Peru Election 2006

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Biography: Lourdes Flores

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Biography: Lourdes Flores


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Lourdes Flores, doctora devoción
Retratos del Poder 8. Por Milagros Salazar Herrera
La Republica, 26 de marzo del 2006

Solía jugar a las escondidas en la casa de sus abuelos, pero sabe dar la cara en los momentos más difíciles. Cuando empezó en el Partido Popular Cristiano se sentaba en la última fila y ahora no solo lo encabeza: es la primera mujer que más cerca está de Palacio. Lourdes Flores Nano, la candidata de Unidad Nacional, es fervorosamente católica, se confiesa y comulga; y sin embargo, su mayor pecado es no respetar el primer mandamiento de la política: no confiar.
Son las cinco de la madrugada y Lourdes Flores dormita protegida por las lunas polarizadas de la camioneta que la ha trasladado velozmente al aeropuerto Jorge Chávez. Hace apenas una hora terminó su última reunión en Lima e intenta reponer la energía que deberá volcar horas más tarde en la Sierra Central. Duerme a retazos debido a los rigores de la campaña, pero siempre ha vivido con una disciplina casi penitente. No porque la haya asumido como un castigo, sino por la devoción inquietante que marcan sus actos.
Lourdes Celmira Rosario, “Luli”, “Lulú” o “Flower”, es una mujer de récords constantes. Desde niña va a misa todos los domingos a las 6 de la tarde y cuando está de gira en provincias por lo menos entra a alguna iglesia de pueblo a rezar. Las flores que le regalan sus seguidores siempre son colocadas en el altar de un santo o al costado de la urna que contiene las cenizas de su madre y que está guardada en la gruta de su casa de San Isidro. Su tesis para obtener el bachillerato de Derecho en la Universidad Católica tiene 481 páginas, producto de la revisión de 61 libros y el Código Civil de 18 países. La escribió mientras continuaba sus clases de pregrado y trabajaba como asesora en el Ministerio de Justicia. Su último ciclo terminó en diciembre de 1982 y el 28 de enero del nuevo año ya sustentaba la tesis que fue aprobada con la más alta calificación: sobresaliente por unanimidad. Fue la primera en obtener el título de abogada en su promoción. Desde transición, a una edad despreocupada por la competencia, se convirtió en la mejor alumna en un colegio religioso de clase A: Reina de los Ángeles, de La Molina. Obtuvo 19 como promedio final en el primer grado. Y mantuvo el primer puesto en los siguientes diez años de escuela.
Lo único que nunca aprendió con destreza fue tocar el acordeón y bailar el ballet pese a su sentido de la disciplina.
Cuando en 2001 perdió las elecciones, casi inmediatamente inició su campaña para llegar a Palacio en el 2006. Con paciencia china planificó su estrategia en cuatro etapas: la primera consistía en viajar a todas las regiones para agradecer por el apoyo que le habían brindado en los comicios. La segunda se concentró en el respaldo a los candidatos de Unidad Nacional en las elecciones municipales. La tercera sirvió para alcanzar la presidencia del Partido Popular Cristiano (PPC) y convencer a los militantes de que debían elegirla una vez más como su candidata. Y la cuarta correspondió al ajetreo de las giras proselitistas.
En el 2001, su crecimiento en las encuestas la agarró desprevenida con solo un mes y medio de campaña previa y se propuso ganar los comicios de este año. No era la primera vez que la seducía el desafío. Las personas que la rodean y la admiran con fanatismo se han encargado de coleccionar, cada una, algunas historias de las hazañas de su perseverancia.
1. Una vez sus papás estaban durmiendo y de pronto se levantaron en la madrugada porque escucharon unos golpes sobre el piso. Fueron a verla a su cuarto y la encontraron jugando con una pelotita y unos yases. Se le había metido en la cabeza ganar a sus compañeras que la derrotaron el día anterior.
2. En un concurso de natación le ganaron, pero por alguna razón el jurado dijo que las participantes debían competir una vez más para definir el primer puesto. Lourdes ganó y la que quedó en segundo lugar le preguntó: “¿Por qué no concursamos de nuevo?”. Ella respondió: “No, no, así no más” (Risas).
3. Cuando estaba en el colegio, su mamá acostumbraba organizar una visita a un asilo en Chaclacayo todos los meses de Navidad. Lourdes siempre participaba. Luego en la universidad se encargó de convocar a varias compañeras para que se sumaran a estas visitas y lo mismo hizo con la gente del partido. Su mamá murió, pero ella continúa yendo todos los años al asilo con toda la gente que la rodea, a pesar de sus compromisos en la política.
