya no pareció ser ganar el sillón de Pizarro sino imponerse sobre los candidatos de Somos Perú, su némesis municipal, que en 2002 triunfó en 17 distritos limeños mientras que los partidarios de Castañeda lo hicieron en 15. Ayer, la paliza fue despiadada. Según el conteo rápido de Apoyo, UN logró 27 alcaldías. Somos Perú apenas dos. Contra lo que decían las encuestas, el ‘efecto arrastre’ del alcalde pesó, y mucho.
A las 4 de la tarde, cuando el flash electoral de la televisión desesperaba a todos y Castañeda agradecía sin que se le moviera un músculo, se hizo evidente que hacía tiempo que la pelea en Lima solo era para ver quién quedaba segundo. En ese momento, algunas encuestadoras ubicaban en esa posición a Benedicto Jiménez y otras a Humberto Lay. Por la noche, el reporte de la ONPE, al 32.7% de las actas computadas, registró que el pastor evangélico iba adelante con el 14.6% de los votos.
El ‘Sheriff’ lo perseguía con el 11.9%. Gino Costa ‘creció’ al 8.8%. Los demás, como era evidente desde hacía semanas, no tenían nada qué hacer.
Al final de la jornada, persistió la sensación de que en Lima y el Callao ganaron los que ya se sabía que iban a ganar y, por eso, el acto electoral fue un bostezo de ocho horas de duración, aunque al final hubo sorpresas en algunos distritos (Ver pág. 15). En el interior del país, el ambiente fue bastante más animado, no solo por la irrupción de los movimientos regionales, sino, además, por las sucesivas broncas que se armaron en diferentes poblaciones, con toma de locales y destrucción de material electoral, que provocaron que las elecciones tuvieran que ser suspendidas en varios distritos. Todo eso, sin embargo, quedará para los reportes oficiales de incidentes. El balance final será que ayer, el Perú le paró el macho a Lima. Y los principales abollados fueron García y Humala.
Triunfo de independientes revela fractura entre Lima y provincias
La República, 20 de noviembre del 2006.
• Analista político Alberto Adrianzén considera que partidos han sido “pulverizados”.
A la luz de los resultados de la elección de ayer, la fragmentación política y la fractura entre Lima y provincias se habrían incrementado, opinó el analista político Alberto Adrianzén.
Consideró que esta fragmentación se evidencia en la pulverización que han sufrido los partidos tradicionales, que tienen votaciones insignificantes frente a los movimientos regionales.
“Esta fractura se ha acrecentado configurando un mapa político con una Lima conservadora y las provincias votando por las listas independientes”, dijo.
Manifestó que la oposición al poder del gobierno central se ha encapsulado en las regiones y desde allí tratarán de hacer llegar sus protestas de diferentes maneras, pero sin mostrar una oposición integrada.
El dato
DESAFÍO. Según las primeras proyecciones, el APRA habría perdido la mitad de 12 regiones.
Mulder: ‘‘Es un tropezón haber perdido el municipio de Trujillo”
La República, 20 de noviembre del 2006. Redacción. La República.
• Secretario general del Apra encaja la derrota y dice que todo se debe a peleas internas.
Mea culpa. El secretario general del Apra, Mauricio Mulder, afirmó que asumirá su responsabilidad por los resultados adversos que obtenga su partido en los comicios municipales y regionales de ayer.
“Soy el secretario general, doy la cara, aquí está mi responsabilidad en las buenas y malas. Y el análisis político de las responsabilidades se hará en el partido y ahí estaremos”, indicó, calificando la derrota de la alcaldía provincial de Trujillo como un “tropezón”.
Dijo que la pérdida de la municipalidad de Trujillo, ciudad natal de Haya de la Torre y considerada como el principal bastión aprista, se debe a las “peleas internas y desgaste” de su agrupación.
Reconoció que las “peleas entre los compañeros”, como las ocurridas entre el presidente regional con su vicepresidente, así como de los congresistas con el secretario general y varios alcaldes, “es una factura que la población termina por pasar”.
Aseguró que estas elecciones no fueron políticas y que más bien la población ha preferido votar por dirigentes vecinales que le garanticen solución a sus problemas cotidianos y no por temas políticos, por lo que no se puede afirmar que se trate de una derrota del gobierno ni del Apra.
Precisión
NUEVOS LÍDERES. Mauricio Mulder dijo que en el país han surgido liderazgos regionales, pero son solo “hacedores de cosas”.
César Acuña arrebató Trujillo al Partido Aprista
La República, 20 de noviembre del 2006.
• Candidato de Alianza para el Progreso triunfó por más de treinta puntos de ventaja.
Victoria cantada. Por más de treinta puntos de diferencia el candidato de Alianza para el Progreso, César Acuña Peralta, se impuso en Trujillo. “Han pasado 40 años de gobierno aprista y los trujillanos han optado por un gran cambio. Haremos todo para no defraudarlos”, prometió.
Lamentó que durante la campaña se incurrió en guerra sucia, tratando de demoler su candidatura, sin embargo, a pesar de todo ello se impuso el voto por el cambio. “Venció Trujillo. Los ciudadanos le dieron la oportunidad a los amigos del Apra y no han hecho nada ni hubo transparencia. Y ahora votaron por un partido nuevo, que quiere hacer un Trujillo moderno y seguro”.
Con profesionales
Acuña prometió administrar la Municipalidad de Trujillo con profesionales y técnicos.
“Vamos a despolitizar las empresas municipales. Los miembros de directorio se nombrarán por concurso público”, dijo desde la Plaza de Armas de Trujillo, donde recibió el saludo de sus electores.
Asimismo, señaló que una de sus principales obras de infraestructura será construir el terminal terrestre en el terreno que seis días antes de las elecciones donó el gobierno central con ese fin.
“Mi compromiso es trabajar por mi pueblo, por los pobres, por los jóvenes. Hemos llegado para hacer obras”, insistió.