Peru Election 2006

A un mes: La opción es el cambio
Por Francisco Eguiguren
Perú 21, 9 de marzo del 2006
A un mes de las elecciones, las encuestas muestran algunas tendencias que crean un inesperado suspenso acerca de quiénes pasarán a la segunda vuelta. Si bien Lourdes sigue sólida y adelante, el repunte de Alan no solo es notorio sino que, con su nueva estrategia, parece haber captado el entusiasmo de amplios sectores de los jóvenes, grupo que anteriormente se identificaba con Lourdes. Ollanta mantiene su importante segundo lugar, amenazado por Alan en la pugna por llegar a la segunda vuelta. Y si bien Ollanta ya no ha crecido, tampoco decae, soportando la avalancha de denuncias que se focalizaron en él durante las últimas semanas, lo que confirma que hay un sector social que se identifica con lo que expresa su candidatura, sin interesarle estas críticas.
Aunque podrán producirse cambios en el orden en estos tres primeros lugares, lo que ya parece improbable es que irrumpa, en este breve lapso, otro candidato que suba como la espuma, conforme ocurrió con Fujimori en el 90 y con Toledo en el 2000. Varios de los candidatos ‘chicos’ tienen indudables cualidades pero, aunque los medios alternaron su atención fugazmente en algunos de ellos, buscando a la sorpresa, ninguno ha logrado despegar según las encuestas. Existen ciertos núcleos sólidos que respaldan a cada uno de los tres principales candidatos, pero subsiste un importante sector que recién definirá su voto a las finales. Captar votos en este sector indeciso es el principal objetivo de todos, así como los votos de quienes abandonen a su candidato por la tesis del voto perdido. Los indecisos y quienes cambien su voto tal vez decidan el resultado de la primera vuelta.
La campaña está demasiado centrada en los candidatos presidenciales, sus cualidades o defectos, relegando lamentablemente a un plano menor el debate sobre programas y las características de las agrupaciones que lideran. Sin embargo, no muchos han advertido, para estupor de los neoliberales, que Alan y Ollanta, que sumados son cerca del 45% de la votación válida estimada, expresan en su discurso un claro cuestionamiento al modelo económico vigente durante los últimos años, que no complementa la positiva estabilidad y crecimiento con avances notorios en la disminución de la pobreza, la generación de empleo y la redistribución de la riqueza. Lourdes también lo ha comprendido, siendo evidente su esfuerzo por incorporar y resaltar en su propuesta la necesidad de una política social.
La mayoría de los votantes quiere, pues, un cambio que dé sentido al orden fiscal y al sacrificio de los pobres con la existencia de políticas sociales en materia de salud, empleo, educación y servicios públicos, supliendo las carencias del fetichizado mercado. Con un futuro Congreso sin mayorías políticas y una población harta de promesas incumplidas, el próximo gobierno tendrá que atender estas demandas sociales si quiere mantener la estabilidad política y la paz social. Porque democracia, sin justicia social y solidaridad, no es democracia.