Nescafé con leche Gloria
La candidata corre de una provincia a otra intentando ser la primera mujer en gobernar el país. Son las 7 de la mañana de un sábado lluvioso en La Merced y la espero en el lobby del hotel. Sus asesores dicen que la demora se debe a urgentes coordinaciones por teléfono desde Lima. Dos horas más tarde, aparece mi entrevistada ofreciendo disculpas por el retraso y pidiendo una taza de Nescafé con leche Gloria. El café recién pasado le sabe muy fuerte y prefiere la combinación con marcas registradas.
–¿Por qué esa obsesión por ser la primera en todo, doctora?
–(Sonríe y se acomoda en su asiento) Sí, soy competitiva y hasta picona.
Entonces cuenta la anécdota repetida de haber aprendido a los ocho años que en la vida también se pierde, como le enseñó “Sister Teresa”, una monja canadiense del colegio que la vio llorar desconsolada cuando fue desplazada en la penúltima ronda de un concurso de matemáticas.
–¿Se siente preparada para una posible derrota en las elecciones?
–Soy muy deportista, creo que uno en la vida tiene que salir a ganar. Pero después de esa lección de hace 38 años, creo que uno también tiene que aprender a perder. Por supuesto, no es mi ánimo ni son mis ganas en estas elecciones. Mi obligación es dar lo mejor de mí, aunque en democracia uno no decida. Busco ser presidenta dando la batalla.
Sin adicciones
Ciertos críticos pretenden explicar la razón de la soltería de Lourdes Flores a sus 46 años por una supuesta sed de poder. Sostienen que ella encontraría placer en tener el control de las cosas. “La ambición del dominio es más ardiente que todas pasiones”, señalaba el historiador romano Tácito. Pero la candidata de Unidad Nacional no encaja en esta hipótesis. Hay varios actos solidarios que la describen como una mujer educada sentimentalmente para administrar el poder con prudencia, con el equilibrio que le exige su signo zodiacal: Libra.
También hay analistas que se han ido al otro extremo en afirmar que es una candidata que no tiene fibra por no sorprender con frases lapidarias y preferir respuestas ambivalentes. Si Valentín Paniagua tiene la muletilla tan impersonal del “vea usted” antes de responder una pregunta incómoda, Lourdes Flores sonríe primero para desarmarte y si le preguntas por su caída en las encuestas te dirá “mire, veámoslo en positivo”.
La candidata practica una desconcertante diplomacia inculcada por su madre, Ada Nano, una mujer a la que todos recuerdan como “una gran dama”. Tolera al adversario y algunos dirían que hasta convive con el enemigo por tener a Arturo Woodman en su plancha presidencial, el nexo de Dionisio Romero y Vladmiro Montesinos para las reuniones en la salita del SIN. O por haber elegido a varios candidatos de pasado fujimontesinista en su lista al Congreso y a un abogado que la asesora en los discursos, Ricardo Vásquez Kunze, quien arrastra su paso nada digno por medios de comunicación de la mafia. Tolera sí, pero no por complicidad. Cree en la inocencia de las personas hasta que no se le demuestre lo contrario. “No se deja llevar por indicios”, dice su secretaria, Julia Gutiérrez. “Confía mucho”, afirma una de sus mejores amigas de la universidad, Joanna Zegarra, para describir su temperamento en la vida diaria. “Es muy correcta y honesta, pero en la política las cosas no son lo que parecen. Ya aprenderá”, dice Adrián Revilla, ex jefe de Lourdes Flores en el Ministerio de Justicia, quien dice guardar un gran cariño por la candidata (“Póngalo así, por favor”).
–¿Qué hace una persona honesta como usted, al lado de Woodman?
–(Piensa unos segundos antes de contestar en pleno pasillo de la iglesia San José de Jesús María, donde acudía de niña. Y esta vez, yo espero una confesión). Al señor Woodman se le ha satanizado.
No sale del libreto. Caso cerrado.
Dice que asume cualquier “error político”, pero sólo reconoce un desliz en la campaña anterior al haber elegido a José Luis Risco como segundo vicepresidente, el mismo que la abandonó, al ser elegido congresista, en el mismo grado de deslealtad que Drago Kisic, su primer vicepresidente en esa plancha. Dirigentes antiguos del PPC cuentan que Rafael Rey fue quien llevó a los dos personajes “porque uno iba a garantizar el arrastre popular y el otro el capital”. Pero no cumplieron.
