El libro de Fuentes no es un texto fácil: no es fácil seguir la narración, que sigue adelante (y atrás) a sollozos, y tampoco es fácil ir arrastrando página tras página la lectura de un cuento sobre un personaje moribundo que desvela todo su sufrimiento y toda su amargura.
Artemio Cruz se puede claramente ver como una metáfora de México, de su historia y su desarrollo político, pero es también testimonio con su vida de las grandezas y pequeñeces humanas.
Hubo para mi dos Artemios: el hombre que muere simbólicamente junto a Tobías y Gonzalo Bernal, quien, no obstante ya haya conocido la violencia, queda íntegro, fiel a la imagen que tiene de si mismo, y que intentará replicar en su hijo; y el hombre que nace después de la traición en el calabozo, un hombre desencantado, sin escrúpulos, ambicioso y decadente.
De la primera vida de Cruz sabemos algo de su infancia y adolescencia, mucho de su experiencia de soldado revolucionario. Durante esta experiencia sale una de las relaciones más importante de su vida, y que es la joya del libro: el amor con Regina. Es éste un relato de lo más conmovedor y entrañable, principalmente protagonizado por la joven amante. Esta muchacha no solamente quiere a Artemio de manera genuina y noble, entregando su cuerpo y corazón a un soldado que pudiera ser matado en cualquier momento, y dándole la fuerza y la ternura que él necesitaba sin pedir nada en cambio, y que por su amor elije olvidar y olvidarse (aunque eso no será totalmente posible), de la manera brutal en la cual Cruz la había raptado y violado en sus primer encuentro.
La segunda vida de Cruz tiene nacimiento con los Bernales: Gonzalo antes y luego Gamaliel y Catalina. Catalina es una Némesis de Regina, cuyo matrimonio con Artemio es al principio dual: pasión-repulsión, calor-frío, para luego volverse casi totalmente nulo, siendo el odio de la hija y hermana más fuerte que la libido de la amante. Después del fallecimiento de Lorenzo, Catalina (y por ende de Teresa, su continuación generacional) hasta reprochará(n) a Artemio la culpa indirecta de esa muerte. La historia de Catalina nos explica la razón de su deniego final al entregarse al marido: contrariamente a Regina, ella deja los rencores ser más fuertes de la esperanza. Sin embargo no será esto lo que Artemio le (les) reprochará en su cama de muerte, sino el hecho que, a pesar de odiarle nunca tendrá (tendrán) el coraje y la valentía de dejarle, quedándose más comoda(s) en en lujo que él le(s) siguió proporcionando.
MAC es una novela amarga, que habla de muchas cosas al mismo tiempo: la historia mexicana, la vida de un tycoon, las relaciones entre hombre y mujer y hombre e hijo, pero siempre con una particular atención a los detalles, casi que allí, en esos detalles, esté la clave de la vida según los narradores de la novela. Los detalles en las narraciones sobrepasan los acontecimientos de manera asombrosa.


