Peru Election 2006

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Enrique Bernales on electoral process

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Maquillajes y mentirillas electorales
Por Enrique Bernales Ballesteros, jurista
El Comercio, 3 de marzo del 2006

“Otra cosa es ofrecer ‘bailongo’, circo, pollada, cebichada, reggaetón, ataques personales en lugar de propuestas”
Se dice que las elecciones son una fiesta democrática. Efectivamente, cuando el pueblo vuelve a ser la fuente originaria del poder, delibera, escucha propuestas, decide y vota, está de fiesta. Pero, atención, que no es lo mismo fiesta que farsa. La primera significa regocijo; la segunda, representación chabacana y grotesca. Las elecciones pueden convertirse en una representación farsesca cuando su carácter propositivo y competitivo entre programas y candidatos se desnaturaliza. Precisemos, es legítima la alegría popular que provoca asumir identidades partidarias y entrever la posibilidad de un triunfo electoral. Pero otra cosa es ofrecer ‘bailongo’, circo, pollada, cebichada, reggaetón, ataques personales en lugar de propuestas, maquillajes para las situaciones difíciles y mentirillas para disfrazar la verdad que se teme confrontar. Cuando esto sucede, la fiesta democrática deviene en farsa electoral.
Veamos lo que está sucediendo en nuestro proceso para elegir a las próximas autoridades. Detengámonos en lo que parecen ser maquillajes y mentirillas. Todos estamos de acuerdo en que es mentirilla aquello de que en el Perú tenemos 25 partidos inscritos, cuando lo que existen, salvo muy pocas excepciones, son etiquetas, organizaciones coyunturales, comités fantasmas y liderazgos precarios. Con pocas excepciones, nacen para una elección y morirán tras ella, porque serán borrados hasta del recuerdo.
Decir que se respeta la exigencia popular contra la reelección de congresistas que supuestamente restan votos, para inscribirlos luego como candidatos al Parlamento Andino, es un maquillaje que apenas si oculta arreglos que podrían significar la reaparición del escondido convertido en poderoso funcionario público, si el triunfo electoral sonríe.
Existen maquillajes ideológicos, por ejemplo, presentar como nacionalismo banderas obsoletas de aquella izquierda no renovada y en el otro extremo negar la identidad neoliberal porque se puede perder votos a captar entre los incautos. También se maquillan aliados y frentes precarios. No faltan candidatos acusados de violar derechos humanos que evaden el tema señalando que a otros corresponde responder. Sin embargo, ¿la responsabilidad individual no es acaso elemento esencial de la ética, el honor y la dignidad personal?
Algunos candidatos aparecen supuestamente revitalizados porque sus asesores de imagen sugieren que bailar en cada aparición pública da más votos que exponer ideas. Otros degustan lo que les pongan por delante, cargan infantes, juegan carnavales o, no se lo digas a nadie, responden preguntas bobas en programas tontos.
Mentirilla al fin y al cabo es la deficiente implementación de la reforma constitucional que otorga el voto a militares y policías, cuando apenas la tercera parte de ellos votará, en razón de las obligaciones electorales dispuestas para los otros dos tercios.
Maquillaje es disimular la cólera que provoca la encuestitis y salir al paso con la teoría del voto oculto o de que “la verdadera encuesta es el 9 de abril”, sin que nadie analice a fondo el perjuicio que está causando al elector la proliferación de encuestas por encargo.
Mentirilla es sostener que de todas maneras se pasa a la segunda vuelta, cuando las tendencias, a veces con dolorosa incomprensión y desdén, indican que la votación a alcanzar no llegará al 4%. Bueno, luchar hasta el final tiene también mucho de digno pundonor.
No es este artículo un listado de todos los maquillajes y mentirillas de un proceso electoral que algo tiene de representación farsesca, pero aún estamos a tiempo para cotejar propuestas, ponerle coto a las descalificaciones subjetivas, hacer que cada cual ocupe el verdadero lugar que ideológica y programáticamente le corresponde y evitar las trampas de miedos que corren a las confrontaciones necesarias por esclarecedoras. La ciudadanía tiene derecho a exigir un proceso sin intermediaciones tendenciosas y con candidatos que digan la verdad, sin engaños, sin espejismos ni antifaces.

Written by Michael Ha

March 3rd, 2006 at 6:20 am

Posted in Electoral System

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