Entre gritos y piedras
En Lourdes Flores puede gobernar el principio de inocencia que tiene todo acusado según las normas del Derecho, pero se equivocan quienes dicen que no tiene coraje. Solo una mujer con gran fuerza emocional puede enfrentar, sin perder los papeles, una multitud que la insulta hasta lo indecible. En la campaña del 2001, subió al estrado de la plaza de Armas de Iquitos pese a que la Policía le advirtió de los ánimos alterados de los pobladores indignados por haber apoyado que se cediera Tiwinza. Este año, acaba de enfrentar a la plaza de Huancavelica a pesar de que pudo retirarse ni bien se estrelló el primer tomatazo contra la ventana de su camioneta en la entrada a la ciudad. “Corre sus propios riesgos. No le gusta que tomen decisiones por ella”, dice Luis Gutiérrez, su jefe de seguridad. Es cierto. Sus asesores colombianos le aconsejaron que no se hiciera la fotografía en la iglesia que aparece publicada en esta nota, para evitar algún titular suspicaz sobre el milagro de conseguir votos. Pero la candidata prefirió cumplir con la palabra empeñada. Y posó para este diario.
Tiene una obsesión por el orden. Se altera cuando su comando de campaña improvisa la agenda. Guarda sus zapatos número 40 en hileras, detesta las “orejitas” en los cuadernos. Pero no es una mujer malgeniada ni temperamental. Todo lo contrario. Si Margaret Thatcher era catalogada como la madrastra de la política británica, Lourdes Flores es recordada por sus amigos como la “mamá de los pollitos”. Como delegada de salón, acostumbraba ayudar a sus compañeros a solucionar problemas de estudio y, a veces, asuntos personales.
Es hija única, pero siempre estuvo rodeada de amigos de todo grupo social. Su casa clasemediera alquilada en la calle Pumacahua 1526, en Jesús María, durante la infancia y la juventud, siempre fue un punto neurálgico para los encuentros. Cuando era niña, su madre le enseñó a compartir la chocolatada de Navidad con niños que vivían a pocos metros en una edificación pobre en forma de castillo.
Hasta ahora Rosa Luz Rojas, a sus 41 años de edad, recuerda los encuentros con Lourdes en los días de chocolatada cuando vivía en el castillo, y Madeleine Osterling, su amiga de la universidad, rememora los días fantásticos en que Lourdes la visitaba en su casa de La Molina para tomar el sol en la piscina. Asistía con una personalidad desbordante a todo lugar donde la convocaban sin importarle que su defecto en el mentón era más notorio en esa época y aún no había sido disimulado por la cirugía. No era partidaria de encerrarse en círculos de élite, pero sí participaba en las “encerronas” que organizaban, con salsa y cerveza, sus compañeros de la universidad, entre los que se encontraba José Ugaz, el ex procurador.
Cuando ingresó a la universidad en 1977, días en que la izquierda dominaba la protesta contra el régimen velasquista, no se convirtió en una dinamitera política. Pero sí en una transgresora de la estética y la moda. En tiempos en que se usaba el pantalón jean ajustado a la cintura, Lourdes iba a clases con faldas plisadas o con chompas de colores. Hoy la doctora ha cambiado de look, pero sin ajustes radicales.
Se maneja con la misma mesura con la que dice haber vivido la juventud sin sexo ni droga. Con la misma reserva perteneció a una promoción universitaria autodenominada “Salón Hawai”, que es el nombre de un prostíbulo en Junín, pero que pasa piola en medio de tanto nombre pecaminoso de las promociones de Derecho en estos días: “Prosexo Erectoral”, “Tutela Frotas” o “Maltrato doloso del chico”.
Tardes de té
Lourdes Flores desea con vehemencia entrar a Palacio, pero a los 20 años lo hizo por la puerta trasera. Trabajó con Violeta Correa, la esposa del entonces presidente Fernando Belaunde Terry, en una asociación de obras sociales. Todos los viernes en la tarde ingresaba a Palacio por la Estación de Desamparados, hacía coordinaciones y tomaba el té como universitaria voluntaria a la causa. Para entonces ya era militante del PPC y presenciaba desde la última fila los debates de la Comisión Política del partido con la venia de su fundador, Luis Bedoya Reyes.
Reconoce la oportunidad que le dieron el recordado “Tucán” y dos importantes dirigentes de la segunda generación del partido: el fallecido Enrique Elías Larosa y Felipe Osterling, quien la recuerda como “una chica brillante, con talento y buena estrella”.
La mayor deuda que tiene consigo es no haber formada una familia propia. Dice que la relación más larga (dos años) y estable la tuvo a los 14 años con un muchacho chileno llamado Felipe Drayfus, que hoy vive en Alemania y es casado.
Sus amigas recuerdan su debilidad en las clases por el profesor Guillermo Betocchi (“Sí, era churrísimo”, admite); algunas salidas con Adrián Revilla, su pareja de baile en la graduación de la universidad, su ex jefe en el Ministerio de Justicia y recordado por dirigir la Sunat en los años 90; también algún suspiro por Drago Kisic cuando le tocó reemplazar a Roberto Dañino en una clase, aunque la candidata lo niega.
La soltería ha sido un rasgo natural en su familia. Una hermana de su abuela murió soltera, dos hermanas de su papá, César Flores Cosío, tampoco se casaron. Una de ellas, Piedad, ya murió. La hermana de su mamá también optó por la soltería al igual que varias primas.
“Es sorprendente su amor por los niños. ‘Luli’ es una mujer excepcional”, dice su prima Soledad Villanueva Flores desde México. Lourdes Flores nunca alumbró un bebé, pero cría a dos niños como si fueran los suyos: Beto y Ada. El primero tiene 9 años, es hijo de su chofer Alipio. La segunda tiene 7, es hija de su cocinera Antonia. Les ha cambiado los pañales, les paga el colegio, hace con ellos las tareas cada vez que puede y ha decidido que las habitaciones de los dos pequeños estén junto a su dormitorio. El de Ada está a su derecha –pertenecía a su madre–, y el de Beto a su izquierda.
–¿Alguien le ha jurado amor eterno, doctora?
–Nadie.
–¿Y usted?
–Yo tampoco, si no hace rato estaría en otra cancha (Sonríe).
Para tener en cuenta
* No era partidaria de cerrar filas en grupos de élite, pero sí participaba de las “encerronas” con salsa y cerveza cada fin de ciclo en la universidad
* A los 20 años entró a Palacio para trabajar con Violeta Correa en obras sociales. Ahora desea con vehemencia regresar por la puerta grande, para gobernar.
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Source: La República, 30 de marzo del 2006
Todos los hombres de la candidata El gabinete de Lourdes
La República, 30 de marzo del 2006. Por Lenka Zàjec Yelusic.

LA CARRERA DE FONDO DE LA CANDIDATA DE UNIDAD NACIONAL • Lourdes Flores Nano sabe por experiencia que de los fracasos se aprende mucho. Para empezar, identificó los principales errores que motivaron su derrota en la pasada contienda electoral. Quedó en el tercer lugar, muy lejos de una esperada segunda vuelta. Esta vez ha preferido confiar la comandancia general de su campaña a un allegado de Rafael Rey, que no forma parte del PPC y que estuvo involucrado en más de un escándalo. Lourdes Flores tiene mucha gente a su alrededor, pero nadie puede decir que no tiene el control de la organización; por eso, es la única responsable de que en su entorno aparezcan tantos ex colaboradores del régimen fujimorista.
Después de la derrota de 2001, Lourdes Flores Nano inició una intensa campaña proselitista en el interior del país, decidida a ganar las elecciones de 2006. Tomó la decisión de viajar sin pausa porque sus asesores de la anterior competencia no pudieron quitarle la etiqueta de “candidata de los ricos”, ni lograron apagar el incendio que causó su padre, César Flores Cosío, cuando llamó “auquénido de Harvard” a Alejandro Toledo.
En sus giras proselitistas por las zonas más olvidadas del Perú, a Flores Nano no le faltó compañía. Mario Neumann Balarezo y Olivia Cánova Sarango, ambos militantes pepecistas, estuvieron con ella casi a tiempo completo. Había que aprovechar que la candidata estaba sola en la cancha.
Si bien al principio el trabajo proselitista era menos extenuante y casi invisible ante la vista de las cámaras de televisión, todos sabían que los frutos se verían según se acercaba la fecha de las elecciones. Para garantizar el éxito, Flores Nano cambió al consultor venezolano Alfredo Keller por la colombiana Gloria Ramírez, más conocida como ‘Glorisa’, quien llegó a la candidata por intermedio del congresista Xavier Barrón.
Glorisa rápidamente se convirtió en uno de los alfiles de Flores Nano. Le consultaba todo. Desde la ropa que debía usar, hasta su actitud frente a los electores. La aspirante presidencial aceptaba las recomendaciones de Glorisa, confiada en su experiencia como consultora de la campaña de Álvaro Uribe, que ganó la presidencia de Colombia.
El petit comité
Toda esa confianza de la que Glorisa gozaba se terminó el 19 de marzo último. Ese día la empresa Apoyo confirmó que Ollanta Humala le había arrebatado el primer lugar a Lourdes Flores Nano. A partir de ese momento, la colombiana fue reemplazada por Rafael Fernández Stoll, quien junto a Glorisa, Javier Bedoya de Vivanco y Jorge Kishimoto Yoshimura forman parte del petit comité de la candidata de Unidad Nacional.
Fernández Stoll fue designado como jefe del comando de campaña de Flores Nano en setiembre del año pasado. No obstante, colaboraba desde hacía unos años atrás como “asesor externo” de la bancada parlamentaria de UN. “A veces iba al Congreso o a veces se reunía con los parlamentarios en otro lugar, siempre se le llamaba para pedirle su opinión”, comentó un correligionario.
El otro Rafael
¿Cómo llegó Fernández Stoll al círculo más cercano de Lourdes Flores Nano? Todos los consultados coinciden en que fue el congresista Rafael Rey –de quien es amigo íntimo– quien lo llevó a UN.
¿Cuál es su hoja de vida? Su nombre no es muy común para la mayoría, pero Fernández Stoll tuvo una época de bonanza durante el gobierno fujimorista cuando era gerente general de Bivac, empresa subsidiaria de Bureau Veritas.
Para los que no recuerdan, Bureau Veritas era una de las tres empresas supervisoras asentadas en el país y cuya actividad central era otorgar certificación de precios a las importaciones. Las supervisoras fueron desautorizadas para continuar ejerciendo la labor de certificación, debido a las denuncias por corrupción que giraron en su entorno.
El pleito por la eliminación de las supervisoras llegó hasta el Congreso, donde una comisión investigadora concluyó que algunas empresas, entre ellas Bureau Veritas (las otras dos eran SGS y Cotecna) subvaluaban los precios de las importaciones que entraban por el Callao, para que los importadores pudieran declarar cifras menores a las reales y así evadir el pago de impuestos.
Pasado tormentoso
Pero ese no fue el único escándalo en el que se vio envuelta la empresa que estuvo a cargo del jefe del comando de campaña de Flores Nano. El 31 de octubre de 1997, La República informó de la interceptación por parte de la policía aduanera de un contenedor con 15 toneladas de marihuana proveniente de Colombia y cuyo destino final era Europa. El contáiner que llegó por vía marítima había sido certificado por Bureau Veritas. Más tarde, la empresa reconoció que se trataba uno de sus contáiner, pero sus representantes aseguraron que alguien les había falsificado el certificado de inspección. Aseguraron que en Colombia embarcaron pisos cerámicos y blue jeans, y no 60 millones de dólares en marihuana.
La plana mayor
Bajo el mando de Rafael Fernández Stoll se encuentra un grupo de profesionales que cumplen tareas puntuales en la campaña y que se reúnen casi a diario a las 9 de la mañana para coordinar las actividades proselitistas. Abel Aguilar Pretell es el segundo de Fernández Stoll y es conocida su militancia en el PPC. Publicista de profesión, Aguilar trabajó para la empresa de aceites Perú Pacífico, del Grupo Romero, que luego se fusionaría con Nicolini y la textil La Fabril para dar origen a la poderosa Alicorp.
Entre los últimos trabajos de Abel Aguilar se incluye su participación en la campaña municipal de Luis Castañeda Lossio, en 2002. Luego del fracaso del spot creado por Raúl Rachitoff Cavassa, de la agencia Quórum, bajo la dirección de Glorisa Ramírez, Abel Aguilar Pretell es el nuevo responsable de la publicidad de Flores Nano. Los últimos spots que se difunden en los medios de comunicación son de su autoría.
Además de Abel Aguilar, y dentro de lo que se conoce como el área de comunicaciones, también se encuentra Jorge Kishimoto Yoshimura, un ex funcionario de Telefónica y socio con licencia del Grupo Mercurio, que por cierto tiene entre sus carteras de clientes a la empresa de loterías Intralot, cuyo producto, La Tinka, se difundía hasta poco a la hora de la emisión de La Ventana Indiscreta, cuando salía los domingos por la noche.
Ricardo Vásquez Kunze también pertenece al grupo de comunicaciones de Lourdes. Es abogado y periodista. Defendió con su pluma a Fujimori y atacó a quienes se oponían a su régimen. Hoy es el encargado de redactar los discursos de Flores Nano. En el área de comunicaciones también aparece Gonzalo Rojas Samanez, médico de profesión y experto comunicador. Fue gerente de imagen del Ministerio de Educación durante el gobierno de Fujimori y luego de la minera Yanacocha.
Los operativos
Todos ellos se reúnen casi todas las noches –no siempre con Flores Nano– para analizar la información difundida por los medios, hacen “focus” y dan forma a los mensajes que se emitirán al día siguiente, según las instrucciones de Fernández Stoll.
En el comando operativo no hay cambios sustanciales. Mario Neumann está al frente de la organización de las actividades proselitistas de la candidata de UN. Es el que monta los viajes y los mítines. Su trabajo es asegurar que la plaza esté llena y que la tribuna no presente una actitud hostil. Lo acompañan en sus tareas Yolanda Artola, quien lleva la agenda a Lourdes Flores Nano. Trabaja de la mano con Olivia Cánova, quien se encarga de los detalles administrativos y de coordinar las giras. Por supuesto, todo previa consulta con Julia Gutiérrez, la secretaria personal de la lideresa de UN desde hace muchos años y probablemente una de las personas en quien más confía la candidata.
Las mentes brillantes
Alejados de la turbulencia, y desde la tranquilidad de sus oficinas, otro grupo humano sostiene a Lourdes Flores Nano. Son los ideólogos, los que siguiendo los principios que defiende el PPC y los otros dos grupos políticos que integran la alianza, diseñaron y defienden cada coma del Plan de Gobierno de Flores Nano.
El líder de este grupo es Winston Temple, destacado economista con experiencia internacional
y cuñado de Javier Pérez de Cuéllar. Llegó al PPC por intermedio de Ántero Flores Aráoz. Hoy está alejado de la campaña por problemas de salud. Lo ha reemplazado Jorge Vega, antiguo pepecista, ex funcionario del Ministerio de Industria y otrora colaborador del Acuerdo de Cartagena.
En el Plan de Gobierno de Flores Nano han participado María Jesús ‘Mayu’ Hume, experta en privatizaciones, voceada más de una vez para reemplazar a Pedro Pablo Kuczynski en el Ministerio de Economía. Ex representante de ING-Barings, directora de la AFP Integra, ‘Mayu’ es hermana del periodista Gilberto Hume, director general de prensa de Frecuencia Latina y esposo de la directora de La Ventana Indiscreta, Cecilia Valenzuela.
En el grupo de Plan de Gobierno, que lideran Temple y Vera, también destaca el ex gerente del Banco Santander, ex segundo vicepresidente del Citibank y ex superintendente auxiliar de bancos, Luis Felipe Arismendi. Pertenece a las filas del PPC.
Junto a Arismendi también colaboran Percy Tabory, Carlos Morales, Guillermo Castañeda, Mario Castillo, José Valderrama y Patricia Teullet Pípoli, ex viceministra de Desarrollo Social del Ministerio de la Presidencia en el gobierno fujimorista y actual gerente general de la Sociedad de Comercio Exterior (Comex). Su esposo, Álvaro Salcedo, se desempeñó como viceministro de Promoción Social del Ministerio de Trabajo, también durante el régimen fujimorista.
Ellos son algunos de los que tienen decisivo aporte en la campaña de Lourdes Flores Nano.
El brazo político de Lourdes Flores
Sin lugar a dudas, Lourdes Flores posee un equipo bien organizado. Al igual que en una empresa, dispone de una gerencia general (el comando general de campaña a cargo de Fernández Stoll). Por debajo de esta existen tres instancias: política, de comunicaciones y de campaña (parte operativa). Cada cual con sus respectivos voceros. Hace dos semanas se ha creado un nuevo equipo de voceros, entre los que se encuentran Güido Lombardi, Marco Parra, Javier Bedoya, Lourdes Alcorta, Walter Menchola, Mónica Saravia, quienes hacen las veces de escuderos de Flores Nano.
Hablar de Javier Bedoya de Vivanco es referirnos a una de las personas que mayor influencia ejerce en Lourdes Flores Nano. Tal vez no en la campaña misma, pero sí en las decisiones políticas que esta toma. Siempre es uno de los que la candidata consulta cuando se trata de un tema de fondo. En un segundo plano se encuentran Xavier Barrón, Raúl Castro Stagnaro y Rafael Rey. Luis Castañeda casi no tiene participación. En su lugar ha nombrado a Marco Parra y Walter Menchola.
El dato
VELOZ. En las últimas semanas de la campaña electoral de Lourdes Flores Nano, uno de los personajes que ha tomado especial importancia en su entorno es el periodista Güido Lombardi. La candidata le consulta con mucha frecuencia todo lo relacionado con el mensaje de su propuesta. El protagonismo de Lombardi se ha incrementado porque en Unidad Nacional entienden que en estos momentos el manejo de las comunicaciones es clave.
LOURDES FLORES, CANDIDATA DE LA DERECHA NEOLIBERAL: La mujer que echa Flores a los ricos
Por C. N., desde Lima
Pagina/12, 10 de abril del 2006

A sus 47 años, Lourdes Flores postula por tercera vez a la presidencia. La primera fue en 1995, pero ante la falta de respaldo debió retirar su postulación antes de las elecciones. La segunda en 2001, cuando parecía una segura contrincante del actual presidente Alejandro Toledo en la segunda vuelta, pero que en el último tramo de la campaña perdió el boleto para el ballottage ante el ex presidente Alan García, quien la desplazó de la segunda vuelta por 150.000 votos. Cinco años después, García vuelve a ser su gran rival para pasar a la segunda vuelta y amenaza nuevamente con sacarla en el último momento del ballottage. Una joven Lourdes Flores saltó a la fama política precisamente durante el gobierno de García cuando, como dirigente de juventudes de su agrupación política, el Partido Popular Cristiano (PPC), dio, en 1987, su primer discurso ante una plaza llena, en una manifestación de protesta contra la estatización de la banca dispuesta por el entonces presidente García.
A partir de ese momento, Flores escalaría rápidamente posiciones en la organización partidaria. Fue electa concejal por Lima y en 1990 como diputada, también por Lima. En abril de 1992 Alberto Fujimori dio un golpe y cerró el Congreso. En 1993 Flores volvió a postular al Congreso en las elecciones convocadas por Fujimori luego de su golpe de Estado y se mantuvo en el Parlamento hasta el año 2000. Abogada de profesión, Flores es presidenta del PPC, una escisión derechista de la Democracia Cristiana. El PPC es un partido tradicionalmente limeño y cuya dirigencia ha estado dominada por abogados de empresas privadas. Hija única, Flores, quien se autodefine como profundamente católica, estudió en un colegio religioso de clase media alta y luego derecho en la Universidad Católica. Soltera, vive con su padre, César Flores, quien en 2001 tuvo un inesperado e involuntario protagonismo cuando apareció ante cámaras calificando al entonces candidato Toledo como “el auquénido de Harvard”, frase que, según los analistas, le habría costado a Lourdes los votos que le faltaban para pasar a segunda vuelta.
Lourdes Flores fue una opositora desde el Congreso al régimen de Fujimori, pero su partido, el PPC, mantuvo una relación ambivalente con el gobierno autoritario de Fujimori. La propia Flores ha sido una defensora de la política económica del fujimorismo. Precisamente, el equipo económico que la asesora está compuesto por muchos de los economistas que trabajaron estrechamente con Fujimori para imponer las reformas neoliberales, que la candidata Flores ofrece profundizar. Es calificada “la candidata de los ricos”, algo que ella se ha esforzado en tratar de negar sin mucho éxito. Su candidato a la vicepresidencia es el empresario Arturo Woodman, que trabajó como funcionario del gobierno de Fujimori en un organismo encargado de las privatizaciones de las empresas estatales, proceso marcado por la corrupción, y ha sido acusado de haber favorecido al Grupo Romero, al cual está vinculado, en las privatizaciones.
Lourdes Flores ha gozado durante esta campaña del amplio apoyo de la prensa peruana. Según los analistas, esto puede haber terminado perjudicándola, por el efecto de saturación y del rechazo que eso genera entre la población.

Written by Michael Ha

March 26th, 2006 at 9:45 am

Posted in B

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